Violación en Mazarrón (Murcia)

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Las víctimas de la violación grupal de Mazarrón relatan que había siete agresores

  • Las menores explican a los investigadores que los jóvenes hicieron un corro en la playa de Bahía y dos de ellos, ambos de 17 años de edad y que ya han sido detenidos, consumaron la violación
Ana Lucas 27.06.2018 | 12:28

Las víctimas de la agresión sexual ocurrida en la noche de San Juan en Puerto de Mazarrón han señalado hasta a siete varones que intentaron abusar de ellas. Sólo dos lo hicieron, explicaron. Son los dos que han sido ya detenidos por los investigadores del Instituto Armado, informaron fuentes cercanas al caso.

Según el relato de las víctimas (ambas menores, de 14 y 17 años), fueron siete chicos quienes las abordaron en la playa de Bahía, donde habían acudido tres amigas a disfrutar de las hogueras. En un momento dado, estos presuntos agresores las rodearon.

Formaron un corro, las obligaron a estar en el centro y dos de ellos consumaron la violación, ya que las obligaron a que les realizasen una felación. Cuando familiares de las víctimas irrumpieron en la playa, e interrumpieron la agresión sexual, otro chico ya tendría los pantalones bajados, señalaron fuentes de la investigación.

Uno de los sospechosos (de 17 años) fue detenido aquella misma noche (ya madrugada), dado que el padre de una de las víctimas lo retuvo hasta que llegó la Guardia Civil y se lo llevó al cuartel. De hecho, el hombre, en defensa de su hija, arremetió contra el presunto agresor sexual, que también golpeó al adulto. Ambos presentaban lesiones. De hecho, horas después de lo sucedido, desde el puesto de la Benemérita en Puerto de Mazarrón se solicitaba al Centro de Coordinación de Emergencias la presencia de una ambulancia, que atendió al chico. Debido precisamente a que necesitaba asistencia sanitaria, este sospechoso no ha pasado todavía a disposición del Juzgado de Menores (que sí tiene constancia del caso), aunque se espera que lo haga en los próximos días.

En cuanto al otro presunto autor material de la violación, fue localizado por los investigadores el lunes. También es un adolescente de 17 años. Fuentes próximas al caso apuntaron que, cuando fue arrestado, se negó a declarar. También está a la espera de comparecer ante el juez.

Fuentes judiciales detallaron que la máxima pena que puede caer a los dos presuntos agresores (que no son vecinos de Mazarrón), en el caso de ser condenados, es el internamiento en régimen cerrado en un centro.

Uno de ellos está a punto de cumplir 18 años. Si los jueces lo decidiesen en un futuro, podrían terminar de cumplir la pena en una prisión, si se entiende que su estancia en el centro de menores no tiene contenido educativo, añadieron las mismas fuentes.

En este sentido, la psicóloga Fuensanta Cerezo aboga por reformar la Ley del Menor y que sea «un delito grave» la agresión, para que los penados lleguen a ingresar en una cárcel, cuando cumplan los 18 años de edad.

Los investigadores tratan de esclarecer ahora si alguno de los siete agresores a los que señalan las adolescentes llegó a sacar su teléfono móvil y grabar la escena de la violación, una práctica similar a la empleada por los miembros de La Manada, los cinco condenados por abusar de una joven en un portal de Pamplona en los sanfermines de 2016.

Y no sólo los siete agresores. Había gente viendo la escena. «Se formó como un tumulto de gente», detallan desde el entorno de las víctimas. «Porque a los padres les pilló cerca; si no, las destrozan», comentan allegados de las adolescentes, que se encuentran rodeadas del cariño y apoyo de los suyos para afrontar la situación.

Según el relato de las víctimas, ellas intentaron defenderse arañando a sus atacantes. De hecho, uno de los dos detenidos llegó a comentar eso ante la Guardia Civil: que le habían arañado en el brazo y quería denunciarlo.

Desde que saltó la noticia, adelantada por LA OPINIÓN, diversas asociaciones feministas volvieron a clamar por la sensación de «impunidad» que, a su juicio, se da en España con las violaciones, en especial desde la salida de prisión provisional de los componentes de La Manada, condenados en primera instancia a nueve años de cárcel cada uno por un delito de abusos sexuales.

La violación grupal de Mazarrón se suma a otras tres denuncias presentadas en Barcelona y una cuarta en Palamós (Girona), relacionadas con incidentes ocurridos durante la noche de San Juan. En el caso de esta última, dos menores de 14 y 15 años fueron detenidos por los Mossos d´Esquadra como sospechosos de violar a una adolescente de 15.

