Isabel Preysler

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EN FILETE RUSO DE LA CALLE SAN BERNARDINO
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, protagonistas del WC de un bar madrileño



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Qué bajo han caído

Pa lo que han quedao.
 
Yo creo que no repetía modelito cuando salía sólo dos veces al año en las revistas o en alguna recepción de Porcelanosa, pero ahora que está día sí y día también en los medios se la ve mucho más desarreglada y menos glamurosa.
Su relación con VLL y esrar cada día en las revistas le ha quitado ese halo de glamour y misterio del que ella vivía, creo que se va a empezar a cotizar a la baja en nada de tiempo.
Podríamos decir que el Nobel la ha "arrabalizado", se ve descuidada, el pelo horrible, la ropa que usa no es elegante, a veces ni adecuada para su edad, como aquella blusa de un solo hombro.
 
Por fin como es ella sin photoshop, con sus arruguitas, su edad real, se la ve desmejorada, claro son 65 años, no se cuantos años han pasado desde la foto de boyer con el mismo vestido, pero se ha desmejorado bastante.
Aun para 65 luce bastante ajada de cara, todas las cirugías y tratamientos que se ha hecho le están pasando factura
 
EN 1986 PREYSLER ENTREVISTÓ A VARGAS LLOSA PARA HOLA

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¿Cuál crees que es tu mejor libro?

Eso es como si le preguntas a un padre cuál es su mejor hijo. Es una elección difícil porque, aunque tengas tus preferencias, sientes escrúpulos en revelarlas. Si tuviera que destacar uno de mis libros, sería La guerra del fin del mundo porque es el que me tomó más trabajo.

¿Te gustaría que algún día te concedieran el Premio Nobel?
Me parece que un escritor debe tratar de evitar pensar en el Premio Nobel porque es un pensamiento corruptor. He conocido a algunos escritores a los que la ambición, la tentación del Nobel, llego en cierta forma a estropearles la vocación: empezaron a escribir un poco en función de ese premio y eso fue catastrófico para su trabajo.

¿Y tú consigues no pensar en él?
Sí. Yo empecé mi carrera literaria con mucha suerte y gané varios premios, que me hicieron una gran ilusión. Ahora a medida que me vuelvo más viejo, o menos joven, me doy cuenta de que lo que más me importa es mi propio trabajo. El mayor premio para mí es acercarme al libro ideal que me gustaría escribir.



¿Cómo describirías tu evolución literaria?
Yo he ido cambiando en muchas cosas, en mi manera de pensar sobre las personas, sobre mi país… (…). Pero si hay algo permanente en mi vida, es mi vocación: descubrí muy joven que para mí la literatura era lo más importante y que para poder escribir una obra digna era necesario sacrificar todo a la literatura y no sacrificar la literatura a nada. Y en esa entrega casi total se encuentra al final la mayor satisfacción, la mayor recompensa.

¿Tú crees que se escribe mejor con el paso del tiempo?
Yo creo que un novelista es mejor cuanta más experiencia tiene, cosa que no ocurre con los poetas. Esa es la gran razón para que no haya grandes novelistas muy jóvenes. En la poesía, en cambio, se han dado casos como el de Rimbaud, que era un niño, un adolescente, cuando escribió una obra inmensamente rica y profunda. Pero la novela es un género que exige una experiencia de la vida que solo da el tiempo, el paso de los años (...).

¿En qué medida son autobiográficos tus libros?
En todos mis libros, aun en aquellos en los que no aparezco (…), siempre he utilizado experiencias personales. El punto de partida es siempre alguna experiencia personal. Ahora bien, eso no quiere decir que las novelas que yo escribo sean una autobiografía simulada, sino que necesito, como punto de arranque para fantasear, para imaginar, para inventar unas experiencias personales alguna cosa que me ha ocurrido, una persona que he conocido, algún hecho que ha provocado en mí un gran impacto (…).

¿Has leído El amor en los tiempos del cólera?
Todavía no, pero lo ha hecho ya toda mi familia y es uno de los libros que tengo ahí, haciendo fila para ser leídos.

¿Cómo ha ido cambiando con el tiempo tu relación con García Márquez?
Mi relación personal con García Márquez, en una época, fue muy estrecha. Eramos muy amigos y, en un momento dado, esa relación, bueno..., dio paso a un distanciamiento por desavenencias personales (...).

