Wallis Simpson: Estilo y Joyas

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La rocambolesca historia de cómo Wallis Simpson se divorció de su segundo marido para casarse con Eduardo VIII

El diario 'The Guardian' ha revelado cómo el segundo divorcio de la duquesa estuvo a punto de quedar frustrado por la excesiva discreción de un hotel de lujo.

D. P. 24 de diciembre de 2019 · 00:25


Eduardo VIII y Wallis Simpson.


Eduardo VIII y Wallis Simpson. © Getty

La reina Isabel II nunca habría tenido este título si su tío paterno, el rey Eduardo VIII, no hubiera abdicado del trono, y la abdicación de este último habría sido en balde si Wallis Simpson, la mujer por cuyo amor renunció a la corona en 1936, no hubiera podido divorciarse de su segundo marido para casarse con él.
No hace falta situarse en un universo paralelo para barajar esta última posibilidad. Según la documentación que recogía este fin de semana The Guardian, el divorcio que liberó a la duquesa de Windsor de su segundo matrimonio estuvo a punto de no salir adelante por culpa de que el hotel en el que su marido escenificó su adulterio, un establecimiento de lujo frecuentado por las Bright Young Things, era demasiado discreto.

Hay que explicar que en 1937, año en el que la amante de Eduardo VIII solicitó su divorcio de Ernest Simpson, los matrimonios que decidían romper solían fingir la infidelidad de uno de sus miembros –normalmente el marido– para burlar la ley, que no permitía el divorcio de mutuo acuerdo. Por ello, el marido de Wallis Simpson planificó poner en escena su infidelidad con otra mujer en un hotel de Berkshire, Inglaterra, donde luego los abogados de su esposa recabarían las pruebas oportunas.


Robert Egerton, el abogado del bufete de Wallis Simpson al que se encargó esta tarea, anotó en su diario cómo la “bellamente preparada” farsa en el hotel estuvo a punto de irse al traste cuando el equipo del hotel “rechazó toda colaboración” con él y tuvo que “volver derrotado”. Se trataba, en este caso, del Hotel de Paris de Berkshire, Inglaterra, “uno de esos hoteles caros patrocinados por personas ricas o famosas que no querían que el público se enterara de dónde o en compañía de quién habían estado”, describe el abogado en las memorias privadas citadas por el diario The Guardian. Sin embargo, después de que otro abogado del bufete amenazara con demandar al hotel por no llevar el registro reglamentario de sus huéspedes, el establecimiento les permitió que hablaran con el portero del hotel, un camarero y la camarera de piso que había llevado el desayuno en la cama a Ernest Simpson y a la mujer que no era su esposa. Tres empleados que fueron despedidos luego por el hotel y recompensados por el bufete para que testificaran en el juicio.
Gracias a su testimonio, y después de que los abogados regresaran al hotel una segunda más para “advertir a la dirección de no hacer nada en contra del procedimiento de divorcio”, el juez del caso dictó la sentencia de divorcio de los Simpson que allanaría el matrimonio de los duques de Windsor. Una boda, eso sí, que tuvieron que celebrar en su exilio francés, y en la que ningún miembro de la familia real estuvo presente.

 

Así reaccionó Wallis Simpson a los planes de abdicación de Eduardo VIII

En su nuevo libro sobre la duquesa de Windsor, la biógrafa Anna Pasternak revela cómo vivió Wallis el rechazo por el parlamento de su relación con el rey.
D. P. 26 de marzo de 2019 · 11:10
© Getty


La abdicación del rey Eduardo VIII por sus planes de boda con Wallis Simpson es una de las historias más conocidas y repetidas de la monarquía británica, cuyo devenir cambió para siempre al pasar la titularidad de la Corona a su hermano Jorge VI, el padre de la actual reina Isabel II. El papel que jugó la denostada Wallis Simpson en ese momento histórico, no obstante, es menos conocido. The Real Wallis Simpson, la nueva biografía de la duquesa de Windsor que ha escrito la experta en realeza Anna Pasternak, cuenta cómo reaccionó esta al enterarse de la carta con la que, en 1936, el parlamento británico informó al rey Eduardo VIII de que no respaldaría su matrimonio con Simpson, una americana divorciada.
Según Pasternak, la duquesa intentó impedir la abdicación del rey. “Era el final que siempre supe que llegaría”, cita que contaría Wallis tiempo después. “Estaba claro que solo podía hacer una cosa: abandonar inmediatamente el país tal y como Sir Alexander Hardinge (el secretario privado del rey) había implorado que hiciera”. El rey Eduardo VIII, sin embargo, insistió en seguir adelante con la boda: “No pueden detenerme. En el trono o fuera de él, voy a casarme contigo”, cuenta Pasternak que le dijo a su amada.

