Vanity Fair España entrevista a Jaime de Borbón-Dos Sicilias

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No sabía exactamente donde colocar esta entrevista:

Jaime de Borbón-Dos Sicilias: "¿Soltero de oro? Mi novia y yo nos lo tomamos muy a broma"
Con sólo 25 años, trabaja en un banco de París y encabeza varias listas de solteros de la realeza europea. El duque de Noto habla y posa por primera vez.
Por MARÍA LUISA GARCÍA-MORO


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Es el hijo mayor de sus altezas reales don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria y jefe de la casa real de las Dos Sicilias, y doña Sofía Landaluce Melgarejo, duquesa de Calabria. Además, es nieto del fallecido infante don Carlos y de la princesa doña Ana de Orleans. Pese a la sangre real que corre por sus venas, Jaime de Borbón-Dos Sicilias (Madrid, 1992) es un hombre extremadamente discreto, poco dado a aparecer en los medios de comunicación (al menos por propia voluntad).
Nada más comenzar la conversación, me advierte por qué se presta a esta entrevista: “Mi padre es el mayor ejemplo de mi vida, y él rara vez concede entrevistas. He querido hablar con Vanity Fair porque él aceptó hacer una muy parecida para el mismo medio fuera de España hace tiempo. Y porque han salido varias informaciones en la prensa sobre mí que no son del todo ciertas. Pero me encanta el anonimato”, reconoce.


El aristócrata, que ostenta el título de duque de Noto, se refiere a algunas noticias poco certeras sobre sus creencias y su fe católica. No le preocupa en exceso lo que se escriba sobre él, pero prefiere hacer una serie de matices: “No sé de dónde salen ciertas informaciones. Respeto profundamente a los periodistas, pero en alguna ocasión me han pintado prácticamente como un sacerdote. Soy católico, voy a misa los domingos y no me da miedo ni vergüenza reconocerlo. Pero de ahí a los niveles que me atribuyen…”. Y se ríe a carcajadas cuando le menciono su presencia en varias de las listas de solteros de oro de la realeza europea: “Me lo tomo muy a broma y mis amigos y mi novia, más a broma todavía”.
Jaime llega a la entrevista a primera hora de la mañana recién aterrizado del campo. Ha preferido madrugar y apurar sus horas allí, “su lugar en el mundo”. Castaño y de unos intensos ojos azules, a sus 25 años parece tener una madurez impropia de su edad: “He recibido una educación absolutamente normal. Quizá con matices,
en el sentido de que no ha sido estricta, pero sí con una serie de responsabilidades que desde pequeño sabía que tenía que cumplir”, explica serio. Tiene perfectamente claro, a pesar de su juventud, lo que quiere en la vida, y lucha por ello, sin que sus apellidos o títulos nobiliarios le hagan despegar los pies del suelo.

Estudió en el Colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid y, más tarde, en Ciudad Real, debido a que, por el trabajo de su padre, la familia de Borbón-Dos Sicilias Landaluce se desplazó a vivir allí. Terminó sus estudios en Carolina del Norte (EE UU) y se licenció en Derecho en el Centro Universitario Villanueva de Madrid. Después, cursó un máster en Management en el prestigioso Instituto de Empresa.

HERMANO MAYOR
El aristócrata reconoce ser una persona muy familiar. Tiene, dice, el deber de ser el mayor de siete hermanos: Juan (14), Pablo (13), Pedro (10), Sofía (9), Blanca (6) y María (2). Cuenta que todos ellos le adoran e imitan: “Y yo les adoro a ellos, son las personas que más quiero en este mundo; pero tengo cierta responsabilidad en educarles y, sobre todo, en intentar ser un buen ejemplo, porque quieren ser exactamente como yo. Eso me produce cierta presión a la hora de comportarme, pues tengo seis hermanos que pretenden seguir mis pasos”.

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Su abuelo paterno era el infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo hermano del rey don Juan Carlos y uno de sus mejores amigos. Falleció en 2015 y, por su rango, está enterrado en el panteón de infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. “Era un ejemplo de saber estar. Siempre supo cuál era su lugar y cómo actuar. Nunca pretendió ser ni más ni menos de lo que era. Le tengo presente cada día de mi vida”.

