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La maldad imbécil​

Urtasun es producto del pacto de Sánchez con el comunismo de Sumar, y fue la desalojada de mente y coleccionista de resentimientos, Yolanda Díaz, la que le llevó al Gobierno​

03/01/2024Actualizada 01:30
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El separatista catalán y ministro de Cultura Ernesto Urtasun, ha despedido el año a su manera. Vestido con el uniforme reglamentario de los progres y en la SER. Se negó a condenar el terrorismo de Hamás, calificó a los toreros de torturadores y defendió, como libertadores, a los asesinos que matan en nombre de Alá. La Voz de su Ama. Porque Urtasun es producto del pacto de Sánchez con el comunismo de Sumar, y fue la desalojada de mente y coleccionista de resentimientos, Yolanda Díaz, la que le llevó al Gobierno. Me olvido por unos cuantos párrafos de Urtasun y me recreo en la figura de don Jacinto Benavente, que definió a Urtasun y a los que son como Urtasun, hace 83 años.
Don Jacinto , dramaturgo español, renovador de nuestro teatro, escritor genial, autor deLos Intereses Creados y La Malquerida, premio Nobel de Literatura, militaba políticamente en el liberalismo benaventiano. Era libre y peculiar. Sus diálogos en Los Intereses Creados son una delicia de talento, oportunidad y gracia. Sus enemigos de las izquierdas, los críticos envidiosos y los autores sin éxito, se unieron para desprestigiar su figura en su supuesta homosexualidad. Cuando estrenó en Madrid, su comediaUna Señora, corrió un epigrama que se atribuyó a José Vicente Puente, si bien otras fuentes señalan al crítico teatral y mal poeta Enrique de Mesa su autoría.
Don Jacinto Benavente
Ha estrenado Una Señora,
Y es lo que dice la gente:
¡Ya era hora, ya era hora!
Puente, además de escritor, era propietario de una fábrica de camas. Y Benavente le respondió.
Hace camas y comedias,
Pero con tan mala suerte,
Que en las camas te despiertas
Y en las comedias, te duermes.
Enrique de Mesa envidiaba y odiaba el triunfo teatral de Muñoz-Seca. Era duro pegando y una histérica encajando golpes. Criticó con acidez un estreno de don Pedro. Y en una entrevista publicada en ABC el periodista le formuló la siguiente pregunta. «¿Le ha molestado la última crítica de Mesa?». Don Pedro le quitó importancia. «No me ha molestado en absoluto. No me interesa la opinión de los muebles». Mesa escribió una carta a don Pedro quejándose de su desprecio, y don Pedro le respondió a correo inmediato.
Esa queja mendicante
Que hoy, enviado me has,
La tuve, un poco, delante,
Y ahora la tengo detrás.
El poderoso empresario teatral Tirso Escudero, le encargó una comedia a don Jacinto. Benavente le respondió que se sentía cansado y no podía comprometerse a entregar la obra en una fecha concreta. Escudero se indignó con la respuesta del insigne autor. Y una mañana, coincidieron en la calle del Arenal. Se toparon en dirección contraria y en la misma acera. Don Tirso se detuvo en seco, abrió los brazos e impidió el paso a don Jacinto. «No permito el paso a los maricones». Don Jacinto abandonó la acera, se descubrió y haciendo una reverencia le respondió al empresario:
–Yo, sí.
En 1950, se rindió un homenaje nacional a don Pedro Muñoz-Seca en el Puerto de Santa María. En la plaza de Isaac Peral se descubrió un monumento. Y se editó un libro, en el que escribieron don José María Pemán, el compositor don Jacinto Guerrero, el crítico teatral don Alfredo Marqueríe, los primeros actores don Valeriano León y doña Isabel Garcés, el poeta portuense don Augusto Haupold, y el Nobel de Literatura, don Jacinto Benavente. Y Benavente se ciñe al elogio del teatro de Muñoz-Seca, a la dificultad de su gracia y a la vileza de quienes fueron sus asesinos, los socialistas y comunistas. Y con su definición, vuelvo al ministro de Cultura del actual Gobierno, Ernesto Urtasun.
«Su obra, tendrá siempre un lugar preeminente en la historia del teatro español. Su nombre, un recuerdo imperecedero. Por él, de acendrado patriotismo y grandeza de alma, y por los que le dieron alevosa muerte, como eterna acusación de un régimen en el que todas las maldades se reforzaban de imbecilidad, para engendrar ese híbrido monstruo, la maldad imbécil, que es el peor enemigo en todas las revoluciones y en todas las guerras que pretenden salvar a la Humanidad».
Y me ha parecido formidable su ajustada definición aplicada a nuestros días, en las que estamos siendo gobernados por socialistas, comunistas, terroristas y separatistas. La maldad imbécil. Y no es Urtasun el único que la practica con frenesí.

Más de Alfonso Ussía​

 

El vicepresidente Laporta​

Prácticamente en la quiebra, sigue gastando el dinero que no tiene gracias a un sistema inspirado en unas supuestas palancas que tienen que ser unas palancas estupendas​

