"ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA"

El acueducto romano de la discordia que ha aparecido en Valencia
Algunos arqueólogos rechazan un estudio que afirma que la obra hidráulica romana en Valencia alcanzase los 98,6 kilómetros, mientras otros dejan abierta la posibilidad


FERRAN BONO
VICENTE G. OLAYA
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14 FEB 2020


Acueducto romano a su paso por el municipio de Calles.


Acueducto romano a su paso por el municipio de Calles. MIQUEL MARTÍ MATÍES




El estudio del arqueólogo y doctor en Arquitectura Miquel R. Martí Maties sobre el acueducto romano de Valencia ha provocado un terremoto en el mundo académico. Martí asegura que la obra de ingeniería, que viene estudiando desde 2001, se extendía 98,6 kilómetros entre el municipio de Tuéjar y la capital. Pero el catedrático de Arqueología de la Universidad de Valencia, José Luis Jiménez,sostiene que “no hay base” para esta afirmación y que las conclusiones deben adoptarse con mucha prudencia”. Otros expertos consultados por este periódico prefieren no pronunciarse hasta conocer el estudio, pero no rechazan la posibilidad de que Martí se encuentre en lo cierto. O no.

El estudio de Martí Maties, a grandes rasgos, sostiene que los diversos tramos de acueductos existentes en la provincia de Valencia (hasta 60 kilómetros) forman parte de un mismo canal. Afirma que las canalizaciones de la huerta valenciana, que siempre se habían adjudicado a la mano de los árabes, no son más que adaptaciones de la obra hidráulica de Roma. Pero Jiménez lo niega con vehemencia.

“No hay una base suficiente para afirmar todo esto. Son conclusiones de un estudio que, tal y como está redactado, no le encuentro justificación. Es una visión sin ningún tipo de base. Es muy habitual que haya un mismo tipo de piedra en un número importante de conducciones talladas en la roca, pero eso no significa que tenga que sea todo de la misma obra”, opina el catedrático.

Y añade: “Hay un principio básico: si no hay evidencias materiales, las conclusiones deben adoptarse con mucha prudencia. Tendría que conocer el trabajo en profundidad, pero proponer esa hipótesis de Valencia como final de la obra significa inventarse un trazado de decenas de kilómetros en el que no hay el más mínimo resto conservado”, añade. “Valencia tenía su acueducto y procedía de sus inmediaciones. En las inmediaciones hay acuíferos y conducciones de Quart de Poblet, Manises, Ribarroja… Claro que existía una red de acueductos, pero eso de que luego los árabes lo retomaron y que regaba la huerta es una opinión gratuita”, concluye.

Por su parte, Albert Ribera, exarqueólogo municipal de Valencia, tampoco cree que se tomase el agua a 100 kilómetros de la capital. “No tiene sentido, porque el Turia pasa por la ciudad y porque las captaciones se hacían a solo una decena de kilómetros”. El experto considera que el acueducto que provenía de Tuéjar acaba en Villar del Arzobispo, a unos 25 kilómetros, y servía para llevar el agua a esta llanura de secano.

Martí Maties replica que lleva desde 2001 estudiando la obra hidráulica. “Yo no me he inventado nada. Todo está perfectamente documentado con localización en GPS de cada uno de los puntos por donde pasaba el acueducto. He bajado a los ríos a ver los tajamares de la obra y he pedido a los Ayuntamientos que me limpien la maleza para hacer las comprobaciones, donde ninguno de los que me critican ha estado. He recorrido cada uno de sus metros. Otra cosa es que Jiménez haya publicado un libro financiado por la Generalitat diciendo que acaba mucho antes y esto no le guste. Por cierto, los romanos buscaban agua de manantial, como decía Vitrubio, no de río. No voy a discutir nada con descalificaciones personales hacia mí. Si quieren un debate con argumentos, estoy dispuesto”, concluye.

Por su parte, Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas, geógrafo, historiador y estudioso del acueducto de Mérida, recuerda que “no se puede valorar una afirmación sin conocer en profundidad el estudio”. “Desconozco si lo que dice Martí es cierto o no, pero sí puedo decir que cuando alguien plantea una nueva hipótesis algunos se sienten heridos. En el mundo de la arqueología hay muchas puñaladas. El experto recuerda que cuando él planteó, por ejemplo, que la obra del acueducto de Mérida tenía su origen un par de siglos después de la versión oficial, recibió numerosas críticas.

La arqueóloga y académica de la Historia Alicia M. Canto, investigadora de los acueductos de Itálica, que suman unos 40 kilómetros —y la primera en estudiar, en 1975, este tipo de obras hidráulicas con una visión de conjunto y no por tramos—, tampoco quiere pronunciarse sobre el estudio de Martí Matíes hasta no haberlo leído. "Es una hipótesis que une diversos tramos hasta ahora inconexos. Me parece algo largo pero, si se cumple en todo el recorrido la importante cuestión técnica del mantenimiento del gradiente, ¿por qué no?".

 
SE HA LLEGADO A PAGAR 150.000€ POR UNA
Jeques, ricos y subastas: el misterio de las extrañas monedas de Alejandro Magno
Hace un par de años, se encontró una increíble colección de monedas, de las más valiosas de la historia. Ahora, no se sabe exactamente qué pasó con aquel increíble descubrimiento


Foto: Jeques, ricos y subastas: el misterio de las extrañas monedas de Alejandro Magno. (EFE)

Jeques, ricos y subastas: el misterio de las extrañas monedas de Alejandro Magno. (EFE)



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RUBÉN RODRÍGUEZ
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DESCUBRIMIENTOS
17/02/2020



Acababa de comenzar el año 2017. Como cada mañana, un grupo de pescadores decidió acudir a faenar a las costas de la Franja de Gaza, donde estuvieron varias horas trabajando. Al acabar la jornada, no dudaron en acudir a la costa con sus embarcaciones antes de regresar a casa... momento en el que se encontraron con algo inesperado. Allí, enterrado en la playa, había una especie de elemento brillante. No sabían que era un tesoro con mayúsculas.
Cuando los expertos llegaron a la zona, descubrieron que se trataba de un importante número de monedas antiguas. Pero no solo eso, sino que podían ser consideradas como parte de la colección numismática más extraña de todos los tiempos. Y es que se trataban de decadracmas, la moneda de Alejandro Magno, de la que solo se habían encontrado hasta la fecha poco más de 8 monedas. Por ello, el verdadero valor de este impresionante descubrimiento.

Estas monedas tienen mucha historia detrás. En la campaña de Alejandro Magno para invadir Egipto, decidió hacer un parón en Gaza, donde conquistó varios territorios, anexionándolos a su imperio. Posiblemente en esa incursión es cuando aquel importante número de monedas quedó perdido en algún lugar y, muchos siglos después, volvieron a salir a la luz por casualidad. Pero lo que nadie podía imaginar es que es increíble tesoro volviera a desaparecer.

Solo unos meses de aquel impresionante hallazgo, muchos expertos empezaron a ver con recelo lo que estaba ocurriendo: en diferentes casas de subastas, estaban poniéndose a la venta decadracmas, pero el problema se confirmó solo unos meses después. En poco más de un año, se habían llegado a subastar hasta 19 monedas de Alejandro Magno... o, dicho de otra manera, se habían subastado más del doble de monedas que las encontradas antes del hallazgo de Gaza.

A priori, la lógica lleva a pensar que entonces esas monedas subastadas -alguna de ellas alcanzando casi lo 150.000 euros- formarían parte del tesoro de Gaza, que misteriosamente desapareció poco después de haber encontrado. Pero no existe manera de confirmar esa situación, pues en muchos casos las casas de subastas no están obligadas por la ley a hacer pública información de la procedencia de la venta si ese flujo de datos no es permitido expresamente por el vendedor.

