El último vestido para mí es un horror.
Yo no valdría como representante de realeza alguna, me parecen un pestiño importante los viajes que hacen, el tener que sonreír, o poner cara triste según toque, me dolería la mano de tanto achuchón, discursos inacabables, en algunos casos bailes folclóricos, además te tiene que gustar por narices los niños y te los meten por todas partes y si por un casual no eres niñero qué ¿pasa?., que te los tragas te guste o no.
No hay vestiditos, tiaras ni puñetas que compensen semejante coñazo, no para mí desde luego.