04/01/2024Actualizada 01:30
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Se contaba cuando falleció don Emilio Botín S. de Sautuola y López, abuelo de la actual presidente del Banco de Santander. Don Emilio era un hombre alto, espigado, presumido en la vestimenta, amante de los árboles y muy medido en sus gastos personales. Subió al cielo y San Pedro le permitió el paso. Pero don Emilio, nada más cruzar la raya del paraíso, se volvió, y dirigiéndose a San Pedro le solicitó una audiencia urgente con Dios. No le había gustado el desorden, a primer golpe de vista, del Cielo.
San Pedro buscó un sustituto para controlar la puerta de entrada y se dirigió al despacho del Sumo Hacedor,
- Señor, que ha llegado don Emilio Botín y desea tener una reunión con su Divina Majestad.
– ¿Te ha adelantado algo, Pedro?
-No Señor, pero intuyo que hay algo en el Cielo que no le ha gustado.
Dios accedió y recibió a don Emilio. Tres horas de reunión, al cabo de las cuales, el banquero español abandonó el despacho de Dios con una sonrisa en los labios. Minutos más tarde, Dios salió de su recinto. Paseó sobre las mejores nubes y los azules más brillantes. Pero se mostraba dubitativo, confuso y algo preocupado. San Pedro, curioso impenitente, se dirigió a su Señor.
-Le veo insatisfecho, Señor. ¿Qué deseaba don Emilio?.
–Pues oye lo que te digo, Pedro, que tú también eres responsable. Me ha agradecido ser recibido en el Cielo, pero simultáneamente me ha manifestado su decepción. Dice que el cielo no está del todo limpio, que hay muchas almas que no hacen nada de nada, que hay que imponer horarios de trabajo y de recreo. Y he tenido que darle la razón. Las almas se han relajado y no limpian sus parcelas, y muchas de ellas se han acostumbrado a la comodidad y al ocio. Y aquí llega la cuestión que me preocupa. Me ha mostrado un organigrama para ordenar el Cielo, y lo preocupante, Pedro, lo preocupante, es que, en ese organigrama, don Emilio me ha asignado el cargo de vicepresidente.
Salvando las infinitas distancias, algo parecido sucede en el Club de Fútbol Barcelona. Pero en este asunto, nada tienen que ver ni Dios ni don Emilio Botín. Los personajes son otros. Los socios del Barcelona, que han dejado de ser sus propietarios aunque todavía no se hayan apercibido de ello, creen a pies juntillas que su presidente es Laporta. Laporta es un personaje peculiar, listo y marrullero. Muy comercial y con dominio del mercado. Como alguno de sus colegas en la presidencia, ha demostrado una habilidad muy elogiable en inversiones destinadas a la complacencia y ayudas arbitrales. Pero, prácticamente en la quiebra, sigue gastando el dinero que no tiene gracias a un sistema inspirado en unas supuestas palancas que tienen que ser unas palancas estupendas. Sucede que, esas palancas no servirían para nada si no las autorizara el auténtico presidente del Barcelona, que es un madrileño nacido en San José de Costa Rica. El presidente del Barcelona, el que autoriza el uso de las palancas, el que ha detenido las graves sanciones preventivas de la UEFA y la FIFA, no es otro que Javier Tebas, también presidente de la Liga. Ser el presidente de la Liga, y al mismo tiempo, serlo también de un club miembro de la Liga, no suena bien. Y claro está, ante el escándalo de corrupción más grave –y ya demostrado–, del mundo del futbol europeo en toda su historia, escándalo que no ha sido sancionado gracias a las ayudas del verdadero presidente del Barcelona, del entusiasta partidario de las palancas, que son meros artificios contables, no resulta ni impertinente ni ofensivo recordarle al señor Laporta que su cargo en el Barcelona es, en realidad, el de vicepresidente.
Lo cual, en nada me sorprende. Porque Tebas, en eso de mandar, manda muchísimo.
Y lo que te rondaré, morena.
 

De derechas​

El sinvergüenza de Esmoforo Grafiné, con el fin de habitar en el Palacio de la Monkolola y usar gratuitamente del helicóptero oficial, ha concedido a los separatistas de derechas e izquierdas todo lo que le han pedido y gobierna con mano de hierro en el añejo Reino, hoy República de Sutu​

05/01/2024Actualizada 01:30
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España es una nación de derechas. Tiene dos partidos conservadores en el ámbito nacional, y dos ultraconservadores con limitación autonómica. Sucede que los dos partidos ultraconservadores son, simultáneamente, separatistas, y prefieren acomodarse a los regalos y privilegios que las izquierdas les ofrecen, a conformar una mayoría social con los dos partidos nacionales de derechas. Y sucede también, que los dos partidos nacionales de derechas se aborrecen. Del PP nació Vox, dato que no puede ser olvidado. Estamos como en la república monárquica de la imaginaria e imaginada isla de Sutu, allá por la Polinesia. Dos príncipes se disputan el trono. El Príncipe Makololo Safún, y su primo hermano, el príncipe Nospatato Safún. Esa disputa ha dispuesto que el dirigente republicano Esmoforo Gafriné haya sido elegido presidente de la nueva República de Sutu.. En las últimas elecciones, los partidarios de Makololo obtuvieron el 31 % de los votos, y los de Nospatato, el 20 %. Sumando los votos monárquicos, un 51 % de los votos de Sutu. El republicano Esmoforo, reunió un 28 % de los votos, pero llegó a un pacto con los separatistas partidarios de unirse a Tahití, los separatistas que pretenden levantar un muro en los aledaños de la playa de Cocotambo, los separatistas que no quieren hablar el sutunés, los naturales del nordeste de la isla, que hablan el kumikuku, y los descendientes del movimiento terrorista Sutusuna , que demandan la pertenencia de la isla Teitaora Pilpil. Dada la imposibilidad de fusionar a los dos partidos monárquicos, los republicanos, mucho más inteligentes, cuentan con el apoyo de los partidos separatistas de izquierdas y de derechas, sumando el 49 % de los votos. Y mientras los monárquicos de Makalolo y los de Nospatato se dedican exclusivamente a ponerse a caer de un burro y no ceder bajo ningún concepto, el sinvergüenza de Esmoforo Grafiné, con el fin de habitar en el Palacio de la Monkolola y usar gratuitamente del helicóptero oficial, ha concedido a los separatistas de derechas e izquierdas todo lo que le han pedido y gobierna con mano de hierro en el añejo Reino, hoy República de Sutu.
Esa mayoría social monárquica no sirve para nada, porque los príncipes y sus partidarios, han alcanzado un nivel de enemistad y desprecio mutuo que sólo podría ser superado si Makololo y Nospatato se retiran del guiñol y permiten que sus respectivos hijos alcancen, al fin, los acuerdos que sus egoísmos les impiden. De presentarse unidos, y de acuerdo al método D´Hont que es el sistema adoptado para las elecciones, los monárquicos obtendrían más de 60 % de los votos, y mandarían a Esmoforo Grafiné y a todos los partiditos separatistas a freír monas. Pero la reconciliación es imposible, porque el príncipe Makololo prefiere pactar, por su complejo de inferioridad, antes con los republicanos que con el príncipe Nospatato, y éste último, tampoco colabora para que la amistad y el perdón reúnan a los partidos monárquicos. Y claro, Esmoforo Grafiné, que ha prometido todo a los separatistas y comunistas con la intención de no cumplir con sus promesas, (a Esmoforo todo le da risa) pretende en la actual legislatura declarar la Democracia Unipersonal de Su Persona , es decir, la dictadura, para mantener el helicóptero, la playa particular, el Palacio, el servicio doméstico y la masajista presidencial.
Pero está claro que si a Makololo y a Nospatato les importara el futuro de Sutu, ya habrían llegado a un acuerdo de fusión generoso y patriótico.
Y les dedico el presente artículo a Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

Más de Alfonso Ussía​

 