Además, la Policía Nacional investiga un delito de agresión sexual a una menor de 15 años en El Puerto de Santa María (Cádiz) durante aquella misma noche. Asimismo, cuatro hombres que se hacen llamar La Nueva Manada han sido detenidos por la Policía Nacional de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) como presuntos autores de una violación múltiple a otra menor de edad.

https://www.laopiniondemurcia.es/co...violacion-grupal-mazarron-relatan/933785.html
 
El presunto agresor sexual de Mazarrón denuncia al padre de la víctima
  • La Guardia Civil investiga una presunta agresión sexual a dos menores, de 14 y 16 años, cometida por varios jóvenes, dos de ellos en libertad tras prestar declaración
Efe 28.06.2018 | 04:10

Uno de los presuntos autores de la agresión sexual a dos menores en Mazarrón la pasada noche de San Juan ha denunciado al padre de una de las víctimas por agredirle.

Según ha informado a Efe el abogado de las víctimas, Jorge Novella, el padre de una de las víctimas éste deberá prestar declaración mañana ante el juez para aclarar lo sucedido.

La Guardia Civil investiga una presunta agresión sexual a dos menores, de 14 y 16 años, cometida por varios jóvenes, dos de ellos en libertad tras prestar declaración, en una playa del municipio murciano de Mazarrón la pasada noche de San Juan.

Según ha informado a Efe el abogado de las víctimas, el letrado Jorge Novella, las dos menores agredidas paseaban con su perro por la playa de Bahía, alrededor de la una de la madrugada, junto a una tercera y fueron abordadas por dos chicos, también menores, que les pidieron que se acercaran donde estaban sus amigos para que pudieran ver el perro.

Las jóvenes, dos de ellas hermanas, accedieron a acercarse al grupo de chicos y cuando estaban con ellos las cogieron entre varios y las llevaron a un lugar apartado, según ha relatado el abogado, quien ha señalado que las forzaron para que les hicieran una felación, aunque una de ellas pudo escapar.

La chica que escapó, una de las hermanas, avisó a su padre y éste fue corriendo al lugar de los hechos y consiguió atrapar a uno de los jóvenes, de 17 años, hasta que llegó la Guardia Civil y lo llevó a comisaría.

Los agentes localizaron poco después a otro de los agresores, de 16 años, y también lo arrestó para tomarle declaración, tras lo que pusieron a ambos en libertad.

La Guardia Civil sigue investigando el caso y buscando al resto de los implicados en la agresión, según Novella.

https://www.laopiniondemurcia.es/mu...-agresor-sexual-mazarron-denuncia/933919.html
 
Los presuntos violadores de las dos menores de Mazarrón están en libertad
  • Uno de ellos ha denunciado al padre de una de las víctimas, puesto que le golpeó cuando vio lo que le estaba haciendo a su hija
A. L. H. / Agencias 28.06.2018 | 04:10

Ya están en la calle, aunque pesa sobre ellos una acusación por agredir sexualmente a dos menores. Los dos adolescentes que fueron detenidos por la Guardia Civil por la violación de San Juan en Puerto de Mazarrón están investigados, pero, de momento, libres, confirman fuentes de la investigación. Lo máximo que les puede pasar, en el caso de que sean condenados en su momento, es que los internen en un centro de menores, explicaron fuentes jurídicas.

Además, uno de los presuntos responsables de la agresión sexual ha denunciado al padre de una de las víctimas por agredirle. Según ha informado a Efe el abogado de las víctimas, Jorge Novella, el padre de una de las víctimas deberá prestar declaración mañana, jueves, ante el juez para aclarar lo sucedido. Fuentes cercanas indicaron que el adulto también resultó lesionado, en el enfrentamiento con el menor.

Las víctimas de la agresión sexual, mientras tanto, permanecen en sus casas de la localidad costera, tratando de afrontar lo sucedido y rodeadas del apoyo de sus familiares y amigos.

Jorge Novella aportó más datos de lo sucedido. Señaló que las dos menores paseaban con su perropor la playa de Bahía, junto a una tercera chica y fueron abordadas por dos chicos, también menores, que les pidieron que se acercaran donde estaban sus amigos para que pudieran ver el perro.

Las jóvenes, dos de ellas hermanas, accedieron a acercarse al grupo de chicos y cuando estaban con ellos las cogieron entre varios y las llevaron a un lugar apartado, según el abogado,, quien destacó que las forzaron para que les hicieran una felación, aunque una de ellas pudo escapar. La chica que escapó, una de las hermanas, avisó a su padre y éste fue corriendo al lugar de los hechos y consiguió atrapar a uno de los jóvenes, de 17 años de edad, hasta que llegó la Guardia Civil y lo llevó al cuartel. Al tiempo, la Benemérita pidió una ambulancia para él.

Los investigadores del Instituto Armado siguen con el caso y buscan al resto de los implicados en la agresión. Y es que, según el testimonio de las víctimas, eran siete los adolescentes que hicieron un corro para forzarlas.

Los investigadores tratan de esclarecer ahora si alguno de los siete agresores a los que señalan las adolescentes llegó a sacar su teléfono móvil y grabar la escena de la violación, una práctica similar a la empleada por los miembros de La Manada.

Según el relato de las víctimas, ellas intentaron defenderse arañando a sus atacantes. De hecho, uno de los dos detenidos llegó a comentar eso ante la Guardia Civil: que le habían arañado en el brazo y quería denunciarlo.

