Walter Elías Disney

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¿Walt Disney está congelado? El origen de una leyenda que lleva más de medio siglo

Una de las pocas cosas que se cree saber sobre la vida de Walt Disney es que fue congelado horas después de su muerte para esperar el momento en que la ciencia descubriera la cura a su enfermedad. ¿Cuáles fueron las circunstancias de su muerte en diciembre de 1966? ¿Qué pasó con su cuerpo? ¿Hay personas criogenizadas?

Por Matías Bauso
29 de diciembre de 2019

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Walt Disney murió el 15 de diciembre de 1966. Poco después nació la leyenda de que su cuerpo había sido congelado

Debe ser uno de los saberes populares más difundidos sobre la vida personal de Walt Disney. Pocas cosas se sabe sobre él. Aunque casi todos puedan repetir, en una versión coincidente, qué sucedió en su último día. Walt Disney está congelado. Así lo habría decidido, con su poder, con su dinero, a la espera de que existiera una cura para su enfermedad. Cuando surja tal descubrimiento será traído de nuevo a la vida, dejará esa hibernación autoinflingida de décadas para seguir adelante, una vez sanado, con sus actividades.

Walter Elías Disney, Walt para la posteridad, estaba por cumplir 65 años. Empezaba noviembre de 1966. Fuertes dolores en el cuello y en la pierna lo molestaban. La situación lo preocupó porque estaba afectando su épica capacidad de trabajo. Debía descansar más de lo que estaba acostumbrado.

El médico ordenó unas placas. Podía sólo tratarse de las secuelas de un viejo golpe tras una caída jugando al polo. Pero no fue así: en su pulmón izquierdo encontraron una mancha sospechosa. Lo operaron al día siguiente. Encontraron un tumor del tamaño de una nuez. Cáncer de pulmón. Walt era un ávido fumador. Muchos de sus empleados contaron tiempo después que sabían en qué momento dejar las charlas e inclinarse sobre su tablero de dibujo porque a lo lejos escuchaban la tos ronca del dueño del estudio y el paso fatigado.

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Walt era un ávido fumador y u trabajador incansable. Muchos de sus empleados contaron tiempo después que sabían en qué momento dejar las charlas e inclinarse sobre su tablero de dibujo porque a lo lejos escuchaban la tos ronca del dueño del estudio y el paso fatigado (Reuters)



Luego de la operación y de unos días de reposo, Walt Disney volvió al trabajo. Estaba terminando de diseñar Disney World, el parque temático en Orlando (Disneyland, el de California ya había sido inaugurado). Pero al poco tiempo volvió a ser hospitalizado. La prensa se enteró de esta nueva internación pero un comunicado de prensa corporativo explicó lo de siempre: “Chequeos de rutina”, dijeron.

El deterioro en la salud era evidente e inexorable. No hubo mucho por hacer para los médicos.

Walt Disney murió el 15 de diciembre de 1966. No había dejado disposiciones de última voluntad respecto a qué hacer con su cuerpo.

Sus dos hijas y su esposa decidieron cremarlo y enterrar sus cenizas dos días después en un cementerio privado, en una parcela en la que yacían otros miembros de la familia. Las tres mujeres no quisieron compartir su dolor ni con la prensa ni con curiosos. Así que el ingreso a su entierro estuvo extremadamente restringido: ni siquiera acudieron los más altos ejecutivos de la empresa. Esta es la historia real del final del magnate. Una historia común, no muy diferente a la de cualquier otra muerte.

Sin embargo, pasados un par de años comenzó a circular un rumor que se difundió con una celeridad y una fuerza sorprendentes. Walt Disney había sido congelado para poder ser despertado cuando la ciencia encontrara la cura para su mal. La gente lo repitió con convicción durante décadas. La versión (la afirmación) se propagó con firmeza. Hasta que casi todo el mundo en una conversación casual pudo afirmar que “Walt Disney está congelado”; o su consecuencia más amable, hacer un chiste que relacionara al creador de Mickey con el frío.