Magos y magas​

El milagro de los juguetes no se analiza. Se asume y se celebra. No se investiga, no se pregunta, no se discute. Han venido los Reyes a casa y la han abarrotado de regalos. Lo más natural del mundo en la cabeza ilusionada de un niño​

06/01/2024Actualizada 01:30
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Yo fui un niño muy inocente. Creí ciegamente en los Reyes Magos hasta los 8 años. Antes de cumplir los 9, un compañero de clase bastante envidioso me reveló el misterio. «Los Reyes son los padres, Ussía, pareces tonto». En nuestra casa, los Reyes Magos eran espectaculares. Y en el hogar de mi compañero envidioso, bastante tacaños. Cuando supo lo que me habían dejado en torno a mi zapato, decidió vengarse por envidia. Y logró mi sufrimiento. El «recordman» mundial de la inocencia, hijo único, era conocido en Madrid como «el Rapidito». Se movía a gran velocidad con pasos muy cortos, y creyó en Melchor, Gaspar y Baltasar hasta los 22 años. De tonto no tenía un pelo. Cuando sus padres, agotados, le hicieron saber que los Reyes Magos eran ellos, el «Rapidito» cursaba el tercer año de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Pero creció con la nube de la ilusión y no se topó con un envidioso. En su último 6 de enero de creyente, los Reyes le trajeron un Seat 1400-B, un balón de fútbol de reglamento, un abrigo de «cashmere» con la etiqueta del sastre, la colección completa de «Salgari» y algo que a los Reyes Magos no se les había ocurrido regalar a un niño desde los inicios de la tradición. Los doce números delPlayboydel año anterior, adquiridos en Biarritz. Porque el «Rapidito» era bastante guarrete, y sus padres coincidieron en confirmar la regla con la excepción.
Pero esa debilidad es la que convenció a sus padres de la necesidad de informarle de la realidad. Un año más en la inocencia, y el «Rapidito» hubiera pedido a los Reyes una muñeca hinchable. «Y eso sí que no», dijo la madre, que era una acrisolada dama de altas virtudes y proba existencia, como se escribía en las necrológicas deABCcuando fallecía una duquesa. Y el «Rapidito» se entregó a la bebida y renunció a ser ingeniero.
A Dios gracias, falleció con anterioridad a la estupidez feminista de las Reinas Magas. Creo que fue en la cabalgata de Valencia donde las Reinas Magas suplieron a Melchor, Gaspar y Baltasar. Muchos ayuntamientos gobernados por el feminismo siniestro imitaron al alcalde valenciano, pero no consiguieron terminar con la ilusión de los niños, que veían a las Reinas Magas como unas mamarrachas y preguntaban a sus padres cuándo venía la carroza de los Reyes de verdad. Como el numerito de las Reinas Magas se fue al quinto carajo, ahora impera el ecologismo-animalismo. En una capital andaluza han prohibido a los Reyes Magos que sean acompañados por sus obedientes camellos y dromedarios. Los pajes irán montados en caballos, como si los caballos no fueran tan animales como los camellos y los dromedarios. Lo cierto es que, lo peor de la maravillosa visita de los Reyes Magos, los que adoraron al Niño Dios en el Portal de Belén y le obsequiaron con oro, incienso y mirra, son las cabalgatas. El lanzamiento de caramelos ha terminado con más de un niño en Urgencias hospitalarias con una brecha abierta en la cabeza como consecuencia de los azucarados impactos. Y éste, y no otro, es el gran milagro de los Reyes Magos. Que después de las cabalgatas, sigan los niños creyendo en su existencia. Nuestros padres jamás nos llevaron a la Cabalgata, y gracias a esa medida tan oportuna, los diez hermanos creímos en los Reyes hasta los ocho, nueve y diez años. Porque el milagro de los juguetes no se analiza. Se asume y se celebra. No se investiga, no se pregunta, no se discute. Han venido los Reyes a casa y la han abarrotado de regalos. Lo más natural del mundo en la cabeza ilusionada de un niño.
Los Reyes Magos no se exhiben, llegan en silencio y se van. Los camellos y los dromedarios suben por las escaleras sin hacer ruido. Las cabalgatas de Reyes son republicanas.
Yo, desde que tengo nietos, he vuelto a creer en ellos. Profundamente.

Más de Alfonso Ussía​

 

Magnicidas​

En España se van a permitir toda suerte de calumnias e injurias contra el Rey, pero el hortera de La Moncloa es intocable​

07/01/2024Actualizada 01:30
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Terrorífica situación. España ha estado a un paso de perder a su amado líder. Así lo ha reconocido el PSOE, que raudo y tembloroso se ha querellado con los organizadores de la piñata de Ferraz. Ha denunciado ante la fiscalía que la piñata de Sánchez fue una clara incitación al magnicidio. Para mí, que hay bastante respuesta mariquita a una broma de dudoso gusto que no supera los límites de la chufla, la guasa y la chufleta. Días atrás, un grupo de jóvenes derribó una ahorcada figura del Rey, pero el PSOE no le concedió importancia. Estos chicos Claro, que el Rey es mucho menos que Sánchez. Y los supuestos organizadores de las protestas festivas vespertinas de la calle Ferraz serán acusados de incitación al magnicidio por una piñata, feísima por cierto, que han deducido que representaba a Sánchez. Los juristas apuntan que la querella –el inteligente y culto Pachi López ha sido el encargado de presentar la demanda–, no tiene recorrido. Que la Justicia no está para investigar sentimientos. Por otra parte, si el muñeco de la piñata pretendía parecerse a Sánchez, al que hay que demandar es a su autor por su obra. No se parecía en nada. El muñeco de la piñata no iba mal vestido. A pesar de su cochambrosa fealdad, producía más respeto que Sánchez. Quizá la nariz pinochera delataba una cierta ironía, pero la chacota y la burla no dan para tanto.
En España se van a permitir toda suerte de calumnias e injurias contra el Rey, pero el hortera de La Moncloa es intocable.
He visto repetidamente las imágenes. Y no he apreciado intención magnicida entre los asistentes. Un magnicida no se ríe con anterioridad a cometer el magno crimen. Y en Ferraz se reían todos. Y entre todos incluyo la risa interior, la risa no permitida de exhibirse, entre algunos de los agentes del orden enviados al lugar para evitar el magnicidio. Otra cosa es lo que albergara la piñata. Pero me aseguran que, después de ser apaleada, no cayeron armas ni bombas a la calzada. Sí caramelos, serpentinas, matasuegras y gorritos. Se trató pues, de un magnicidio simulado y cachondo, que ha puesto al PSOE al borde del ataque de nervios. Tengo para mí que estos socialistas de ahora carecen de aplomo. Se asustan con cualquier tontería. Y me figuro la escena monclovita, la escena del salón familiar del hogar más vigilado y custodiado de Europa. La mujer y las niñas llorando, y Marlasca ofreciendo los últimos resultados de la investigación.
–Sin duda, presidente, hoy han intentado su asesinato, su magnicidio, en la calle de la Ferraz. Hemos detenido a unos ancianos con aspecto peligrosísimo que aplaudieron cuando la piñata fue apaleada. O cortamos por lo sano, o los magnicidas podrán llevar a cabo su horrible crimen. Creo, presidente, que lo mejor es que se recluya por unos días en los Quintos de Mora o en La Mareta. La Marismilla de Doñana está en obras. Pero tienes que abandonar con tu familia, tus padres, tus suegros, tu hermano, tus cuñados y tus amigos del baloncesto, ya, inmediatamente, la Moncloa. Hasta que no lo hagas, yo no podré conciliar el sueño, porque estoy muy preocupado. Tu magnicidio está muy bien planeado. Y no se te ocurra desplazarte por tierra. Aire, presidente, aire, por el aire, como a ti te gusta. Aunque exista el riesgo de que el autor de la piñata intente derribar tu avión con un misil tierra-aire. No creo que lo tengan, pero hay que jugársela.
–¿Han interrogado a los ancianos magnicidas detenidos?
–Si, presidente. Pero sin resultados positivos. Se trata de una conspiración muy peligrosa.
–¡Begoña, niñas, al avión!
Más vale prevenir el magnicidio que lamentarlo.
Están tranquilos y todos gozan de muy buena salud.
A Dios gracias.
 

