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El hombre que hizo posible lo imposible
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El hombre que hizo posible lo imposible

INÉS MARTÍNEZ / VP CONTENTSPUBLICADOhace 4 horas

Detrás del alma hay un hombre. Se llama Francesc Moragas y nació 150 años atrás, en 1868. Lo hizo en Barcelona, en una familia de notarios y letrados. Pudiendo ser abogado, fundó la que hoy es la tercera institución filantrópica del mundo bajo el paraguas de ”la Caixa”. Empezó en 1904, en un pequeño despacho, junto a un único colaborador. Con visión optimista, discreción absoluta y tenacidad paciente, levantó una obra social dedicada a dignificar a los más vulnerables. Siempre repetía: “Lo imposible no es sino un poco más difícil que las cosas difíciles”. Pero ¿quién fue Francesc Moragas?

Hay un hombre. Viste con pulcritud, sombrero y guantes de corte excelente, y en sus andares no hay vanidad alguna. Es domingo por la mañana, un día bonito de invierno. Pasea cuesta arriba, hasta llegar a la falda del Tibidabo. Entra en el Amparo de Santa Llúcia y un grupo de niñas invidentes lo rodean al ser anunciada su llegada. Se sientan al sol, y él abre un libro en braille que lee en voz alta. Así pasa su día de descanso. A veces, se traslada en ferrocarril a Torrebonica, en tierras egarenses, y conversa jugando al ajedrez ─“una gimnasia cerebral efectiva”, decía─ o al dominó con personas enfermas de tuberculosis y sus familiares.

Este hombre es Francesc Moragas (1868-1935). Además de aprender a leer en braille, creó una imprenta especializada en este tipo de libros cuando en el país aún no los había. Su impulso vital fue siempre uno: ayudar a los más desfavorecidos y contribuir al progreso social. Nació un 13 de diciembre, y su salud era enfermiza. La fortaleció a base de esfuerzo y constancia en el deporte, en particular la bicicleta, el invento de la época. Para él, lo imposible siempre era (y es) posible, solo que un tanto más difícil que las cosas difíciles.

Antes de cumplir los 13 años, su padre falleció. Al año, su madre ─la Mamita, una mujer culta y de gran personalidad─ se casó con el abogado aragonés Juan Antonio Sorribas. Tutor excelente y hombre muy viajado por Europa, despertó en el adolescente el interés por los idiomas y el estudio, especialmente el de la previsión social. Cuando Moragas se licenció en derecho y se apremiaba a ejercer la abogacía, el padrastro falleció y le dejó la revista Los Seguros, que había fundado en 1884, época en que ese tipo de contratos apenas eran conocidos en el país. El joven decidió entonces centrar su carrera en este campo novedoso y pasó a dirigir la publicación, trabajando por la aplicación justa de este tipo de indemnizaciones.

Llegó 1902 y estalló una huelga general sin precedentes desencadenada por las duras condiciones que soportaban los obreros. Fue reprimida de manera cruda por la policía. Hubo muertos y muchos heridos. Francesc Moragas era un humanista y un observador nato. Él había recorrido en bicicleta el país, también a pie su ciudad, conocía a sus gentes y las necesidades, y sabía que no de caridad se modernizaría el país. Urgía implantar un sistema de ayuda y previsión social que armonizara la sociedad.

Aun pareciendo un hombre solitario, Francesc Moragas tenía un montón de amigos. Por mediación de Lluís Ferrer-Vidal y con la complicidad de siete entidades empresariales del país, se lanzó en los diarios una llamada para que los barceloneses aportaran dinero para los heridos y los familiares de los muertos que se hizo, en expresión de hoy en día, “viral”. De sobrar una cantidad, como ocurrió, se utilizaría para crear una caja de pensiones pensada para el futuro de los obreros. Este fue el origen, el 5 de abril de 1904, de la Caja de Pensiones para la Vejez, nuestra actual CaixaBank.

