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Una avispas convierten las arañas en zombis pirateando su código interno
Este mecanismo de ‘zombificación’ consiste en piratear los mecanismos de hilatura de la araña mediante el secuestro de su hormona de muda
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Una avispa preparándose para atacar a una araña e iniciar la 'zombificación' (Marcelo Gonzaga)
NEUS PALOU
30/04/2019 12:06

En noviembre en La Vanguardia os explicábamos la nueva especie de avispa descubierta en la Amazonia ecuatoriana que es capaz de transformar a una araña “social” en un zombi. Esta abandona su colonia para cumplir las órdenes de la avispa, es decir se convierte en su sirvienta. Un descubrimiento espeluznante que demuestra que la naturaleza va más allá de la ciencia ficción.

Esta ‘zombificación’ tiene un objetivo reproductor. La avispa hembra adulta pone un huevo en el abdomen de una araña, la larva eclosiona y se adhiere a su desventurado huésped arácnido. Luego, presumiblemente, se alimenta de la hemolinfa, parecida a la sangre de la araña, que se hace más grande y se apodera del cuerpo lentamente. La araña, ya bajo su control, sale de la colonia y crea un capullo para la larva antes de esperar pacientemente a ser consumida por su parásito. Después de darse un festín con la araña, la larva entra en el capullo que la araña le ha tejido, emergiendo completamente formada de nueve a once días después.

Ahora, gracias a un artículo reciente, publicado en el Biological Journal of the Linnean Society, han cruzado y comparado todos los informes conocidos de diferentes especies de avispas con la habilidad de ‘zombificar’ diferentes especies de arañas en todo el mundo. Los resultados de un estudio molecular en Brasil y nuevas observaciones de arañas costarricenses han demostrado varios patrones previamente no apreciados que sugieren que las larvas de la avispa usan la ecdisona, la hormona de la muda.

Nuevo descubrimiento

La ‘zombificación’ consiste en piratear los mecanismos de hilatura de la tela de araña mediante el secuestro de la ecdisona: su hormona de muda

William Eberhard, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y Marcelo Gonzaga de la Universidade Federal de Uberlândia en Brasil, han reunido una amplia evidencia de que el mecanismo de “zombificación” consiste en piratear los mecanismos de hilatura de la tela de araña mediante el secuestro de su hormona de muda.

En los casos más complejos, la construcción de la tela de araña se ve afectada en varias características como la selección del lugar donde se construye o su diseño. Este poder de control ejercido por las avispas es muy sorprendente porque la larva de la avispa no tiene contacto directo con el sistema nervioso de la araña: es un parásito externo que se monta en la superficie del abdomen de la araña. El único acceso al cerebro de la araña es a través de inyecciones de sustancias psicotrópicas en la hemolinfa en el abdomen de la araña, para luego ser transportadas por el sistema circulatorio de la araña a su sistema nervioso central.

Al piratear este sistema, las avispas garantizan la seguridad de sus propios hijos a expensas de su anfitrión

MARCELO GONZAGA Universidade Federal de Uberlândia en Brasil



Varios estudios sugirieron que a veces las telarañas inducidas por las avispas se parecen a las telarañas que construyen las arañas que no han sido afectadas por el parásito, justo antes de la muda. “Combinamos esa observación con un descubrimiento anterior de que, en un género, las arañas que acababan de construir redes de capullo tenían concentraciones inusualmente altas de ecdisona en sus cuerpos y predijeron que la especificidad de los efectos de la larva de avispa ya podría estar presente en el sistema nervioso de la araña, en la forma de sus respuestas de comportamiento específicas a la hormona que controla su propio ciclo de muda. Al piratear este sistema, las avispas garantizan la seguridad de sus propios hijos a expensas de su anfitrión”, explica Gonzaga.

Debido a que las líneas en las telarañas representan registros precisos de su comportamiento, esto podría llevar a los científicos a estudiar el proceso de ‘zombificación’ con un detalle sin precedentes

WILLIAM EBERHARD Científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales
Debido a que las líneas en las telarañas representan registros precisos de su comportamiento, esto podría llevar a los científicos a estudiar el proceso de “zombificación” con un detalle sin precedentes al observar las líneas en las redes del capullo y muda.