De hecho, 'BBC' ha llevado a cabo una investigación para tratar de hallar el origen de estas monedas, pero solo han conseguido descubrir el origen de seis de esas monedas. En el más absoluto silencio y oscuridad de la procedencia real de las monedas -en muchos casos 'conseguidas' antes de que se aprobaran leyes que obligan a conocer su trazabilidad- aparecen grandes millonarios que las tendrían en sus colecciones privadas y que han decidido venderlas.

Incluso aparece la Iglesia Ortodoxa de Gaza como una de las fortunas que tendrían algunas de estas monedas en sus colecciones, mientras que jeques y multimillonarios cuyos nombres no salen a la luz se encargan de comprarlasy coleccionarlas. Sin duda, consideradas como las monedas más extrañas del mundo, poco o nada se sabe sobre si pertenecieron al tesoro de Gaza o a otra colección hasta ahora desconocida. Su procedencia y dónde están sigue siendo todo un misterio.


 
¿CÓMO HACÍAN FRENTE A TANTAS MUERTES?
Una fosa común revela la devastación de la peste negra en la Edad Media
Un equipo de arqueólogos ha descubierto una fosa común con 48 esqueletos hacinados ante una abadía de Inglaterra que no pudo hacer frente con tantos cadáveres por 'muerte negra'




Foto: Restos de los cuerpos hacinados en la fosa común. Foto: Universidad de Universidad de Sheffield


Restos de los cuerpos hacinados en la fosa común. Foto: Universidad de Universidad de Sheffield



AUTOR
EL CONFIDENCIAL
18/02/2020



A lo largo del tiempo ha sido nombrada de diversas formas: peste negra, la gran plaga o la segunda gran pandemia de peste. Como ha ocurrido con su denominación, tampoco se han llegado a determinar el número de muertes exactas que azotaron Inglaterra durante todo el siglo XIV en el que sus habitantes se vieron afectados por esta epidemia. Lo que sí se conoce es que 'la muerte negra' arrasó gran parte de Europa, afectando especialmente a las grandes ciudades, como ocurrió con el fatídico 1665, el año del horror en Londres. Pero, ¿cómo afectó a las zonas rurales con menos recursos? El descubrimiento de una fosa con 48 restos humanos podría dar con la solución.

Las tasas de mortalidad entonces para esclarecer el número total de fallecidos por la peste se escapaba a los cálculos de la que fue una de las épocas nefastas en la historia de la humanidad. En menos de dos años, murió entre un tercio y la mitad de la población, por lo que llevar la cuenta de cada persona enferma que perdió la vida se antojaba imposible. Una de las formas de poder contabilizar estas defunciones fueron los cementerios y las fosas en las que agrupaban todos los cuerpos.

En las áreas urbanizadas construyeron cementerios dedicados a las víctimas de la peste negra, pero no todos los fallecidos se encuentran allí. Gracias a las excavaciones de un equipo de arquitectos, se ha descubierto la existencia de una fosa con cadáveres en masa en la zona precintada por la abadía de Thornton Abbey, al norte de Lincolnshire, poniendo de manifiesto la manera en la que las autoridades y las familias hacían frente a la gran cantidad de vidas que arrastró la epidemia. Se trata de la última institución en permitir que los vecinos de la localidad llevaran a los muertos por la peste para recibir una despedida 'digna'.



Localización de la fosa con los cuerpos en el recinto de Thornton Abbey. Foto: Universidad de Sheffield


Localización de la fosa con los cuerpos en el recinto de Thornton Abbey. Foto: Universidad de Sheffield



El hallazgo de 48 cuerpos, entre ellos hombres, mujeres y niños, en las proximidades de la abadía demuestra la escasez de recursos de las áreas menos pobladas para hacer frente a las muertes en masa y que finalmente solucionaban con la construcción de fosas comunes. Una teoría que se confirma ante la ausencia de entierros masivos encontrados en zonas rurales, según recoge el estudio de la Universidad de Sheffield, publicado en la revista Antiquity.
Un fallo "catastrófico" en una sociedad que valoraba la "buena muerte por encima de todo"

A pesar de que la investigación arqueológica se inició en 2011, los investigadores no comenzaron las tareas de excavación en la colina situada dentro del recinto de Thornton Abbey hasta dos años más tarde. Solo entonces, se percataron del montículo de tierra que se encuentra en la propia entrada de la abadía y que parecía tener una altura muy llamativa a ojos de los arqueólogos.



Plano de la fosa común en la que aparecieron los cuerpos. Foto: Universidad de Sheffield


Plano de la fosa común en la que aparecieron los cuerpos. Foto: Universidad de Sheffield



En un principio, los expertos pensaron que lo que ocultaba esa 'colina' eran las ruinas de una mansión construida con posterioridad a la abadía, en 1607. Sin embargo, los resultados de las excavaciones no dieron con los restos de un edificio, sino con los esqueletos de al menos 48 personas hacinadas que habían sido atadas — con las extremidades de los cuerpos adultos colocadas sobre los cráneos y separados del resto del cuerpo —.
Además, los cuerpos estaban apilados y colocados en diferentes filas de arena, lo que llevó a pensar que no los habían depositado todos a la vez, sino de forma progresiva. Tras el hallazgo, los arqueólogos enviaron a analizar los dientes de 16 personas entre las encontradas. Ese examen reveló que los cuerpos estaban infectados de la bacteria Yersinia pestis, causante de la peste bubónica.



Restos humanos de los niños hallados en la fosa. Foto: Universidad de Sheffield


Restos humanos de los niños hallados en la fosa. Foto: Universidad de Sheffield



Sin embargo, lo que más sorprendió a los investigadores fue que hubieran dado con una fosa común para víctimas de la peste negra en Inglaterra, una sociedad que valoraba "una buena muerte" por encima de todo, según recoge el estudio. Bajo este pensamiento, lo habitual hubiera sido que los fallecidos hubieran sido enterrados de forma individual — y no amontonados unos encima de otros, tal y como aparecieron ante la abadía —, como ocurrió en la fosa hallada en el cementerio de Smithfield en Londres.

"Una fosa común por lo tanto representa un fallo catastrófico del sistema establecido para tratar con los muertos, debido a la abrumadora cantidad de personas que tenían que ser enterradas y la escasez de los vivos para realizar estas tareas", señala el informe. De este modo, concluye, han podido confirmar el método al que debían recurrir las comunidades rurales ante las muertes en masa que dejó la peste negra en el siglo XIV.

 
GRACIAS A LA COLABORACIÓN CIUDADANA
El sueño arqueológico canario: encuentran intacta una cueva funeraria prehispánica
La recuperación de 72 momias indígenas completas obligará a replantearse algunas de las teorías sobre los rituales funerarios entre los siglos VIII y XI después de Cristo




Foto: Varios restos óseos. (Cabildo de Gran Canaria)


Varios restos óseos. (Cabildo de Gran Canaria)


EFE
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CANARIAS
GRAN CANARIA

20/02/2020



Los arqueólogos que estudian cómo era la vida de las poblaciones aborígenes de Canarias acaban de encontrarse con una oportunidad como la que no se les presentaba desde finales del XIX: explorar una gran cueva funeraria con individuos que posiblemente nunca nadie ha tocado. Sólo tienen una pega: parte de la visera de esa cavidad se derrumbó en el pasado y hace tiempo que la lluvia, el sol, los cambios de temperatura y hasta las aves están erosionando poco a poco lo que en su día fueron 72 momias completas, reducidas ahora a una colección de huesos desordenados, pero que conservan una valiosa información en riesgo de desaparecer para siempre.