Hacia 1920, en solo 16 años, la entidad se convirtió en la primera caja de ahorros de Cataluña y de España. A partir de entonces, Francesc Moragas se entregó a su quehacer altruista. Así, empoderó a las mujeres con la instauración de un instituto ejemplar dedicado a formar a las trabajadoras; levantó centros de rehabilitación y de investigación para combatir la tuberculosis; impulsó la primera red de bibliotecas para luchar de manera global contra el analfabetismo; abrió casas de cultura y adquirió obras de arte de colecciones privadas para donarlas a la Junta de Museos…

Así nació una de las principales instituciones socioeconómicas del país. Hoy, su obra prevalece y crece. Como le gustaba decir a Francesc Moragas, “El trabajo, en la cabeza; la gente, en el corazón”.

https://www.vozpopuli.com/branded/hombre-hizo-posible-imposible_0_1201680999.html
 
"Lenin inventó a Stalin"

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Lenin y Stalin, en Gorky (hoy, Nizni Nóvgorod), en 1922.

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Victor Sebestyen ha reescrito la vida del padre de la URSS en un libro que desmiente su buena fama en contraste con la brutalidad de Stalin. Lenin no fue un sádico, pero tampoco un inocente.

Buena parte de la seducción que sigue atesorando Rusia es gracias a sus anacronismos. Al entrar en la Plaza Roja el visitante encuentra a la izquierda los almacenes GUM, uno de los centros comerciales más caros del mundo. Y a la derecha, un mausoleo donde puede saludarse a Vladimir Lenin, que tiene hoy

-gracias a los baños en glicerina y acetato de potasio- mejor aspecto que cuando murió tal día como hoy hace 95 años. «Un capitalista devora a muchos otros», dejó dicho sobre el carácter voraz del sistema. Rusia ha cambiado mucho desde entonces, pero su sociedad todavía sigue dividida sobre si ha llegado la hora de enterrar al padre de la revolución bolchevique.

Para el mundo entero también ha sido pesada la digestión de su figura. La feroz dictadura de Stalin que siguió a la muerte de Lenin en 1924 convirtió a ambos en el anverso y el reverso de un régimen que dejó su impronta en toda la izquierda europea. Lo cierto es que su mayor ambición no era la justicia social ni la igualdad, sino el poder absoluto. Pero las preguntas que Lenin se hizo a principios del siglo XX parecen haber cobrado una urgente actualidad desde la crisis financiera de 2007-2008. Victor Sebestyen (Budapest, 1956), es autor de la última gran biografía del líder comunista: Lenin, el dictador será publicado en español por la editorial Ático de los Libros a la vuelta del verano. En sus 590 páginas ofrece un retrato íntimo de aquel loco arranque del siglo XX, en el que un revolucionario calvo y bajito, sostenido por la paga de su madre, logró ponerse al frente de la inmensa Rusia y prometió todo a todos. A obreros y campesinos, colectivizar. A los soldados, paz. Al auditorio extranjero, un mundo nuevo sin clases. Si algo refuta la idea marxista de que no son los individuos los que hacen historia sino las grandes fuerzas sociales y económicas es la improbable revolución de Lenin.

Bajo el brillo sangriento de Stalin, el líder bolchevique ha vestido el uniforme de poli bueno en el relato histórico. «Pero Lenin creó a Stalin, fue él quien construyó el sistema que Stalin utilizó, aunque con mayor crueldad», explica a EL MUNDO Sebestyen. Ordenó emplear «el terror contra los opositores políticos desde el primer día de la Revolución Rusa, creó la Cheka -que se convertiría después en la NKVD y luego en la KGB- y fue Lenin quien ideó el Gulag». Años después, sería el exiliado Lev Trotsky y, después, toda una generación de líderes soviéticos quien culparía a Stalin de todos los males de la URSS. Mucha gente los creyó».

Victor Sebestyen percibe hoy una pérdida de confianza en Occidente hacia el proceso democrático: «Probablemente Lenin habría considerado que el mundo actual está en el umbral de un momento revolucionario». De nuevo cabalga un relato político

-a derecha e izquierda- que habla de un lobo feroz que responde al nombre de «élites». Por eso lo ve como «el padrino de la post-verdad», un oportunista que «ofreció soluciones simples a problemas complejos, que mintió sin sonrojarse y se justificó diciendo que ganar es lo único importante». Dentro de Rusia su vigencia tiene otra vertiente: «Los nacionalistas que rodean a Putin sienten nostalgia por un tiempo en que tuvieron un gran imperio, y eso fue con Lenin y especialmente con Stalin, a quien consideran un gran líder nacional».

