Llevó la tiara de diamantes del Congo que el Gobierno del Congo, entonces colonia belga a Carlota, había regalado a la madre de Enrique con motivo de su boda con el gran duque Juan en 1953.
Los recién casados, que salieron ante el clamor del público congregado frente al palacio. ella tomó la iniciativa y se arrojó a su cuello poniendo el romántico punto y final a su boda.
Fue la primera de las bodas de los hijos de la Reina Isabel II de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Se estima que 30.000 personas cubrian la distancia entre el Palacio y la Abadía para ver pasar la "Glass Coach" (carroza de cristal) que llevaba a la novia y a su padre, el Príncipe Felipe