Asesinato de los marqueses de Urquijo

Esta mentira que acabo de contar que profirió Miriam en el juicio, ya por sí sola es indicativa de la importancia que sabía ella que tenía conocer que el matrimonio Vicente-Sagrario se ausentaba desde las once de la noche del 31 de julio hasta el mediodía del uno de agosto. Bien que lo sabía. Al principio de todo tenía importancia, pero no tanta, porque podía el criminal haber sido informado por cualquiera de los muchos que lo sabían, o ser un asesino profesional al que le diera igual matar a cualquiera que viera por la casa. Pero tres años después del crimen, con el terreno de la investigación ya avanzado y descartadas muchas personas, ella sentía que ya sí que tenía que mentir.

Es que no podía negar que sabía esa información porque el personal de la casa era testigo de que ella era conocedora de ese dato.

En la comida del día 31 también estuvieron presentes las dos abuelas de Myriam. Pobres ancianas. Eran dos señoras mayores, viudas y que solo habían tenido un hijo cada una (los marqueses eran ambos hijos únicos) y tener que enterrar a sus maridos, y después a sus hijos, encima asesinados... Y menos mal que se fueron de este mundo sin sospechar que además de Rafi y de Anastasio había más personas implicadas, supuestamente muy allegadas a ellas.
 
Es que no podía negar que sabía esa información porque el personal de la casa era testigo de que ella era conocedora de ese dato.
Exacto. Como lo sabía todo el mundo y habían pasado muy pocos días, ahí no se podía mentir. De hecho es que la mentira en ese momento es lo que hubiera sido más que sospechoso. Sin embargo, curiosamente, en el juicio era al revés: haberle reconocido al fiscal que conocía la ausencia de la pareja de sirvientes era lo que hubiera resultado llamativo y sospechoso. La mentira, en cambio, dados los cambios que se habían producido en el escenario, el paso del tiempo, los miedos de la gente a decir algo comprometedor para los Urquijo, era algo que ayudaba a Miriam.
 
Y menos mal que se fueron de este mundo sin sospechar que además de Rafi y de Anastasio había más personas implicadas, supuestamente muy allegadas a ellas.
Eso pensaba yo, pero ya no estoy seguro. Cuentan en el libro Honor -no recuerdo cual de las dos autoras lo saca a colación-, que una de las dos ancianas, en cierta ocasión, hablando con una empleada de hogar suya -se supone que de estas asistentas con las que se tiene mucha confianza-, le dijo que la causa de la muerte de los marqueses fue la fundación con dotación millonaria que quería crear el marqués. Esta información parece ser que la asistenta la contaría por ahí, y tiene visos de no habérselo inventado, porque no resulta razonable pensar que la criada fuera a saber nada de dicha fundación, que es algo desconocido para la inmensa mayoría.
Me llamó la atención ese pasaje del libro, porque yo considero -con alguna reserva-ésa, la causa o móvil económico desde hace años. Si lo releo el pasaje, lo comentaré con más seguridad.
 
Eso pensaba yo, pero ya no estoy seguro. Cuentan en el libro Honor -no recuerdo cual de las dos autoras lo saca a colación-, que una de las dos ancianas, en cierta ocasión, hablando con una empleada de hogar suya -se supone que de estas asistentas con las que se tiene mucha confianza-, le dijo que la causa de la muerte de los marqueses fue la fundación con dotación millonaria que quería crear el marqués. Esta información parece ser que la asistenta la contaría por ahí, y tiene visos de no habérselo inventado, porque no resulta razonable pensar que la criada fuera a saber nada de dicha fundación, que es algo desconocido para la inmensa mayoría.
Me llamó la atención ese pasaje del libro, porque yo considero -con alguna reserva-ésa, la causa o móvil económico desde hace años. Si lo releo el pasaje, lo comentaré con más seguridad.

Gracias por este dato. Lo desconocía. Los desencuentros entre los marqueses y sus hijos eran notorios. Las abuelas o al menos una de las dos, si tenían buena relación y comunicación con sus hijos, seguramente estarían al tanto de las discusiones y problemas familiares. Tiene sentido que supieran más de lo que a priori se pudiera pensar.
 