Desde que saltó la noticia, adelantada por LA OPINIÓN, diversas asociaciones feministas volvieron a clamar por la sensación de "impunidad" que, a su juicio, se da en España con las violaciones, en especial desde la salida de prisión provisional de los componentes de La Manada, condenados en primera instancia a nueve años de cárcel cada uno por un delito de abusos sexuales.

La violación grupal de Mazarrón se suma a otras tres denuncias presentadas en Barcelona y una cuarta en Palamós (Girona), relacionadas con incidentes ocurridos durante la noche de San Juan. En el caso de esta última, dos menores de 14 y 15 años fueron detenidos por los Mossos d´Esquadra como sospechosos de violar a una adolescente de 15.

Además, la Policía Nacional investiga un delito de agresión sexual a una menor de 15 años en El Puerto de Santa María (Cádiz) durante aquella misma noche. Asimismo, cuatro hombres que se hacen llamar La Nueva Manada han sido detenidos por la Policía Nacional de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) como presuntos autores de una violación múltiple a otra menor de edad.

https://www.laopiniondemurcia.es/mu...ladores-menores-mazarron-libertad/933982.html
 
He visto al padre en la tele. Las hijas tienen 13 y 16.
Por cierto, llevaba 4 grapas en la cabeza y era rollo armario ropero. Más vale que llegó...

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"Violar se ha convertido en un rito de iniciación para entrar en el grupo"

La psicóloga Fuensanta Cerezo insiste en que los adolescentes "tienen que saber que es un delito, que no es un juego"

Ana Lucas 27.06.2018 | 14:56

Fuensanta Cerezo
, psicóloga y profesora titular de Psicología de la Educación en la Universidad de Murcia, sostiene que, hoy en día, violar se ha convertido en un «rito de iniciación» para muchos jóvenes que «tienen que demostrar que se han hecho mayores». Para muchos «es la primera vez que tienen relaciones sexuales», y lo hacen forzando a una mujer para obtener el beneplácito del grupo masculino al que ansían pertenecer, señala la experta.

Cerezo lamenta que los adolescentes tengan «al alcance de la mano» lo que califica de «factores de riesgo muy fuertes, como son el alcohol y las drogas». La psicóloga hace hincapié en que los jóvenes han de saber «que es un delito» forzar a una mujer, «que no es un juego», subraya.

De los miembros de La Manada, recuerda que «no se han ido de rositas, han estado en la cárcel dos años y ahora están controlados». Cerezo apuesta por, además de decretar prisión para los agresores sexuales, «buscar después una forma de reinserción».

«Los adolescentes necesitan estar en grupo y en todas estas acciones lo que hacen es medir sus fuerzas», resalta la psicóloga.
En su opinión, «si a estos chavales los cogemos de uno en uno antes de que esto ocurra, de ninguna manera llegarían a este punto. Pero es que el grupo diluye la responsabilidad».
Fuensanta Cerezo pone el acento en que «la adolescencia es una etapa muy complicada», así como en que «el riesgo atrae». En grupo, subraya, «se pierde la noción del riesgo» en muchas ocasiones. El rito de la violación sería similar a «hacerse marcas en la piel» a modo de símbolo de pertenencia a una banda.

https://www.laopiniondemurcia.es/co...convertido-rito-iniciacion-entrar/933798.html
 
Qué horror!! da la impresión de que ésto va a más.
Da igual que los violadores sean menores. Si son mayores para violar, son mayores para ir a la cárcel.
Pobres niñas, seguro que eran vírgenes por su corta edad. Éso sí que es un trauma para toda la vida...
 
Los presuntos violadores de las dos menores de Mazarrón están en libertad
  • Uno de ellos ha denunciado al padre de una de las víctimas, puesto que le golpeó cuando vio lo que le estaba haciendo a su hija
A. L. H. / Agencias 28.06.2018 | 04:10

Ya están en la calle, aunque pesa sobre ellos una acusación por agredir sexualmente a dos menores. Los dos adolescentes que fueron detenidos por la Guardia Civil por la violación de San Juan en Puerto de Mazarrón están investigados, pero, de momento, libres, confirman fuentes de la investigación. Lo máximo que les puede pasar, en el caso de que sean condenados en su momento, es que los internen en un centro de menores, explicaron fuentes jurídicas.

Además, uno de los presuntos responsables de la agresión sexual ha denunciado al padre de una de las víctimas por agredirle. Según ha informado a Efe el abogado de las víctimas, Jorge Novella, el padre de una de las víctimas deberá prestar declaración mañana, jueves, ante el juez para aclarar lo sucedido. Fuentes cercanas indicaron que el adulto también resultó lesionado, en el enfrentamiento con el menor.

Las víctimas de la agresión sexual, mientras tanto, permanecen en sus casas de la localidad costera, tratando de afrontar lo sucedido y rodeadas del apoyo de sus familiares y amigos.