Artículo científico de referencia:

‘Evidence that Polysphincta-group wasps (Hymenoptera: Ichneumonidae) use ecdysteroids to manipulate the 
web-construction behaviour of their spider hosts’. William G Eberhard y Marcelo O Gonzaga. 27 April 2019 Biological Journal of the Linnean Society. https://doi.org/10.1093/biolinnean/blz044


https://www.lavanguardia.com/natura...teran-ecdisona-sombificar-aranas-estudio.html
 
El extraño zumbido en la oreja de un niño de 9 años... era una garrapata
El parásito estaba enganchado a la membrana timpánica derecha del chico

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El niño tenía la garrapata incrustada en la oreja derecha (iStockPhoto)
DAVID RUIZ MARULL

03/05/2019 12:51Actualizado a 03/05/2019 13:27

Todo ocurrió en apenas unos segundos. El pequeño de 9 años estaba jugando tan tranquilo hasta que, de pronto, comenzó a sentir un zumbido en su oído derecho. Pero no le dolía. Solo era el extraño ruido que no se iba de ninguna manera. Hasta tres días seguidos le duró, así que sus padres decidieron llevarle al Yale New Haven Children’s Hospital para averiguar qué ocurría.

Cuando el niño entró en la clínica de otorrinolaringología pediátrica lo primero que le dijo a los médicos es que, además del zumbido, tenía la sensación de que había un cuerpo extraño en su oreja, pero no presentaba pérdida de audición, según explica el estudio publicado en la revista The New England Journal of Medicine.

El pequeño tenía la sensación de que había un cuerpo extraño en su oreja derecha

El chico, que vive en Connecticut (Estados Unidos), había estado jugando al aire libre en el patio de su escuela el día que comenzó a escuchar el ruido. Cuando el doctor Erik Waldman inspeccionó la zona, tardó unos segundos en salir de su asombro. El paciente tenía una garrapata enganchada a su membrana timpánica derecha, lo que había provocado la inflamación de la zona.

Los médicos intentaron quitar al ectoparásito hematófago (que se alimenta de sangre) con la guía de un microscopio operatorio en la oficina, pero no lo consiguieron, ya que siempre existe el peligro de extraer el cuerpo y dejar incrustada una parte. Por eso se decidió, finalmente, trasladar al pequeño a la sala de operaciones.

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La garrapata era una 'Dermacentor variabilis' (o garrapata de madera) (The New England Journal of Medicine)
Aplicaron anestesia general al chico y usaron “utensilios médicos muy finos” para desenganchar la boca de la garrapata, que estaba enterrada debajo de la capa epidérmica (zona externa de la piel) de la membrana timpánica del chico. “La zona fibrosa subyacente de la membrana se mantuvo intacta”, escriben los médicos que atendieron al chico.

La garrapata se eliminó totalmente con un gancho, siguiendo la guía de un microscopio operatorio. Las pruebas patológicas posteriores identificaron la garrapata como Dermacentor variabilis, también conocida como la garrapata americana del perro o la garrapata de madera. Este animal es conocido por ser portador de bacterias que provocan enfermedades como la fiebre de las Montañas Rocosas y la tularemia (o fiebre de los conejos).

Una vez extraído el parásito totalmente, el niño de nueve años no presentó signos o síntomas de sufrir una enfermedad sistémica y se complementó el tratamiento con gotas de ciprofloxacina para curar una abrasión de la membrana timpánica. Un mes después, el chico estaba recuperado, no tenía fiebre ni erupciones y la membrana timpánica se había curado bien.

https://www.lavanguardia.com/vida/20190503/462005526780/garrapata-nino-zumbido-oreja.html
 
La visualización de «Spiderman» ayuda a reducir la aracnofobia
Igual ocurre con «Antman» y la mirmecofobia, según un estudio de la Universidad de Ariel (Israel)
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Investigadores israelíes han demostrado que una pequeña exposición a escenas de películas de Spiderman y Antman disminuye los síntomas de las fobias a las arañas y las hormigas, respectivamente.

La terapia de exposición para fobias específicas, como las de insectos o arácnidos, utiliza la exposición neutra a un estímulo fóbico para contrarrestar un miedo irracional. A medida que uno se expone cada vez más a los estímulos fóbicos, deja de temerlo. Hasta la fecha, el efecto de la exposición positiva, aunque sea de fantasía (por ejemplo, en forma de películas de Marvel), no se había probado en las terapias cognitivas conductuales.

