Ya están aquí: Sí, es Navidad, os guste o no.

Al final las disfruto viviéndolas a mi manera, como vosotras decís. Paso de juntarme con gente que no me apetece, de comprar regalos por obligación, de tener que trasnochar por alargar las cenas. Voy a mi bola, con los míos más cercanos y los que son de verdad. Si hay días que me apetece quedarme sola y no ir a comer roscón o a patinar sobre hielo, pues me quedo en casa con mi pijama mugriento y punto. Mi familia y amigos cercanos me conocen tan bien que lo comprenden y no me dicen nada.
 
Me acuerdo un año que mis padres y yo estábamos viviendo en casa de mi abuela porque estábamos de reformas y mudanza.
Nunca viví unas navidades tan cálidas, esa es la palabra. Mis padres tuvieron una semana de vacaciones ambos y estuvimos taaaaan unidos.
Disfruté un montón, mi abuela que es una mujer mágica se esforzó mucho en que esa niña que era yo se creyese todo el cuento de la Navidad.
Mis padres despertándome con ilusión para ver la lotería de Navidad. Montar el Belén y el árbol con mi abuela. Las visitas que traían dulces. Cabalgatas. Paseos mágicos hasta la Catedral. Los regalos. Pedir aguinaldos con mis primos. Chocolates calentitos hablando con mi abuelita. El juego de debatir con mis amigos del cole sobre si los reyes magos o papá noel existían - algunos aseguraban haberlos visto -.
Siento tanta morriña al recordar todo eso que no puedo odiar las Navidades.
 
Soy de las que hace un esfuerzo para que la Navidad entre en casa solo por lo que la disfrutan mis hijos, los niños la viven de manera diferente, aunque intento que no les atrape el consumismo y que en su recuerdo queden, además de los regalos, cosas bonitas como disfrutar un viaje con sus padres.

Siempre he intentado exprimir lo que más me gustaba de ella, como buscar un hueco para quedar con amigos de esos que hace tiempo no ves. Pero desde hace unos años se me hace cada vez más cuesta arriba el reunirme con familia que no trago, cuñados que solo hablan de fútbol y coches o cuñadas que solo hablan de recetas y productos de limpieza. Por no hablar de la estupidez de tener que comer marisco y beber alcohol a espuertas siendo esas fechas cuando todo está más caro.

Al final todo se traduce en que eso que llamamos "tradición" lo convertimos en "obligación".
 
A mi siempre me dejó descolocada la gente que se reúne con primos, tíos, sobrinos, cuñados, primos del pueblo, etc...en mi casa siempre fue la Navidad con los que vivían en la casa, mis padres y hermanos (con abuelos estando vivos y dependiendo si querían en el pueblo ellos a su bola) y si se echaban pareja con éstos, pero nada de reunirse ciento y la madre en mesas con 20 personas. Mis tíos y primos cada uno en su casa, como nosotros. Nunca fue un rollo muy nuestro eso de juntarse toda la tropa, y menos mal.
 
Yo las odio, lo paso mal, para mi son el recuerdo de hace 5 años en los que mi padre pasaba su último mes de vida, sufriendo cada día un poco mas para terminar apagandose en enero.
No soporto ver su hueco, desde que no esta he dejado de celebrar las navidades no decoro mi casa, ni hago regalos, ni ceno y como fuera de casa, no lo soporto
 
Yo no las soporto , si no fuera por mi madre y por mi hijo me iría de viaje con mi marido , dos meses antes ya estoy depre , y más desde que murió mi padre , no tomo ni las uvas y antes de dar las campanadas me voy a otra habitación y además ha sido un año difícil
 