El libro se adentra en la vida personal de Lenin después de décadas en las que un bando y otro de la Guerra Fría han evitado humanizarlo, retratándolo como un tirano o un genio. Todo empieza con su odio hacia el sistema tras el ahorcamiento de su hermano por tramar un atentado contra Alexander III. De fondo, el misterioso trío con su esposa, Nadezhda Krupskaya, y su amante, Inessa Armand: él lloró en público por primera vez en el entierro de la segunda, y Krupskaya siempre guardó una foto de ésta en su dormitorio, junto a la del propio Lenin. Las unía una amistad unida por la complicidad personal y el feminismo.

Lenin dio un golpe de Estado, pero no gobernó sólo a través del terror. En la fase final de su vida, contemplaba la destitución de Stalin de la secretaría del partido, y sólo el deterioro de su salud en 1923 impidió que le cortasen el paso a tiempo. No era un sádico: al contrario que Stalin, no preguntó por los detalles de las muertes de sus víctimas. Pero construyó un sistema basado en la idea de que el terror político contra los oponentes estaba justificado por un fin superior. Ya pensaba así antes de tomar el poder. Cuando las fuerzas zaristas dispararon a cientos de trabajadores y a sus familias en 1905, Lenin prácticamente lo celebró: «El que ha sido azotado vale por dos que no lo han sido».
https://www.elmundo.es/cultura/2019/01/21/5c44ca6821efa0ac798b4591.html
 
CARMEN CONDE
{Cartagena, 1907 - Madrid, 1996}
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Carmen Conde Abellán nació en Cartagena en 1907 aunque su infancia transcurre entre esa ciudad y Melilla, donde vive de 1914 a 1920, y Madrid donde se establece definitivamente en 1939.

Estudia magisterio en la Escuela Normal de Murcia y más tarde Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia. Publica su primera obra, Brocal, en 1929.

En 1931 se casa con el poeta Antonio Oliver Belmás, el cual fallece en 1968, y fundan y dirigen la Universidad Popular de Cartagena . Fundan también, tras la guerra civil, el Archivo Semanario de Rubén Darío en la Universidad de Madrid. Trabaja como profesora de literatura española en el Instituto de Estudios Europeos y en la Cátedra Mediterráneo de la Universidad de Valencia en Alicante.

En 1953 gana el Premio Elisenda Montcada con Las oscuras raíces . Gana el Premio Doncel de Teatro con la obra A la estrella por la cometa . En 1967 gana el Premio Nacional de Poesía y en 1980 obtiene el Premio Ateneo de Sevilla con Soy la madre. Colabora con La Estafeta Literaria y RNE bajo el seudónimo de Florentina del Mar. Dos de sus obras, La rambla y Creció espesa la yerba, se adaptan para emitir en Televisión Española.

El 28 de enero de 1979 ingresa en la RAE ocupando el sillón K , siendo así la primera mujer desde su creación. A principios de los 80 comienzan los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Fallece el 8 de enero de 1996 en Madrid.

