Sin dar escandalos y son más normales.
www.mujerhoy.com
Magdalena de Suecia vive en Estados Unidos desde hace ya una década. Si quieres ver cómo era su vestido de boda, pincha en la imagen. / GTRES ELENA DE LOS RÍOS Miércoles, 18 agosto 2021, 14:35
Parece que las únicas deserciones de familia real, los únicos príncipes y princesas a a fuga, huyen de la Familia Real británica, como si los Windsor tuvieran el monopolio de la indeseabilidad en el planeta de la realeza europea. Cierto es que el caso del príncipe Enrique y Meghan Markle ha sido especialmente sangrante, por la desprotección y el racismo que parece estar en el origen de la marcha a los Estados Unidos de los Duques de Sussex. Ya expulsados (o huidos) al otro lado del Atlántico, aún seguían luchando con 'The Firm' por asignaciones económicas y títulos nobiliarios para su primogénito, Archie. Nada que ver con la manera en la que Chris O'NeilL y Magdalena de Suecia ejecutaron su salida de la Familia Real sueca. Hubo críticas, pero ni por asomo el escándalo global que ocasionó la salida de los Sussex.
Lo cierto es que Chris O'Neill fue la salvación para Magdalena de Suecia casi tanto como Meghan Markle lo fue para el príncipe Enrique. La princesa sueca venía de un largo noviazgo que había terminado fatal, con una infidelidad flagrante, y en su currículum sentimental figuraban novios poco recomendables. Cuando apareció O'Neill, un respetable hijo de banquero londinense y el mismo ejecutivo financiero, Gustavo Carlos y Silvia de Suecia suspiraron de alivio: ella tenía 30 y él, 38.
Meghan también rescató a Enrique bien pasados los 30 y de una soledad que se traducía en juergas o depresión: además del flechazo, la actriz estaba dispuesta a dejar su carrera para encajar en el antiquísimo sistema de castas de la realeza británica para formar una familia en Reino Unido. Sin embargo, O'Neill jamás se planteó abandonar su profesión para ejercer de consorte.
Desde el minuto cero, Chris O'Neill confirmó que no tenía ninguna intención de unirse a la Familia Real Sueca. Sencillamente no llegó a formar parte del entramado monárquico: renunció a un rango real o posible título nobiliario, conservó su nacionalidad estadounidense-británica y continuó con su trabajo al frente de sus firmas de inversión. «No tengo ningún deseo de hacerme famoso ni de beneficiarme de manera alguna en mi vida profesional de mi matrimonio. Estoy loco por Magdalena, esto es todo. Al final, tendré que aprender a vivir con ello», explicó O'Neill en una entrevista poco antes de la boda, en 2013. Meghan Markle, sin embargo, decidió abandonar su profesión por otra carrera como 'royal' con agenda oficial. Como si el trabajo fuera fácil.
Chris O'Neill y Magdalena de Suecia tiene tres hijos, Leonore, Nicolas y Adrienne, pero renunciaron a cualquier título o tratamiento de privilegio para ellos. Enrique de Inglaterra y Meghan Markle sí querían que su primer hijo, Archie, disfrutara del tratamiento de príncipe y del título de Earl of Dumbarton que le correspondía (recordemos: los títulos conllevan ingresos económicos). Sin embargo, la Casa Real decidió no cedérselo ni, en consecuencia, proveyó fondos para su seguridad. De hecho, la vida que ambas familias llevan en Estados Unidos, la sueca en Miami y la británica en Los Ángeles, no tiene nada que ver. Los primeros pasan inadvertidos y disfrutan del anonimato de los grandes ricos. Los segundos viven bajo el escrutinio de los paparazzi como verdaderas estrellas globales.
Los únicos escándalos que han protagonizado Chris O'Neill y Magdalena de Suecia tienen que ver, precisamente, con la ausencia del financiero en ciertos compromisos oficiales de la Familia Real sueca, donde en alguna ocasión la princesa acudió en solitario. «Cuido a mi familia y pongo la comida en la mesa. Mi trabajo no me permite decidir si puedo acudir a un evento de la agenda oficial con un mes de antelación: tengo negocios y mis clientes exigen mi tiempo», se justificó el ejecutivo en la prensa sueca.
Recientemente, se acusó a Chris O'Neill de haber realizado un trayecto de coche, entre el aeropuerto y el hotel donde se alojaba con su familia en Estocolmo, en un vehículo de la flota oficial. Hubo que aclarar que los 100 euros que costó el viaje no significaron un cargo extra al contribuyente y que el mismo O'Neill había pagado su billete de avión para viajar de Estados Unidos a Suecia. Como vemos, es escrutinio a los consortes no ha sido duro solo con Meghan Markle. Lo es incluso con los que no quieren saber nada de la realeza.