Jorge Novella aportó más datos de lo sucedido. Señaló que las dos menores paseaban con su perropor la playa de Bahía, junto a una tercera chica y fueron abordadas por dos chicos, también menores, que les pidieron que se acercaran donde estaban sus amigos para que pudieran ver el perro.

Las jóvenes, dos de ellas hermanas, accedieron a acercarse al grupo de chicos y cuando estaban con ellos las cogieron entre varios y las llevaron a un lugar apartado, según el abogado,, quien destacó que las forzaron para que les hicieran una felación, aunque una de ellas pudo escapar. La chica que escapó, una de las hermanas, avisó a su padre y éste fue corriendo al lugar de los hechos y consiguió atrapar a uno de los jóvenes, de 17 años de edad, hasta que llegó la Guardia Civil y lo llevó al cuartel. Al tiempo, la Benemérita pidió una ambulancia para él.

Los investigadores del Instituto Armado siguen con el caso y buscan al resto de los implicados en la agresión. Y es que, según el testimonio de las víctimas, eran siete los adolescentes que hicieron un corro para forzarlas.

Los investigadores tratan de esclarecer ahora si alguno de los siete agresores a los que señalan las adolescentes llegó a sacar su teléfono móvil y grabar la escena de la violación, una práctica similar a la empleada por los miembros de La Manada.

Según el relato de las víctimas, ellas intentaron defenderse arañando a sus atacantes. De hecho, uno de los dos detenidos llegó a comentar eso ante la Guardia Civil: que le habían arañado en el brazo y quería denunciarlo.

Desde que saltó la noticia, adelantada por LA OPINIÓN, diversas asociaciones feministas volvieron a clamar por la sensación de "impunidad" que, a su juicio, se da en España con las violaciones, en especial desde la salida de prisión provisional de los componentes de La Manada, condenados en primera instancia a nueve años de cárcel cada uno por un delito de abusos sexuales.

La violación grupal de Mazarrón se suma a otras tres denuncias presentadas en Barcelona y una cuarta en Palamós (Girona), relacionadas con incidentes ocurridos durante la noche de San Juan. En el caso de esta última, dos menores de 14 y 15 años fueron detenidos por los Mossos d´Esquadra como sospechosos de violar a una adolescente de 15.

Además, la Policía Nacional investiga un delito de agresión sexual a una menor de 15 años en El Puerto de Santa María (Cádiz) durante aquella misma noche. Asimismo, cuatro hombres que se hacen llamar La Nueva Manada han sido detenidos por la Policía Nacional de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) como presuntos autores de una violación múltiple a otra menor de edad.

https://www.laopiniondemurcia.es/mu...ladores-menores-mazarron-libertad/933982.html

Encima denuncian al padre .... tontos no son ; son menores de edad y saben jugar con eso. Tú esperate que todavia el padre les tendra que indemnizar :facepalm::facepalm:
 
https://www.elespanol.com/reportaje...rtas-violadas-menores-murcia/318719205_0.html


“Nos arrodillaron y nos obligaron a la felación”: las cartas de las niñas violadas por otros menores en Murcia
30 junio, 2018 02:34

Era la primera vez. Julia, su hermana Irene y su amiga Paola(nombres ficticios para salvaguardar su identidad), de 17, 14 y 16 años respectivamente, salían a la playa, a la de su pueblo, Mazarrón, en Murcia, a disfrutar de la Noche de San Juan. Siempre mística, sugerente, con ese halo de de alegría que sudan los primeros instantes del verano entre las brasas de las hogueras. Nunca lo habían hecho antes. No eran chicas a las que les gustara ir a su aire: disfrutaban de la compañía de su familia y su círculo más cercano. Los de siempre. Para qué más.

Habían terminado las clases y delante de ellas sólo quedaba el lejano horizonte de septiembre. Las tres chicas habían convencido a sus padres para quedarse un rato más en la playa. Estarían solas, rozando la independencia de la adultez con los dedos. Un primer experimento: Paola, Julia e Irene habían pasado el inicio de esa noche del 23 de junio con los abuelos de las dos últimas, alrededor de una hoguera. No sería demasiado tiempo: sólo lo que tardaran en aparcar los padres de las hermanas. Era ya bien entrada la noche y los sitios libres escaseaban.


Una semana después, EL ESPAÑOL reconstruye lo sucedido en esa fatal playa de la Bahía, en el murciano Puerto de Mazarrón, gracias al testimonio manuscrito de dos de las niñas, al que ha tenido acceso este periódico. Los titulares no tardaron en saltar: dos menores violadas en Murcia en la Noche de San Juan por un grupo de niños, también menores, que las rodearon y las obligaron a practicarles s*x* oral. Iban pidiendo turno. Al más puro estilo la Manada.

Una Noche de San Juan negra

No fueron las únicas. 2018 está siendo un año negro —ya van diez casos más de agresiones sexuales múltiples que en 2017 y nueve más que en 2016—, pero es que la pasada Noche de las fiestas de San Juan se convirtió en una pesadilla para, al menos, una decena de mujeres. Durante estas fiestas se produjeron agresiones sexuales —o intentos— en Gran Canaria, Murcia, Girona, Cádiz, Menorca y Lugo. En total, la Policía ha detenido a 11 varones, varios de ellos menores de edad.