La cueva se encuentra en el sureste de Gran Canaria, en el barranco de Guayadeque —uno de los enclaves de referencia, por ejemplo, en las colecciones del Museo Canario— y, de hecho, figura en los inventarios arqueológicos desde los años ochenta, pero nunca se había estudiado ni explorado, porque se encuentra en un lugar inaccesible, al que sólo se llega escalando siete metros de pared.



Así es la cueva donde se han encontrado los huesos. (Cabildo de Gran Canaria)


Así es la cueva donde se han encontrado los huesos. (Cabildo de Gran Canaria)



Si ahora se va a estudiar es porque corre prisa intervenir en ella, o los restos que todavía atesora desaparecerán de manera "inexorable" en unos años, ha reconocido el inspector del servicio Patrimonio del Cabildo y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Javier Velasco. Y todo ello, gracias a la colaboración ciudadana, a la actuación responsable de un grupo de aficionados a la arqueología, llamado 'El Legado', que consiguió con un dron fotografiar la cueva desde el aire en junio de 2019 y puso los hechos en conocimiento del Cabildo, al observar la cantidad de huesos que había en su interior y el grado de exposición a la intemperie que estaban soportando.

Javier Velasco y Verónica Alberto, arqueóloga de la empresa contratada para esta intervención de urgencia, Tibicena, han trepado hasta ese yacimiento y coinciden en su descripción: Se trata, dicen, de un enterramiento colectivo "fabuloso, excepcional", como los que describen en sus libros los pioneros de este tipo de estudios, cuando a finales del XIX y principios del XX se exploraron la mayor parte de los yacimientos funerarios prehispánicos.
"Ha sido como un viaje en el tiempo", resume Alberto. Un viaje doble, a la época en la que aún había grandes cuevas funerarias prehispánicas por explorar, y al pasado al que se retrotraen esos restos, datados, por ahora, entre los siglos VIII y XI después de Cristo. Esas dos fechas se han obtenido por Carbono 14 de un hueso y de un resto de esterilla utilizada para amortajar a los cadáveres.




Un cráneo perteneciente a los restos óseos descubiertos. (Cabildo de Gran Canaria)


Un cráneo perteneciente a los restos óseos descubiertos. (Cabildo de Gran Canaria)





Son los dos únicos vestigios que se han datado hasta la fecha, por lo que los especialistas no descartan que el periodo de utilización de esa cueva como cementerio fuera aún más amplio, dado el historial que tienen otros enclaves funerarios del barranco de Guayadeque. La primera exploración de la cueva ha aportado datos muy prometedores, a pesar del deterioro de sus restos. El yacimiento pertenece a los inicios de la población de Gran Canaria (las fechas más antiguas datadas en la isla se remontan al s. IV) y allí están enterrados hombres y mujeres de todas las edades, con una presencia de niños muy poco habitual en este tipo de enclaves.

En esta colección de huesos, sólo hay una decena de recién nacidos, lo que servirá para avanzar en el estudio de la infancia en tiempos de los antiguos canarios. Una materia de la que se sabe poco porque, ha detallado Verónica Alberto. Esta arqueóloga y su colega Javier Velasco también han subrayado otro detalle llamativo: todos los cuerpos recibieron la misma preparación para afrontar el último viaje, al que sus parientes les entregaron envueltos en mortajas de piel o de esterilla vegetal. Es decir, enfatiza el inspector del Cabildo, nada les diferencia de las momias canarias prehispánicas que se conservan en los museos.


Servirá para revisar la historia
Si hoy sólo son huesos desperdigados, añade, se debe únicamente a la acción de los elementos naturales que han impedido que se conservaran, pero parece apuntar que ese ritual funerario era común para toda la población. Asimismo ha llamado la atención a los arqueólogos que en un yacimiento que no parece expoliado no haya más que huesos y mortajas, ya que, por el momento, no se ha encontrado ningún elemento personal ni de ajuar.

Si ese detalle se confirma cuando avance la intervención en la cueva, apunta Alberto, habrá que replantearse algunas de las teorías sobre las supuestas ofrendas que acompañaban al muerto en los rituales funerarios de los antiguos canarios. Ahora, la primera intervención urgente consistirá en salvar todos los restos que están en riesgo de deteriorarse. Después, llegarán más análisis de Carbono 14 para saber su edad; ADN, para conocer su línea genética; isótopos estables, para averiguar cuál era su alimentación; e incluso forenses, para desentrañar de qué murieron.


https://www.elconfidencial.com/cult...-canarias-encuentran-cueva-funeraria_2463659/
 
AL SUR DE TURQUÍA
Hallan restos de una civilización perdida que habría derrotado al rey Midas
Este nuevo reino, según los investigadores, pudo haber existido entre los siglos IX y VII a.C. y fue uno de los grandes asentamientos de la época en Turquía


Foto: Piedra encontrada en Turquía que revela la historia de un reino desconocido. Foto: Universidad de Chicago.


Piedra encontrada en Turquía que revela la historia de un reino desconocido. Foto: Universidad de Chicago.



AUTOR
EL CONFIDENCIAL
26/02/2020



Arqueólogos de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) han descubierto en el sur de Turquía una antigua civilización perdida que pudo haber derrotado el reino de Frigia, liderado por el rey Midas, a finales del siglo VIII a.C.
El invierno pasado, un agricultor local en el sur de Turquía se topó con unagran piedra medio sumergida en un canal de riego con inscripciones misteriosas. La piedra reveló la historia de una antigua civilización perdida que pudo haber derrotado el Rey Midas y a su reino de Frigia hace más de 28 siglos.

Meses después, el agricultor comunicó su descubrimiento a unos arqueólogos de la Universidad de Chicago que estaba investigando la zona. "De inmediato supimos que el texto de la piedra era antiguo y reconocimos el lenguaje en el que estaba escrito: Luwian, el utilizado en las edades de Bronce y Hierro en la zona", señala James Osborne, arqueólogo y profesor asistente de Arqueología Anatolia de la Universidad de Chicago, en declaraciones recogidas por Live Science.

Una de las lenguas más antiguas
Una vez traducido el texto, escrito en una de las lenguas indoeuropeas más antiguas, revelaba que un antiguo reino local había derrotado a Frigia, el reino gobernado por el rey Midas, que lo hizo entre el 740 y el 696 a.C. y, según la mitología griega, tenía la habilidad de convertir en oro todo lo que tocaba. "No teníamos idea de que había existido este reino. En un instante, teníamos información nueva y profunda sobre la Edad de Bronce en Oriente Medio", añade Osborne. Además, un símbolo en la piedra indicaba que era un mensaje que provenía directamente de su gobernante, el rey Hartapu.
"No teníamos idea de que había existido este reino. En un instante, teníamos información nueva y profunda sobre la Edad de Bronce en Oriente Medio"

Este nuevo reino, según los investigadores, pudo haber existido entre los siglos IX y VII a.C. y en su apogeo, probablemente ocupó en torno a 120 hectáreas (equivalente a unos 168 campos de fútbol). Aunque esta área no parezca demasiado en comparación con las ciudades modernas, en realidad se trataba de uno de los asentamientos más grandes que existían en ese momento en la antigua Turquía. El nombre del reino no está claro, pero su capital probablemente estaba situada en lo que ahora es el sitio arqueológico cercano de Turkmenistán-Karahoyuk, donde Osborne y su equipo estaban excavando cuando se descubrió la piedra.
Esta inscripción no es la primera mención del rey Hartapu, ya que a unos kilómetros, los arqueólogos ya habían descubierto inscripciones jeroglíficas en un volcán que se refería a este gobernante, aunque esos textos no revelaban ni quién era ni qué reino había gobernado.