El oso de Moscú​

El oso, vio la bicicleta en el camino, corrió hacia ella, se sentó en su sillín con un movimiento muelle, y pedaleando, desapareció. La mafia había comprado el oso en un circo, y la bicicleta era su número favorito, su especialidad circense.​

08/01/2024Actualizada 08:43
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La historieta que narro a continuación es verídica.
La fuente, todo un gran Embajador de España, además de extraordinario escritor del campo y la caza, José –Pepe– Cuenca.
La hice pública en el programa de televisiónCaza y Pescay Juan Delibes de Castro creyó que le tomaba el pelo.
Fueron testigos de la revelación, durante una agradable comida en el restaurante El Bodegón de Madrid, José Hornedo Muguiro y Carlos Ruiz de Velasco.
Tan sólo he olvidado el nombre y apellido del cazador, al que llamaré en el relato Ephrain Douglas IV, natural de Texas, USA.
Ussia y Barca

Barca
Con el fin de visitar a Pepe Cuenca, embajador de España en Moscú, y al que conoció en Houston en un destino anterior, el multimillonario tejano Ephrain Douglas IV, empresario petrolífero, biznieto de Ephrain Douglas I, nieto de Ephrain Douglas II, hijo de Ephrain Douglas III y padre del futuro Ephrain Douglas V, nuestro héroe, Ephrain Douglas IV voló de Houston a la capital rusa para visitar a su gran amigo el Embajador de España.
Se alojó en el Hotel Metropol, a dos pasos de la Plaza Roja, de propiedad y explotación de una cadena hotelera japonesa.
Ephrain era –o sigue siéndolo–, un millonario abierto, corajudo, caprichoso e inquieto. Y un experto cazador.
A los tres días de estancia en Moscú ya se había acostado con todas las chicas que habitualmente, a partir de las 17 horas – hora moscovita–, visitaban el bar del hotel. Todas ellas, con título universitario, lo cual a Ephrain le ponía como un chubesqui.
El cuarto día, antes de pasear por la plaza Roja, tuvo una charla con el recepcionista.
–Quiero cazar un oso. Cueste lo que cueste.
El recepcionista fue sincero.
–En Rusia viven miles de osos. Osos pardos y osos negros. Pero no en Moscú y sus alrededores.
–Encuéntreme un oso y será recompensado.
Y funcionó la mafia rusa.
–Señor Douglas. Mis contactos han detectado la presencia de un oso en los aledaños de Moscú. Pero el precio es alto. Los guardas del coto, que le acompañarían, piden 300.000 dólares por su caza. El arma le será facilitada.
–Acepto. Dígame lugar, día y hora.
–Los guardas le recogerán mañana a las 8. También le traerán ropa de abrigo. Y exigen el pago por adelantado.
–No hay problema.
La mafia había funcionado.
A las ocho en punto, Ephrain Douglas IV, esperaba en el granhalldel hotel. Su banco había transferido a una entidad rusa el dinero. Dólares contantes y sonantes, aunque lo segundo, es un decir.
En un lujoso coche con las lunas tintadas, abandonó Moscú la expedición cinegética. Y se adentraron en una urbanización cercana. Dachas de antiguos dirigentes comunistas entre cerrados bosques de abedules. Encontraron el puesto. «La querencia del oso es por ahí», le señalaron. A las 9,10 apareció el oso. Un oso un tanto desnutrido, pero oso total. Y Douglas comenzó a disparar sin ton ni son con su rifle repetidor. Las balas rozaban y se desviaban, o se incrustaban en los troncos de los abedules, y el cazador seguía disparando.
Cuando un oso se asusta o se enfada, se pone en pie apoyado en sus cuartos traseros. Así estaba, cuando apareció por un carril de la urbanización –La Moraleja en versión rusa–, el cartero montado en una bicicleta. El cartero advirtió la presencia del oso, y le silbaron algunas balas sobre la gorra. En vista de la situación, el cartero abandonó la bicicleta, hizo croqueta cuesta abajo, y se refugió para evitar la furia del oso y los disparos de un tipo vestido de cazador un tanto enloquecido.
Los abedules, entregados, siguieron recibiendo los impactos de las balas. El oso, vio la bicicleta en el camino, corrió hacia ella, se sentó en su sillín con un movimiento muelle, y pedaleando, desapareció. La mafia había comprado el oso en un circo, y la bicicleta era su número favorito, su especialidad circense.
Por primera vez en la historia de la Humanidad, a un cazador se le escapaba su pieza montada en una bicicleta.
Ephrain Douglas IV, necesitó de ayuda psiquitátrica.
Los guardas, huyeron, como era de esperar, con el dinero.
Ya repuesto de la humillación, Douglas IV retornó en su «jet» privado a Houston. Repetía continuamente dos palabras. «Oso bicicleta, oso bicicleta»
Dicen que no se ha repuesto del todo, y que está como una cabra.
Su hijo, lleva el negocio petrolífero.
Y del oso nunca más se supo.
 

