Sí... cierto. A mi, se me escapó uno, una vez... y, mira que era malo. Tenía celos de la hembra y le hacía un poco la vida imposible. Pero, cuando se escapó por la ventana, se fue a la ventana de un bloque de enfrente. Lo fuí a buscar, pero, por mala suerte, los dueño no estaban allí. Estuve toda una tarde entera intentar alcalzarlo, incluso, a través de otros vecinos... lo veía tan indefenso, con tanto miedo, que empecé a sufrir por él. Es eso... que no saben defenderse fuera de casa, y lo pasan muy mal. Al final, a pesar de todos mis esfuerzos, fue imposible.
Por aquellas casualidades de a vida, al cabo de unos 10 años, me puse a hablar con una vecina de uno de aquellos bloques. Sin querer, me empezó a contar que, una vez su hija pequeña y su marido le habían traído a casa un agaporni perdido, que habían encontrado en una esquina de la acera, todo acurrucado y miedoso... me empezó a relatar todas las travesuras que hacía, le pregunté más detalles... y, resultó ser el mismo que se me había escapado de casa y por el que había sufrido tanto!!! No sabes la alegría que me dió, al saber que lo habían rescatado y lo habían tratado tan bien!!!
Te comprendo, Asten. Nosotros tenemos un canario y le queremos muchísimo, es nuestro "hijito" plumífero. Nos encanta verlo tan sano y feliz. Tenemos mucha comunicación y cercanía con él... cuando nos oye llegar a casa, empieza a piar... cuando le hablamos, corre por los palitos para acercarse a nosotros lo más posible y nos contesta, juega con nuestros dedos, salta, canta, come de nuestra mano... en fin, que es un animalito entrañable que forma parte de nuestras vidas. Y jamás nos ausentamos por días sin él, ha viajado en coche, tren, avión... lo que haga falta.
Os presento a Elvis. Una de las cosas que más me gustan es cogerlo y colmarlo de besos, es como coger una bola de algodón, tan blandito y suave, tan tiernucho como es.