Además de ser amigos, tú escribiste un libro sobre él...
Claro, es un ensayo titulado Historia de un deicidio. Mi relación con la obra de García Márquez no ha cambiado y tengo un gran respeto por ella.

Tú has vivido un tiempo en España. ¿Ha influido algo esa época en tu vida y en tu obra?
Ha influido mucho. Ha sido fundamental tanto en mi ivda como en mi obra. En el año 58 tuve una beca para hacer el doctorado en la Universidad de Madrid y ese año fue, quizá, el año más importante para mí porque tomé la decisión de ser un escritor, de dedicar mi vida a la literatura. Hasta entonces, aunque la literatura era muy importante para mí, yo pensaba ser abogado o profesor universitario y sólo en Madrid fui capaz de razonar: si la literatura va a ser una actividad de los domingos, nunca voy a llegar a ser un escritor (...).

¿En algún momento de tu vida, ¿te ha asustado la soledad?
Si me hubieras preguntado eso hace algún tiempo, te hubiera dicho que sí, que la soledad es algo que a mí, salvo en las horas que paso encerrado en mi escritorio, me aterra. Estaba tan abrumado por la cantidad de gente que se me cruza, que entra en mi vida, que me obliga a hacer cosas que no quiero hacer y que interrumpe mi trabajo…, que decidí marcharme (…). Esa experiencia de dos meses de soledad casi absoluta fue una experiencia maravillosa porque trabajé, leí, escribí y tuve realmente una intensa vida intelectual y espiritual (…).
 
La están matando a Isabel las revistas que no son hola !!!!casi que le tengo lástima!!
Además con el trajín que tiene el pelo un desastre las ojeras a full .Repite vestidos!!
Y evidente que no tiene ni tiempo de entrevistarse con su asesora de imagen
Me parece que está agotada !!y que ya no le importa tanto su look
 
lsabel Preysler ejerce de abuelastra con los nietos de Vargas Llosa

Apareció con ellos en público en la entrega de los Living Legends Awards, aunque en ningún momento se acercaron


Mario Vargas Llosa (80) recibió el pasado lunes el premio que le convierte en una leyenda viva. Pese a la importancia del galardón, lo más importante del viaje a Washington, fue el reencuentro familiar.

Tal y como publicó La Otra Crónica, Mario se reunió con dos de sus nietos en la ciudad estadounidense. Era la primera vez que el escritor mantenía un desayuno con Leandro y Aitana Vargas Llosa Abad, hijos de Álvaro Vargas Llosa, desde que se conociera su noviazgo con Isabel Preysler (65). El último encuentro público de los niños con su abuelo tuvo lugar en mayo de 2015, cuando la familia se reunió en Nueva York para celebrar los 50 años de matrimonio de Mario y Patricia Llosa. En esa ocasión no estuvo Isabel.

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Sí ha estado esta última vez. Preysler es la compañera perfecta de Mario, y le acompaña en todos sus eventos. Por eso, la reina de corazones apareció en la ceremonia en la que le entregaron al nobel el galardón como leyenda viva. Isabel llegó al evento junto a su novio encabezando una comitiva en la que también estaban Álvaro y Susana, hijos y nuera del nobel, y Leandro, uno de los nietos del escritor peruano.

Sentada una fila por delante que la familia de Mario, los fotógrafos no captaron en ningún momento un acercamiento entre la filipina y el nieto del premio Nobel. Sin embargo, Isabel ha roto otra barrera con la familia de Mario al acudir a este premio y conocer a dos de los seis nietos de Vargas Llosa.

Pese a que todo apunta a que en cuanto Llosa consiga el divorcio la pareja contraerá matrimonio, no parece que los hijos del escritor piensen en acudir al enlace. Gonzalo y Morgana cortaron la relación con su padre cuando conocieron su relación con Isabel. Meses después, Gonzalo se enfadó con su hermano Álvaro por la defensa que éste hizo del rejuvenecer amoroso del escritor.
 
Menuda cara de mala leche tenía el vejete en washington, mientras la otra partiendose, como si no fuera con ella y estuviera en boca de media españa por tacaña, no se lo que van a durar estos, el viejo está mosca.
 
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