Puerto de Mazarrón es un pequeño municipio a poco menos de una hora en coche de Murcia capital. Normalmente, viven más de 10.000 vecinos —según el INE—, pero en temporada estival su población se multiplica. Sus playas, largas, de arena rubia y aguas tranquilas y azules, salteadas con calitas y algún que otro acantilado, son el mejor reclamo para su economía. Los barcos se amontonan en el puerto deportivo, las casas de verano comienzan ahora a desperezarse, a sacudir el polvo acumulado y a preparase para recibir a los turistas. Ya sean habituales u ocasionales.

Pero, en el fondo, Puerto de Mazarrón es como un pueblo. Tiene alma de eso. De saludarse con quien te cruces, de comentar la vida con el vecino. De que se sepa quién, cómo y de dónde eres. En la mañana en la que la reportera se reúne con los padres de Julia e Irene, a cada decena de metros recorridos, la conversación se interrumpe con pequeños gestos o palabras para saludar a unos y otros.

Julia (nombre ficticio) relata en una carta de su puño y letra lo que sucedió en San Juan.EL ESPAÑOL

El cebo del perro
Es jueves y estos progenitores han madrugado para acudir al cuartel de la Guardia Civil. Con ojeras, cansados y con un tímido discurso que por momentos erupciona. Vienen de comparecer ante la Benemérita. Dos denuncias. Un mismo escenario. La Playa de la Bahía de Mazarrón.

“Yo, mi amiga y mi hermana fuimos a la playa a ver las hogueras”, arranca Julia su relato de lo sucedido. “Al rato de estar dando vueltas por la playa, nos sentamos en la arena y se acercó un tío a tocar a mi perro”. Además de la denuncia, estas cartas que reproducimos complementan la declaración de las menores de cara a la investigación.

Eran poco más de las dos de la mañana, según confirma el abogado de las víctimas, Jorge Novella, a este periódico. Los abuelos de las crías se habían marchado y los padres estaban por los alrededores, buscando aparcamiento, para reunirse con sus hijas y seguir disfrutando de la noche. Julia continúa su relato de lo sucedido: “[El tío] Dijo que por qué lo habíamos traído [el perro] y se quedó un rato tocándolo. Entonces pasó a decir que tenía unos amigos, que si queríamos ir a conocerlos, le dijimos que no, él dijo que sí, que así no estábamos solas, los llamó y, cuando estaban viniendo, nos levantamos para irnos. Como íbamos `mal´, se aprovecharon y nos cogieron del brazo, diciéndonos que nos fuéramos con ellos, que no pasaba nada. Dijimos que no e intentamos soltarnos, sobre todo porque un niño estaba acosando a mi hermana y ella nos estaba pidiendo ayuda, porque no dejaba de agarrarla”.

Zona poco iluminada y con casas aún vacías
La playa de la Bahía de Mazarrón no tiene paseo marítimo. Junto a la arena comienzan a levantarse casas particulares, chalets que en su mayoría aún andan deshabitados y en los que apenas un par de farolas por cada tramo de calle alumbra las baldosas, como ha podido atestiguar este diario.

A Julia y a su amiga Paola las forzaron a llegar hasta allí. “Ellos nos decían que no pasaba nada, entonces nos llevaron del brazo a un sitio muy apartado de la playa donde no había nadie, sólo ellos y más amigos suyos que se acercaban. Nos arrodillaron a la fuerza, se bajaron el bañador y nos obligaron a que se la chupásemos, empujándonos de la cabeza y no dejándonos que nos levantáramos”.

“Nos intentamos levantar porque a mi hermana la seguía acosando ese niño, restregándose con ella y diciéndole que se la iba a follxx. Ellos le decían a mi hermana que se acercara ella también, empezamos a decirles que mi madre estaba en la playa, pero no nos dejaban, nos agarraban del cuello y de la cabeza. No podíamos movernos, entonces vomité y fue cuando pudimos levantarnos”, continúa la menor, de 17 años.

Julia luchaba, decía que no, una y otra vez. Estaba rodeada de siete chavales, procedentes de otro pueblo -Alguazas, según fuentes cercanas a la investigación-, que se jaleaban e intentaban intercambiarlas entre sí. Sólo dos finalmente perpetraron la agresión sexual, pero otros también lo intentaron. El resto miraba y protegía a los agresores. Ahora, se investiga si también grabaron algún vídeo.

"Hazme lo mismo que ellas"
La hermana pequeña, Irene, mientras luchaba con otro chico, aún sin identificar por parte de las autoridades. “Mientras, a mí el zagal que nos perseguía me estaba acosando, no me dejaba moverme.No paraba de tocarme, empujarme contra la pared y decirme ‘hazme lo mismo que ellas’ y que quería mantener relaciones conmigo, pero no llegó a hacerme nada”, indica ella misma en su escrito.

