Lo viene haciendo desde 2005 y se ha convertido en una costumbre muy simpática. Siempre con la participación del más alto de la Guardia Real, que es el encargado de colocar los adornos en las ramas superiores, sobre todo la estrella de la punta. El guardia va con el uniforme completo, y a los niños les encanta probarse el gorro de piel.
Luego se organiza una merienda para los niños, servida por los adultos (incluida Camilla).
Y otra parte de la visita que entusiasma mucho a los niños es acariciar a los renos en el jardín:
Me parece una muy bonita tradición que arrancaron desde el 2007.
Incluso el año pasado la llevaron a cabo, aunque con cambios debido a la pandemia. Charlie, un guardia muy alto, colocaba los adornos en los sitios que los niños le pedían por videollamada, Uno de los niños incluso cantó y al final les enviaron recuerditos en un carruaje. Muy simpático.