Estefanía de Mónaco Novia de Mario Oliver

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Estefanía estuvo super loca por Mario. Se tatuó el nombre de Mario en su culo. Despues tuvo que eliminarselo con laser para salir con Jean-Yves Lefur, porque este le exigió eliminarselo

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Los años más locos de Estefanía de Mónaco junto a su novio Mario Oliver, el Tarzán de Marsella (que hizo bueno a Philippe Junot)​

De todos los escandalosos noviazgos Grimaldi, el de Estefanía de Mónaco con Mario Oliver fue el que más amargó la vida a su padre, el príncipe Rainiero.​

Estefanía de Mónaco y Mario Oliver en una imagen de 1987 en Roland Garros /gtres

Estefanía de Mónaco y Mario Oliver en una imagen de 1987 en Roland Garros / GTRES
SILVIA VIVAS Viernes, 21 octubre 2022, 12:48

La juventud de la princesa Estefanía de Mónaco hizo palidecer en escándalos amorosos a la de su hermana Carolina de Hannover (y eso que la primogénita abrió la veda casándose y divorciándose exprés del «emperador» de la noche Philippe Junot).

Pero si hay que escoger el noviazgo de la hija pequeña de Grace Kelly que más sacó de quicio al príncipe Rainiero III, ese fue sin duda el que protagonizó Estefanía junto a un oscuro personaje llamado Mario Oliver y apodado por la prensa como el «Tarzán de Marsella».
Vaya por delante que la princesa Estefanía de Mónaco no atravesaba su mejor momento cuando comenzó su carrera meteórica en el mundo de la prensa rosa. apenas acababa de cumplir los 17 años cuando falleció su madre en un terrible accidente de tráfico que también padeció Estefanía y desde ese momento todo fue cuesta abajo.

Se calcula que en un par de años la pequeña de los Grimaldi estrenó, al menos, cinco parejas distintas, a cada cual más mediática que la anterior. Comenzó con el hijo del actor Jean Paul Belmondo al que abandonó por su mejor amigo, el hijo de Alain Delon. Después llegaron más actores, Rob Lowe, Christopher Lambert y algún que otro deportista. Hasta que en 1986 se topó con Mario Oliver.

El nuevo galán de Estefanía de Mónaco tenía 17 años más que ella, estaba divorciado por partida doble, llevaba melenita con flequillo teñida de rubio piolín y era propietario de una discoteca en Los Ángeles llamada Vértigo. Pero lo que más preocupaba al padre de la princesa era la denuncia por violación pendiente de resolución que pesaba sobre Mario Oliver.

Estaba claro que por aquella época a Estefanía de Mónaco le agradaban los «chicos malos», no en vano su segundo novio oficial, Anthony Delon, también tenía antecedentes policiales, en su caso por robar coches y por poseer una pistola sin tener licencia de armas.
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Pero lo de Mario Oliver pasaba de castaño oscuro. No solo porque Estefanía de Mónaco decidió apostarlo todo por su relación, tatuarse su nombre en el trasero (no fuiste la primera Laura Escanes, y seguramente tampoco serás la última) y teñirse el flequillo de rubio pollito en su honor, sino porque esta relación supuso la ruptura de sus lazos familiares.
Era el año 1987 y Estefanía decidió abandonar Mónaco, París y Europa para instalarse de forma definitiva con Oliver en Estados Unidos y, de paso, comenzar a conceder exclusivas para airear su amor (previo pago).

Los titulares que llegaban hasta el principado no tenían desperdicio. Desde el famoso «No quiero tener que amar a Mario en secreto» a sus declaraciones sobre su intención de quedarse embarazada de Mario sin pasar antes por el altar, la situación empeoraba por momentos.

Rainiero se negaba a aceptar que su hija pequeña acabara con semejante personaje y se llegó a publicar que en una ocasión que la pareja se presentó en Mónaco se negó a recibirle en palacio. Así las cosas Estefanía se perdió el bautizo de su sobrino Pierre Casiraghi porque el nombre de Oliver no figuraba en la invitación.
Entre peleas familiares y desplantes varios la pareja incursionaba de vez en cuando por Europa de la forma más rara, por ejemplo, cuando visitaron Canarias para grabar el videoclip «Stéphanie» y, de paso, aceptar que unos promotores canarios les construyeran un chalet en Tenerife al que llamarían Villa Estefanía y del que solo se colocó la primera piedra.