Su hermana Julia y su amiga estaban viviendo un verdadero horror, paralelamente. “Les dijimos que nos íbamos, que mi madre me estaba llamando, pero aún así no nos dejaron, nos seguían cogiendo, empujándonos, siguiéndonos, diciéndonos cosas y cada vez aparecían más, ofreciéndonos dinero para que se la chupáramos. Paola [nombre distinto al real] tuvo que arañar a uno para que la dejaran y entonces empezamos a andar rápido y poco a poco se dispersaron, hasta que llegó mi madre con el coche”.

Para cuando se reunieron con sus padres, las niñas “estaban raras, nerviosas”, admite la progenitora con la voz entrecortada. Le cuesta hilar más de dos frases seguidas sin que se quiebre o se le salten las lágrimas. “Nos habían llamado diciendo que alguien las seguía”, continúa el padre, “pero cómo nos íbamos a imaginar esto”.

"Nena, ¿quieres denunciar?"
Y, de repente, Irene comenzó a hablar. A contarlo. A borbotones, todo seguido, muy rápido, como un río desbocado. “Ahí tomamos conciencia de lo que realmente había pasado. Paramos el coche y les dijimos que si querían ir a la Policía”, sigue él. “Se lo pregunté yo a la mayor”, interviene la madre. “Nena, ¿quieres denunciar? Sí, mamá, me contestó.

Llamaron al 112. “Y nos dijeron que fuésemos a la Guardia Civil a poner una denuncia. ¿Pero cómo voy a irme, si esos desgraciados están en la playa? Me monté en una pelotera con la chica del 112. Pero cogimos a las niñas y fuimos a buscarlos”. Linterna del móvil en mano, esta familia se puso a buscar a un grupo de chavales, sin saber muy bien a quienes. En la playa no había más luz que las que desprendían las hogueras.

Pero, por un golpe de suerte, encontraron a uno de ellos. “Mi niña se me agarró al cuerpo y empezó a decirme ‘Papá, es él, es él. Es el de la barba, es él’. El tipo se había quedado de fiesta en la playa, se puso a ver hogueras y tan tranquilo”. Según describe la madre con muecas, el chaval se quedó mirando a Julia con cara chulesca hasta que reparó en la presencia de los padres. “Y se quedó helado, como en shock. No nos esperaba allí”, sigue.

Denuncias cruzadas: el violador acusa al padre de agresión
Se engancharon a golpes y acabaron reteniéndolo hasta que llegó la Guardia Civil. Por recomendación de su abogado, presente en la conversación, el padre no describe muy bien lo que sucedió a la periodista. “Si te soy sincero, tampoco es que me acuerde muy bien, lo tengo todo como en una nebulosa. Pero si de algo estoy seguro es que yo no le di con ningún objeto contundente”.

El padre está serio. Parece cansado, pero en su rostro se difuminan continuamente muecas de resignación y expresiones de ira. Porque el muchacho, al que le falta un mes para cumplir los 18 años, le ha denunciado por agresión. El chico continúa ingresado en el hospital. El progenitor, por su parte, tiene cuatro puntos en la cabeza, porque se la abrieron al golpearle con un palo en la pelea cuando tenía retenido al agresor. Nada más llegar a la playa la Guardia Civil, el resto de amigos huyeron a la carrera. Finalmente, se detuvo a este chico, de 17 años, y a otro de 16 años. “Eran los cabecillas”, esgrime el padre.

Ahora, el caso está en manos de la Fiscalía de Menores. Tal y como explica el abogado de las víctimas, Jorge Novella, a este periódico, tendrán que llamar a los implicados en breve para iniciar el proceso y esclarecer lo ocurrido. De momento, la familia tiene un as en la manga para poder condenar a los violadores de sus hijas: le ha entregado a la Guardia Civil una camiseta de una de las niñas con restos de s*men de los agresores, al menos siete menores. Lo presentarán, además de estas cartas, como prueba.
 
https://www.elespanol.com/reportaje...rtas-violadas-menores-murcia/318719205_0.html


“Nos arrodillaron y nos obligaron a la felación”: las cartas de las niñas violadas por otros menores en Murcia
30 junio, 2018 02:34

Era la primera vez. Julia, su hermana Irene y su amiga Paola(nombres ficticios para salvaguardar su identidad), de 17, 14 y 16 años respectivamente, salían a la playa, a la de su pueblo, Mazarrón, en Murcia, a disfrutar de la Noche de San Juan. Siempre mística, sugerente, con ese halo de de alegría que sudan los primeros instantes del verano entre las brasas de las hogueras. Nunca lo habían hecho antes. No eran chicas a las que les gustara ir a su aire: disfrutaban de la compañía de su familia y su círculo más cercano. Los de siempre. Para qué más.

Habían terminado las clases y delante de ellas sólo quedaba el lejano horizonte de septiembre. Las tres chicas habían convencido a sus padres para quedarse un rato más en la playa. Estarían solas, rozando la independencia de la adultez con los dedos. Un primer experimento: Paola, Julia e Irene habían pasado el inicio de esa noche del 23 de junio con los abuelos de las dos últimas, alrededor de una hoguera. No sería demasiado tiempo: sólo lo que tardaran en aparcar los padres de las hermanas. Era ya bien entrada la noche y los sitios libres escaseaban.