 
El 'tesorillo' de monedas califales hallado en Zamora que altera la historia de la ciudad
Es el conjunto de dírhams encontrado en la zona más al norte de la Península y revela que la localidad acogió a una población híbrida de cristianos y musulmanes.


David Barreira
2 marzo, 2020


A finales del siglo IX, la llegada de Alfonso IIIa Zamora desata una revolución urbanística. La ciudad, ocupada por los romanos y visigodos en fechas tardoantiguas, descrita por los cronistas medievales como un enclave "despoblado", se repuebla y fortifica con murallas por orden del rey, quien la convierte en una de las plazas más importantes de los reinos cristianos. Aunque desde ese momento las fuentes escritas solo refieren continuas escaramuzas árabes en este territorio, una serie de hallazgos arqueológicos documentados en un solar del casco histórico de la localidad ofrecen un relato diferente: Zamora acogió a una población híbrida en la que convivieron las culturas islámica y cristiana.

Las excavaciones en un yacimiento situado en el antiguo Convento de las Adoratrices, enfrente de la catedral y donde en la actualidad se alza el Consejo Consultivo, han arrojado el descubrimiento del mayor lote de cerámica hispanomusulmana del norte peninsular y, sobre todo, de un 'tesorillo' de dírhams acuñados en época del Califato de Córdoba. Todas estas piezas proporcionan, según los expertos, una información numismática e histórica significativa que revela la innegable convivencia intramuros de ambas sociedades.

Así se desprende de un estudio realizado por Cruces Blázquez Cerrato, doctora en Historia y profesora titular del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Alberto Martín Esquivel, doctorando vinculado al mismo departamento. Ambos investigadores forman parte de Hesperia. Grupo de Investigación sobre la Península Ibérica en la Antigüedad y ATAEMHIS. Grupo de Investigación en Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania.



Detalle de algunos dírhams pegados antes de restaurar.


Detalle de algunos dírhams pegados antes de restaurar. Grupos de investigación HESPERIA y ATAEMHIS USAL



El conjunto de monedas de plata es reducido a nivel cuantitativo, pero su hallazgo en Zamora marca un récord de localización: es el tesoro califal encontrado en la zona más septentrional de la Península Ibérica. "Lo más significativo es la propia presencia de monedas de época califal en plena Meseta Norte, territorio supuestamente habitado en esas fechas sólo por cristianos", explica a este periódico la arqueóloga.

El lote está compuesto por tres dírhams completos, otros dos que han sufrido algunos recortes y cinco fragmentos de monedas similares. La pieza más antigua corresponde a los años centrales del siglo X, acuñada a nombre de Abderramán III. La aportación principal —dos dírhams completos y dos fragmentos— son emisiones de Al-Hakam II, datadas en las dos décadas siguientes, entre 963 y 976. Las monedas más tardías son dos piezas de Hisham II, acuñadas en los años finales del siglo X. El taller de procedencia de todas ellas es Medina Azahara, epicentro del esplendor del califato.


Un pequeño monedero
El análisis del pequeño tesoro, que fue encontrado formando un bloque cristalizado y ha sido restaurado en el Museo de Zamora, ofrece varias lecturas interesantes. Una de ellas es que evidencia el uso coetáneo de las emisiones de los tres primeros califas; también que, a pesar de las prohibiciones implantadas por el Estado musulmán, la población fragmentaba los dírhams para obtener denominaciones de menor valor y así poder hacer frente a las necesidades cotidianas. Estos fragmentos fueron utilizados y aceptados como moneda fraccionaria en las transaccionescomerciales, recalcan los investigadores.

La mayor incógnita reside en buscar una explicación a la disposición de las piezas, agrupadas unas sobre otras hasta que quedaron adheridas por el paso del tiempo. "Las fuentes se refieren de forma reiterada a incursiones árabes en este territorio por lo que este tipo de hallazgos se han venido considerando como tesorillos ocultados por la inestabilidad política sentida en el territorio", señala Cruces Blázquez. "Sin embargo, creemos que podría tratarse más bien del contenido de un pequeño monedero, es decir, de las monedas llevadas en una bolsa y perdidas en una zona de la ciudad en la que el resto de piezas recuperadas indican una posible una mezcla entre la población allí establecida".




Localización geográfica de los depósitos de moneda califal en territorio peninsular.

Localización geográfica de los depósitos de moneda califal en territorio peninsular.Grupos de investigación HESPERIA y ATAEMHIS USAL



Es decir, las monedas que probablemente llevaba consigo una persona musulmana o cristiana residente en Zamora en el siglo X, que perdió por algún motivo desconocido. Una hipótesis que avalan los restos de cerámica, fechados entre los siglos IX y XI, desenterrados en el casco histórico de la ciudad, que se corresponden con objetos de uso cotidiano como ollas para cocinar, tinajas para almacenar, cántaros usados como contenedores, lámparas y candiles para la iluminación o barreños empleado para lavar. "No son objetos de lujo, lo que significa que eran utilizados habitualmente y, como es lógico, por una población que no está de paso sino que parece haber tenido una cierta estabilidad", puntualizan los investigadores.

La mayor dificultad, no obstante, radica en definir quiénes fueron los usuarios de estos dírhams hallados tan al norte. "Hablar de andalusíes directamente en Zamora puede resultar excesivo aunque cabría plantearse otras opciones intermedias, por ejemplo, quizás resultaría más adecuado hablar de población mudéjar", valora Cruces Blázquez. En el estudio, los investigadores recuerdan el importante papel desempeñado por los agemíes de Toledo en la construcción de las murallas de la ciudad, pero también barajan que los repobladores, que en las crónicas islámicas se definen como "fronterizos", procediesen de la zona extremeña: Zamora se encontraba cerca de la cabecera de la antigua calzada romana que unía Mérida con Astorga.

En cualquier caso, el análisis del tesoro numismático y la recuperación de los materiales de "indudable tradición andalusí" que enlazan con los que se estaban produciendo en el sur de la Península Ibérica cambian la historia de Zamora narrada por las fuentes escritas. "Es evidente que resulta necesaria una revisión a fondo de la evolución histórica de este territorio meseteño a partir de los datos proporcionados por las intervenciones arqueológicas", concluyen los arqueólogos.

 
DESCUBIERTA POR INVESTIGADORES EN 2007
Así es Thouria, la ciudad perdida de Grecia que se describía en la Ilíada
Hace unos años, un equipo de arqueólogos hallaba una de las joyas de la antigüedad: ahora, siguen investigando con el objetivo de encontrar más pruebas de su espectacular poder



Foto: Así es Thouria, la ciudad perdida de Grecia que se describía en la Ilíada. (CC/Youtube/CCB)


Así es Thouria, la ciudad perdida de Grecia que se describía en la Ilíada. (CC/Youtube/CCB)


AUTOR
RUBÉN RODRÍGUEZ
Contacta al autor
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06/03/2020



Un vistazo a la Ilíada de Homero provocó que un equipo de investigadores, en el año 2007, decidiera ponerse a investigar cerca de la actual región de Kalamata, en Grecia. Tras una serie de investigaciones sobre el terreno, el equipo liderado por la arqueóloga Xeni Arapogianni pronto se encontró con algo extraño: un trozo de muro a pocos metros bajo el suelo. Cuando comenzaron las excavaciones, pronto descubrieron que aquello era algomucho más grande de lo esperado.