OBRAS
  1. Entre aceitunas y coplas. Teatro.
  2. Brocal. Madrid: La lectura, 1929. Poesía.
  3. Júbilos. Murcia: Sudeste, 1934. Poesía.
  4. Oíd a la vida, 1936. Teatro.
  5. El ser y su sombra, 1937. Teatro.
  6. El arrebato, 1937. Teatro.
  7. Tras de la perdida gente, 1937. Teatro.
  8. La composición literaria infantil, 1937. Ensayo.
  9. El llanto, 1938. Teatro.
  10. Mio, 1941
  11. Doña Centenito, gata salvaje: libro de su vida. Madrid: Alhambra, 1943. Cuento.
  12. Don Juan de Austria: biografía para niños. Madrid: Hesperia, 1943. Biografía.
  13. Los enredos de Chismecita. Madrid: Alhambra, 1943. Cuento.
  14. Pasión del verbo, 1944. Poesía.
  15. Soplo que va y no vuelve: relatos. Madrid: Alhambra, 1944. Cuentos.
  16. Honda memoria de mi. Madrid: J. Romo, 1944. Poesía.
  17. La amistad en la literatura española. Madrid: Alhambra, 1944. Ensayo.
  18. Dios en la poesía española. Madrid: Alhambra, 1944. Ensayo.
  19. La poesía ante la eternidad. Madrid: Alhambra, 1944. Ensayo.
  20. Vidas contra su espejo. Madrid: Alhambra, 1945. Novela.
  21. Aladino o la lámpara maravillosa. Madrid: Hesperia, 1945. Teatro.
  22. Ansia de la gracia. Madrid: Rialp, 1945. Poesía.
  23. Signo de amor. Granada: Vientos del sur, 1945. Poesía.
  24. Don Álvaro de Luna: biografía para niños. Madrid: Hesperia, 1945. Biografía.
  25. Prólogo (Óleo), 1947. Teatro.
  26. Sea la luz. Madrid: Mensaje, 1947. Poesía.
  27. Mi fin en el viento. Madrid: Rialp, 1947. Poesía.
  28. Mujer sin Edén. Madrid: Juna, 1947. Poesía.
  29. Cartas a Katherine Mansfield. Barcelona: Doncel, 1948. Novela.
  30. El Escorial: Una meditación más, 1948
  31. Mi libro de El Escorial: meditaciones. Valladolid: Universidad de Valladolid, 1949
  32. Una monja que escribe y aconseja: Sor María Jesus, 1949. Biografía.
  33. La humana realidad de unas criaturas increíbles: v. Madrid: Plenitud, 1949. Biografía.
  34. Enunciación, 1950. Teatro.
  35. En manos del silencio. Barcelona: José Janés, 1950. Novela.
  36. Iluminada tierra, 1951. Poesía.
  37. Canto a Amanda, 1951. Poesía.
  38. Mientras los hombres mueren. Milán: Cisalpino, 1952. Poesía.
  39. Belén: Auto de Navidad. Madrid: Enag, 1953. Teatro.
  40. Retablo de navidad, 1953
  41. Las oscuras raíces. Barcelona: Garbo, 1953. Novela.
    Ganadora del Premio Elisenda Montcada 1953
  42. Poesía femenina española viviente. Madrid: Arquero, 1954. Ensayo.
  43. Cobre. Madrid: Estades Artes Gráficas, 1954. Novela.
  44. Vivientes de los siglos, 1954. Poesía.
    Ganadora del Premio Internacional de Poesía Simón Bolivar 1954
  45. Empezando la vida: Memorias de mi infancia en Marr. Tetúan: Itimad, 1955. Biografía.
  46. Reunión de familia, 1956. Teatro.
  47. Historia del soldado, 1956
  48. El amor y la muerte de Calixto y Melibea: Refundic, 1956. Teatro.
  49. Réquiem por Cayetano, 1958. Poesía.
  50. Los monólogos de la hija, 1959. Poesía.
  51. El mundo de Cayetana, 1959
  52. Nada más que Caín. Murcia: Universidad de Murcia, 1960. Teatro.
  53. En un mundo de fugitivos. Buenos Aires: Losada, 1960. Poesía.
  54. Derribado arcángel, 1960. Poesía.
  55. En la tierra de nadie. Murcia: El laurel del Sudeste, 1960. Poesía.
  56. Requiem por el Dr. Luis Calandre. Madrid: Ágora, 1961. Poesía.
  57. A la estrella por la cometa. Barcelona: Doncel, 1961. Teatro.
    Ganadora del Premio Doncel 1961
  58. Los poemas del Mar Menor. Murcia: Universidad de Murcia, 1962. Poesía.
  59. Su voz le doy a la noche, 1962. Poesía.
  60. Jaguar puro inmarchito, 1963. Poesía.
  61. Acompañando a Francisca Sánchez: resumen de una vi. Managua: Mesa Redonda Panamericana, 1964. Biografía.
  62. ¡Viejo venis y florido...!: cuentos del Romancero. Alicante: Caja de Ahorros del sureste de España, 1965. Cuentos.
  63. Un pueblo que lucha y canta. Madrid: Editora Nacional, 1967
  64. Obra poética (1929-1966). Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1967. Poesía.
    Ganadora del Premio Nacional de Poesía 1967
  65. Teatro inútil (II). Murcia: Editora Regional de Murcia, 1968. Teatro.
  66. Tren de vuelta, 1968. Guión de televisión.
  67. Se espera una llamada, 1968. Guión de televisión.
  68. La perfecta ama de casa, 1968. Guión de televisión.
  69. Hablar a quien escucha, 1968. Guión de televisión.