El profesor Menachem Ben-Ezra, de la Escuela de Trabajo Social de laUniversidad de Ariel, junto con el doctor Yaakov Hoffman, del Departamento Interdisciplinario de Ciencias Sociales de la Universidad de Bar-Ilan, expusieron a 424 personas a extractos de películas de Spiderman y Antman para ver si disminuían los síntomas fóbicos a arañas y hormigas.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychiatry, ha descubierto que la visualización de un extracto de siete segundos de una escena de una araña en «Spiderman 2» redujo un 20% la puntuación de los síntomas de la fobia a las arañas (aracnofobia) posterior al visionado de los participantes en relación con su puntuación previa a la visualización.

Esta impresionante eficacia de costo-beneficio se obtuvo de manera similar para la fobia a las hormigas (mirmecofobia), al ver un fragmento de siete segundos de «Antman».

El profesor Ben-Ezra explica que estos resultados abren una nueva dirección en cuanto a la eficacia de la exposición positiva, la cual debería considerarse más a fondo, en su opinión. Los hallazgos sugieren que una exposición divertida puede ser muy poderosa.

En la siguiente etapa de su investigación, los autores examinarán otros beneficios de la visualización de la película Marvel en relación con el trastorno de estrés postraumático.

https://www.abc.es/natural/vivirenv...reducir-aracnofobia-201905031349_noticia.html
 
Garrapatas: cien millones de años chupando sangre


Un reciente artículo ha puesto de manifiesto la estrecha relación que existe entre las garrapatas y los humanos

Las garrapatas se alimentaban de la sangre de los animales que entonces dominaban la Tierra: los dinosaurios

Una investigación se centró en unas piezas de ámbar que encierran en su interior un tesoro: una pluma de dinosaurio con una garrapata aferrada a ella

Manuel Peinado Lorca - Departamento de Ciencias de la Vida. Universidad de Alcalá.
13/05/2019 - 20:03h
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Una garrapata vista de forma ampliada. THE CONVERSATION

La extraña y misteriosa alergia a la carne provocada por garrapatas
Cuando aparecieron nuestros primeros ancestros humanos, las garrapatas ya estaban allí.

Un reciente artículo ha puesto de manifiesto la estrecha relación que existe entre las garrapatas y los humanos. Se han encontrado fósiles de homínidos en Europa y diversos lugares de Asia y África, procedentes del Mioceno, hace unos veinte millones de años (ma).

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Reconstrucción del hábitat de Deinocroton draculi en un dinosaurio emplumado inmaduro. La reconstrucción muestra dos machos no cargados (a la izquierda) y una hembra alimentándose (a la derecha). THE CONVERSATION

Las pisadas de unos animales enormes y terribles, los dinosaurios, atronaron la Tierra durante millones de años mientras vagaban por los densos bosques tropicales del Mesozoico. Es una historia que la mayoría de los niños aprenden en la escuela. Escondidos entre los herbazales pululaban también unos animales minúsculos y peludos -los primeros mamíferos- que se alimentaban de insectos.

Así estaban las cosas hace unos 65 ma cuando a partir del Cretácico superior, y más exactamente el momento conocido como K-Pg, se produjo la extinción en masa de los dinosaurios. Al mismo tiempo, aves y mamíferos comenzaron una imparable diversificación por todas las tierras emergidas.



Con la desaparición de los dinosaurios quedaron muchos nichos ecológicos disponibles en el planeta. Aves y mamíferos los aprovecharon. Los descendientes de un grupo de dinosaurios emplumados o aviares evolucionaron para originar las aves modernas. El biólogo Thomas Henry Huxley lo tenía muy claro cuando en 1870 presentó un célebre informeen que sostenía que Archaeopteryx, un fósil colocado entre las aves, no era más que un dinosaurio con plumas y que las aves como grupo evolucionaron a partir de unos pequeños dinosaurios terópodos que vivieron desde el Triásico superior hasta el Cretácico superior (hace aproximadamente entre 228 y 65 ma).

Aunque los terópodos se extinguieron como grupo a finales del Cretácico, algunas de sus características básicas han pervivido hasta nuestros días bajo la forma de las aves modernas, sus directos descendientes.

Compartiendo parásitos
Los dinosaurios ya no son solo aquellos animales con piel de lagarto y aspecto terrible de los que sólo quedan huesos y dientes que nuestra imaginación se ha encargado de rellenar con gran éxito de público. Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años han cambiado la imagen por completo. Ahora sabemos que muchos de ellos tenían el cuerpo cubierto de plumas, que empollaban amorosamente sus huevos en nidos y compartían, como muchas criaturas actuales, enfermedades y parásitos.