Plinio​

Envidio a los que no han leído las historias de Plinio. Se asombrarán, siempre que puedan hacerse con ellas y se puedan adquirir todavía en las librerías​

09/01/2024Actualizada 01:30
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Apenas tuve trato con don Francisco García Pavón, el gran escritor de Tomelloso. Coincidíamos de cuando en cuando en la peluquería del Hotel Velázquez de Madrid. A él le cortaba el poco pelo que le quedaba Pepe, y a mí me esquilaba Abrahám, que además de peluquero era solista en un coro parroquial. Trabajaba un limpiabotas que nos recomendaba probar los cotubillos, gran enigma gastronómico extremeño.
Una mañana llegó a la peluquería un hombre mayor, de buen aspecto y chocante vestimenta. Solicitó los servicios de la manicura y pedicura, y se oyeron murmullos. Don Francisco García Pavón aguardaba turno de peluquero e intercambió muecas de asombro conmigo, que también esperaba mi turno.
Apenas hablé con él, pero fuimos colegas en muecas de asombro, y me consideré un privilegiado.
No se ha hecho justicia con García Pavón. Su saga de Plinio, el guardia municipal de Tomelloso que jamás falló en una investigación criminal, siempre acompañado de su íntimo amigo, el albéitar don Lotario, asiduos a los dos casinos de Tomelloso y la buñolería de la andaluza Rocío, se me antoja prodigiosa. En España se admiraban las novelas policíacas de Agatha Christie, muy inferiores en su calidad literaria a las de Plinio. Sin olvidar sus extraordinariosCuentos Republicanos. El escenario de Plinio siempre fue Tomelloso, con alguna visita a Madrid, y con nostálgica frecuencia, durante la época de la vendimia, que para los naturales de Tomelloso, Argamasilla, Manzanares, Valdepeñas, Mudela, Almuradiel y el Viso del Marqués, es más que la temporada cumbre del año. Es la vida, en todos sus sentidos, olores y movimientos humanos.
Hoy, don Francisco García Pavón estaría prohibido. Y con don Francisco, Plinio, don Lotario, el cabo Maleza, la mujer de Plinio, su hija Alfonsa y todos sus personajes de Tomelloso. En su breve cuento El huésped de la habitación número cincose atreve a escribir definiciones que la censura franquista respetaba –don Francisco era un republicano sentimental avergonzado de los desastres de la República–, y que, en la actualidad, le habrían empujado a la querella criminal de unos y de otras.
De la animadora Cecilia González Armentería, de nombre artístico «la Flor de Montmaitre», que volvió locos a los tomelloseros con sus bailes, sus escorzos, y su belleza, y que fue asesinada en su camerino por un romántico despechado y celoso, escribe García Pavón. «Era bastantico zorra. Enamoraba a todos con una facilidad grande, y luego los dejaba 'tiraos'. La mayor parte de las zorras están mal de la cabeza. En eso se parecen a los maricas». Informo a los dirigentes de las diferentes versiones del movimiento «gay» y a las ultrafeministas profesionales que se abstengan de denunciar a don Francisco García Pavón por un delito de odio –¿qué odio?– a las zorras y los maricas. Don Francisco, el gran escritor manchego, natural de Tomelloso, premio Nadal, guionista de cine, y con una cultura horizontal y vertical que hoy no abunda entre los llamados «intelectuales» –Wyoming, Pradera, Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Fallarás, Anabel Alonso, Pisarello y todas esas cosas–, falleció en Madrid el 18 de marzo de 1989, cuando ya apuntaban en su tierra las primeras yemas de las viñas, que son yemas muy resistentes a romper, y pasan más de dos semanas a punto de brote para tranquilizar a los agricultores manchegos que han decidido nacer, madurar y dar frutos de nuevo.
Por mucho que la Fiscalía apoye la querella de los intelectuales, y que una juez femi**** decida empapelar a don Francisco, mucho dudo de que éste acuda a la cita. Se fue en Madrid. Era amigo de Antonio Mingote, de Cela, de Umbral y de Antonio López, su paisano, genio de la pintura española. Murió sin descifrar el enigma del cotubillo del limpiabotas del Hotel Velázquez, después de hablar y escribir con plena libertad, acercándose al lenguaje coloquial de su tierra y de la buena calle. Compartí con él muecas de asombro. Me honra recordarlo.
Envidio a los que no han leído las historias de Plinio. Se asombrarán, siempre que puedan hacerse con ellas y se puedan adquirir todavía en las librerías.

Más de Alfonso Ussía​

 

SGAT​

La culpa no es del matrimonio Sánchez, que en cuestiones de ahorro y pulcritud en el uso del dinero público es de una ejemplaridad cristalina. La culpa es de los ineptos de la SGAT, que no saben ordenar documentos ni facturas​