En el escrito del mítico poeta griego, se hablaba de una ciudad enorme llamada Anthea que, hasta la fecha, no había sido descubierta. Los estudiosos consideraron que posiblemente el nombre fuera inventado, aunque en realidad esa localización sí existiera. Tras ubicar la zona, gracias a otros escritos, el equipo de investigadores de Arapogianni acudió a la zona y pronto se toparon con algo sorprendente: posiblemente estaban ante la tercera ciudad más grande de la Antigua Grecia.

Aquel pequeño trozo de muro pronto resultó ser algo espectacular. De hecho, no era una fortificación, ni mucho menos, sino que era la pared de una casa. Tras varios meses de trabajos en la zona, los arqueólogos fueron capaces de descubrir toda una ciudad bajo tierra. Centenares de casas aparecieron en buen estado de conservación, junto a un templo y un asclepion -una especie de hospital antiguo-, dos elementos que no aparecían recogidos en ningún escrito previo.

Los grabados de la ciudad pronto confirmaron que se trataba de Thouria, considerada como una de las ciudades más grandes de la región de Messenia. Se trataba de una localidad que, según los escritos de la época, tan solo se encontraba en importancia por detrás de Atenas y de Esparta, por lo que algo no encajaba: si era tan impresionante, debería de haber más ruinas que así lo atestiguaran. Fue casi una década después cuando la evidencia dio la razón a los investigadores.

Así fue cuando en 2016 los mismos investigadores consiguieron encontrar un impresionante teatro hecho de piedra caliza. En muy buen estado de conservación, realizado en piedra caliza, las estimaciones determinaron que fue levantado durante el periodo helenístico temprano (323-21 a.C.), lo que confirma la verdadera importancia de Thouria. Junto al teatro, también se hallaron un foso para la orquesta y una serie de esculturas de gran calidad, según explica 'BBC'.


Breaking News | Excavation of thouria’s theater continues - archaeology magazine





La descripción de la Ilíada se correspondía con la que el geógrafo Pausanias hacia en su 'Descripción de Grecia'. En este escrito -que ocupó diez libros, ni más ni menos- el autor aseguraba que la monumental ciudad de Thouria fue construida junto a una colina pero que, debido a su crecimiento exponencial, terminó siendo trasladada a un valle. Según la Ilíada, la ciudad fue entregado a Aquiles por Agamenón como una muestra de expiación de sus pecados.

Ahora, veintiún siglos después, se han conseguido encontrar los primeros vestigios de la que fuera la tercera ciudad más grande de la Antigua Grecia, una de las localizaciones más espectaculares de una de las civilizaciones más avanzadas de la historia. Thouria, una monumental localidad que, ahora, se puede visitar gracias al trabajo del equipo de Arapogianni: la ciudad perdida de la Ilíada que, ahora, está al alcance de todo el mundo.

 
Un fósil de la era de los dinosaurios cuestiona el origen de las aves modernas
La especie que se encontró en Bélgica muestra grandes semejanzas con el gallo y el pato


AGATHE CORTES

18 MAR 2020



Reconstrucción artística del ave moderno más antiguo del mundo.


Reconstrucción artística del ave moderno más antiguo del mundo


En el interior de una piedra que no mide mucho más que la palma de una mano sigue intacto el cráneo de un ave de la era de los dinosaurios. Esta roca adornada por huesos rotos y diminutos, que a simple vista parecía poca cosa, fue descubierta hace 20 años en Bélgica y dejada en un cajón. Pero hace dos años el equipo de Daniel Field, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge, decidió escanearla sin muchas expectativas. De repente, bajo los ojos asombrados de los científicos se dibujó el cráneo de unos cinco centímetros del ave moderna más antigua que se ha registrado hasta hoy que vivió hace unos 66,7 millones de años. “Nuestro trabajo refleja la importancia que puede tener una roca y la paleontología para la historia de la evolución biológica. Este descubrimiento completa un vacío que teníamos sobre la diversificación de las aves debido a la escasez de fósiles registrados de esta era mesozoica”, explica Field.


La forma de los huesos de esta especie llamada Asteriornis maastrichtensis(fue descubierta en la formación Maastricht) muestra grandes semejanzas con los del pato y del gallo, según los resultados que se publican este miércoles en Nature. “Esta combinación nunca se había visto en otros fósiles y hace suponer que este ave forma parte del árbol genealógico de estos dos animales con los que vivimos a diario”, cuenta el experto británico manejando la piedra en su mano. Para confirmar dichas características, los investigadores han reconstruido el cráneo en tres dimensiones y el pico del nuevo fósil se asemeja claramente al de un gallo, mientras que la zona de la frente y tras los ojos se parece más al de un pato. La parte posterior de la mandíbula comparte características con ambas aves.

Esta combinación nunca se había visto en otros fósiles y deja suponer que este pájaro forma parte del árbol genealógico de estos dos animales con los que vivimos a diario
DANIEL FIELD
El ave, cuyo mote en inglés es wonderchicken (pollo maravilla en inglés, como si fuese un superhéroe), no debía pesar más de cuatrocientos gramos visto el grosor de sus patas. “En función de las patas podemos estimar el peso del animal gracias a una simple ecuación. Claramente estos huesos no podrían sostener un cuerpo más gordo”, confirma Field señalando un hueso largo de unos cinco milímetros de grosor en un lado de la roca color arena.

Se sabe cuando emergieron, pero no de dónde vinieron. Las hipótesis previas que dejaron los estudios sobre los fósiles más recientes sugerían que la evolución de las aves modernos más antiguos venían del hemisferio sur, de la Antártida. Ahora, este descubrimiento plantea nuevas preguntas. “¿Cómo podría ser, ya que se ha encontrado uno más antiguo en el hemisferio norte? Lo más increíble es que este fósil cuadra con todo lo que pensábamos nosotros de esa época”, asevera Juan Benito, autor del estudio e investigador especializado en la evolución de las aves.

Lo que pasó en esa era tan lejana dónde todavía andaban los dinosaurios fue la caída de un meteorito que acabó con todas las especies de más de un kilo mientras los bosques ardían. “Esta ausencia acabó con muchas especies, con todas las aves ligadas a los bosques”, relata Benito. Pero el wonderchicken se salvó mientras que todas las aves con las que competían desaparecieron de golpe. Estas conclusiones se presentan de nuevo gracias al aspecto de las patas y a su procedencia de sedimentos marinos. Field explica que las aves que tienen las patas cortas son las que viven en las alturas, en las ramas de un árbol y por lo tanto en los bosques, mientras que las que tienen las patas largas viven en el suelo, en la playa, en la zona costera.



Pájaros de la familia de los 'galliformes' como el gallo.


Pájaros de la familia de los 'galliformes' como el gallo.DANIEL FIELD


Esto hace suponer que el tipo de morfología del A. maastrichtensis, cuyo nombre se deriva de Asteria, una diosa griega de las estrellas fugaces que se convierte en una codorniz, no desapareció. Pero quizás haya dado lugar a dos ramas de especies que evolucionaron, por una parte hacia el pato (anseriformes), por otra, hacia el gallo (galliformes). “No podemos confirmar que sea el ancestro más lejano de estos dos animales, pero está claro que comparten un ancestro común”, concluye Field. “Los fósiles de esa época no han sido bien preservados. Tenemos mucho que aprender de lo que hemos encontrado”, añade guardando en una caja roja el descubrimiento más increíble de su carrera hasta ahora.

Toni Gabaldón, experto en la evolución de las aves del Instituto de Investigación Biomédica en Barcelona (IRB), asegura que siempre es muy útil que la gente encuentre evidencias físicas y aporte información suplementaria y más cuando se trata de una época de la cual no tenemos muchos datos debido a la extinción. "Han construido una matriz de 297 datos morfológicos de este fósil y de otras especies para construir el árbol evolutivo. Nosotros con el ADN podemos cubrir la evolución temprana, de hace unos miles de años, pero el trabajo que han hecho permite ir mucho más allá”, explica.