Ocho días de estancia en Canarias que dieron para mucho en términos de incrementar la leyenda de Estefanía como princesa caprichosa, dependiente de su novio y un tanto insoportable. Hasta el diario El País advertía de que se habían presenciado tres ataques de llanto principescos con gritos incluidos.

La pareja Estefanía-Mario no pisaba Montecarlo ni falta que le hacía. Esquiaba junta, se daba besos y hasta llegó a posturear una boda en Isla Mauricio que no lleó a nada. Pero en julio de 1988 la pareja ya estaba vendiendo la exclusiva de su separación a la prensa rosa.
A Estefanía de Mónaco la soltería le duraría hasta el siguiente top less en un yate esta vez acompañada por un francés de 25 años llamado Jean Yves Lefur. A Mario el disgusto le duró más o al menos lo monetizó mejor: siguió cobrando exclusivas a costa de su relación con la Grimaldi durante años. Hasta cuando Estefanía se divorció de Ducruet, Mario Oliver habló.

Desafortunadamente para la pequeña de los Grimaldi el amor siguió sin ser lo suyo. Con Lefur la princesa Estefanía llegó hasta a anunciar su compromiso matrimonial. Fue en abril de 1990 pero para finales de ese año la pareja ya había roto, papá Rainiero había descubierto que el novio escondía una acusación de estafa en el fondo del armario y Estefanía quedó de nuevo soltera, al menos, durante un par de meses.
 
Aquí salen otros que no conocía.

LAS CONQUISTAS DE LA PRINCESA ESTEFANÍA DE MÓNACO​

ALEJANDRA MORÓN 22 MAYO, 2018
Las conquistas de la princesa Estefanía de Mónaco

En su lista de romances se incluye un guardaespaldas, un mesero y un domador de elefantes.

Estefanía de Mónaco, una princesa más que nunca se sintió cómoda con las formas reales que la rodeaban y optó por llevar una vida diferente a la que todos esperaban.

Su primer arrebato amoroso lo protagonizó al lado de Paul Belmondo, el hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Durante poco más de dos años vivieron juntos en la casa de él en París mientras que ella trabajó como diseñadora de modas para la firma Dior.

Posteriormente conoció a Anthony Delon, el hijo de Alain Delon, con quien se entusiasmó tanto que mandó a volar a Jean Paul. El flechazo no duró más de tres semanas. Le siguieron: el piloto de F1 Stefan Johansson, el fotógrafo François Darmigny, los actores Christopher Lambert y Rob Lowe, John Kennedy Jr. y el productor discográfico Ron Bloom con quien vivió en Los Ángeles.

Luego estuvo a punto de casarse con el empresario y playboy Jean-Yves Lefur para después caer rendida en los brazos de otro millonario:
Jérôme Lausseure. Tras incursionar como modelo, cantante, actriz y empresaria, en 1991 inició una relación amorosa con Daniel Ducruet, su guardaespaldas.
Un año más tarde anunció que se convertiría en mamá. Dado que su padre, el príncipe Raniero hacía tiempo que le había suspendido su mensualidad, la princesa vendió la exclusiva de su embarazo para hacerse de fondos. El 26 de noviembre de 1992 nació Louis.
Sensibilizada con el nacimiento de su sobrino, su hermana Carolina intercedió para que el príncipe Raniero hiciera las paces con Estefanía.

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La princesa tiene corazón de condominio.


A cambio la princesa no podría casarse con Ducruet, debía acudir a los actos oficiales sola y el papá de su hijo no tendría trato con la familia real. Dos años más tarde la princesa se convirtió en mamá por segunda vez de una niña, Paulina. Finalmente, Raniero autorizó que su hija se casara con Ducruet y el 1 de julio de 1995 se celebró la boda en la residencia Grimaldi.