  70. Un pájaro canta, 1968. Guión de televisión.
  71. Menéndez Pidal. Madrid: Epesa, 1969. Biografía.
  72. Cuando está escrito, 1969. Guión de televisión.
  73. El caballero de Olmedo, 1969. Guión de televisión.
  74. En familia, 1970. Guión de televisión.
  75. A este lado de la eternidad. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1970. Poesía.
  76. Gabriela Mistral. Madrid: Epesa, 1970. Biografía.
  77. Cuando se prefiere a un hijo, 1970. Guión de televisión.
  78. La boda, 1970. Guión de televisión.
  79. Siempre hay un niño, 1970. Guión de televisión.
  80. Teatro inútil (I). Murcia: Editora Regional de Murcia, 1971. Teatro.
  81. Teatro inútil (III). Murcia: Editora Regional de Murcia, 1971. Teatro.
  82. Cancionero de la enamorada. Ávila: Institución del Gran Duque de Alba, 1971. Poesía.
  83. La madre del hombre, 1974. Teatro.
  84. El caballito y la luna. Madrid: CVS, 1974. Cuento.
  85. Corrosión. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1975. Poesía.
  86. Cita con la vida. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1976. Poesía.
  87. Días por la tierra. Madrid: Editora Nacional, 1977. Poesía.
  88. La rambla. Madrid: Emesa, 1977. Novela.
  89. El tiempo es un río lentísimo de fuego. Barcelona: Ediciones 29, 1978. Poesía.
  90. Por la escuela renovada. Murcia: Universidad de Murcia, 1978. Ensayo.
  91. Cuentos del romancero. Barcelona: Ediciones 29, 1978. Cuentos.
  92. Una niña oye una voz. Madrid: Escuela Española, 1979
  93. Creció espesa la yerba. Barcelona: Planeta, 1979. Novela.
  94. Al encuentro de Santa Teresa, 1979. Biografía.
  95. Poesía ante el tiempo y la inmortalidad. Madrid: Real Academia Española (RAE), 1979. Discurso/Conferencia.
  96. Zoquetín y Martina. Barcelona: Ediciones 29, 1979. Cuentos.
  97. Un conejo soñador rompe con la tradición. Madrid: Escuela Española, 1979. Cuento.
  98. El mundo empieza fuera del mundo. Madrid: Escuela Española, 1979. Cuento.
  99. La noche oscura del cuerpo. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1980. Poesía.
  100. Soy la madre. Barcelona: Planeta, 1980. Novela.
    Ganadora del Premio Ateneo de Sevilla 1980
  101. Escritoras místicas españolas. Madrid: Editora Nacional, 1981. Ensayo.
  102. Doscientas recetas de cocina burgalesa. Burgos: Ayuntamiento de Burgos, 1981
  103. Llega un gato, 1981. Cuento.
  104. Teresa de Jesús y su divina pasión, 1982. Teatro.
  105. Desde nunca. Barcelona: Libros Río Nuevo, 1982. Poesía.
  106. Cuentos para niños de buena fe. Madrid: Escuela Española, 1982. Cuentos.
  107. Derramen su sangre las sombras. Madrid: Torremozas, 1983. Poesía.
  108. Brocal; y Poemas a María. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1984. Poesía.
  109. Del obligado dolor. Madrid: Almorabí, 1984. Poesía.
  110. Hermosos días en China. Madrid: Torremozas, 1985
  111. La calle de los balcones azules. Barcelona: Plaza y Janés, 1985. Novela.
  112. Cráter. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1985. Poesía.
  113. Canciones de nana y desvelo. Madrid: Susaeta Ediciones, S.A., 1985. Cuentos.
    Ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 1987
  114. Por el camino viendo sus orillas. Barcelona: Plaza y Janés, 1986. Biografía.
  115. Memoria puesta en olvido:Antología personal. Madrid: Torremozas, 1987. Poesía.
  116. Al aire: VII Poemas. Málaga: El Guadalhorce, 1987. Poesía.
  117. Centenito. Madrid: Escuela Española, 1987. Cuento.
  118. Palabra tuya..., una. Ansia de la gracia. Madrid: Torremozas, 1988
  119. Despertar. Madrid: Bruño, 1988. Cuento.
  120. Cantando el amanecer. Madrid: Escuela Española, 1988. Cuento.
  121. Madre ballena y otros cuentos. Madrid: Everest, 1989. Cuento.
  122. El pensamiento teoríco-práctico de los formadores. Barcelona: PPU, 1995. Ensayo.
BIBLIOGRAFÍA
  1. Rubio Paredes, José María. Obra juvenil de Carmen Conde. Madrid: Torremozas, 1990
  2. Ferris, José Luis. Carmen Conde:Vida, pasión y verso de una escritora olvidada. Madrid: Temas de Hoy, 2007. Biografía.
  3. Nalbone, Lisa. The Novels of Carmen Conde:Toward an Expression of Feminine Subjectivity. Newark: Juan de la Cuesta Hispanic Monographs, 2012. Ensayo.
http://escritoras.com/escritoras/Carmen-Conde
 
