Charlène de Mónaco vive en un establo reformado.
El matrimonio entre la princesa Charlène de Mónaco y el príncipe Alberto II se ha caracterizado siempre por la gran cantidad de rumores sobre los términos de su relación. Algunas fuentes han informado que la princesa intentó huir el día de su boda, pero fue descubierta poco antes de hacerlo. Además, Charlène es conocida como ‘la princesa triste’, dado que no ha podido acostumbrarse a la frialdad del Palacio Grimaldi. Ahora, tras haberse ausentado por poco más de un año del Palacio por una grave infección y una posterior hospitalización en una clínica de salud mental, algunos medios han informado que Charlène de Mónaco ya no comparte residencia con su marido, y ahora vive una vida secreta y alejada del foco mediática en su propio refugio personal en los Alpes franceses.
De acuerdo con la revista alemana ‘Bunte’, la ex nadadora sudafricana, cuando no tiene ningún evento previsto en su agenda oficial, se refugia en una casa modesta en los Alpes franceses, una propiedad sin muchos lujos pero con un acceso realmente difícil, dado que solo se puede llegar caminando o un vehículo 4X4, ya que está situada dentro del Parque Nacional de Mercantour. Y aunque se llegó a especular que Charlène de Mónaco haría todo lo posible por encontrar la paz, alejándose de sus cuñadas, Carolina y Estefanía de Mónaco, al mudarse al Palacio de Roc Agel, ubicado en la frontera entre Mónaco y Francia, todo parece indicar que este lugar seguirá siendo su lugar preferido para disfrutar del verano, pero no se convertirá en su hogar permanente.
Según ‘Bunte’, Charlène habría tomado la decisión de mudarse a la propiedad francesa de los Grimaldi, una casa que Alberto II compró después de haber quedado impresionado con la belleza natural del lugar. Esta casa se encuentra a dos horas de Mónaco y forma parte de un pequeño pueblo en el que solo hay 15 casas más. Además, algunos medios locales han averiguado que esta casa se encuentra a tan solo 100 metros de la capilla, un lugar que fue completamente rehabilitado y reformado por el príncipe Alberto, dado que su esposa se encuentra atravesando por una etapa en la que la religiosidad y la fe es muy importante.
Esta casa en los Alpes franceses ha sido completamente reformada desde que el soberano monegasco la compró en 2007, puesto que anteriormente era una edificación que funcionaba como establo. Ahora, Charlène, su personal de servicio y su guardaespaldas son los que disfrutan de esta hermosa y relajante locación. Durante su estancia en esta propiedad, los habitantes del pueblo han podido verla jugando en la plaza central y pidiendo algunos suministros básicos para su nuevo hogar, algo que no sería posible en el Palacio Grimaldi, su residencia oficial.De hecho, algunas personas cercanas a la princesa han afirmado que este refugio secreto en las montañas forma parte de la terapia que ella necesita para recuperar su salud mental, sobre todo el gran agotamiento físico y psicológico que ha padecido en el último año, un proceso que ella misma ha definido como “largo, difícil y doloroso”.
Charlene de Mónaco, vida secreta en un refugio en los Alpes franceses
Charlène de Mónaco vive en un establo reformado.
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