Creo que a todas nos ha pasado alguna vez: en qué momento dijimos esto o aquello.
En el noble arte de contar tu vida sin querer contarla, hay cosas graciosas, otras más irrelevantes y hay cosas de las que nos arrepentimos.
Con la edad, yo personalmente, he mejorado considerablemente en esto de la discreción. Pero a veces sigo diciendo cosas o contando cosas que en realidad podrían quedarse para mí como realmente quiero. Mención especial: los momentos de confianza tipo baño de mujeres.
Y como el receptor sea cotilla y poco empátic@, ya sabe tu vida hasta tu peor enemigo. Y con este tipo de receptores tenemos que lidiar en nuestros arranques de confianza.
¿Y vosotras qué tal?
En el noble arte de contar tu vida sin querer contarla, hay cosas graciosas, otras más irrelevantes y hay cosas de las que nos arrepentimos.
Con la edad, yo personalmente, he mejorado considerablemente en esto de la discreción. Pero a veces sigo diciendo cosas o contando cosas que en realidad podrían quedarse para mí como realmente quiero. Mención especial: los momentos de confianza tipo baño de mujeres.
Y como el receptor sea cotilla y poco empátic@, ya sabe tu vida hasta tu peor enemigo. Y con este tipo de receptores tenemos que lidiar en nuestros arranques de confianza.
¿Y vosotras qué tal?