Al cabo de un año se supo que Ducruet le había sido infiel a la princesa, motivo suficiente para que su relación acabara en divorcio. La princesa volvió a las andadas, y luego de tres romances fugaces incluido el multimillonario Dodi Al Fayed (última pareja de la princesa Diana), inició uno con otro de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, con quien tuvo a su tercera hija: Camille Marie Kelly.

La relación duró poco. Ella siguió sumando nombres a su lista de conquistas incluido un profesor de esquí, Olivier Chosset, con quien se mudó durante algunos meses.

Más tarde llegó a su vida otro de sus grandes amores, Franco Knie, un director de circo suizo especializado en domar elefantes. Duraron poco más de dos años. La princesa terminó con Knie tras conocer al acróbata portugués Adan Lopes Peres, 10 años menor que ella.
Deslumbrada, se casó con él en una ceremonia secreta en 2003. Al año la pareja se divorció. Ella encontró consuelo rápidamente en los brazos del crupier Franck Brasseur.

Al morir Raniero el 6 de abril de 2005 y recibir su parte de la herencia, la princesa se trasladó a vivir a un departamento del ala privada del palacio Grimaldi. Su regreso a palacio no implicó que modificara su estilo de vida.

A la lista de amores se sumaron el mesero Mathieu Snieft, el cantante Merwan Rim, el atleta Sebastien Gattuso y el más joven de todos, el acróbata marroquí Shaffik Mohamed, 20 años menor que ella. Hay que reconocer que de un tiempo para acá la princesa parece haber dejado de buscar pareja sentimental, y se le ve entregada a sus hijos y a causas benéficas.
 
Aquí salen otros que no conocía.

LAS CONQUISTAS DE LA PRINCESA ESTEFANÍA DE MÓNACO​

ALEJANDRA MORÓN 22 MAYO, 2018
Las conquistas de la princesa Estefanía de Mónaco

En su lista de romances se incluye un guardaespaldas, un mesero y un domador de elefantes.

Estefanía de Mónaco, una princesa más que nunca se sintió cómoda con las formas reales que la rodeaban y optó por llevar una vida diferente a la que todos esperaban.

Su primer arrebato amoroso lo protagonizó al lado de Paul Belmondo, el hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Durante poco más de dos años vivieron juntos en la casa de él en París mientras que ella trabajó como diseñadora de modas para la firma Dior.

Posteriormente conoció a Anthony Delon, el hijo de Alain Delon, con quien se entusiasmó tanto que mandó a volar a Jean Paul. El flechazo no duró más de tres semanas. Le siguieron: el piloto de F1 Stefan Johansson, el fotógrafo François Darmigny, los actores Christopher Lambert y Rob Lowe, John Kennedy Jr. y el productor discográfico Ron Bloom con quien vivió en Los Ángeles.

Luego estuvo a punto de casarse con el empresario y playboy Jean-Yves Lefur para después caer rendida en los brazos de otro millonario:
Jérôme Lausseure. Tras incursionar como modelo, cantante, actriz y empresaria, en 1991 inició una relación amorosa con Daniel Ducruet, su guardaespaldas.
Un año más tarde anunció que se convertiría en mamá. Dado que su padre, el príncipe Raniero hacía tiempo que le había suspendido su mensualidad, la princesa vendió la exclusiva de su embarazo para hacerse de fondos. El 26 de noviembre de 1992 nació Louis.
Sensibilizada con el nacimiento de su sobrino, su hermana Carolina intercedió para que el príncipe Raniero hiciera las paces con Estefanía.

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La princesa tiene corazón de condominio.


A cambio la princesa no podría casarse con Ducruet, debía acudir a los actos oficiales sola y el papá de su hijo no tendría trato con la familia real. Dos años más tarde la princesa se convirtió en mamá por segunda vez de una niña, Paulina. Finalmente, Raniero autorizó que su hija se casara con Ducruet y el 1 de julio de 1995 se celebró la boda en la residencia Grimaldi.

Al cabo de un año se supo que Ducruet le había sido infiel a la princesa, motivo suficiente para que su relación acabara en divorcio. La princesa volvió a las andadas, y luego de tres romances fugaces incluido el multimillonario Dodi Al Fayed (última pareja de la princesa Diana), inició uno con otro de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, con quien tuvo a su tercera hija: Camille Marie Kelly.