CONCHA ALÓS
{Valencia, 1928 - Barcelona, 2011}

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María Concepción Alós Domingo nació en Valencia en 1928, aunque pasó su infancia en Castellón de la Plana. Sus padres, Pilar Domingo pardo y Francisco Alós Tárrega formaban una familia de clase obrera; al estallar la guerra civil, los bombardeos sobre Castellón desestabilizan a la madre de Concha y el padre, republicano, traslada a la familia a Lorca, Murcia escapando de los franquistas. Allí pasan dificultades hasta que, acabada la guerra en 1939, regresan a Castellón a vivir con unos parientes ya que su casa estaba en ruinas.

En 1943 se casa con el periodista Eliseo Feijóo.

Este es trasladado a Palma de Mallorca y allí Concha estudia Magisterio, y luego trabaja como maestra en 1953 en dos pueblos mallorquines.

Queda finalista del Premio Sésamo con El agosto. Escribe El cerro del telégrafo en 1957 y gana un premio del periódico Lealtad de Palma de Mallorca, también, al año, queda finalista del Premio de Novela Ciudad de Palma con Cuando la luna cambia de color.

Dos años después, en 1959, separada de su marido, se traslada a Barcelona donde todavía reside.

Aparentemente en 1962 presentó la novela Los enanos, entonces titulada El sol y las bestias, al premio de Plaza y Janés, Selecciones de Lengua Española, Tomás Salvador, el director de Plaza y Janés le dijo que no podía publicarla por sus "tendencias socialistas". Concha presentó la novela al Planeta y ganó. En la ceremonia de entrega del premio Salvador montó un escandalo argumentando que tenía un contrato para publicar la obra. Al final se publicó en Plaza y Janés.

En 1964 ganó el Premio Planeta con Las hogueras. Estuvo unida sentimentalmente durante varios años con el escritor Baltasar Porcel.

OBRAS


  1. Cuando la luna cambia de color, 1958. Novela.
    Finalista del Premio Ciudad de Palma 0
  2. Los enanos. Barcelona: Plaza y Janés, 1962. Novela.
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  3. Los cien pájaros. Barcelona: Plaza y Janés, 1963. Novela.
  4. Las hogueras. Barcelona: Planeta, 1964. Novela.
    Ganadora del XIII Premio Planeta 1964
  5. El caballo rojo. Barcelona: Planeta, 1966. Novela.
  6. La madama. Barcelona: Plaza y Janés, 1969. Novela.
  7. Rey de Gatos. Narraciones antropófagas. Barcelona: Barral, 1972. Cuentos.
  8. Os habla Electra. Barcelona: Plaza y Janés, 1975. Novela.
  9. Argeo ha muerto, supongo. Barcelona: Plaza y Janés, 1982. Novela.
  10. El asesino de los sueños. Barcelona: Plaza y Janés, 1986. Novela.
http://escritoras.com/escritoras/Concha-Alos
 
Leonor de Aquitania, una adelantada a su época

Leonor de Aquitania, reina de Francia y de Inglaterra, impulsora de trovadores y literatura artúrica y madre de Ricardo Corazón de León, fue una mujer única en su tiempo.

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Palma Lagunilla


Leonor contrajo matrimonio en 1137 con Luis VII, quien había de ser nombrado rey de Francia. Quince años después consiguió la anulación de su boda, arguyendo el parentesco con su marido. Para gran escándalo de la corte, Leonor no dejó transcurrir mucho tiempo antes de anunciar que se casaba con Enrique de Plantagenet, el futuro rey de Inglaterra, bastante más joven que ella y del que se había enamorado locamente. Aquel enlace unió los vastos dominios franceses de Leonor a los que poseía el monarca inglés al otro lado del canal de la Mancha y a los que disfrutaba en Normandía, Maine y Anjou.