10/01/2024Actualizada 01:30
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La SGPG, o Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, se dispone a cambiar de denominación. Pasará a llamarse SGAT, Secretaría General de Asuntos Turbios, dependiente del negociador gordito. Se trata de una secretaría fundamental para prevenir futuros inconvenientes judiciales. Su misión principal, perder papeles y facturas que pudieran afectar a la insuperable chulería presidencial.
Ignoro si el Ejército del Aire y el Ministerio de Defensa guardan en sus archivos el uso, y los motivos de su utilización, de los aviones oficiales por parte de Sánchez, la relación de los viajeros, y el importe económico de los vuelos del presidente, ora en el Airbus, ora en el Falcon, ora en el Puma. Sería conveniente analizar sus apuntes. Porque la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno se ha reconocido incapaz de aportar los datos solicitados por el Congreso y el Senado. Por ejemplo, la razón de los 33 vuelos –66 si contamos los retornos– a la República Dominicana. En la calle se dice de todo, que ya es sabido lo curiosa e inquisitiva que es la calle. Que si los Sánchez se están construyendo un pequeño chalé en Punta Cana, que si el pequeño chalé no es tan pequeño, que trasladan bultos con contenido secreto, que si patatín, que si patatán. Los enchufados que trabajan en esa Secretaría General, o son muy vagos o pecan de excesivo celo en la pérdida de documentos. No saben nada de nada. El Debate ha informado de los 88 días de vacaciones que Sánchez ha disfrutado en La Marismilla de Doñana, los Quintos de Mora en la provincia de Toledo y la Mareta, la preciosa casa en la costa de Lanzarote que le regaló el Rey Hussein de Jordania al Rey Juan Carlos I y que, inmediatamente después de recibirla, Don Juan Carlos ordenó que fuera registrada a nombre del Patrimonio Nacional. La Secretaría General de Asuntos Turbios, ubicada en el complejo de la Moncloa, no se ha enterado de la identidad de los invitados gorrones, familiares o amigos, que acompañaron a los Sánchez en esos 88 días de vacaciones, y tampoco a desvelar el importe de las facturas pagadas por todos los contribuyentes españoles. Estimo que la manera de hacer política de Sánchez tiene que resultar agotadora. Un día con los de Sumar, otro día convenciendo a los de Podemos, el tercer día pactando con los ultraderechistas separatistas de Cataluña, el cuarto con los beatos independentistas del PNV, el quinto con los terroristas etarras, el sexto con el despojo comunista que sueña con asesinar al Rey en La Zarzuela, y el séptimo a descansar. Pero en un año no entran en el calendario 88 fines de semana. Ni en la decencia y la honestidad se admite que, con cargo al dinero público, los amigos chupópteros de Sánchez se beban nuestros vinos, se zampen nuestros jamones de bellota, se forren a mariscos, y terminen con un tercio de las angulas que entran en las noches rugientes e invernales por la boca de nuestras rías norteñas procedentes del Mar de los Sargazos. Reconozco que un presidente del Gobierno tiene algún privilegio, pero no sus amigos, sus pelotas, los amigos de las niñas, y lospapaesy lasmamaesde nuestra pareja presidencial. Y no me creo que hayan perdido, extraviado o depositado en las papeleras, los 88 expedientes de tan imprescindibles traslados y alojamientos en las tres palaciegas residencias vacacionales.
No obstante, la culpa no es del matrimonio Sánchez, que en cuestiones de ahorro y pulcritud en el uso del dinero público es de una ejemplaridad cristalina. La culpa es de los ineptos de la SGAT, que no saben ordenar documentos ni facturas.
Ni recordar la sensible importancia de las promesas. ¿Se han iniciado las obras de las 80.000 viviendas sociales prometidas por Sánchez en la campaña electoral? Franco, que era malísimo, construyó más de cuatro millones de viviendas con una economía lastrada por la Guerra Civil y con un sistema impositivo ridículo. En fin, que los culpables no son los Sánchez, sino los asesores, que no dan con un palo al agua.
Al menos, eso es lo que creo.

Más de Alfonso Ussía​

 

Academia López​

Establecerá un antes y un después en el comportamiento de la juventud que vota a Bildu y homenajea a los criminales etarras​

11/01/2024Actualizada 01:30
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No le conozco personalmente. Sí lo he visto, con frecuencia, en Comillas cuando era, gracias a los ingenuos votos del PP, presidente –lendakari– del Gobierno vasco. Acudía con asiduidad a tomar el aperitivo a la terraza del restaurante La Rabia de los hermanos Herrera, acompañado de su mujer y amparado por cuatro «ertzainas» bastante fuertes. Tiene casa en Comillas. Exceptuando a los cuatro tontos de la «Gauche Divine» barcelonesa que veranean en la Villa de los Arzobispos, Javier Pradera, el comisario político del grupo PRISA, y algún veraneante equidistante y trepador, nadie le hacía puñetero caso. Su mayor ilusión, jamás lograda, era que Íñigo Oriol le invitara a sentarse en su mesa, pero naranjas de la China. Yo, mi persona, tan vinculado sentimentalmente a las Vascongadas, reparaba en su estética, y lo lamentaba en profundidad. Porque no he conocido vasco-maqueto –de ahí su insuperable complejo–, con más pinta de jebo que el lendakari López, del que cuentan que un día acudió a comer al restaurante Los Tamarises de Las Arenas de Guecho, y no le permitieron la entrada por su aspecto y sus modales.
No obstante, acumulo noticias de su evolución social. Sabe que su cargo de portavoz de Sánchez no entra en el concepto de la eternidad, y que algún día, dejará de serlo. Y como es precavido y emprendedor, ha resuelto su porvenir. Me dicen que se ha propuesto fundar una academia de buenos modales en Bilbao. La «Academia de la Elegancia Pachi López», y que ha ofrecido al actual ministro de Transportes y anterior alcalde de Valladolid, Óscar Puente, el cargo de jefe de estudios. Respecto al ofrecimiento a Puente, no estoy del todo de acuerdo. Pero sí me considero capacitado para elogiar su proyecto. En los últimos años, Pachi López ha adquirido un indiscutible progreso en su elegancia personal. En su tierra, tan admiradora de todo lo británico, le llaman «Sir Francis Loupes», y sus mayores detractores lamentan que no haya llegado a tiempo para interpretar en la serie deDownton Abbeyal señor Carlson, el ayuda de cámara del conde. Ese lenguaje pulido, esa paciencia ante la injusticia, ese proceder respondiendo con respeto y ecuanimidad a toda pregunta impertinente, le han convertido en un nuevo ejemplo delordinglés.
Y esa condición tiene que aprovecharla, abarrotando de alumnos procedentes de la ETA y la 'kale borroka' su «Academia de la Elegancia Pachi López», que establecerá un antes y un después en el comportamiento de la juventud que vota a Bildu y homenajea a los criminales etarras cuando éstos, antes de lo que les corresponde, retornan a sus hogares.
Con sus palabras fluidas y serenas, así le ha respondido a un conocido periodista que le preguntó por la benevolencia que dispensa Sánchez a los terroristas de la ETA. «Estoy bastante harto de este asunto. ETA desapareció de nuestras vidas hace más de 12 años». Adviertan la elegancia en el matiz. No respondió que estaba hasta los dídimos de este asunto, ni muy harto, ni hartísimo, ni hasta la punta del pirulí Dijo que estaba bastante harto, es decir, una hartura con medida, una hartura rebosada de distinción y elegancia. Doce años son muchos, y 48 años, más aún. Creo que el periodista tendría que haberle replicado que si 12 años son bastantes, 48 años recordando al franquismo son más años aún. Pero la elegancia de Pachi Lopez o Sir Francis Loupes le condicionó la réplica.
Deseo, y lo escribo de corazón, la urgente inauguración de la «Academia de la Elegancia Pachi López». Y lo repito. La repetición en el presente caso no responde a la falta de ideas, sino a la constatación de un acontecimiento memorable. Creo que se equivoca con Puente, que no ha evolucionado como él. Pero a su lado, es muy probable que Puente adquiera la educación que no trajo de su casa. Como Sir Francis. Me apuntaré al primer curso académico.
 