Gracias por este dato. Lo desconocía. Los desencuentros entre los marqueses y sus hijos eran notorios. Las abuelas o al menos una de las dos, si tenían buena relación y comunicación con sus hijos, seguramente estarían al tanto de las discusiones y problemas familiares. Tiene sentido que supieran más de lo que a priori se pudiera pensar.
A principios de agosto del 83, salió en interviú un artículo polémico sobre los silenciadores que habría fabricado Mauricio LR, que eran en realidad para rifles de caza, pero que dicha publicación pretendió con ello involucrarlo en los crímenes, etc... A continuación de esto, un detective amigo de Mauricio, al cual en el libro Honor le llaman Leo, de Leopoldo, pero no sé si es un nombre inventado, se puso en contacto con Mauricio porque intuía que la policía iba a ir a investigarle, y como para tratar de hacer algo en plan investigación para entregarle a la policía. Días más tarde de ese mes de agosto ocurrió lo siguiente -pura casualidad-: la mujer de dicho detective llegó a casa del trabajo y le comentó a su marido que en el trabajo había salido el tema del crimen de los Urquijo -cosa normal, porque el juicio acababa de tener lugar- y que había una chica que trabajaba en su departamento que había dicho que ella había sido cuidadora de una de las abuelas de los herederos, y que en cierta ocasión, en casa de esa señora, ésta le había dicho que el móvil del crimen había sido la fundación que el marqués pretendía crear. Lógicamente nadie le haría mucho caso en el trabajo, era una de tantas cosas que se comentan por gente que en general no está muy puesta en el tema. Pero el detective olió algo ahí y como acababan de tomar contacto él y Mauricio, se pusieron a investigar por ahí, descubriendo cosas que a continuación Mauricio entregó a interviú , y estos lo publicaron en octubre del 83 en un artículo de Julio César Iglesias, muy serio y sin sensacionalismo. Este artículo, luego fue incluido íntegro en el libro Las malas compañías, que es donde lo leí hace años.
Posteriormente, cuando las autoras de Honor escribían su libro, entrevistaron al detective que trabajó con Mauricio, y les estuvo contando las pesquisas que siguieron, cómo investigaron sobre la fundación, etc..., y resulta muy interesante y curioso que todo partió de una información que la abuela en cuestión le dio a su cuidadora, quizá bastante antes de dicha investigación del detective y de Mauricio LR, y del artículo de interviú sobre la fundación. Igual le contó esa anécdota la abuela a la cuidadora en el 81 o en el 82, y desde luego quedaba patente que de líos familiares y de movidas entre ellos, las ancianas estaban bien informadas.
Estimo que la anciana sería la madre del marqués, pues aparte de ser más mayor y probablemente más necesitada de cuidados, era mucho más lógico que el marqués le contase ciertas cosas a su madre, como los problemas con los hijos o la intención muy decidida que tenía en la creación de la fundación en cuestión. Se llamaba Mercedes Torres y Canals, y sabía bastante. No entiendo por qué los policías no les preguntaron nunca a las ancianas. Por cierto, que la otra, de anciana, nada, nació en 1909 la madre de la marquesa, y se llamaba Teresa Morenés y Carvajal.
 
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Tiene sentido que supieran más de lo que a priori se pudiera pensar.
Lo de este patronato familiar o fundación Urquijo con dotación bien potente de dinero, era algo desconocido fuera del ámbito familiar, de los marqueses, sus padres y el administrador. Fundación existía y desde antiguo, pero no el nuevo contenido que le daban y con tanto dinero de por medio. Eso no existía ni era conocido fuera del ámbito que digo. Es indudable que la cuidadora de la anciana no se lo puede inventar porque la gente de la calle ni sabía ni entendía de esos temas. Y ni el detective ni Mauricio LR pueden ir a investigar a los funcionarios del Ministerio de cultura sobre el tema así de buenas a primeras, si no les llega algún tipo de confidencia. Y creo que les llegó por esa casualidad de la compañera de trabajo de la mujer del detective. Así se lo contó dicho detective a las autoras de "Honor, las otras víctimas...": que se habían encontrado con esta casualidad. Al ir a investigar fueron encontrando cosas interesantes, como el interés del marqués en que se acelerara el tema, etc.., y parece que de lo que descubrían, se deduce que la anciana no andaba descaminada.
Por otra parte, si analizamos por la vía de la anciana, que probablemente sería la madre del marqués Manuel de la Sierra Torres, es muy normal que sabiendo ella cosas de la casa, tuviera ese dolor y para sus adentros la convicción de que la causa del asesinato de su hijo estaba ahí, y en esa situación buscara desahogo contándolo a alguien de confianza. No tiene nada de raro. Para mi tiene visos de credibilidad.
Esto encajaría también con que el objetivo único en principio de los criminales fuera el marqués, porque da toda la impresión de que la fundación era objetivo de él, y parece ser que simplemente sin él, se controlaría el tema.
 
