A mí pensándolo en seco, tampoco me importaría tener una salus y más sabiendo cómo de poco y mal se duerme los primeros meses. Pero una salus no encaja en todos los tipos de maternidad, por ejemplo, yo hago colecho y LME a demanda, ¿qué hace la mujer?
Pues así fueron los primeros 8 días con mi hija. Venía una enfermera de 19 a 7. Las primeras horas, antes de ir a la cama, genial, porque me enseñaba a duchar a mi hija, el ritual de sueño, cómo engancharla bien al pecho, la cura del ombligo..., pero después, la mujer estaba en una habitación a la espera de que la niña llorara, así venía a mi habitación a ayudarme a darle el pecho, limpiarla, mirarle el pañal...
Yo no descansaba igual y cuando cogí el truquito de ser madre dejé de usar el servicio.
Ahora, sin juzgar a ninguna madre ni sus decisiones, muchas veces cuando alguna mujer con posibles (no es un servicio económico) decide dar biberón, mi cabeza piensa directamente en una salus y pocas veces he fallado. Ya no sé si es “como sé que no voy a dar el pecho, contrato una salus” o “como voy a contratar una salus, no le doy el pecho”.