Para él, el resultado más llamativo del estudio es el lugar dónde ha sido encontrado el fósil que, como lo confirma el estudio y sus autores, pone en cuestión las teorías previas sobre el origen de estas aves modernas. Además, en ese mismo estrato también han encontrado un fósil de un dinosaurio volador de la misma época que vivía con esas aves. Gabaldón se suma a la idea de que estar en la costa les ayudó a sobrevivir y la dieta que seguían también. “Las aves vivían de lo que le dejaban los otros y por lo tanto se alimentaban de cosas más diversas”, cuenta.

Este pequeño fósil da mucha información y permite a los expertos trazar nuevos caminos de investigación para entender de dónde vienen el pato y el gallo. La primera pista es que Gondwana, el supercontinente que al partirse dio lugar a tierras del hemisferio sur como Sudamérica, África, Australia, Madagascar y la Antártida, ya no parece la única opción.

 
El misterioso círculo de huesos de mamut que da nuevas pistas sobre la edad de hielo
El sitio donde se encontró esta antigua estructura en la orilla oeste del río Don, a unos 500 kilómetros al sur de Moscú, se conoce como Kostenki 11


Foto: (Alex Pryor)


(Alex Pryor)


AUTOR
FRAN SÁNCHEZ BECERRIL
Contacta al autor
20/03/2020


Mucho antes de las comodidades modernas, las antiguas comunidades humanas eran capaces de vivir en entornos verdaderamente hostiles y fríos. En la llanura rusa central se ha encontrado un misterioso anillo de huesos de mamut del final de la era glacial europea, cuando las temperaturas invernales regularmente alcanzaban los -20 grados centígrados o menos.

El sitio donde se encontró esta antigua estructura, en la orilla oeste del río Don, a unos 500 kilómetros al sur de Moscú, se conoce como Kostenki 11. El área tiene una larga historia de excavaciones, que data del siglo XVIII. Las primeras estructuras se encontraron allí durante las excavaciones que se realizaron en los años 50 y 60.

Gracias a la datación por radiocarbono, un nuevo estudio publicado en 'Antiquity' ha revelado el descubrimiento del círculo óseo más antiguoconocido construido por humanos modernos en la llanura rusa. Hay alrededor de 70 de estas misteriosas estructuras esparcidas por toda el área. Con más de 20.000 años de antigüedad, este sitio habría comenzado a crecer a medida que la última edad de hielo alcanza su punto más frío y más severo.
"La arqueología nos está mostrando más sobre cómo sobrevivieron nuestros antepasados en este ambiente desesperadamente frío y hostil en el clímax de la última glaciación", explica en el informe el arqueólogo paleolítico Alexander Pryor de la Universidad de Exeter. "La mayoría del resto de lugares en latitudes similares en Europa habían sido abandonados en este momento, pero estos grupos habían logrado adaptarse para encontrar comida, refugio y agua".

El círculo óseo más antiguo, que se extiende 12,5 metros de diámetro, parece estar hecho casi exclusivamente de huesos de mamut
Por supuesto, incluso estas pocas comunidades restantes no duraron para siempre. Finalmente, los círculos óseos fueron abandonados. Pero por un tiempo, al menos, fueron sitios importantes para los humanos.


51 mandíbulas y 64 cráneos
El círculo óseo más antiguo, que se extiende 12,5 metros de diámetro, parece estar hecho casi exclusivamente de huesos de mamut, junto con un puñado de huesos de renos, caballos, osos, lobos, zorros rojos y zorros árticos. Los arqueólogos han identificado un total de 51 mandíbulas inferiores y 64 cráneos individuales de mamuts.
En el borde del círculo, también se revelaron tres hoyos grandes, llenos de enormes huesos de mamut.



(Pryor et al., Antiquity, 2020)


(Pryor et al., Antiquity, 2020)


Utilizando la datación por radiocarbono de fragmentos de carbón encontrados entre los restos, el equipo de investigación confirmó que había presencia humana en la llanura rusa durante un tiempo en que latitudes similares en Europa ya estaban abandonadas.
"Sin embargo, a pesar de este frío, la distribución generalizada de carbón y hueso quemado en Kostenki 11 indica la disponibilidad de combustible de madera y el uso sostenido de incendios de combustible mixto (madera y hueso)", escriben los autores en su estudio.
Una posibilidad es que los mamuts y los humanos pudieran haber llegado a esta área en masa porque tenía un manantial natural
De hecho, este es solo el segundo círculo de hueso de mamut en el que se ha identificado la quema habitual de madera. Y es unos 5.000 años más viejo que el otro.

El descubrimiento añade peso a la idea de que los árboles de coníferas sobrevivieron en la estepa gigantesca rusa durante el último ciclo glacial. La madera para quemar es un requisito previo para muchos cazadores-recolectores modernos en climas fríos de alta latitud, y la disponibilidad de árboles en esta parte del mundo es una posible razón por la cual los humanos persistieron aquí por mucho más tiempo que otras áreas del norte de Europa.


Venenos, medicamentos y cuerdas
Además de la madera quemada, el equipo también identificó varias plantas que podrían haberse usado para venenos, medicamentos, cuerdas o telas, así como más de 50 semillas pequeñas carbonizadas. Todavía no está claro si estos fueron traídos por humanos o arrojados aquí por azar, aunque otros restos fueron fabricados claramente.
Más de 300 pequeñas piedras y pedazos de piedra sugieren que la gente aquí solía cortar herramientas de piedra, probablemente para matar animales y raspar pieles.



 (Pryor et al., Antiquity, 2020)


(Pryor et al., Antiquity, 2020)


En el pasado, los arqueólogos suponían que los círculos óseos se usaban como viviendas, pero este nuevo sitio no implica un campamento humano a largo plazo.
"¿Qué podría haber traído a los antiguos cazadores recolectores a este sitio?", pregunta Pryor. "Una posibilidad es que los mamuts y los humanos pudieran haber venido al área en masa porque tenía un manantial natural que habría proporcionado agua líquida no congelada durante todo el invierno, algo raro en este período de frío extremo".
Por ahora, el propósito de este círculo óseo sigue siendo un misterio.

 
Recuperado el material biológico más antiguo de un fósil humano
Un equipo científico internacional con destacada participación española analiza las proteínas de un homínido con cerca de un millón de años

MARÍA MARTINÓN-TORRES
01 ABR 2020



María Martinón, en su laboratorio.


María Martinón, en su laboratorio.



Hace más de 25 años, un grupo de arqueólogos y paleontólogos españoles, con más vocación que medios, hallaba en Burgos los restos fósiles de una especie humana hasta entonces no descrita. Proclamaban haber encontrado a la madre de sapiens y neandertales y, sin tibieza, se atrevían a ponerle un nombre nuevo, Homo antecessor. Un cuarto de siglo después, un equipo científico internacional con destacada participación española, en el que están algunos de aquellos osados excavadores, ha sido capaz de recuperar y analizar las proteínas de este homínido que, con cerca de un millón de años, se convierte en la evidencia molecular humana más antigua jamás analizada. Además de la hazaña metodológica que supone extraer y descifrar proteínas de una antigüedad en la que el ADN ya no se conserva, el nuevo estudio avala la hipótesis, entonces temeraria, de que Homo antecessor estaba estrechamente relacionado con el origen de los humanos modernos, los neandertales y una tercera humanidad entonces desconocida, los denisovanos.

Acostumbrados siempre a empezar la narración de los hallazgos científicos con el manido “este estudio echa por tierra lo que pensábamos”, esta vez la ciencia del futuro se asoma para hacerle un guiño cómplice a aquellos investigadores españoles de los noventa que creyeron en sí mismos y en que los fósiles no mentían.

