Los mas incomodos y con razón. También incluyen a Manuel Filiberto de Saboya que Beatriz no puede ni verle.
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Las cabezas visibles de la familia Grimaldi, antes de la enfermedad de Charlène Wittstock y su desaparición del Principado de Mónaco. / GTRES
ELENA DE LOS RÍOSDomingo, 14 agosto 2022, 10:01
La biografía de la familia Grimaldi está salpicada de escándalos, personajes incorrectos y relaciones turbias que convierten Mónaco en una meca de lo inquietante. Que un territorio tan idílico en su paisaje esconda un reverso tan tenebroso en lo financiero es asunto de los fiscales anticorrupción y la policía antimafia. Nos quedan los choques de trenes en la biografía de Carolina, Estefanía y Alberto, hoy algo más calmadas, pero aún protagonistas de polémicas considerables relativas a su vida privada. Algunas con personas que siguen siendo increíblemente incómodas para la familia.
Gareth Wittstock
El hermano de la princesa Charlène se ha convertido en una figura de lo más controvertida en Mónaco, hasta el punto de incomodar bastante en los círculos cortesanos de los Grimaldi. Ingeniero informático de formación e inversor en las franquicias de Starbucks en el Principado, está al frente de la Fundación Princesa Charlène como secretario general. De hecho, no se le conoce más actividad que el estar al lado de su hermana.
Gareth Wittstock acude puntualmente a algunos de los eventos de la familia (del Baile de la Rosa al Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco) y se ha asomado al balcón del palacio el Día de la Fiesta Nacional, un protagonismo que no se termina de entender en el Principado. De hecho, la élite monegasca le ha apodado de manera sarcástica 'el conde de Mónaco'.
La afición de Ernesto de Hannover por las bebidas de alta graduación se hizo terriblemente evidente en la boda de Felipe VI con Letizia Ortiz en Madrid: el príncipe y marido de Carolina de Mónaco no llegó a la ceremonia. Las denuncias, fotos, juicios públicos y declaraciones de testigos de sus borracheras se convirtieron en la peor pesadilla de Carolina, que para entonces ya había tenido a su hija, Alexandra. Aún hoy supone un borrón en el curriculum sentimental de carolina y un motivo de vergüenza: continúa siendo el padre de su hija y no se han divorciado.
Alexandre fue, como decíamos, el primer hijo varón de Alberto, pero no el primogénito, pues antes ya había tenía otra hija, Jazmín, también fuera del matrimonio. Le costo mucho reconocer a ambos niños, cosa que admitió tras largos y polémicos procesos judiciales. Pero mientras que la madre de Jazmín es anónima, la de Alexandre no. Nicole Coste desea figurar, aunque su presencia sea incómoda tanto para el príncipe Alberto, como para Charlène Wittstock.
Nicole Coste no se lo pone fácil a los príncipes de Mónaco: pactó no aparecer demasiado por el Principado para no provocar encuentros tensos, pero desde que su hijo cumpliera los 18 no ha parado de fotografiarse en Montecarlo y alrededores. La princesa Charlène se ve en el brete de permitir que sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, tenga una relación cercana con la familia no oficial del príncipe. Un escándalo para la conservadora élite que rodea a la familia Grimaldi.
En 2006, una cámara oculta dio un vuelco a la narrativa oficial del aristócrata, quien siempre sostuvo que creyó que Hamer trataba de robarle. La grabación mostraba a Victor Manuel de Saboya confesando que había engañado al tribunal. Resulta que dicha grabación formaba parte de una investigación periodista liderada nada menos que por Beatrice Borromeo, la que luego se convertiría en esposa de Pierre Casiraghi.
Cada vez que un miembro de la familia Saboya coincide con los Grimaldi en un evento social, una nube negra se cierne sobre los invitados. La tensión se masca en el ambiente sobre todo en las ocasiones en las que coinciden Beatrice Borromeo y Manuel Filiberto de Saboya, el hijo de Victor Manuel, con el que llegó a discutir agriamente cuando aún era solo una periodista. No se pueden ni ver.
Los cuatro personajes más incómodos para Carolina, Estefanía y Alberto de Mónaco: el hermano de Charlène, Ernesto de Hannover y Nicole Coste, la azafata desagradecida
Su presencia en Mónaco es fuente de incomodidad total para Carolina, Estefanía y Alberto de Mónaco. Son personajes al filo de lo políticamente correcto que les recuerdan
www.mujerhoy.comLos cuatro personajes más incómodos para Carolina, Estefanía y Alberto de Mónaco: el hermano de Charlène, Ernesto de Hannover y Nicole Coste, la azafata desagradecida
Su presencia en Mónaco es fuente de incomodidad total para Carolina, Estefanía y Alberto de Mónaco. Son personajes al filo de lo políticamente correcto que les recuerdan los momentos más delicados de sus biografías.