Si la admiración hacia su abuelo queda patente en sus palabras, no es menor la que profesa hacia su abuela, la princesa doña Ana de Orleans. “Ella nació princesa (es hija de los condes de París) y aprendió a serlo desde el primer día de su vida. Es una pedazo de señora, la jefa de la familia, quien nos mantiene unidos y rebosa energía y vitalidad”.

—¿Cree que el hecho de llevar el apellido Borbón o los títulos que ostenta le han facilitado la vida?
—He sido siempre un chico normal. Es verdad que, a veces, hay personas a quienes les caigo mejor o peor por llamarme como me llamo.

Su impecable formación académica le ha permitido marcharse a trabajar al banco Société Générale en París, una ciudad que le apasiona, como gran aficionado al arte que es. Allí echa de menos a su familia, a sus amigos y el campo, especialmente la finca La Toledana y El Crespo, propiedad de su abuelo materno José Manuel Landaluce, donde se organizan las mejores cacerías de perdices de España.

—¿No ha pensado alguna vez en dedicarse a la administración y gestión de fincas de caza como hace su padre o a organizar cacerías de perdices con su abuelo?
—Por supuesto. Toda mi vida lo he pensado, pero si yo ahora mismo con 25 años empiezo a trabajar con ellos, no aportaría nada. Sin embargo, si trabajo unos años por mi cuenta voy a poder ayudarles y dar un valor añadido y distinto.

JUEGO DE TRONOS
Pese a la discreción de la familia, su padre, que es el jefe de la casa, se ha visto obligado a salir al paso de los ataques de su primo, Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Castro, quien asegura ser el único “jefe” de la dinastía y pretendiente al trono de las Dos Sicilias.

“Me parece una osadía por su parte; primero, porque en estos momentos no existe el trono que reclama; y segundo, porque él no es quién para hacerlo”, sentenció el duque de Calabria en 2016. “De todas formas, me gustaría dejar claro que yo no pretendo ningún trono. Lo único que deseo en esta vida es educar bien a mis hijos, desarrollar bien mi trabajo y, sobre todo, llevar con humildad, honradez y dignidad la jefatura de la casa real de las Dos Sicilias”, añadió entonces para zanjar la polémica.

—¿Cómo ha llevado el proceso?
—Nosotros en enero de 2014 firmamos la paz con ellos, prometiendo respetarnos mutuamente. Mi padre, como es un hombre de palabra y de honor, lo ha cumplido, y yo sigo su ejemplo.

Jaime mantiene una estrecha relación con Felipe VI, primo de su padre. De hecho, el monarca es el padrino de bautizo de su hermana María. “Es el mejor rey que podemos tener. Es un orgullo y no puede estar haciendo un mejor trabajo —comenta—. Lo tiene muy difícil, pero posee una gran preparación y un gran sentido del deber y del honor. Él es la figura principal, pero la reina Letizia trabaja también muchísimo, al igual que los reyes eméritos, a quienes guardo un profundo respeto”.

Este reportaje aparició originalmente en el número de febrero de 2018 de Vanity Fair.

 
Tener a los 25 años una hermanita de dos años es muy raro, me supongo que la consentirá mucho!!!
 
Su enlace llegó nueve años después del nacimiento de Jaime, el primogénito de Pedro y Sofía, y su boda supuso la reconciliación familiar. La duquesa consorte de Noto tardó años en convencer a su familia política de que podía contraer matrimonio con el heredero de la casa.

Pedro y Sofía se conocieron cuando eran unos adolescentes. Con cinco años de diferencia de edad, la pareja comenzó su noviazgo cuando ella tenía 18 años y él 23. Una relación que la familia Calabria no aprobaba ya que la novia no tenía 'sangre azul'. El fallecido Infante Don Carlos quería para su hijo una novia de la realeza, no de la aristocracia española.

Un nieto para la reconciliación
En 1992, un año después de empezar el noviazgo, Sofía, con 19 años, dio a luz a Jaime, el primero de sus hijos. El pequeño nieto no convenció a su abuelo para consentir el enlace entre dos familias que el duque de Calabria veía como una unión entre 'desiguales'.