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Portada del diario que anunció la muerte de Walt Disney

¿Cuándo surgió el mito? ¿Quién desperdigó la leyenda? No hay demasiadas certeza, sólo algunas hipótesis y algún dato tenue. Dicen que empleados de Disney, unos dibujantes haciendo gala de su humor negro, empezaron con el chiste que al tiempo fue reproducido por algunas publicaciones. La revista Ici Paris sostuvo la teoría del congelamiento en 1969. La mayoría de los investigadores sostiene que esa fue la primera ocasión en la que la versión fue impresa. Pero hace poco, un periodista encontró un antecedente. En 1967 una revista californiana de escasa circulación afirmó lo mismo.

Luego, la versión sólo creció y se convirtió en certeza. Hubo algunas circunstancias que favorecieron la credibilidad de tan alocada teoría. Por un lado la fama, fortuna y poder de Walt Disney hacían creer que para él todo era posible. Si alguien en el mundo tenía la posibilidad de poner en suspenso su muerte, ese era Walt Disney. Por otro lado estaban sus parques temáticos, las innovaciones tecnológicas que se utilizaban en su empresa, el proyecto futurista de EPCOT (Experimental Prototype Comunnity of Tomorrow), que luego de su muerte perdió el perfil de avanzada y fue convertido por su hermano en una especie de feria de las naciones. Elementos que hacían pensar que Disney estaba unos pasos adelantados al resto, que estaba en la cumbre tecnológica de su tiempo. A un hombre de su visión (y su poder, fama y fortuna) no le podía pasar lo mismo que a la gente de a pie.

También se debe tener en cuenta la época. Eran los 60 y, por esos años, todo parecía posible. La pastilla anticonceptiva, la carrera espacial, los avances médicos. ¿Por qué en ese contexto sonaría improbable la idea de la inmortalidad?.

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Poco antes de morir estaba terminando de diseñar su parque temático

Existe un componente más, un factor no siempre tenido en cuenta para explicar la situación. Eran tiempos en que la criogenización se vislumbraba como una posibilidad cierta.

En 1964 , Robert Ettinger, un respetado científico había publicado un libro llamado The prospect of inmortality. Ettinger habló de la criogénesis, de la posibilidad de congelar y luego revivir seres humanos. Escribió sobre las implicancias médicas, éticas y legales. También en su texto reconoció que todavía era imposible resucitar a un ser humano pero al ritmo de los avances científicos se mostraba muy optimista respecto a la posibilidad. El libro, en su tiempo, no tuvo demasiada difusión al ser una edición de autor y de un tema altamente complejo.

¿Qué posibilidades hay de que Walt Disney hubiera conocido esto al tiempo de su muerte? Muy pocas. Eso respecto a las chances porque no hay evidencia alguna de que haya tenido contacto con el libro, con Ettinger, con algún discípulo o siquiera con sus ideas. Ni un papel, ni un testimonio que lo afirmen.

Más de 15 años después de la muerte de Disney, apareció una biografía sobre el dibujante en la que el autor sostenía que el empresario deseaba ser congelado. Además de otros groseros errores en el libro (fácilmente contrastables con fuentes fidedignas) todo lo relativo a su voluntad de ser congelado parece forzado a la luz de la repercusión posterior del rumor: como si el autor sólo quisiera comprobar su hipótesis previa y desechara cualquier evidencia que derribe su preconcepto o que atente contra la confirmación de su teoría.

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El cuerpo del psicólogo James Bedford en la cápsula donde se congeló (Alcor Foundation)

Hay un personaje (en el pleno sentido del término) que es clave en esta historia. Es el padre de la leyenda urbana más difundida de la historia.

Bob Nelson se ganaba la vida arreglando televisores -no se conocía la obsolescencia programada- hasta que un día mutó en alguien importante. Su tarjeta de presentación decía que era el Presidente de la Sociedad de Criogénesis de California.