La relación duró poco. Ella siguió sumando nombres a su lista de conquistas incluido un profesor de esquí, Olivier Chosset, con quien se mudó durante algunos meses.

Más tarde llegó a su vida otro de sus grandes amores, Franco Knie, un director de circo suizo especializado en domar elefantes. Duraron poco más de dos años. La princesa terminó con Knie tras conocer al acróbata portugués Adan Lopes Peres, 10 años menor que ella.
Deslumbrada, se casó con él en una ceremonia secreta en 2003. Al año la pareja se divorció. Ella encontró consuelo rápidamente en los brazos del crupier Franck Brasseur.

Al morir Raniero el 6 de abril de 2005 y recibir su parte de la herencia, la princesa se trasladó a vivir a un departamento del ala privada del palacio Grimaldi. Su regreso a palacio no implicó que modificara su estilo de vida.

A la lista de amores se sumaron el mesero Mathieu Snieft, el cantante Merwan Rim, el atleta Sebastien Gattuso y el más joven de todos, el acróbata marroquí Shaffik Mohamed, 20 años menor que ella. Hay que reconocer que de un tiempo para acá la princesa parece haber dejado de buscar pareja sentimental, y se le ve entregada a sus hijos y a causas benéficas.
Uff, pues malas parejas hay unos cuantos pero para mí, según recuerdo, el peor fue el del circo con el que vivió en una caravana, el acróbata tb fue de traca. Esta princesa en su juventud nos daba para hilos e hilos en este foro, no recuerdo a ninguna famosa, real o no, con peor gusto y tan prolífica
 
Aquí salen otros que no conocía.

LAS CONQUISTAS DE LA PRINCESA ESTEFANÍA DE MÓNACO​

ALEJANDRA MORÓN 22 MAYO, 2018
Las conquistas de la princesa Estefanía de Mónaco

En su lista de romances se incluye un guardaespaldas, un mesero y un domador de elefantes.

Estefanía de Mónaco, una princesa más que nunca se sintió cómoda con las formas reales que la rodeaban y optó por llevar una vida diferente a la que todos esperaban.

Su primer arrebato amoroso lo protagonizó al lado de Paul Belmondo, el hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Durante poco más de dos años vivieron juntos en la casa de él en París mientras que ella trabajó como diseñadora de modas para la firma Dior.

Posteriormente conoció a Anthony Delon, el hijo de Alain Delon, con quien se entusiasmó tanto que mandó a volar a Jean Paul. El flechazo no duró más de tres semanas. Le siguieron: el piloto de F1 Stefan Johansson, el fotógrafo François Darmigny, los actores Christopher Lambert y Rob Lowe, John Kennedy Jr. y el productor discográfico Ron Bloom con quien vivió en Los Ángeles.

Luego estuvo a punto de casarse con el empresario y playboy Jean-Yves Lefur para después caer rendida en los brazos de otro millonario:
Jérôme Lausseure. Tras incursionar como modelo, cantante, actriz y empresaria, en 1991 inició una relación amorosa con Daniel Ducruet, su guardaespaldas.
Un año más tarde anunció que se convertiría en mamá. Dado que su padre, el príncipe Raniero hacía tiempo que le había suspendido su mensualidad, la princesa vendió la exclusiva de su embarazo para hacerse de fondos. El 26 de noviembre de 1992 nació Louis.
Sensibilizada con el nacimiento de su sobrino, su hermana Carolina intercedió para que el príncipe Raniero hiciera las paces con Estefanía.

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La princesa tiene corazón de condominio.


A cambio la princesa no podría casarse con Ducruet, debía acudir a los actos oficiales sola y el papá de su hijo no tendría trato con la familia real. Dos años más tarde la princesa se convirtió en mamá por segunda vez de una niña, Paulina. Finalmente, Raniero autorizó que su hija se casara con Ducruet y el 1 de julio de 1995 se celebró la boda en la residencia Grimaldi.

Al cabo de un año se supo que Ducruet le había sido infiel a la princesa, motivo suficiente para que su relación acabara en divorcio. La princesa volvió a las andadas, y luego de tres romances fugaces incluido el multimillonario Dodi Al Fayed (última pareja de la princesa Diana), inició uno con otro de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, con quien tuvo a su tercera hija: Camille Marie Kelly.