Así desertó de la familia real sueca Chris O'Neil: en alianza con Magdalena de Suecia y sin las críticas de Harry y Meghan
Abandonaron la Familia Real sueca dos años antes de la espantada de los Duques de Sussex, pero con más elegancia y menos escándalo.
www.mujerhoy.comAsí desertó de la familia real sueca Chris O'Neil: en alianza con Magdalena de Suecia y sin las críticas de Harry y Meghan
Abandonaron la Familia Real sueca dos años antes de la espantada de los Duques de Sussex, pero con más elegancia y menos escándalo.
Magdalena de Suecia vive en Estados Unidos desde hace ya una década. Si quieres ver cómo era su vestido de boda, pincha en la imagen. / GTRES ELENA DE LOS RÍOS Miércoles, 18 agosto 2021, 14:35
Parece que las únicas deserciones de familia real, los únicos príncipes y princesas a a fuga, huyen de la Familia Real británica, como si los Windsor tuvieran el monopolio de la indeseabilidad en el planeta de la realeza europea. Cierto es que el caso del príncipe Enrique y Meghan Markle ha sido especialmente sangrante, por la desprotección y el racismo que parece estar en el origen de la marcha a los Estados Unidos de los Duques de Sussex. Ya expulsados (o huidos) al otro lado del Atlántico, aún seguían luchando con 'The Firm' por asignaciones económicas y títulos nobiliarios para su primogénito, Archie. Nada que ver con la manera en la que Chris O'NeilL y Magdalena de Suecia ejecutaron su salida de la Familia Real sueca. Hubo críticas, pero ni por asomo el escándalo global que ocasionó la salida de los Sussex.
Lo cierto es que Chris O'Neill fue la salvación para Magdalena de Suecia casi tanto como Meghan Markle lo fue para el príncipe Enrique. La princesa sueca venía de un largo noviazgo que había terminado fatal, con una infidelidad flagrante, y en su currículum sentimental figuraban novios poco recomendables. Cuando apareció O'Neill, un respetable hijo de banquero londinense y el mismo ejecutivo financiero, Gustavo Carlos y Silvia de Suecia suspiraron de alivio: ella tenía 30 y él, 38.
Meghan también rescató a Enrique bien pasados los 30 y de una soledad que se traducía en juergas o depresión: además del flechazo, la actriz estaba dispuesta a dejar su carrera para encajar en el antiquísimo sistema de castas de la realeza británica para formar una familia en Reino Unido. Sin embargo, O'Neill jamás se planteó abandonar su profesión para ejercer de consorte.
Desde el minuto cero, Chris O'Neill confirmó que no tenía ninguna intención de unirse a la Familia Real Sueca. Sencillamente no llegó a formar parte del entramado monárquico: renunció a un rango real o posible título nobiliario, conservó su nacionalidad estadounidense-británica y continuó con su trabajo al frente de sus firmas de inversión. «No tengo ningún deseo de hacerme famoso ni de beneficiarme de manera alguna en mi vida profesional de mi matrimonio. Estoy loco por Magdalena, esto es todo. Al final, tendré que aprender a vivir con ello», explicó O'Neill en una entrevista poco antes de la boda, en 2013. Meghan Markle, sin embargo, decidió abandonar su profesión por otra carrera como 'royal' con agenda oficial. Como si el trabajo fuera fácil.
Chris O'Neill y Magdalena de Suecia tiene tres hijos, Leonore, Nicolas y Adrienne, pero renunciaron a cualquier título o tratamiento de privilegio para ellos. Enrique de Inglaterra y Meghan Markle sí querían que su primer hijo, Archie, disfrutara del tratamiento de príncipe y del título de Earl of Dumbarton que le correspondía (recordemos: los títulos conllevan ingresos económicos). Sin embargo, la Casa Real decidió no cedérselo ni, en consecuencia, proveyó fondos para su seguridad. De hecho, la vida que ambas familias llevan en Estados Unidos, la sueca en Miami y la británica en Los Ángeles, no tiene nada que ver. Los primeros pasan inadvertidos y disfrutan del anonimato de los grandes ricos. Los segundos viven bajo el escrutinio de los paparazzi como verdaderas estrellas globales.
Los únicos escándalos que han protagonizado Chris O'Neill y Magdalena de Suecia tienen que ver, precisamente, con la ausencia del financiero en ciertos compromisos oficiales de la Familia Real sueca, donde en alguna ocasión la princesa acudió en solitario. «Cuido a mi familia y pongo la comida en la mesa. Mi trabajo no me permite decidir si puedo acudir a un evento de la agenda oficial con un mes de antelación: tengo negocios y mis clientes exigen mi tiempo», se justificó el ejecutivo en la prensa sueca.
Recientemente, se acusó a Chris O'Neill de haber realizado un trayecto de coche, entre el aeropuerto y el hotel donde se alojaba con su familia en Estocolmo, en un vehículo de la flota oficial. Hubo que aclarar que los 100 euros que costó el viaje no significaron un cargo extra al contribuyente y que el mismo O'Neill había pagado su billete de avión para viajar de Estados Unidos a Suecia. Como vemos, es escrutinio a los consortes no ha sido duro solo con Meghan Markle. Lo es incluso con los que no quieren saber nada de la realeza.