Visita de Estado al Reino Unido de los Reyes Felipe VI y Letizia del 12 al 14 de julio.

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Letizia: ¿y yo que le digo a la momia esta?
Phillip: gracias a Dios es mi último viaje de Estado, con esta no se puede ni hablar

The Queen: ¿como lo estarán pasando el Duque y la reina?
Bobonzio: da igual, tía Lilibeth, ella no entiende nada y solo sabe decir What? Y Yeessssss

Ahí lo has clavado, Barcelonesa. Te confieso que si de alguien soy fan en la corte inglesa, es del Duque de Edimburgo y de su humor y si en algo pudiera haber envidiado a la Leti es en haber ido en carroza con él. Pero así como en otros paseítos lo he visto encantado de la vida, y a los invitados muertos de la risa con sus ocurrencias, entre Letizia y este señor ha habido cero complicidad. La atendió como un perfecto caballero pero captó pronto que la pobre entre mirar a las cámaras y con su panic english no daba para mucho más.
 

Qué poco vestida va con esa blusita remangada a la Abadía y con esas sandalias de tiras!!! Fatal escogida la ropa, el primer dia de amarillo disfraz que podría hasta parecer que se cachondeaba de las royals inglesas imitándolas en plan parodia, después con el horrendo trench en interiores y para tomar el te y finalmente a la abadía con esa ropilla de salir a tomar algo a una terraza, Es imbécil y no tiene arreglo Punto.
 
Está mujer nunca dará la talla de reina por más corona gigante, abalorios, trajes cuyo color es sinónimo de sensualidad y llamar la atención (rojo que te quiero rojo), tocados fuera de lugar, querer parecer pero no poder, cirugías aquí, allá, y acuya. Sin hablar correctamente el inglés con fluidez que es lo primero que tendría que haber hecho cuando se cambio de republicana a monárquica en un periquete. Todo muy surrealista lo de LO. Es una mujer que pasara sin pena ni gloria.
 
Al bartolo se le nota que está hasta los mismísimos de aguantar a esta loca inútil y descerebrada.

Pues que se lo hubiese pensado antes de lanzar órdagos a sus padres y a todo pichichi.

Sin duda estará enormemente arrepentido de aquel puñetazo en la mesa: "o la letis o lo dejo todo".
 
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