La polémica boda de Beatriz de Holanda y Claus von Amsberg
Hubo protestas el mismo día del enlace
La opinión pública holandesa no vio con buenos ojos el enlace en marzo de 1966 de la heredera con un diplomático alemán
El nazismo aún estaba muy presente en la memoria de los holandeses.
Boda de primera página y con polémica de aperitivo. El 10 de marzo de 1966 la princesa Beatriz de Holanday Claus von Amsberg se daban el "sí quiero" en Amsterdam. Pero el que debía ser para los novios uno de los días más felices quedó empañado por las protestas en la calle. Y es que la heredera había decidido casarse con un diplomático alemán y en los años 60 Holanda aún parecía tener muy presente el daño que nazismo había provocado a la sociedad en general y a la holandesa en particular.
La comitiva nupcial estuvo acompañada de lanzamiento de objetos, algunos tan de la tierra como una bicicleta. Era la manera que tenía parte del pueblo holandés de mostrar su disconformidad con una boda que hería sensibilidades y que congregó a lo más granado de las casas reales.
Aprobación del enlace
Ciertamente la unión de la heredera con un alemán que, como muchos otros tantos germanos había estado inscrito automáticamente en las juventudes hitlerianas, se había convertido en un tema espinoso. Holanda había sufrido la dureza del nazismo -la propia familia real tuvo que huir- y vivió con recelo y rechazo el anuncio del noviazgo. Por ello, el Parlamento holandés tuvo que aprobar un enlace que no estaba bien visto en muchos ámbitos de la sociedad.
Adiós a Claus
El príncipe Claus había logrado la aceptación del pueblo de su esposa y con el trabajo bien hecho fallecía en 2002 a los 76 años y recibía sepultura en un entierro más bien austero acorde con la discreción que siempre había caracterizado al consorte de la reina.
Doble moral. Y pensar que al padre de Máxima no se le permitió asistir a la boda de su hija con Guillermo Alejandro porque había sido ministro en tiempos de Videla.