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(a) Una garrapata Cornupalpatum burmanicum anclada en una pluma. Barra de escala, 5 mm. (b) Detalle de una ninfa de garrapata en vista dorsal anclada en las barbas de la pluma (a). Barra de escala, 1 mm. (c) Detalle del capítulo succionador de la garrapata mostrando palpos e hipostoma con dientes (flecha). Barra de escala, 0,1 mm. (d) Detalle de una barba. Barra de escala, 0,2 mm. (e) Dibujo de una garrapata en vista dorsal indicando el punto de anclaje. Barra de escala, 0,2 mm. (f) Bárbula de la pluma separada mostrando ganchos en uno de sus lados (la flecha de (a) indica su localización, pero en la cara opuesta de la pieza de ámbar). Barra de escala, 0,2 mm THE CONVERSATION

Esto último lo sabemos, entre otras cosas, por las huellas dejadas por plumas que quedaron atrapadas en ámbar. El ámbar es en realidad resina que exudan ciertos árboles al recibir una herida en su corteza. Ciertos animales pequeños, plumas, pedazos de madera y otros cuerpos quedan adheridos a ella y pueden quedar encerrados en su interior, confinados en una especie de sarcófago natural.

Con el tiempo, la resina fosiliza y se conserva en depósitos minerales, que han llegado hasta nosotros muchos millones de años después.

Gracias a un artículo publicado en la revista Nature Communications, sabemos que las garrapatas se alimentaban de la sangre de los animales que entonces dominaban la Tierra: los dinosaurios.

Sí, a los dinosaurios no sólo le chupaban la sangre los mosquitos, como nos contaron en Parque Jurásico, sino que también tenían otros parásitos. Entre ellos, las garrapatas.

La investigación se centró en unas piezas de ámbar, de casi 100 ma, que encierran en su interior un tesoro: una pluma de dinosaurio con una garrapata aferrada a ella. Las muestras proceden de los yacimientos de ámbar del periodo Cretácico de Myanmar, donde fueron recogidas, pulidas por vendedores locales y adquiridas por un coleccionista estadounidense que las donó para su estudio.

La pieza más importante del conjunto, que se puede ver en la Figura 2, contiene una pluma a la que hay adherida una garrapata (Cornupalpatum burmanicum) con una pata enganchada a una de las barbas.

Una segunda pieza de ámbar muestra a dos garrapatas a las que los investigadores, influidos por el vampiro creado por Bram Stocker, denominaron Deinocroton draculi. Adheridos a sus cuerpos, las garrapatas fosilizadas presentan unos pelillos que han sido identificados como pertenecientes a larvas de un escarabajo derméstido, cuyos parientes actuales suelen vivir en los nidos de las aves y mamíferos alimentándose de plumas o pelos.

Este descubrimiento ha llevado a los investigadores a sugerir que ambos tipos de parásitos, garrapatas y escarabajos, convivían en los nidos de los dinosaurios emplumados.

Una tercera garrapata fue atrapada en el ámbar después de haber succionado una gran cantidad de sangre, por lo que su cuerpo estaba hinchado. Desgraciadamente, una parte del cuerpo no fue cubierto por el ámbar y el contenido interior quedó expuesto a los minerales del terreno.

Si estaban pensando en aprovechar la sangre para recrear un nuevo Parque Jurásico, olvídenlo: debido al proceso de momificación que sufren los especímenes al quedar atrapados en ámbar, habría sido poco probable que se hubiera podido extraer muestras de material genético del huésped al que le succionó la sangre.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original aquí.
 
Encuentran una araña viva tejiendo su tela en el oído de un hombre en China
Acudió al médico quejándose de una «sensación de hormigueo» en su oído derecho: tenía dolor de cabeza y picores
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Un hombre, de unos 20 años, acudió al médico quejándose de una «sensación de hormigueo» en su oído derecho: tenía dolor de cabeza y picores.

Tras una primera revisión a simple vista en la que no vio nada, el doctor Zhang Pan, de un hospital afiliado a la Universidad de Yangzhou, en la provincia de Jiangsu (China), usó un endoscopio para observar mejor el interior del oído.