Esa sociedad, presidida por Nelson, algunos años después llegó a albergar varios cuerpos congelados. El más célebre fue el primero de ellos, James Bedford, un reconocido psicólogo conocido por ser pionero en el desarrollo de técnicas de orientación vocacional. Beford murió a los 73 años a raíz de un cáncer de hígado. Y fue el primer hombre criogenizado o “suspendido” según el eufemismo urdido por Nelson. Bedford no tuvo que pagar nada por los servicios.

Como Nelson no encontraba candidatos (siempre había un deudo que se oponía), ofreció el congelamiento gratis y Nelson, en medio de su agonía, fue el primero en aceptar. Para empezar el proceso se debía cumplir un requisito previo indispensable: la ley determinaba que había que estar muerto. De otro modo se hubiera tratado de experimentos con seres vivos. Apenas se declaraba la muerte, se metía el cuerpo en un enorme recipiente con hielo y se lo conectaba a un respirador artificial. Al cadáver se le inyectaba una sustancia, dimetilsulfóxido, para que se conservara antes de meterlo en el cilindro de acero con nitrógeno líquido que lo mantendría congelado -suspendido- hasta que la ciencia avanzara. Pero estudios actuales determinaron que el químico inyectado provocaba daños cerebrales irreparables por lo que el despertar de Bedford hubiera sido imposible.

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La preparación del cuerpo de James Bedford (Alcor Foundation)

Bedford falleció el 15 de enero de 1967, un mes después que Walt Disney. La cercanía entre la muerte de Walt Disney y el procedimiento con el cadáver de Bedford posiblemente haya sido terreno fértil para que el rumor creciera.

Unos años después Nelson no quiso desaprovechar la publicidad gratuita que recibía su negocio con la vigencia de la leyenda sobre Disney y declaró: “Es una lástima. Walt se lo perdió por una omisión. Él estaba muy interesado pero al no dejar ninguna disposición por escrito, la familia no nos autorizó aunque hicimos el intento. Unas semanas después congelamos el primer hombre”.

La desmentida más contundente llegó una semana después -en esa época el rumor ya había tomado fuerza de verdad- de boca de Diane Disney, hija de Walt: “Es absolutamente falso que mi papá deseaba ser congelado. Dudo, sinceramente, que él alguna vez haya oído hablar de la criogénesis”.

La aventura de Bob Nelson, el técnico de televisores devenido en gurú de la suspensión criogénica terminó bastante mal. A fines de la década del 70, una falla en el sistema de congelamiento de los cilindros hizo que 9 cuerpos de los que tenía almacenados se descompusieran y debieran ser desechados. Las esperanzas de revivir de esos 9 se terminaron por una falla térmica. Bedford se salvó porque ya había sido entregado a otra empresa del mismo rubro.

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Las cenizas de Walt Disney descansan en la parcela familiar del Forest Lawn Memorial Park, el cementerio de Glendale en Los Ángeles desde hace 53 años(Reuters)

Hubo otros que siguieron con el negocio. Y si bien Walt Disney nunca fue congelado, otra celebridad que sí eligió la criogenización. Ted Williams, uno de los cinco mejores jugadores de béisbol de la historia (muchos especialistas creen que fue el mejor bateador de la MLB), una leyenda norteamericana, fue congelado tras su muerte en 2002.

El procedimiento provocó un ácido litigio entre su viuda -que sostenía que Williams deseaba ser cremado- y sus hijos, quienes finalmente lograron su cometido. La empresa encargada es la que tomó la posta de Nelson, la Alcor Life Extension Foundation. Además de Ted Williams, hay en la actualidad otros 150 conservados congelados, suspendidos. Pero en caso de que en algún momento empezaran a despertar a sus clientes hibernados la fama no ayudará a Williams. Deberá esperar su turno. El despertar será por orden de llegada. Así que el Dr. Bedford -que se salvó del fracaso de Bob Nelson y fue mudado a Alcor- es el primero en la fila.