La relación duró poco. Ella siguió sumando nombres a su lista de conquistas incluido un profesor de esquí, Olivier Chosset, con quien se mudó durante algunos meses.

Más tarde llegó a su vida otro de sus grandes amores, Franco Knie, un director de circo suizo especializado en domar elefantes. Duraron poco más de dos años. La princesa terminó con Knie tras conocer al acróbata portugués Adan Lopes Peres, 10 años menor que ella.
Deslumbrada, se casó con él en una ceremonia secreta en 2003. Al año la pareja se divorció. Ella encontró consuelo rápidamente en los brazos del crupier Franck Brasseur.

Al morir Raniero el 6 de abril de 2005 y recibir su parte de la herencia, la princesa se trasladó a vivir a un departamento del ala privada del palacio Grimaldi. Su regreso a palacio no implicó que modificara su estilo de vida.

A la lista de amores se sumaron el mesero Mathieu Snieft, el cantante Merwan Rim, el atleta Sebastien Gattuso y el más joven de todos, el acróbata marroquí Shaffik Mohamed, 20 años menor que ella. Hay que reconocer que de un tiempo para acá la princesa parece haber dejado de buscar pareja sentimental, y se le ve entregada a sus hijos y a causas benéficas.
La lista de novios es muy larga, me acuerdo de algunos que no salen, Alain Prost quando era joven, y ya despues del divorcio el mayordomo de Rainier, un par de novios en Auron y otro en Monaco que trabajaba en un bar de playa.
 
El primer texto está equivocado. Después de Mario Oliver no se fue con Jean-Yves Lefur sinó que estuvo con Ron Bloom que también tenía unas pintas muy raras, a lo Mario Oliver pero en moreno. Con Jean-Yves iba de pijita, recuerdo lo guapa que estaba con su media melena lisa anunciando el compromiso. En casa comentaban que parecían una pareja como Carolina y Stefano. Duraron poco porque detrás de la fachada de él también habían escándalos detrás.
 
El primer texto está equivocado. Después de Mario Oliver no se fue con Jean-Yves Lefur sinó que estuvo con Ron Bloom que también tenía unas pintas muy raras, a lo Mario Oliver pero en moreno. Con Jean-Yves iba de pijita, recuerdo lo guapa que estaba con su media melena lisa anunciando el compromiso. En casa comentaban que parecían una pareja como Carolina y Stefano. Duraron poco porque detrás de la fachada de él también habían escándalos detrás.
Descubrieron que el era un estafador, iba a por él dinero de la familia
 
El primer texto está equivocado. Después de Mario Oliver no se fue con Jean-Yves Lefur sinó que estuvo con Ron Bloom que también tenía unas pintas muy raras, a lo Mario Oliver pero en moreno. Con Jean-Yves iba de pijita, recuerdo lo guapa que estaba con su media melena lisa anunciando el compromiso. En casa comentaban que parecían una pareja como Carolina y Stefano. Duraron poco porque detrás de la fachada de él también habían escándalos detrás.


Realmente estaba lindísima cuando salió con Jen-Yves Lefur.

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Realmente estaba lindísima cuando salió con Jen-Yves Lefur.

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Porque con Jean Yves ella llevaba un estilo de ñiña bien Porque el era pijo.

Es el estilo que siempre debería haber llevado al ser una princesa 👸 le hace estar más guapa, fina y distinguida.

En cambio salió con los peores macarras e iba en línea a como vestían ellos. Un horror
 
Porque con Jean Yves ella llevaba un estilo de ñiña bien Porque el era pijo.

Es el estilo que siempre debería haber llevado al ser una princesa 👸 le hace estar más guapa, fina y distinguida.

En cambio salió con los peores macarras e iba en línea a como vestían ellos. Un horror
Es cuando más guapa la he visto pero creo también que es lo que dices: él era un pijo y ella hacía lo que se suponía que debía hacer: lucir bien, foto oficial de compromiso… A la que se rompió todo, volvió a su estilo de ir a la suya
 
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