Carlos, príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles, duquesa de Cornualles (2005).
La novia prescindió del tradicional color blanco con un conjunto de vestido y levita diseñado por Robinson Valentine. Completó su atuendo nupcial con un tocado de Phillip Treacy.
Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, duques de Cambridge (2011).
Era probablemente la boda real más esperada del siglo XXI, y para la ocasión, Kate Middleton supo esta a la altura con un diseño de Sarah Burton para Alexander McQueen que ya es icónico.
La princesa Soraya y el sah de Irán, Mohammad Reza Pahleví (1951).
La princesa Soraya, primera esposa del último sah de Irán, lució el día se su boda un espectacular diseño de Christian Dior de lamé con más de 20.000 plumas y 6.000 diamantes bordados.
Raniero III y Grace Kelly, príncipes de Mónaco (1956).
La elegancia tradicional del vestido nupcial de la princesa Grace de Mónaco, diseñado por Helen Rose, continúa siendo hoy día toda una inspiración para las novias de todo el globo.
La aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón se convirtió tras su matrimonio en reina de los belgas y escogió para sus esponsales un vestido de seda ribeteado en piel blanca firmado por el legendario Balenciaga.
La hija del multimillonario americano Robert Miller se casó con el heredero al trono de Grecia en Londres con un espléndido diseño de Valentino valorado en un cuarto de millón de dólares.
Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro, reyes de los Países Bajos (2002).
La argentina, Máxima Zorreguieta se convirtió en reina consorte de los holandeses enfundada en un sencillo diseño de manga francesa firmado por la marca fetiche de las bodas reales europeas, Valentino.
Felipe VI y Letizia Ortiz Rocasolano, reyes de España (2004).
La reina Letizia confió el día de su boda en uno de los grandes talentos de la historia de la moda española, Manuel Pertegaz, que creó para ella un original vestido bordado de manga larga y cuello alzado.