El rumor sobre Walt Disney seguirá viviendo por muchos años. Los chistes se seguirán repitiendo. A todos esos (como a tantos otros en la actualidad) poco le importarán los hechos.

No querrán saber que las cenizas de Walt Disney descansan en la parcela familiar del Forest Lawn Memorial Park, el cementerio de Glendale en Los Ángeles desde hace 53 años.

 

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Se cumplen este sábado 52 años de su muerte. Le dio vida a Mickey Mouse, el Pato Donald, el perro Pluto, entre muchos otros personajes animados. Ganó 32 premios Oscar, más que cualquier otra persona. Aquí, datos de su vida que lo sorprenderán


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Walt Disney en su estudio de Burbank, California

Artista, productor, empresario e innovador, Walt Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago. A 52 años de su muerte a causa de un cáncer de pulmón a los 65 años, es fácil olvidar que era una persona real, no solo una caricatura o la cabeza de una exitosa empresa. En honor a ese hombre, aquí contamos 10 hechos poco conocidos de su vida.

Nació Walter Elias Disney, el hijo de Elias y Flora Disney en Chicago, Illinois. Más recordado por crear a Mickey Mouse, al Pato Donald y muchos otros personajes animados, Disney ganó 32 premios Oscar, más que cualquier otra persona, por sus extraordinarios logros en el cine.

El préstamo de emergencia para terminar su primer largometraje

En 1934, Disney comenzó a trabajar en el primer largometraje de dibujos animados Blancanieves y los siete enanitos (Snow White and the Seven Dwarfs), que se prolongó hasta mediados de 1937, cuando al estudio se le terminó el dinero. Para conseguir los fondos necesarios para completar el filme, Disney tuvo que mostrar un montaje previo de la película a los directivos del Bank of America, quienes le prestaron el dinero para terminar el proyecto.




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En 1955, Walt abrió su primer parque temático, Disneyland. Fue uno de los pocos estadounidenses honrados con un sello postal emitido en los EEUU menos de dos años después de su muerte.

Antes de su fallecimiento a los 65 años, en 1966, en Los Ángeles, California, de cáncer de pulmón, comenzó a trabajar en su último parque temático en Orlando, Florida.

Su hermano, Roy, el genio de los negocios tras bambalinas, continuó dirigiendo la compañía, y décadas después de la muerte de Walt, el imperio de Disney es cada vez más potente.

Una vez fue Peter Pan

La historia de Peter Pan tenía un lugar especial en el corazón de Walt Disney: no solo fue una película de éxito en 1953, sino que también le recordaba su infancia. Tras ver la obra de teatro Peter Pan y Wendy sobre el niño que no quiere crecer, un personaje ficticio creado por el escritor escocés James Matthew Barrie, un joven Walt decidió personificar ese personaje en un acto escolar y contó con la ayuda de su hermano Roy, que estuvo a cargo de la cuerda que usaba para subir al escenario y simular el vuelo.

Falsificó su certificado de nacimiento para ir a la Primera Guerra

Walt tenía solo 16 años cuando abandonó la escuela para unirse al Cuerpo de Ambulancia de la Cruz Roja, con ganas de colaborar en la Primera Guerra Mundial. Como no tenía edad suficiente para participar, modificó su fecha de cumpleaños en su certificado de nacimiento. Fue enviado a Francia a fines de 1918, poco después de que se firmara el armisticio que puso fin a los combates y fue dado de alta en 1919.



Venta de aspiradoras

En 1923, Walt se mudó con su hermano mayor Roy en Los Ángeles para dedicarse a la carrera de animación. Roy había estado vendiendo aspiradoras de puerta a puerta y Walt necesitaba ganar dinero así que tenía planes de seguir los pasos de su hermano, pero antes de comenzar ese trabajo recibió una llamada de una compañía de Nueva York que quería que hiciera cortometrajes para ellos.

Mickey Mouse no fue su creación

En 1927, Universal pidió a Walt y su animador jefe Ub Iwerks que crearan un personaje de dibujos animados para ellos: el resultado fue Oswald, el Conejo Afortunado, que fue un gran éxito.