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Tengo familia en Madrid que conoce a los hijos desde jovencitos y me han contado que ellos creen firmemente que los hijos fueron los instigadores y que la mayoría de su entorno piensa lo mismo. No me contaron mucho porque estábamos en otras cosas importantes pero me dijeron que siempre se ha sabido.
 
Tengo familia en Madrid que conoce a los hijos desde jovencitos y me han contado que ellos creen firmemente que los hijos fueron los instigadores y que la mayoría de su entorno piensa lo mismo. No me contaron mucho porque estábamos en otras cosas importantes pero me dijeron que siempre se ha sabido.
Hay tantos indicios que me costaría trabajo enumerarlos.
 
Hace días traje a colación la mentira de Miriam en el juicio en el punto en que afirmaba desconocer la ausencia del matrimonio de Vicente y Sagrario en la madrugada del crimen. Le daba un poco de corte decirlo abiertamente, ella sabía que era un tema peligroso, así que a la pregunta del fiscal empezó respondiendo "yo en general desconocía las cuestiones relacionadas con la servidumbre". Pero como el fiscal vio indefinida la respuesta, la inquirió para que se definiera, preguntando si conocía ese tema o no, y ahí ya Miriam se vio obligada a responder con un seco no porque no tenía más remedio que hacerlo. Mentira podrida como digo, porque al juez de Navalcarnero le reconoció que era que sí. La mentira del juicio fue el 22 de junio del 83, y justo al día siguiente, el 23 le tocó responder en el juicio a Diego Martínez Herrera, que en el punto de si conocía la ausencia de dichos sirvientes, tuvo que mentir porque no iba a ser él menos que Miriam. Ni que decir tiene que el administrador conocía esa ausencia como todos, porque él era el jefe de personal en la casa. Lo conocían todos, así que él no digamos. Además la ausencia de ese matrimonio era algo que se sabía desde días atrás, no era algo nuevo surgido el día 31, sino que los sirvientes pidieron permiso y avisaron con tiempo, ya que necesitaban ausentarse esas horas para hacer deprisa y corriendo un par de cosillas que tenían que hacer en su ciudad, Talavera de la Reina, y salir corriendo a mediodía del día uno para Somosaguas y unirse al resto de sirvientes para salir rumbo a Cádiz.
Resulta muy curioso que el resto de sirvientes, limpiadoras, jardinero, chófer, cocinera... supieran el tema y no fuera a saberlo el jefe de personal, que representaba a los marqueses ante los demás empleados, precisamente porque el administrador trabajaba en su despacho de la mansión, mientras que la marquesa estaba a su bola por ahí, y el marqués iba de un consejo de administración a otro.
Y resulta muy curioso que ningún sirviente de la casa tuviera problema en reconocer que conocía la ausencia de Vicente y Sagrario, y sin embargo Miriam y Diego tuvieran que mentir al respecto. Todo dependía de cómo se tuviera la conciencia al respecto, y al ser Rafi el preso preventivo, también latía en el ambiente quién habría sido el que pasó informaciones a X, para que a su vez se las pasara a Rafi.
 
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En los últimos días he estado leyendo el libro de Miralles y Menéndez "El hombre que no fui", pues me lo envió un amigo a mi correo electrónico. Rectifico mi opinión sobre el libro. Daba por sentado que no valdría gran cosa, pues lo que yo tenía in mente sobre él era que se trataba de la versión novelada de la versión de Javier Anastasio de Espona. Aunque en parte es así, el libro es muy completo de datos e información, y los autores son honestos y completamente independientes de la versión que va dando Javier sobre lo que le va siendo preguntado. Es decir, que los autores van exponiendo los datos que hay sobre cada parcela del caso y lo contrastan con la versión que va dando Javier, por lo que merece la pena leerlo, claro que su compra ya es complicada por lo que veo, ya que está agotado.
 
