Paranoia sin parar. Como te pongas a pensar, no vives. Me llegó un protocolo de entrada y salida a casa, y qué agobio... Es demasiado (ojito con los zapatos, quitarse la ropa, lavar lo que entre con alcohol...). No sé si mejor no ver nada e intentar seguir mis medidas de higiene y aislamiento en casa.Ayer cuando hablé con la médica, me indicó que tomara Loratadina, que ya la he tomado alguna vez. Me dijo que llamase al consultorio y que me hiciese una receta electrónica el médico de cabecera para retirarla de la farmacia.
De unos años a esta parte, es horrible la rinitis que se me pone. Me sube hasta los ojos, así que me paso él día lloriqueando y con picor de paladar, además de la congestión nasal. Vaya, un cuadro, y más estos días que te miran como un apestada.
Ahora toca tener paciencia hasta que me vuelvan a mandar la cita.
Ayer fue el primer día que me tomé la temperatura, 35,9 así que bien, me cuanto a salud, pero la situación comienza a pesar. Para mí, mi rutina apenas se ha variado, pero a la vez, ha cambiado todo. Nuevo horario; nuevas normas que tenemos que cumplir y velar que cumplan los clientes; la tensión que se vive; más carga de trabajo; que extraño besar y abrazar a mis sobrinos... Aunque trato de pensar que estoy haciendo lo que tengo que hacer, y para lo que me pagan.
Y luego qué haces cosas por rutina, y luego te das cuenta de lo que has hecho, y te entra la paranoia. Como el otro día, que fui a echar gasolina y no me puse un guante. Luego era todo... Dios, ¿quién habrá tocado la manguera del surtidor? Así que como una loca, me puse a desinfectar volante, manos... Ay.
Pero no queda más remedio que mantener él ánimos alto aunque cueste, y mantenernos en la brecha. Lo que tenga que pasar pasará, hay que vivir el día día, y pensar que cada uno que pasa, es uno menos para que esto termine.
Pensad que en mi entorno ya hay un positivo. ?
Me da por pensar si ya lo estoy pasando (asintomática), o si lo estoy incubando, cuento los días desde que estuve en sitios de posible contagio, me tomo la temperatura... Esta noche mi marido tosió y me desperté casi dando un bote de la cama. Menos mal que no siguió. Pero ya no pude pegar ojo. Luego pienso que así no podemos vivir, y que si nos toca pasarlo, pues no tocó y a apechugar con lo que nos venga.
Es muy complicado gestionar tantas emociones. Va la cosa a ratos.