Las cabezas visibles de la familia Grimaldi, antes de la enfermedad de Charlène Wittstock y su desaparición del Principado de Mónaco. / GTRES
ELENA DE LOS RÍOSDomingo, 14 agosto 2022, 10:01
La biografía de la familia Grimaldi está salpicada de escándalos, personajes incorrectos y relaciones turbias que convierten Mónaco en una meca de lo inquietante. Que un territorio tan idílico en su paisaje esconda un reverso tan tenebroso en lo financiero es asunto de los fiscales anticorrupción y la policía antimafia. Nos quedan los choques de trenes en la biografía de Carolina, Estefanía y Alberto, hoy algo más calmadas, pero aún protagonistas de polémicas considerables relativas a su vida privada. Algunas con personas que siguen siendo increíblemente incómodas para la familia.
Gareth Wittstock
El hermano de la princesa Charlène se ha convertido en una figura de lo más controvertida en Mónaco, hasta el punto de incomodar bastante en los círculos cortesanos de los Grimaldi. Ingeniero informático de formación e inversor en las franquicias de Starbucks en el Principado, está al frente de la Fundación Princesa Charlène como secretario general. De hecho, no se le conoce más actividad que el estar al lado de su hermana.
Gareth Wittstock acude puntualmente a algunos de los eventos de la familia (del Baile de la Rosa al Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco) y se ha asomado al balcón del palacio el Día de la Fiesta Nacional, un protagonismo que no se termina de entender en el Principado. De hecho, la élite monegasca le ha apodado de manera sarcástica 'el conde de Mónaco'.
Ernesto de Hannover
Aunque Carolina cayó rendida ante los encantos del príncipe alemán de sus aristocráticos sueños, Ernesto de Hannover ya era un adúltero consumado y un consumidor de alcohol reputado antes de casarse con la mujer más poderosa de Mónaco. De hecho, él aún estaba casado con su primera mujer, amiga de Carolina, cuando comenzaron a viajar para verse en distintos hoteles del mundo. La luna de miel apenas les duró un año: su primer altercado con unos fotógrafos que le cazaron beodo data de 1998, un año antes de la boda y otro después de ser pillados en un hotel de Bangkok.La afición de Ernesto de Hannover por las bebidas de alta graduación se hizo terriblemente evidente en la boda de Felipe VI con Letizia Ortiz en Madrid: el príncipe y marido de Carolina de Mónaco no llegó a la ceremonia. Las denuncias, fotos, juicios públicos y declaraciones de testigos de sus borracheras se convirtieron en la peor pesadilla de Carolina, que para entonces ya había tenido a su hija, Alexandra. Aún hoy supone un borrón en el curriculum sentimental de carolina y un motivo de vergüenza: continúa siendo el padre de su hija y no se han divorciado.
Nicole Coste
Durante la larga ausencia de la princesa Charlène del Principado de Mónaco, el príncipe Alberto aprovechó para realizar algunos gestos públicos de reconocimiento a Nicole Coste, la azafata congolesa con la que tuvo una fugaz relación sentimental en 2003. Según el relato de ella, tras celebrar juntos el 31 cumpleaños de la joven esta se quedó embarazada de Alexandre Grimaldi-Coste, el primer hijo , y sin matrimonio mediante, del jefe de estado monegasco.Alexandre fue, como decíamos, el primer hijo varón de Alberto, pero no el primogénito, pues antes ya había tenía otra hija, Jazmín, también fuera del matrimonio. Le costo mucho reconocer a ambos niños, cosa que admitió tras largos y polémicos procesos judiciales. Pero mientras que la madre de Jazmín es anónima, la de Alexandre no. Nicole Coste desea figurar, aunque su presencia sea incómoda tanto para el príncipe Alberto, como para Charlène Wittstock.
Nicole Coste no se lo pone fácil a los príncipes de Mónaco: pactó no aparecer demasiado por el Principado para no provocar encuentros tensos, pero desde que su hijo cumpliera los 18 no ha parado de fotografiarse en Montecarlo y alrededores. La princesa Charlène se ve en el brete de permitir que sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, tenga una relación cercana con la familia no oficial del príncipe. Un escándalo para la conservadora élite que rodea a la familia Grimaldi.
Manuel Filiberto de Saboya
En 1978, Víctor Manuel de Saboya, hijo del rey Umberto II, disparó dos veces contra el turista alemán Dirk Hamer en la isla de Cavallo (Córcega). Fue absuelto en el juicio que se celebró en 1991, tras más de una década en la que el noble trató de postergar de todas las maneras posibles la instrucción del caso.En 2006, una cámara oculta dio un vuelco a la narrativa oficial del aristócrata, quien siempre sostuvo que creyó que Hamer trataba de robarle. La grabación mostraba a Victor Manuel de Saboya confesando que había engañado al tribunal. Resulta que dicha grabación formaba parte de una investigación periodista liderada nada menos que por Beatrice Borromeo, la que luego se convertiría en esposa de Pierre Casiraghi.
Cada vez que un miembro de la familia Saboya coincide con los Grimaldi en un evento social, una nube negra se cierne sobre los invitados. La tensión se masca en el ambiente sobre todo en las ocasiones en las que coinciden Beatrice Borromeo y Manuel Filiberto de Saboya, el hijo de Victor Manuel, con el que llegó a discutir agriamente cuando aún era solo una periodista. No se pueden ni ver.
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