Una semana después, EL ESPAÑOL reconstruye lo sucedido en esa fatal playa de la Bahía, en el murciano Puerto de Mazarrón, gracias al testimonio manuscrito de dos de las niñas, al que ha tenido acceso este periódico. Los titulares no tardaron en saltar: dos menores violadas en Murcia en la Noche de San Juan por un grupo de niños, también menores, que las rodearon y las obligaron a practicarles s*x* oral. Iban pidiendo turno. Al más puro estilo la Manada.

Una Noche de San Juan negra

No fueron las únicas. 2018 está siendo un año negro —ya van diez casos más de agresiones sexuales múltiples que en 2017 y nueve más que en 2016—, pero es que la pasada Noche de las fiestas de San Juan se convirtió en una pesadilla para, al menos, una decena de mujeres. Durante estas fiestas se produjeron agresiones sexuales —o intentos— en Gran Canaria, Murcia, Girona, Cádiz, Menorca y Lugo. En total, la Policía ha detenido a 11 varones, varios de ellos menores de edad.

Puerto de Mazarrón es un pequeño municipio a poco menos de una hora en coche de Murcia capital. Normalmente, viven más de 10.000 vecinos —según el INE—, pero en temporada estival su población se multiplica. Sus playas, largas, de arena rubia y aguas tranquilas y azules, salteadas con calitas y algún que otro acantilado, son el mejor reclamo para su economía. Los barcos se amontonan en el puerto deportivo, las casas de verano comienzan ahora a desperezarse, a sacudir el polvo acumulado y a preparase para recibir a los turistas. Ya sean habituales u ocasionales.

Pero, en el fondo, Puerto de Mazarrón es como un pueblo. Tiene alma de eso. De saludarse con quien te cruces, de comentar la vida con el vecino. De que se sepa quién, cómo y de dónde eres. En la mañana en la que la reportera se reúne con los padres de Julia e Irene, a cada decena de metros recorridos, la conversación se interrumpe con pequeños gestos o palabras para saludar a unos y otros.

Julia (nombre ficticio) relata en una carta de su puño y letra lo que sucedió en San Juan.EL ESPAÑOL

El cebo del perro
Es jueves y estos progenitores han madrugado para acudir al cuartel de la Guardia Civil. Con ojeras, cansados y con un tímido discurso que por momentos erupciona. Vienen de comparecer ante la Benemérita. Dos denuncias. Un mismo escenario. La Playa de la Bahía de Mazarrón.

“Yo, mi amiga y mi hermana fuimos a la playa a ver las hogueras”, arranca Julia su relato de lo sucedido. “Al rato de estar dando vueltas por la playa, nos sentamos en la arena y se acercó un tío a tocar a mi perro”. Además de la denuncia, estas cartas que reproducimos complementan la declaración de las menores de cara a la investigación.

Eran poco más de las dos de la mañana, según confirma el abogado de las víctimas, Jorge Novella, a este periódico. Los abuelos de las crías se habían marchado y los padres estaban por los alrededores, buscando aparcamiento, para reunirse con sus hijas y seguir disfrutando de la noche. Julia continúa su relato de lo sucedido: “[El tío] Dijo que por qué lo habíamos traído [el perro] y se quedó un rato tocándolo. Entonces pasó a decir que tenía unos amigos, que si queríamos ir a conocerlos, le dijimos que no, él dijo que sí, que así no estábamos solas, los llamó y, cuando estaban viniendo, nos levantamos para irnos. Como íbamos `mal´, se aprovecharon y nos cogieron del brazo, diciéndonos que nos fuéramos con ellos, que no pasaba nada. Dijimos que no e intentamos soltarnos, sobre todo porque un niño estaba acosando a mi hermana y ella nos estaba pidiendo ayuda, porque no dejaba de agarrarla”.

Zona poco iluminada y con casas aún vacías
La playa de la Bahía de Mazarrón no tiene paseo marítimo. Junto a la arena comienzan a levantarse casas particulares, chalets que en su mayoría aún andan deshabitados y en los que apenas un par de farolas por cada tramo de calle alumbra las baldosas, como ha podido atestiguar este diario.

A Julia y a su amiga Paola las forzaron a llegar hasta allí. “Ellos nos decían que no pasaba nada, entonces nos llevaron del brazo a un sitio muy apartado de la playa donde no había nadie, sólo ellos y más amigos suyos que se acercaban. Nos arrodillaron a la fuerza, se bajaron el bañador y nos obligaron a que se la chupásemos, empujándonos de la cabeza y no dejándonos que nos levantáramos”.

“Nos intentamos levantar porque a mi hermana la seguía acosando ese niño, restregándose con ella y diciéndole que se la iba a follxx. Ellos le decían a mi hermana que se acercara ella también, empezamos a decirles que mi madre estaba en la playa, pero no nos dejaban, nos agarraban del cuello y de la cabeza. No podíamos movernos, entonces vomité y fue cuando pudimos levantarnos”, continúa la menor, de 17 años.