Las cosas de Anita​

Falleció Franco y el Rey impulsó la transición a un régimen democrático. Anita Belén ya era una jovencita que cantaba muy bien y disfrutaba de la libertad que nunca le faltó​

12/01/2024Actualizada 01:30
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En el franquismo, el cine español era mejor que el de ahora. Confluyeron muchos talentos en la realización y la interpretación. Y los productores arriesgaban su dinero, sin herir los bolsillos de los contribuyentes. En La Moraleja, que era un campo de mi familia, se rodóViridiana, un auténtico coñazo de Luis Buñuel, y tuve la oportunidad de asistir a muchas sesiones del rodaje cuando era un niño. Los dueños de La Moraleja eran los Ussía, y mi padre el presidente. También, por su matrimonio con una hermana de mi abuelo, mi tío el general Jaime Milans del Bosch y del Pino, y su hijo, el entonces comandante Jaime Milans del Bosch y Ussía. Y todos acordaron atender la petición de Buñuel, que no era precisamente de la cuerda de la familia. Y no le cobraron ni un duro. Lo escribo para callar vocecitas.
En aquel cine español, había cuatro niños mimados. Pablito Calvo, Joselito, Marisol y Anita Belén. Cuando dejaron de ser niños mimados del franquismo, los niños se dedicaron a sus cosas y las niñas se hicieron comunistas. Pablito Calvo había interpretadoMarcelino Pan y Vino, el precioso cuento de José María Sánchez-Silva, que arrasó en las taquillas. De Marisol sólo vi una película. Un sábado por la tarde, con una novia efímera pero muy condescendiente, fuimos al cine. Nuestra intención –creo recordarlo– no era otra que ver55 Días en Pekín. Y voy a justificar mi interés. En La Moraleja, Samuel Bronston, el productor, había alquilado tres de los primeros chalés de la urbanización para Charlton Heston, David Niven, y Ava Gardner. Una tarde, Bronston y los tres actores principales, se presentaron en casa de mis padres para agradecerles su hospitalidad. Charlton Heston nos pareció un simpático caballo. David Niven, un señor simpatiquísimo y con un gran sentido del humor, y Ava Gardner, la mujer más guapa del mundo mundial. Y bebedora. Se zampó ella solita dos botellas de Marqués de Riscal.
Así que, con mi novia efímera, intentamos ver la película de Bronston, pero no había localidades. Lo cierto, es que el objetivo cimematográfico no era el principal. Queríamos hacer manitas y carantoñas en la oscuridad. Y descubrimos – creo que en el Palacio de la Música– el enorme cartel deMarisol rumbo a Río. En la taquilla, pedí un par de localidades «en la última fila», y la taquillera, sonriente, nos puso en situación. «Se pueden sentar en la fila que quieran, porque sólo he vendido veinte localidades». Un sábado por la tarde. Y cumplimos con nuestro principal objetivo.
De Anita Belén no puedo escribir, porque sus películas de niña no coincidieron con novias efímeras y condescendientes. Pero interpretó muchas películas en aquellos años tan «peligrosos» para ella.
Falleció Franco y el Rey impulsó la transición a un régimen democrático. Anita Belén ya era una jovencita que cantaba muy bien y disfrutaba de la libertad que nunca le faltó. De ahí mi disgusto cuando he visto un corte de una entrevista que le han hecho en la cadena 24 Horas, que según tengo entendido, gestiona RTVE. Y me he quedado pasmado al saber de una revelación espeluznante. Viví la transición y no me enteré de nada. Dicho por Anita Belén textualmente. «En la Transición asesinaron a mucha gente por salir a manifestarse. La extrema derecha funcionaba ahí como un reloj».
Si ella lo dice, sus razones tendrá. Pero en la Transición la extrema derecha sólo tuvo responsabilidad en un crimen brutal. El de los abogados de Atocha. Los asesinos fueron juzgados y condenados. Los que asesinaron a más de 800 inocentes en la Transición, los años de plomo, fueron los etarras que hoy blanquean los comunistas y pactan con Pedro Sánchez. Para mí, que Anita Belén no ha crecido intelectualmente. Puedo entender que una comunista sienta más simpatía por la ETA que por sus víctimas, niños incluidos. Me lo dijo Arrabal enABCla noche que recibió el «Cavia» de manos del Rey Juan Carlos: «No te olvides de que la ETA, antes que independentista, es comunista». Arrabal los conocía muy bien porque había sido comunista. Pero se me antoja que Anita, además de una mentirosa, es mala persona. Nadie queda vivo de los tiempos de las guerras de Cuba y Filipinas. Pero somos millones los supervivientes de la Transición. Y decir que la extrema derecha asesinó a muchos españoles por manifestarse, además de una falsedad que supera la vileza más abyecta, es una imbecilidad propia de una sectaria mimada durante el franquismo, la transición y la democracia.
Entiendo que ocuparse de los tontos no tiene recorrido. Pero lo de Anita supera la decrepitud de la mente más hueca. Y la maldad.

Más de Alfonso Ussía​

 

