Acostumbrada a pasar parte de los veranos y las celebraciones de Navidad y Año Nuevo aquí, la Jefe de la Casa Real de Rumanía y su esposo han abandonado el Palacio Elisabeta en Bucarest, para instalarse en su residencia privada del Castillo Săvârșin. La propiedad la compró el rey Mihai para su madre la reina Elena en los años 40s y ahora pertenece a Margareta. Desde aquí sostiene reuniones en Zoom con su staff del Palacio Elisabeta, la Cruz Roja, políticos y sus 50 asociaciones de las cuales ella es patrona. Así como también le da seguimiento a desarrollos que tienen en Rumanía y en la República de Moldavia.