Julia luchaba, decía que no, una y otra vez. Estaba rodeada de siete chavales, procedentes de otro pueblo -Alguazas, según fuentes cercanas a la investigación-, que se jaleaban e intentaban intercambiarlas entre sí. Sólo dos finalmente perpetraron la agresión sexual, pero otros también lo intentaron. El resto miraba y protegía a los agresores. Ahora, se investiga si también grabaron algún vídeo.

"Hazme lo mismo que ellas"
La hermana pequeña, Irene, mientras luchaba con otro chico, aún sin identificar por parte de las autoridades. “Mientras, a mí el zagal que nos perseguía me estaba acosando, no me dejaba moverme.No paraba de tocarme, empujarme contra la pared y decirme ‘hazme lo mismo que ellas’ y que quería mantener relaciones conmigo, pero no llegó a hacerme nada”, indica ella misma en su escrito.

Su hermana Julia y su amiga estaban viviendo un verdadero horror, paralelamente. “Les dijimos que nos íbamos, que mi madre me estaba llamando, pero aún así no nos dejaron, nos seguían cogiendo, empujándonos, siguiéndonos, diciéndonos cosas y cada vez aparecían más, ofreciéndonos dinero para que se la chupáramos. Paola [nombre distinto al real] tuvo que arañar a uno para que la dejaran y entonces empezamos a andar rápido y poco a poco se dispersaron, hasta que llegó mi madre con el coche”.

Para cuando se reunieron con sus padres, las niñas “estaban raras, nerviosas”, admite la progenitora con la voz entrecortada. Le cuesta hilar más de dos frases seguidas sin que se quiebre o se le salten las lágrimas. “Nos habían llamado diciendo que alguien las seguía”, continúa el padre, “pero cómo nos íbamos a imaginar esto”.

"Nena, ¿quieres denunciar?"
Y, de repente, Irene comenzó a hablar. A contarlo. A borbotones, todo seguido, muy rápido, como un río desbocado. “Ahí tomamos conciencia de lo que realmente había pasado. Paramos el coche y les dijimos que si querían ir a la Policía”, sigue él. “Se lo pregunté yo a la mayor”, interviene la madre. “Nena, ¿quieres denunciar? Sí, mamá, me contestó.

Llamaron al 112. “Y nos dijeron que fuésemos a la Guardia Civil a poner una denuncia. ¿Pero cómo voy a irme, si esos desgraciados están en la playa? Me monté en una pelotera con la chica del 112. Pero cogimos a las niñas y fuimos a buscarlos”. Linterna del móvil en mano, esta familia se puso a buscar a un grupo de chavales, sin saber muy bien a quienes. En la playa no había más luz que las que desprendían las hogueras.

Pero, por un golpe de suerte, encontraron a uno de ellos. “Mi niña se me agarró al cuerpo y empezó a decirme ‘Papá, es él, es él. Es el de la barba, es él’. El tipo se había quedado de fiesta en la playa, se puso a ver hogueras y tan tranquilo”. Según describe la madre con muecas, el chaval se quedó mirando a Julia con cara chulesca hasta que reparó en la presencia de los padres. “Y se quedó helado, como en shock. No nos esperaba allí”, sigue.

Denuncias cruzadas: el violador acusa al padre de agresión
Se engancharon a golpes y acabaron reteniéndolo hasta que llegó la Guardia Civil. Por recomendación de su abogado, presente en la conversación, el padre no describe muy bien lo que sucedió a la periodista. “Si te soy sincero, tampoco es que me acuerde muy bien, lo tengo todo como en una nebulosa. Pero si de algo estoy seguro es que yo no le di con ningún objeto contundente”.

El padre está serio. Parece cansado, pero en su rostro se difuminan continuamente muecas de resignación y expresiones de ira. Porque el muchacho, al que le falta un mes para cumplir los 18 años, le ha denunciado por agresión. El chico continúa ingresado en el hospital. El progenitor, por su parte, tiene cuatro puntos en la cabeza, porque se la abrieron al golpearle con un palo en la pelea cuando tenía retenido al agresor. Nada más llegar a la playa la Guardia Civil, el resto de amigos huyeron a la carrera. Finalmente, se detuvo a este chico, de 17 años, y a otro de 16 años. “Eran los cabecillas”, esgrime el padre.

Ahora, el caso está en manos de la Fiscalía de Menores. Tal y como explica el abogado de las víctimas, Jorge Novella, a este periódico, tendrán que llamar a los implicados en breve para iniciar el proceso y esclarecer lo ocurrido. De momento, la familia tiene un as en la manga para poder condenar a los violadores de sus hijas: le ha entregado a la Guardia Civil una camiseta de una de las niñas con restos de s*men de los agresores, al menos siete menores. Lo presentarán, además de estas cartas, como prueba.
Joder...
 
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