Ganas de llorar​

Alfonso Ussía
Los Borbón españoles –no entiendo lo de «los Borbones»– son castizos y populistas. No se lo hacen. Alfonso XII, aconsejado por Cánovas y Sagasta, no permitió a su madre, Isabel II, volver a Madrid en los primeros tiempos de la Restauración. «Hijo, me has jodido y bien jodido», le dijo durante una visita del Rey a París. Agonizaba Alfonso XII y dejaba a su mujer, la Reina Cristina de Habsburgo, embarazada, desconsolada y atribulada por lo que se le venía encima. «Cristina, guárdate el coxx, y de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas». El telegrama «Olé tus coj*nes» de Alfonso XIII al general Silvestre. Le comentó una señora bastante impertinente a Don Juan que le había impresionado su acento madrileño sin dejes anglosajones. «Yo nací en provincias (La Granja de San Ildefonso), pero hasta que ingresé en la Armada y me fui a San Fernando, viví siempre en Bailén 1». La manera más chula de referirse al Palacio Real de Madrid. Y el Rey es también populista. Habla como un teniente que acaba de abandonar la Academia General Militar de Zaragoza. Tiene el «ao» madrileño pegado a la lengua. «En casa, nadie tiene derecho a decir que está «cansao».
A veces se le han criticado con el hígado muchas de sus palabras. En otras ocasiones, sus intervenciones han dado la vuelta al mundo. El «¿Por qué no te callas?» a Chávez, levantó pasiones encontradas. En España, los comunistas se enfadaron bastante, pero el saldo general fue muy positivo y favorable. Ahora en la India, se ha desahogado. «Desde fuera, España se ve mejor. Desde dentro, dan ganas de llorar, pero las penas hay que sobrellevarlas con un cuchillo en la boca y una sonrisa». Lo del cuchillo en la boca es probable que haya asustado a los cuatro firmantes de la carta que mancharon sus gayumbos y bragüelas con el sobrevuelo de los aviones del Ejército del Aire por la comarca de Ripollés. No descarto otra carta a la vicepresidenta de la Comunidad Europea: «Señora, el Rey nos quiere atacar a los catalanes con un cuchillo en la boca». Son así de simplones y asustadizos.
Pero en España, quitando a los de siempre, «i soliti» les llaman los italianos, por no decirles «i tostoni» o «i cognazi», las palabras del Rey han caído bien. Todavía cojo y sin recuperarse totalmente, el Rey está recorriendo el mundo abriendo puertas a las empresas españolas, como el mejor embajador de la «Marca España». Y ha dicho lo que todos pensamos. Que estamos al borde del abismo, que las agencias de calificación «quieren darnos en la cabeza», y no ha calificado de «bruja» a la señora Merkel porque es el Rey y la prudencia diplomática manda.
Complace y gusta que al Rey se le entienda, por eso sus palabras son mucho más edificantes cuando salen espontáneamente de su boca que leyendo discursos que otros le escriben tras pasar previamente por la censura del Gobierno de turno. Es cierto que las palabras del Rey siempre son del Rey, pero no es mentira afirmar que en muchas ocasiones el Rey hubiera preferido utilizar un lenguaje más llano y coloquial que el acartonado y políticamente correcto que usan algunos de sus escribidores.
Lo que está claro, y hasta sus más enconados enemigos tienen que reconocerlo, es que nadie ha representado a España en el exterior mejor que el Rey. Por mucho y bien que le preparen los encuentros y los contactos, el que saca adelante los proyectos es su persona y su manera de ser. Fuera de España el Rey es una figura prestigiosa y respetada. Aquí no somos tan generosos. Bien por el Rey.
 

Tertulias​

Alfonso Ussía
Las tertulias políticas de las cadenas de radio y televisión no tienen pase. Además de un tostón, son un fraude. Nadie puede opinar con esa seguridad de lo que se acaba de enterar.
Luis Del Olmo fue el pionero, y quien escribe, desde muy jovencito, participó en ellas. Pero eran muy diferentes. Había respeto, cordialidad y variedad. En la que yo participaba al principio, Luis del Olmo convocaba a Juan Antonio Vallejo-Nágera, Alberto Closas y Manu Leguineche. La política no predominaba sobre la sociedad, las artes, los libros, los estrenos, el cine y la música.
Años más tarde –todos le copiaban a Luis–, Del Olmo cometió un error. Invitó a los representantes de los partidos políticos, y aquella frescura civilizada se echó a perder. Existen «tertulianos» políticos de grandísima altura, como Joaquín Leguina o Pablo Castellanos, es decir, exiliados por su amor a la libertad y a su verdad de la disciplina partidista. Ahora, los comisarios políticos han cedido el sitio a personajes de los medios de comunicación que cumplen con los dogmas de los partidos, que a la postre, es lo mismo.
En las últimas tertulias en las que participé, en la COPE y el programa de mi querido amigo Ernesto Sáenz de Buruaga, hubo muchas mañanas en las que me asaltó Morfeo. Caía en un invencible estado de somnolencia, a pesar del interés de los asuntos que se trataban y de la importancia de los invitados. No obstante, creo que el formato ha perdido todo su atractivo. Los oyentes sintonizan con las emisoras cuya línea editorial se acerca más a su ideología. Oyen lo que desean oír, y huyen de la opinión adversa. Me parece muy bien porque siempre es más agradable coincidir en la opinión que enfadarse con ella. Por mi parte, jamás he sintonizado con la SER, no por rechazo a sus vertientes, sino por pereza.

Lo bueno no tiene que morir, y creo que ha llegado el momento de retroceder al formato libre, abierto y culto que inventó Luis Del Olmo treinta años atrás. Del mismo modo, sería de agradecer que los tertulianos regularan sus asistencias. Se ha dado el caso de oír a uno de ellos por la radio al mismo tiempo que aparecía en una tertulia de televisión. Los hay que hacen bolos por las autonómicas, y se pasan el día opinando de lo que no pueden opinar porque les falta el tiempo necesario para hacerlo.
Se decía de Franco una mañana de audiencias. La primera era a los Amigos de los Cigarrales de Toledo, y la presidía don Gregorio Marañón Moya, que por otra parte, era una gran persona. La segunda de la mañana correspondió a la junta directiva de la restauración de castillos, y la presidía asimismo don Gregorio Marañón Moya. La tercera y la cuarta pasaron de largo. La última, la de mayor importancia, era al Consejo del Instituto de Cultura Hispánica, presidido por don Gregorio Marañón Moya. Así que, al saludar Marañón por tercera vez a Franco en una sola mañana, el Jefe del Estado le preguntó: –Marañón, ¿ y usted cuándo trabaja?

Llevo más de dos años sin oír por la radio o buscar en una cadena de televisión una tertulia, y me considero –dentro de lo que cabe– bastante bien informado. Leo los periódicos, oigo las noticias y sigo las últimas novedades por la Red.
No necesito que el político de turno me explique lo bueno que es el PP y lo malo que es el PSOE, o lo bueno que es el PSOE y lo malo que es el PP, porque la valoración en cada caso concreto, es un derecho individual que nadie puede arrebatarme. Cuando se aprecia una mesa de tertulia, ya se sabe qué van a decir unos o qué van a ulular otros, porque dentro de la gran masa de tertulianos hay personas educadas y cultas del mismo modo que abundan los faltones y los marrulleros. Si estas tertulias se enriquecieran con humanistas, académicos, médicos, militares y otras personas alejadas de la política y los medios de comunicación, tendrían otra dimensión, mucho más rica.
Sin olvidar a los jóvenes, imprescindibles para conocer la dureza, la exigencia y la prioridad que demanda el futuro.

Volver hacia atrás no es un error. Es un acierto cuando lo de antaño era más interesante que lo de hogaño. Así de sencillo.
 
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