Pese a la oposición de su familia política, Sofía continuó con su noviazgo y su paciencia. La joven criaba a su hijo y compartía jornadas de caza con su novio. Además, utilizó su amabilidad y su buen tino para conseguir ganarse el favor de su suegro. Su paciencia consiguió que el 30 de marzo de 2001 -un viernes- pasara por el altar.

Sofía y Pedro contrajeron matrimonio en la capilla del Club Puerta de Hierro de Madrid. Su enlace congregó a numerosos miembros del a entonces Familia Real Española, entre los que se encontraba el Rey Don Felipe y sus hermanas.

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La pareja contrajo matrimonio en 2001
Después de casarse, el matrimonio se dedicó a sacar partido a los terrenos de la familia Landaluce. Así, Pedro de Borbón Dos Sicilias y su suegro, José Manuel Landaluce, ofrecen ojeos de perdiz en El Crespo, su finca de Ciudad Real. Tal y como se puede leer en su página web, si bien ellos se encargan de organizarlo todo, cuentan con un importante equipo detrás, en el que también está Sofía.

La duquesa de Noto está empadronada en la finca de Ciudad Real, mientras, su hijo Jaime tiene su residencia fijada en el barrio Salamanca de Madrid. El mayor del matrimonio ha comenzado a trabajar en El Crespo, la finca familiar, tal y como figura en su perfil de Linkedin.

A lo largo de estos 14 años de matrimonio, la pareja ha tenido seis hijos más. La más pequeña, María, nació el pasado mes de abril. Sofía ha sabido inculcar sus valores religiosos a sus hijos, en especial al primogénito. Y ha demostrado ser una mujer paciente y confiada.

la historia de los padres ya es rara...
como en la época medieval, el abuelo paterno se negaba a aceptar a la nuera, incluso después de tener un hijo.... y una vez casados, se puso a parir 6 vástagos....
 
De los hijos de su abuelo, el único matrimonio comme il faut fue el de una de sus hijas con un Archiduque. No me parece rara ni medieval la historia de sus padres, siendo el padre el heredero varón. El fallecido Duque de Calabria quería que contrajera matrimonio con alguien de igual rango. Como lo ha debido querer el exrey Juan Carlos con sus hijos y tantos otros de su generación.
 
De los hijos de su abuelo, el único matrimonio comme il faut fue el de una de sus hijas con un Archiduque. No me parece rara ni medieval la historia de sus padres, siendo el padre el heredero varón. El fallecido Duque de Calabria quería que contrajera matrimonio con alguien de igual rango. Como lo ha debido querer el exrey Juan Carlos con sus hijos y tantos otros de su generación.

El rey Juan Carlos no tuvo nunca ningún interés especial en que sus hijos se casaran con personas de la realeza. Nunca hizo nada por favorecer las relaciones entre ellos. Supongo que-viendo como ha salido todo- ahora se arrepiente de ello.
 
De los hijos de su abuelo, el único matrimonio comme il faut fue el de una de sus hijas con un Archiduque. No me parece rara ni medieval la historia de sus padres, siendo el padre el heredero varón. El fallecido Duque de Calabria quería que contrajera matrimonio con alguien de igual rango. Como lo ha debido querer el exrey Juan Carlos con sus hijos y tantos otros de su generación.
Inés se casó con un noble italiano
 
A la pequeña la tuvieron como "congelada" durante años a ver si Felipe de Borbon se casaba con ella. En 2003 y viendo que al heredero le iba otro tipo de mujer, se caso con un armador griego billonario pero dificil de mirar. A ella la recuerdo muy mona.
 
A la pequeña la tuvieron como "congelada" durante años a ver si Felipe de Borbon se casaba con ella. En 2003 y viendo que al heredero le iba otro tipo de mujer, se caso con un armador griego billonario pero dificil de mirar. A ella la recuerdo muy mona.

Victoria de jovencita tenía una cara muy dulce. Recuerdo al marido como un hombre muy poco atractivo y mayor que ella.
 
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