Fue en ese momento cuando descubrió una araña pequeña dentro, tejiendo su tela. El equipo médico trató de agarrar a la criatura con unas pinzas, pero no fue posible por su rapidez. El doctor decidió aplicar gotas de una solución salina hasta que «inundó» el conducto y pudo sacarla.


El Dr. Pan explicó que el paciente «evitó cualquier daño a su canal auditivo porque se apresuró a buscar tratamiento».

Pese a ser poco común, existen varios casos de pequeñas criaturas que se alojan en el interior de un humano. Una de las más llamativas ocurrió el pasado mes de abril, cuando encontraron en el ojo de una mujer cuatro abejas vivas, conocidas como «abejas del sudor», que se alimentaban de sus lágrimas.

https://www.abc.es/sociedad/abci-en...a-oido-hombre-china-201905151322_noticia.html
 
Hormigas solidarias: así rescatan a las hermanas atrapadas por arañas
Descubren que una especie del oeste de Norteamérica es capaz responder a la llamada de socorro de los ejemplares enganchados en telarañas
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La hormiga cosechadora negra Veromessor pergandei es autóctona del oeste de Norteamérica (Insectes Sociaux)
REDACCIÓN
23/05/2019 12:15

Muchas especies de animales muestran reacciones de ayuda y solidaridad entre miembros de una misma comunidad o familia. Sin embargo, en grupos como los insectos se han observado muy pocos casos de colaboración para salvar a familiares o compañeros atrapados por depredadores.

Los humanos tenemos ahora un nuevo ejemplo de que la solidaridad no es sólo cosa de especies como la nuestra, incluso la pequeña hormiga cosechadora negra (Veromessor pergandei), endémica de zonas semidesérticas del oeste de Norteamérica es capaza de responder a las llamadas de socorro de los individuos atrapados en telarañas y salvar sus vidas sin ninguna recompensa inmediata aparente.

La singular solidaridad de estas hormigas americanas ha sido descubierta por Christina L. Kwapich y Bert Hölldobler, del grupo de investigación de insectos sociales de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), según relatan en un artículo publicado en la revista The American Naturalist (ed. mayo de 2019)

Pocas especies de presas buscan y destruyen las trampas diseñadas para capturarlas, y solo unos pocos miembros del grupo de rescate están en peligro. Es por eso que Kwapich y Hölldobler se sorprendieron al descubrir que las hormigas cosechadoras de semillas del desierto desmantelan sistemáticamente las telas de araña construidas a lo largo de sus rutas de forrajeo, y recuperan a las hermanas atrapadas en seda de araña. Los animales que realizan conductas de rescate generalmente viven en pequeños grupos con individuos de alto valor, pero los perceptores de Veromessor forman sociedades enormes que despliegan hasta 30,000 recolectores cada mañana.

Para determinar por qué las colonias rescatan a los trabajadores aparentemente desechables, los autores calcularon los costos y beneficios de la eliminación de la web. Descubrieron que las semillas transportadas por hormigas forrajeras se enredan en redes no detectadas, lo que reduce el número total de viajes de forrajeo que las personas pueden realizar por día. Al tomar en cuenta la duración de una carrera de forrajeo y la cantidad de viajes por día, estimaron que la depredación de arañas sin control podría costar a las colonias 65,000 semillas por año. Este es un alto precio para pagar, porque las colonias necesitan reunir suficientes recursos para criar a 600 nuevas hermanas cada día.

Muchas especies de hormigas limpian escombros de sus rutas de forrajeo, pero Kwapich y Hölldobler demostraron que los buscadores de V. pergandei ignoran los objetos novedosos, e incluso carecen de una habilidad innata para detectar la seda de araña. En cambio, las hormigas atrapadas emiten una señal de alarma química, que estimula a un subconjunto de nidos de cuerpo grande para eliminar las correas circundantes. Los “maniquíes” congelados marcados con el mismo compuesto de alarma también fueron rescatados y liberados de sus encuadernaciones de seda. En esencia, las colonias solo se benefician de la eliminación de redes cuando los trabajadores son capturados en ellas. Otras especies de hormigas recolectoras de semillas detienen el forrajeo o cambian sus patrones de forrajeo en respuesta a las arañas. Los autores proponen que buscar en una sola ruta durante una ventana de temperatura limitada, junto con la cosecha de semillas a escala necesaria, llevó a V. pergandei a su inusual estrategia defensiva.

https://www.lavanguardia.com/natura...as-rescatan-hermanas-atrapadas-telaranas.html
 
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