La paleoproteómica representa un campo de investigación emergente que capitaneará muchas de las revoluciones en el estudio de nuestros orígenes en un horizonte cercano. España, a través del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona, y con Atapuerca como pionera, puede tener un protagonismo decisivo en los próximos años si nosotros, nuestras administraciones y nuestros políticos nos lo creemos con la misma intensidad con que creyó en sí mismo el núcleo duro del hoy tan conocido Equipo de Investigación de Atapuerca. Siempre, y más todavía en tiempos de incertidumbre como los que nos asolan con el coronavirus, la ciencia será la más fiable portadora de buenas nuevas y esperanza a todos los niveles. Y no menos importante, la ciencia nos devolverá el amor propio que hace falta para creer en nuestra propia capacidad.

En sus Reglas y Consejos sobre Investigación Científica, don Santiago Ramón y Cajal nos alertaba de otros virus: “Huyamos del pesimismo como virus mortal: quien espera morir acaba por morir”. Pero también advertía: “El soñado porvenir no vendrá por sí mismo, ni lo traerá la protección del extranjero o la ciega lotería del azar; la futura renovación será el galardón de nuestro trabajo, de nuestra ciencia, de nuestro conocimiento de la realidad”

Cuando esta pandemia pase –que pasará– habrá que comprobar de qué está hecho el esqueleto que nos mantuvo en pie


Cuando esta pandemia pase –que pasará– habrá que comprobar de qué está hecho el esqueleto que nos mantuvo en pie. Hay algo épico en descubrir que, allí donde algunos ven solo un puñado de huesos, están escritos nuestro nombre y nuestro lugar en el mundo. La ciencia nos permitirá descodificar lo que la historia y la prehistoria pueden enseñarle al ser humano de ahora. “Trabajad hoy más que nunca por la creación de ciencia original y castizamente española”, insiste don Santiago. Es posible, pero hay que creérselo. Un millón de años después, Homo antecessor asiente.

María Martinón-Torres es directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)


 
Muere por coronavirus Iris Love, la arqueóloga que descubrió el templo de Afrodita
La famosa historiadora del arte y personaje de la ‘socialité’ neoyorquina ha fallecido a los 86 años en Manhattan


ANTONIA LABORDE
Washington - 26 ABR 2020



Iris Love, en 1989.


Iris Love, en 1989.RON GALELLA / EL PAÍS



El 20 de julio de 1969, el día que el hombre llegó a la Luna, la arqueóloga Iris Love descubrió una plataforma circular de mármol en Knidos, en la costa suroeste de Turquía. Ese primer hallazgo y las piezas que aparecieron después correspondían al templo de Afrodita, construido en el siglo IV a. C. La prensa jugó con una idea: “Love Finds Temple of Love”. La famosa historiadora del arte y personaje de la socialité neoyorquina falleció a los 86 años por coronavirus el 17 de abril en un hospital de Manhattan. Sus intereses fueron tan diversos que revistas culturales y caninas la han despedido con cariño. En la segunda parte de su vida, Love se dedicó a criar y patrocinar perros de raza para que compitieran en el concurso anual de Westminster Kennel Club, entre otros. Tenía una fascinación por los perros salchicha -llegó a tener cerca de 40-, a los que solía bautizar con nombres de personajes de la mitología griega.

Love no era una arqueóloga convencional. Ni una coleccionista de perros convencional. Dianna Ross asistía a sus fiestas, Mick Jagger la pasaba a saludar al trabajo en Turquía, y Andy Warhol describía en su diario cómo se había disfrazado ella y su pareja para uno de sus cumpleaños a principios de los ochenta. La periodista Liz Smith (1923, Texas), que durante décadas fue conocida como la reina de las columnas de chismes, escribió en sus memorias que se enamoró de Love, "una científica vestida de Givenchy con un nombre como el de una estrella de cine", en una cena en 1977, según cita The New York Times.

En un texto de despedida del periodista Roger Friedman, quien fue amigo de ambas, escribió: “¿Conocen la expresión ‘si no tienes nada bueno que decir sobre alguien, ven a sentarte a mi lado?'. Eso éramos Iris y yo”. La pareja se separó tras 15 años de relación, pero continuaron siendo amigas hasta el fallecimiento de Smith en 2017, según el medio estadounidense. “Se levantaba todas las mañanas convencida de que podía mover el mundo si solo tuviera una palanca”, escribió la columnista sobre Love.

Provenía de una familia aristócrata. Su padre, Cornelius Ruxton Love Jr., un inversionista y coleccionista de arte, era descendiente del padre fundador Alexander Hamilton. Su madre, Audrey Barbara Josephthal, era una filántropa, heredera de las fortunas Guggenheim y de la firma de inversiones Josephthal & Company. Según Times, Love hablaba griego, francés, alemán, italiano y turco, y se defendía en mandarín, ruso y árabe. Ahora estaba estudiando para aprender portugués. Se graduó de la universidad privada de artes liberales para mujeres Smith College en 1955 y obtuvo una maestría del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York. Solo le faltaba escribir la tesis para doctorarse, pero no encontró el tiempo entre los constantes viajes a Knidos para supervisar la excavación y los eventos para recaudar fondos. Luego se convirtió en profesora asistente de arqueología en la Universidad Long Island y en varias otras. Vivió entre Italia, Grecia y Nueva York durante décadas.

Su trabajo como arqueóloga no estuvo exento de polémicas. Puso en duda la veracidad de algunas piezas en los museos más importantes del mundo, acaparando la atención de la prensa de una manera poco común para alguien de su rama. Ella decía que eso se debía a que su signo zodiacal era Leo y necesitaba que le hicieran caso. Cuando se retiró de la arqueología, se dedicó de lleno a la crianza de perros de raza. Decía que solo confiaba en las personas que amaban a los animales y las que bebían alcohol. Lamentaba que en la antigüedad muchas civilizaciones hayan utilizado a los perros como sacrificios para honrar a los dioses, pero le aliviaba que Afrodita no haya exigido tal tributo, según lo que contó a la Revista de Nueva York en 1996: “Y trato de seguir sus pasos”.

 
Mujeres, mestizos, amuletos: los arqueólogos rompen los mitos sobre la élite al inicio del imperio español
Excavaciones en Panamá la Vieja muestran el componente africano desde el principio del siglo XVI en el documental «Una arteria del imperio»







Jesús García Calero
Jesús García Calero. 11/05/2020


La ciencia es así, nuevos datos contradicen conocimientos que creíamos asentados. Un equipo de arqueólogos acaba de hallar nuevas evidencias que completan lo que sabíamos de los primeros años de la globalización. El relato simplón, comúnmente aceptado y cada vez más adorado por un discurso hegemónico que prefiere los clichés a la complejidad de las cosas, exigiría que en uno de los primeros templos cristianos de América, lleno de enterramientos, la estructura social fuese la canónica y arraigada, sobre todo en la visión de la leyenda negra: los europeos «racistas y crueles» formarían una élite cerrada, con sus hijos criollos en un escalón inmediato. Se supone que ellos ocuparían los sepulcros del interior del templo, como los hidalgos de rancio abolengo en España. Y en el exterior estarían las clases populares, los mestizos, los indígenas, los esclavos. Pero no, las evidencias forenses dicen otra cosa.