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Con este suceso en su haber, en 1928, Disney fue a Nueva York para renegociar su contrato con el productor Charles Mintz, quien, sin embargo, tenía otros planes: quería recortar el presupuesto. Y para agregar sal a la herida, Mintz – en secreto- intentó robarse a los animadores de Disney. Al final, Walt dejó Nueva York sintiéndose como si hubiera perdido casi todo.

Walt perdió los derechos del personaje. Pero el viaje en tren de regreso a California, imaginó un personaje que eclipsaría a Oswald en popularidad: Mickey Mouse.

Confió en Iwerks y otros artistas para llevar su idea a un bosquejo. Nunca dibujó a Mickey , y de hecho, probablemente solo dibujó a Mickey cuando los fans le pedían autógrafos.


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(Reuters)

Pero si fue la voz de Mickey Mouse



De 1928 a 1947, Walt fue la voz de Mickey Mouse. Jimmy Macdonald lo reemplazó, mientra que Walt continuó haciendo la voz de Mickey para los cortos en The Mickey Mouse Club.

Tenía una casa secreta en Disneyland

El apartamento privado de Walt en el parque de atracciones de California generalmente no está abierto al público, pero se ofrecen pases VIP para poder conocerlo. Los muebles permanecen prácticamente sin cambios.

Su canción favorita fue "Feed the birds"

A lo largo de los años, ha habido muchos canciones populares en las películas de Disney, pero la favorita de Walt fue una balada: "Feed the Birds" de Mary Poppins (1964). Según el compositor Richard Sherman, Walt pidió una presentación íntima de la canción. "Amaba esa canción y sabía que era el latido del corazón de toda la película", dijo Sherman.



Se sentía culpable de la muerte de su madre

Una vez que tuvo éxito, Walt le compró a sus padres una nueva casa. Y cuando sus padres necesitaban reparar la vivienda, Disney enviaba a parte de su personal del estudio para que se encargaran de ello. Una vez descubrieron un problema con su horno en 1938. Trágicamente, su equipo no se ocupó del problema adecuadamente, y Flora Disney murió de envenenamiento por monóxido de carbono a la edad de 70 años. Su padre, Elías, también resultó herido por la fuga de gas, pero sobrevivió. La hija de Walt, Sharon, dijo que incluso años después, a Walt le resultaba casi imposible hablar del tema.

Su ama de casa era accionista de la compañía
Thelma Howard fue la ama de llaves y cocinera de la familia Disney durante tres décadas. La contrataron en 1951 y rápidamente se convirtió en parte de la familia, incluso asegurándose de que la nevera siempre estuviese completa de hot dogs. A Walt le gustaba comerlos fríos como bocadillo cuando regresaba del trabajo a casa. Como parte de su regalo anual de Navidad, los Disney le dieron acciones de la compañía. Nunca hizo nada con sus acciones, y cuando murió en 1994, la mujer era multimillonaria. Dejó casi USD 4,5 millones a niños sin familia , y aproximadamente la misma cantidad a su hijo.


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El misterioso escrito que dejó antes de su muerte

Poco antes de su muerte, Disney escribió "Kurt Russell" en un papel. Más tarde se encontró esa nota en su escritorio y, en el momento de la muerte de Disney, Russell era un actor infantil desconocido que trabajaba para el estudio. Nadie tiene idea de a qué se refería Disney con su nota, ni siquiera el ahora famoso Kurt Russell, que en ese momento tenía 15 años.

El mito se trató de un mal chiste


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Walt fue incinerado y enterrado en el cementerio Forest Lawn Park Memorial en Glendale, California. Su tumba está en un área pública para personas que quieren verla por sí mismos. No fue congelado. El rumor puede haber sido iniciado por Ward Kimball, uno de los famosos animadores de Nine Old Men de Disney, que tenía un malvado sentido del humor.

 

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