Funeral de Shinzo Abe. 27 septiembre 2022
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El príncipe Akishino, su esposa y su hija Kako, detrás el rey Abdullah de Jordania, la princesa Nobuko con su hija Akiko y la princesa Takamado con su hija Tsuguko
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El rey Abdullah seguido del príncipe Ghazi, casado recientemente con Myriam Ungria
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Representantes de más de 200 países, líderes mundiales del pasado y del presente, más un puñado de jefes de organismos internacionales, han asistido al funeral de estado del primer ministro con más años de servicio en la historia de Japón.
Todos ellos quisieron presentar sus respetos a la memoria de un político conservador con una carrera donde las luces de sus políticas económicas siempre estuvieron sacudidas por continuos escándalos de malversación de fondos políticos y favores hacía a sus amigos del Partido Liberal Democrático (PLD)
Porque el asesino del ex primer ministro, Tetsuya Yamagami, dijo que atacó al político por sus vínculos con la Iglesia de Unificación, una poderosa organización con fuertes nexos con el gobernante PLD. y que su madre, miembro de la iglesia, había donado grandes sumas de dinero al grupo religioso, lo que sumió a su familia en la pobreza.
Abe mantenía una relación estrecha con la iglesia, al igual que, según demostró una investigación posterior a la muerte del ex primer ministro, 179 parlamentarios del PLD. Esta organización conocida por celebrar bodas masivas y que ahora está bajo el escrutinio público por presionar a sus feligreses para que hagan donaciones que muchos no pueden pagar.
Miles de personas han salido a las calles de Tokio durante semanas para manifestarse contra el evento.
El gasto para el evento ha sido otra de las grandes controversias que ha crispado aún más el ambiente en medio de la lucha de Japón contra la peor inflación en décadas.
Se estima que de las arcas públicas se han pagado 1.650 millones de yenes (12 millones de euros) para el funeral. "Los japoneses se preguntan por qué el funeral de Abe va a costar más que el de la reina Isabel II".
El actual primer ministro nipón, Fumio Kishida, ha evitado en todo momento entrar en un debate público sobre las razones para celebrar el funeral, y ni siquiera ha sido transparente sobre las cuestiones legales o el coste del evento. Kishida defendió que la ceremonia era una oportunidad para la "diplomacia fúnebre" ya que en Tokio se reunirían importantes líderes mundiales con los que el primer ministro ha mantenido en las últimas horas varias reuniones bilaterales.
Información recogida del periódico "El Mundo"
Todos ellos quisieron presentar sus respetos a la memoria de un político conservador con una carrera donde las luces de sus políticas económicas siempre estuvieron sacudidas por continuos escándalos de malversación de fondos políticos y favores hacía a sus amigos del Partido Liberal Democrático (PLD)
Porque el asesino del ex primer ministro, Tetsuya Yamagami, dijo que atacó al político por sus vínculos con la Iglesia de Unificación, una poderosa organización con fuertes nexos con el gobernante PLD. y que su madre, miembro de la iglesia, había donado grandes sumas de dinero al grupo religioso, lo que sumió a su familia en la pobreza.
Abe mantenía una relación estrecha con la iglesia, al igual que, según demostró una investigación posterior a la muerte del ex primer ministro, 179 parlamentarios del PLD. Esta organización conocida por celebrar bodas masivas y que ahora está bajo el escrutinio público por presionar a sus feligreses para que hagan donaciones que muchos no pueden pagar.
Miles de personas han salido a las calles de Tokio durante semanas para manifestarse contra el evento.
El gasto para el evento ha sido otra de las grandes controversias que ha crispado aún más el ambiente en medio de la lucha de Japón contra la peor inflación en décadas.
Se estima que de las arcas públicas se han pagado 1.650 millones de yenes (12 millones de euros) para el funeral. "Los japoneses se preguntan por qué el funeral de Abe va a costar más que el de la reina Isabel II".
El actual primer ministro nipón, Fumio Kishida, ha evitado en todo momento entrar en un debate público sobre las razones para celebrar el funeral, y ni siquiera ha sido transparente sobre las cuestiones legales o el coste del evento. Kishida defendió que la ceremonia era una oportunidad para la "diplomacia fúnebre" ya que en Tokio se reunirían importantes líderes mundiales con los que el primer ministro ha mantenido en las últimas horas varias reuniones bilaterales.
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La viuda con las cenizas de su fallecido esposo
No pueden ser representantes de "más de 200 países" porque no hay más de 200 países en este planeta.
Y la política japonesa pero tiene sus peculiaridades "feudales " muy distintas a la política occidental, lo mismo que la vida en Japón es muy diferente a la occidental. Lo de la Iglesia es una custion residual, hay otros motivos, intrínsecos en la peculiar política japonesa. Peculiar en el sentido de normas diferentes
Abe era un político controvertido y no contaba desde hacía tiempo con el beneplácito del pueblo japonés pero nunca imaginé que sería victima de un asesinato.
Un funeral de estas magnitudes para un político tampoco cuenta con las simpatías del pueblo japonés.
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Compañera, me he limitado tal como pongo al final del párrafo a copiar la información del periódico el mundo. En cuanto a Abe yo tampoco esperaba que lo matasen pero debo decir que no contaba en absoluto con mis simpatias.
Un saludo.