A mi me gusta y no me gusta, lo voy a explicar.
Me encanta el sentimiento que sientes de crío, yo vivía con una ilusión inmensa los reyes y el tió, siempre digo que es una de los sentimientos más bonitos que vives de pequeño.
Ahora de adulta me gusta porque creo que es una escusa perfecta para reunirnos y hacer comidas de esas que se alargan y que entre la sobremesa, estar de tertulia, jugando a las cartas o a qualquier cosa o viendo pelis, se te hace de noche y te ha pasado el tiempo volando. También me encanta cocinar para los demás.
Pero luego es una época que me pongo nostálgica y sensible porque alguien hace muchos años que ya no está y por edad debería estar, y es complicado, una parte de ti las disfruta, porque sabes que es lo que ella hacía y lo que querría para vosotros, pero tu cabeza se acuerda de todo lo que no ha podido vivir y te duele.
Creo que el ambiente navideño cambia mucho cuando hay un niño/a pequeño en casa. A mi me ha vuelto mucho la ilusión por las tradiciones desde que tengo sobrinos. Yo era la pequeña en casa y cuando me hice mayor (como creo que pasa en muchas casas) dejamos de hacer los reyes y el tió como tal, y al llegar ellos me vuelvo más loca yo, eligiendo regalos y chocolatinas, que ellos casi:D
 
Última edición:
Ya os digo, para mí las Navidades hasta hace 3 años era la mejor época del año, además a mi familia le encantaba. Las noches de los días 25 y 31 con sus respectivos almuerzos al día siguiente eran memorables, nos reíamos un montón y todo gracias a que sólo nos juntábamos los más cercanos. Pero lo triste es que los mejores han ido falleciendo uno detrás de otro en un periodo de tres años y los que viven están en la otra punta del mundo y ni pueden venir, ni podemos ir. Cada vez somos menos, ni esto va a ampliarse, en mi caso yo no puedo tener pareja y quizás no pueda ser madre por temas de trabajo y dinero. Mi familia lo sabe y entre eso y las grandes ausencias que estaban con nosotros hasta hace relativamente poco esas noches las convierten en un drama en las que no lo paso bien y estas Navidades pinta ser la peor. No sé que es más penoso, si estar los 4 en mi casa deprimidos o agregándonos a una parte de la familia de la cual no tenemos ni el más mínimo trato por tener la mente más distraída.
 
Como todos los años hago acto de presencia. Me encanta ver la ciudad con sus luces, el romanticismo, la elegancia por las calles, el latte con especies y sirope de calabaza, las tabernas con chimenea y el espíritu de la gente... hasta ahí. Odio las invitaciones, las fiestas para regalarse y los compromisos. Conmigo, como cada año, que no cuenten.

Calentito, pa las primas:

Bulletproof-Pumpkin-Spice-Latte.jpg
 
Yo quizás si tuviera herman@s las llevaría mejor , pero hija única , mi hijo también hijo único , un cuñado que pasa de navidades , otro que se decanta por la familia de su mujer , ninguna relación con la familia de mi madre , ni se hablan los hermanos ,y poquísima con la de mi padre , total que nos juntamos cuatro , mi madre notando la ausencia de mi padre , total una " alegría inmensa " , se me hacen larguísimas y pesadas, deseando que pasen , al menos si fuera sólo un día sería más soportable , y además ha sido un año " glorioso " con un accidente de tráfico de mi marido y dos operaciones , la verdad que pocas ganas de navidades.
 
A mí me gustan las luces, hacer regalos a mi familia más cercana y los villancicos. Las comidas no están del todo mal ya que siempre somos los mismos, aunque mi tío es extremadamente cuñado y mi prima cree que el plástico de las botellas da cáncer. Es un día sin más, no es lo mejor del mundo pero lo puedo pasar sin problemas, además que me pongo las botas porque tienden a hacer comida para 50 personas xD Este año además tengo vacaciones en el trabajo así que me voy a pasar la navidad bajo las matas.
Lo que no me gusta es que vienen unos tíos lejanos los que veo dos o tres veces al año como mucho, si están tengo que ir a saludarlos y nos dan un regalo a todos los primos, a las chicas una cosa y a los chicos otra. Normalmente nos toca maquillaje a las chicas. Yo no me maquillo pero aún así tengo que ir y dar las gracias. Encima las conversaciones son el típico interrogatorio que me incomoda responder. A mi me encanta hacer y recibir regalos, me gusta pensar algo que sé que va a gustar a mi hermana o a mis padres, pero esto no, no me gusta recibir regalos de alguien con quien tengo cero contacto de normal aunque sea "familia".
 
Back