El proyecto «Una arteria del Imperio», liderado por Bethany Aram de la Universidad sevillana Pablo de Olavide, que fue presentado ayer en la colombiana Uninorte, pone al descubierto «un nuevo relato sobre el proceso de conquista y colonización del continente americano», según nos cuenta Juan Guillermo Martín, arqueólogo de Uninorte responsable de los trabajos de campo.
Esa globalización acaba de arrojar, después de un estudio internacional y multidisciplinar a los restos humanos excavados, una movilidad social, económica y espiritual difícil de casar con lo que aparece en los libros. El 60 por ciento de los enterramientos corresponde a mujeres jóvenes, negras, mestizas y europeas, según los análisis de isótopos de estroncio y oxígeno, acompañados del estudio del ADN. Hen encontrado cuerpos en diferentes disposiciones y enterrados junto a amuletos asociados a creencias africanas, entre las tumbas principales.




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Los científicos adoran el asombro de los nuevos datos, les da vidilla, les reta a comprender mejor lo que antes se había dictaminado de otro modo con los datos disponibles. Y además les impulsa a encontrar otras evidencias que apoyen sus hallazgos. Y eso ha hecho el equipo de Bethany Aram en universidades españolas, colombianas, peruanas e italianas. «En ambos continentes nos han enseñado versiones monolíticas que no dan cuenta de la complejidad social de la primera globalización. Es evidente el impacto que tuvo este encuentro en ambas direcciones pero nos abre también una perspectiva distinta de la realidad de Panamá durante el siglo XVI que, seguramente, se puede extrapolar a otros lugares de América», remata Juan Guillermo Martín.
Para este arqueólogo también se ha documentado «la adaptación de los primero europeos en América a una nueva y variada gastronomía. No habría tortilla de patata sin su domesticación hace miles de años en la región Andina. De igual forma, la información arqueológica nos ofrece una idea distinta, del imaginario actual, en torno a la configuración social de la Panamá colonial». Según se relata en el documental «Una arteria del imperio», los europeos debieron amoldarse a los vegetales disponibles: maíz, yuca...


Protagonismo económicoa de la mujer mestiza
Otra de las sorpresas es la importancia del vector africano que la genética demuestra: «Cerca del 80% de la población era de origen africano y no toda ella esclavizada. Mucha de esa población con peso en la actividad económica de la ciudad. También destaca el papel de la mujer en la época. Pensamos siempre en eventos protagonizados por hombres y escritos por ellos. Pero el correlato arqueológico nos muestra una sociedad femenina, en donde la mujer, mayoritariamente de origen africano, cumple un rol determinante en la consolidación de esta ciudad».
Los casos que aparecen en el documental son elocuentes. Una esclava negra amancebada con un clérigo de la fábrica de la catedral acabó gobernando la casa, encargándose de las compras de material y con un papel notorio y público durante una etapa nada corta porque tuvo cinco vástagos con el cura. Se sabe por el proceso contra él que ha dejado legajos y testimonios en el Archivo de Indias, muestra de la importancia que ha tenido la colaboración entre la arqueología histórica, la bioarqueología y la investigación archivística bajo la coordinación de Bethany Aram. El clérigo fue condenado a liberarla.


Huracán en la carta de Pedrarias Dávila
Otro caso memorable es la aparición de una carta de Pedrarias Dávila en la que relata los efectos, hasta ahora desconocidos, de un huracán en 1522 que destruyó la primera iglesia y las casas de su entorno. Los arqueólogos, siguiendo las indicaciones dadas en el documento, han hallado y excavado los enterramientos que se conservan en los cimientos de esa primera sede y los resultados han confirmado todas sus nuevas teorías.
«Con este proyecto se superan viejos mitos, así como una visión eurocéntrica del tema. Desde la misma configuración del equipo de investigación, con científicos de España, Italia, Alemania, Panamá, Cuba y Colombia, conseguimos reescribir la historia y aportar datos concretos que se articulan además desde la historia, la arqueología, la genética, la bioarqueología y la paleobotánica. Estamos en mora de encarar nuevos proyectos de este tipo que reivindiquen el aporte americano al proceso de conquista y generen discursos desapasionados de una historia común».

He ahí la clave, sin los clichés ni los prejuicios de la leyenda negra. Una historia común. Los ricos mestizos, las acomodadas africanas en aquel Panamá que toleraba la movilidad racial y la relevancia económica muy lejos de la visión racista y violentísima negrolegendaria. «Panamá fue la garganta de Perú», se dice en el documental, por allí pasaron las riquezas, las manufacturas, los productos las personas y la plata. El paisaje cultural es global desde el momento en el que se conecta con América del Sur, Europa, México y, finalmente, Asia, gracias al galeón de Manila.
«Ha sido complicado lograr la coordinación de un equipo tan complejo, pero el resultado salta a la vista -comenta Juan Guillermo Martín-. Conseguimos adelantar jornadas de trabajo en línea, desde hace 5 años, ahora que nos parecen tan comunes. Discutir avances y resultados y generar espacios académicos de interacción en Panamá y Sevilla. Tuvimos que coordinar también permisos, de instituciones de España, Panamá y Perú. Al final todos entendieron el valor e importancia de este proyecto, facilitando su desarrollo», concluye.

El resultado ahora comenzará a ponerse a disposición de la sociedad. Las ciencias sociales la sirven y el estudio de la primera globalización guarda claves e inteligencia necesaria para entender la actual globalización bajo amenaza de pandemia. «Ahora mismo estamos escribiendo numerosos artículos científicos sobre distintos aspectos del proyecto pero sabíamos que teníamos una responsabilidad con la ciudadanía. ¿Para qué hacemos esto? Por eso Uninorte asumió la responsabilidad, de la mano de Alexander Pérez, de acompañar la investigación de manera audiovisual. Dirigió por Skype los equipos de la UPO, Pavía y la Universidad de Antioquia, para garantizar la calidad del documental».

Para el joven arqueólogo colombiano «es una pieza de calidad que logra sintetizar cinco años de arduo trabajo. Un producto que compite con las producciones de pseudoarqueología tan difundidas en canales que alguna vez fueron serios. Es el momento de presentar un proceso científico de forma amena pero con el rigor que se merece».
Ahora es responsabilidad de todos dar paso en nuestra mente al nuevo conocimiento, dinamitar los prejuicios y sentirnos orgullosos de este pasado común, que aún podrá ampliarse si trabajan juntos los científicos de muchos países. El pasado, cada vez, resulta más impredecible.



La Monarquía española estuvo allí
Por Manuel Lucena Giraldo

El excelente documental «Una arteria del imperio. Cuando el mundo se hizo global» cumple el requisito fundamental de toda producción científica de divulgación: ayuda a pensar. Nos deja, francamente, hechos un lío. En la medida en que los investigadores que lo sustentan, coordinados de manera magistral por la profesora Bethany Aram, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, han sido capaces de probar mediante sofisticados análisis genéticos que los restos humanos hallados en el cementerio de la catedral de Panamá la Vieja, destruida a resultas del ataque alevoso del pirata inglés Morgan en 1671, tienen componente africano, la evidencia histórica se impone. Donde solo debía haber «mala gente» de la elite blanca (o sea, españoles rabiosos) resulta que aquello está lleno de mulatas se supone que ricas y de mestizos cargados de plata (del Perú).

Primera conclusión: ese imperio español que retratan tan estático y represor tenía una espectacular movilidad social. También geográfica. Otros análisis de laboratorio muestran que la pauta de alimentación incluía productos lejanos. Segunda conclusión: estaban conectados. Procede formular una hipótesis. La capacidad política, institucional, social, humana, tecnológica, detrás de las evidencias halladas, pertenecía a la monarquía de España. Si no lo tienen en cuenta, no van a entender nada. No se puede explicar la globalización sin la historia global de España. Por cierto, la única capaz de explicar el pasado común–y de abrir las puertas del futuro-.



 
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