A mí sí me gustan las Navidades, mucho, y de siempre aunque ahora que hay niños pequeños en casa mucho más. Formo parte de una gran familia más o menos bien avenida, desperdigados por los cinco continentes, y la Navidad siempre ha significado más que ninguna otra cosa el reencuentro. Que siempre lo digo que a lo mejor nos llevamos bien y nos encanta sentarnos juntos a comer el día de Navidad precisamente porque no nos vemos el resto del año y como somos tantos aunque tengas tus roces con alguien siempre hay muchos más de los que disfrutas de su compañía.
Lo curioso es que cada vez escucho a mi alrededor quejas y más quejas acerca de la Navidad. Creo que de cada diez personas que me rodean al menos a 8 no les gusta o eso afirman a los cuatro vientos aunque luego son los primeros en montar el árbol de Navidad ya en noviembre y comienzan a comprar regalos y a planificar las comidas navideñas en octubre. Que no entiende una que cada vez haya más gente quejándose y al mismo tiempo lo acaben celebrando como el que más. Yo tuve que celebrar una Nochebuena sola, a miles de kilómetros y con un océano de por medio porque por motivos laborales me era imposible pasarla con la familia y ni compré, ni adorné, ni hice nada especial. A las diez de la noche en la cama como un día cualquiera. ¿Por qué aquellos que odian tanto la Navidad simplemente no la celebran? No existe una policía a cargo de Papá Noel que vaya casa por casa a ver si en Nochebuena hay regalos o un menú especial o se reune la familia. No sé, entiendo que existe mucha presión social y familiar, pero me parece tan fácil simplemente seguir tu vida. Es como si llegara agosto y todos tuviéramos que irnos de vacaciones o celebrar San Valentín o el día de la madre por decreto.
Lo curioso es que cada vez escucho a mi alrededor quejas y más quejas acerca de la Navidad. Creo que de cada diez personas que me rodean al menos a 8 no les gusta o eso afirman a los cuatro vientos aunque luego son los primeros en montar el árbol de Navidad ya en noviembre y comienzan a comprar regalos y a planificar las comidas navideñas en octubre. Que no entiende una que cada vez haya más gente quejándose y al mismo tiempo lo acaben celebrando como el que más. Yo tuve que celebrar una Nochebuena sola, a miles de kilómetros y con un océano de por medio porque por motivos laborales me era imposible pasarla con la familia y ni compré, ni adorné, ni hice nada especial. A las diez de la noche en la cama como un día cualquiera. ¿Por qué aquellos que odian tanto la Navidad simplemente no la celebran? No existe una policía a cargo de Papá Noel que vaya casa por casa a ver si en Nochebuena hay regalos o un menú especial o se reune la familia. No sé, entiendo que existe mucha presión social y familiar, pero me parece tan fácil simplemente seguir tu vida. Es como si llegara agosto y todos tuviéramos que irnos de vacaciones o celebrar San Valentín o el día de la madre por decreto.