Pero Wallis, intuyendo la acusación de haber propiciado la abdicación del rey y puesto en peligro la monarquía británica le perseguiría toda la vida, siguió intentándole convencer de que lo mejor sería que se apartara de él y abandonara Reino Unido. “Era mi turno de rogarle que me dejara ir”, cita Anna Pasternak las palabras que Wallis Simpson diría más tarde. “Reuniendo todos mis poderes de persuasión, intenté convencerle de lo desesperado de nuestra situación. De que el hecho de que siguiera teniendo esperanzas y luchando contra lo inevitable solo podía traerle la tragedia y sería una catástrofe para mí”.

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El rey, cuenta Pasternak, se mantuvo sin embargo firme y Wallis lloró cuando dijo que estaba preparado para abdicar del trono si el país no aprobaba su amor. “Insistió en que me necesitaba, y como mujer enamorada, yo estaba preparada para atravesar ríos de congoja, mares de desesperación y océanos de agonía por él”. En diciembre de 1936, el rey firmó finalmente su abdicación y fue sucedido por su hermano. A cambio, recibió el título de duque de Windsor. En junio de 1937, se casó con Wallis en el Château de Candé, en Tours, Francia.
 

El "atraco" del duque de Windsor y Wallis Simpson al joyero de la familia real británica

“Cuando el duque de Windsor abdicó y tuvo que exiliarse, se apropió de varias cajas de joyas que eran de su padre (el rey Jorge V) y su abuelo (Eduardo VII)" ha afirmado lady Pamela, prima carnal del duque de Edimburgo
Diego Parrado 29 de agosto de 2019 · 11:35


Quienes no resistan la espera a la nueva temporada de The Crown, harían bien en sintonizar The India Hicks Podcast, un programa lanzado este mes por la empresaria de moda India Hicks en el que su madre, lady Pamela, una aristócrata de 90 años conocida por ser prima carnal del duque de Edimburgo y antigua dama de compañía de Isabel II, se encuentra desmenuzando los recuerdos que conserva de su famoso padre, lord Mountbatten, último virrey de la India y tutor del príncipe Carlos.
Si en la primera entrega del podcast lady Pamela desveló el curioso papel que jugó el rey Alfonso XIII en su accidentado nacimiento en Barcelona, en esta sigue contando cosas como que Grace Kelly “estuvo todo el rato quejándose de que en Inglaterra era imposible conseguir Kleenex rosas” durante un fin de semana que pasó con la familia Mountbatten, o que lord Mountbatten quedó encantando cuando, en esa misma visita, la princesa de Mónaco le contó que “en el colegio tenía una fotografía recortada de él”.

La revelación más jugosa del último episodio tiene no obstante por protagonistas a los duques de Windsor, a los que acusa de robo. “Cuando el duque de Windsor abdicó y tuvo que exiliarse, se apropió de varias cajas de joyas que eran de su padre (el rey Jorge V) y su abuelo (Eduardo VII). No debería haberlos cogido, porque se habían convertido en estatales”, cuenta lady Pamela. Después de morir el duque de Windsor, sigue explicando, Mountbatten “luchó sin cesar para intentar que Wallis Simpson se los devolviera, pero nunca tuvo éxito, ya que para entonces había caído en la demencia y tenía un abogado terrible que gobernaba su vida”.

Su padre jamás recuperó las joyas y, en 1979, murió a manos del IRA durante un atentado perpetrado con una bomba colocada en su barco, un asesinato del que precisamente se han cumplido 40 años esta semana.
Otra anécdota que cuenta lady Pamela es cómo tenía que hacerle una reverencia a su abuela, la princesa Victoria de Hesse, hermana de la última zarina de Rusia: “Recuerdo lo incómodo que era decirles a mis amigos del colegio cuando venían a tomar el té a casa que tenían que hacerle una reverencia y besarle la mano. Cada vez que la besabas, tenías que hacerle una reverencia, incluso si te ibas a la cama”, explica.
También, que el último maharajá de Gwalior murió durante una visita en 1977 a la residencia de los Mountbatten. “Después del almuerzo, se sentaron en el salón. Entonces se inclinó hacia mi padre, que al pensar que quería murmurarle algo también se inclinó hacia él. Pero el maharajá siguió inclinándose y cayó muerto. Mi padre entró en pánico, y cuando mi padre entraba en pánico la única persona que podía decirle qué debía hacer era la reina. Así que llamó a Isabel II y le dijo: ‘Acabo de almorzar con Gwalior’. Y ella: ‘Ah, ¿y cómo está? Dale mis mejores deseos’. Y mi padre: ¡Está muerto!”.
 
que bueno que alguien piensa parecido a mi, para mi opinion esta señora era el hombre de la pareja y el ex rey la mujer siempre pense algo asi,
no se. que me perdonen si me equivoco pero dan masoquistas. mmmmmmmmmm. si si .
 
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