En los últimos días he estado leyendo el libro de Miralles y Menéndez "El hombre que no fui", pues me lo envió un amigo a mi correo electrónico. Rectifico mi opinión sobre el libro. Daba por sentado que no valdría gran cosa, pues lo que yo tenía in mente sobre él era que se trataba de la versión novelada de la versión de Javier Anastasio de Espona. Aunque en parte es así, el libro es muy completo de datos e información, y los autores son honestos y completamente independientes de la versión que va dando Javier sobre lo que le va siendo preguntado. Es decir, que los autores van exponiendo los datos que hay sobre cada parcela del caso y lo contrastan con la versión que va dando Javier, por lo que merece la pena leerlo, claro que su compra ya es complicada por lo que veo, ya que está agotado.

¿Te ha gustado más que el libro "Honor"? El libro de Miralles y Menéndez lo he encontrado gratis en un grupo de Telegram. Va a ser mi próxima lectura, en cuanto acabe el libro que tengo ahora entre manos.
 
¿Te ha gustado más que el libro "Honor"? El libro de Miralles y Menéndez lo he encontrado gratis en un grupo de Telegram. Va a ser mi próxima lectura, en cuanto acabe el libro que tengo ahora entre manos.
Me ha gustado más, en efecto. La postura que adoptan los autores a la hora de hacer el libro es ir dando saltos en el tiempo. Por ejemplo, un episodio del año 81 narrado por los autores, con los datos disponibles, y a continuación salto a 2016, año de la entrevista a Javier Anastasio, con preguntas al mismo. Y así una y otra vez, poniendo atención los autores en tocar todos los temas trascendentes. Ahí aparecen condensados todos los temas que he venido tocando todos estos meses, desde informes de Romero Tamaral , hasta los indicios que había contra el administrador e incluso contra los hermanos. Lógicamente, al tener ya un relato que se ha repetido a sí mismo hasta la saciedad, Javier Anastasio no lo va a cambiar ahora, cuando tiene mujer e hijos a los que prometió que no fue culpable, eso se comprende, pero se observa que los autores no tienen por qué comulgar necesariamente con sus palabras. Quiero decir, que cuando el tema planteado en la entrevista novelada toca la posible implicación de Javier, éste simplemente sigue su guión habitual de "yo llevé a Rafi allí y posteriormente me deshice de la bolsa con la pistola y herramientas". Ahí simplemente hay que poner el tema en cuarentena y seguir leyendo, porque tiene mucha miga el libro, y los autores no lanzan acusaciones contra nadie, pero queda insinuada la implicación de los hermanos y del administrador. Así como la del propio Javier, pues los periodistas, que tienen con él mucha confianza, hablan sin tapujos y a veces le dicen cosas como "me vas a perdonar, pero esto es duro de creer", etc.., y él contesta algo así como "ya, pero es la verdad", y así varias veces.
De la lectura recuerdo particularmente interesante la prueba de introducir el brazo en la puerta en el año 84 con Javier de actor, y presentes policía , forenses y Fiscal, así como el dictamen forense al respecto. Resulta que , como apunté hace tiempo, dieron la prueba como no concluyente, no negativa ni mucho menos. Javier tenía cerca del codo dos cicatrices alargadas, una por fuera y otra por dentro del antebrazo, una por quemadura y otra por rozadura cortante con una superficie irregular. De las dos dijeron los forenses que eran de más de un año de antigüedad. La mano llegaba a girar la llave, pero a donde no llegaba era a poder introducir el brazo hasta las marcas de dichas cicatrices. Pero este ejercicio dependía exclusivamente de Javier, al que le decían "ahora intente vd introducir el brazo todo lo que pueda". Lógicamente no iba a hacerlo, porque es algo que dependía de su habilidad para saber dejar allí encajado el antebrazo. Y por eso dieron la prueba como inconcluyente. Pero vamos, que ni la situación era la misma que en la madrugada del crimen, ni la voluntad de Javier tampoco. Además, el día del crimen, estaba bebido y seguramente también fumado, y así introdujo el brazo hasta herirse y quemarse, cosa que con los funcionarios delante no tenía ni la menor intención de forzar. El brazo que había que meter no podía ser otro que el izquierdo, y ahí estaban las dos cicatrices tres años y pico después.
 
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