El reinado de Enrique II y Leonor de Aquitania influyó de manera decisiva en el desarrollo cultural y social de Europa. La pareja real propició cambios políticos y facilitó la reglamentación del sistema feudal. Aquel momento de esplendor del siglo XII transformó la rutina de la vida y expandió el comercio a lugares más lejanos. También fue el siglo que vio nacer la poesía de los trovadores, cuyas obras situaron a la mujer en el centro de la literatura occidental. Fue el momento en que había de cristalizar el ideal caballeresco y nacer la leyenda artúrica, cuyos mitos han llegado a nuestros días a través de novelas (El Quijote), películas (Ivanhoe) y óperas (Tristán e Isolda y Parsifal).

Una fuerte personalidad
La reina era una mujer tan sensual como apasionada, capaz de seducir a reyes y nobles. Su independencia y su tendencia a los placeres de la vida provocaron las críticas de los puritanos. Le atribuyeron numerosas relaciones extramatrimoniales, entre ellas una especialmente escandalosa con su tío Raimundo, cuando la reina acompañó a su marido francés, el rey Luis VII, a la II Cruzada. Los cronistas, todos hombres, la vilipendiaron calificándola de coqueta, libidinosa, orgullosa y diabólica. Lo cierto es que era una mujer culta e inteligente, muy adelantada a su tiempo.

Ajena a las injurias, Leonor de Aquitania puso gran empeño en impulsar la literatura artúrica y su colección de mitos: la fantástica ciudad de Camelot, el rey Arturo, la reina Ginebra, el mago Merlín, Lanzarote, Perceval (Parsifal en su versión alemana) y, por supuesto, los Caballeros de la Tabla Redonda.

Con aquella operación de marketing, la reina y el rey pretendieron legitimar su poder en Normandía e Inglaterra. El origen de la leyenda artúrica se sitúa en 1138, cuando el canónigo Godofredo de Monmouth escribió la Historia de los reyes de Bretaña. Muchos autores de la época se inspiraron en ese libro para crear sus propias novelas. Entre ellos, Chrétien de Troyes, quien narró la aventura de Perceval y su búsqueda del Santo Grial.

Pero la vida conyugal de la pareja real acabó por resentirse. Saber que su marido, Enrique II, tenía una amante, pudo inducir a Leonor a promover la rebelión de tres hijos del rey contra su padre, lo que le supuso la prisión. Sin embargo, a la muerte del rey, la reina recuperó la libertad y actuó como regente durante las frecuentes ausencias de su hijo, el rey Ricardo Corazón de León. Aquella poderosa e inteligente mujer falleció el 1 de abril de 1204, a la avanzadísima edad para la época de 82 años, en la abadía de Fontevraud, donde fue sepultada junto a su marido Enrique.

https://www.muyhistoria.es/edad-med...itania-una-adelantada-a-su-epoca-881447237319
 
Última edición:
NANSEN, MAESTRO DE LA EXPLORACIÓN POLAR – Javier Cacho
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Con este libro, el científico Javier Cacho completa una trilogía polar, tras publicar la aventura de Shackleton en la Antártida y la competición Scott/Amundsen en la conquista del Polo Sur. En realidad, debería haber publicado primero éste, si nos atenemos a la cronología: Nansen fue el pionero y el mentor; nació antes que los otros tres personajes, comenzó antes las exploraciones, y sus hallazgos e ideas sirvieron de guía a muchos otros, principalmente a Amundsen.

Pero lo interesante del libro de Cacho, que aborda la vida completa de Fridtjof Nansen (1861-1930), no son sólo sus aventuras árticas, sino su completa trayectoria vital, de lo más variada y prolífica. Se comprende, leyéndolo, que este personaje fuera atractivo y admirado por gran parte del público, y en especial, del femenino, ante el que ejercía una influencia aplastante, al parecer. Tenía una buena fachada, alto y de fuerte complexión, trato afable, dominando varios idiomas, y un esquiador más que notable. Deportista, explorador, investigador, estadista y benefactor humanitario… ¿Qué más se puede pedir?

Ilustrado con ocho páginas de fotografías y mapas, el libro comienza la primera de sus seis partes con la descripción de la familia, infancia y carácter del personaje que más tarde protagonizaría horas memorables. Años de estudio y deporte, de trabajo investigador en la universidad, pero años, también, de pasión contenida por la aventura. Sus primeros trabajos de investigación se desarrollaron en el campo de la neurología, curiosamente, aunque estudiaba zoología; su primer viaje por el Ártico a bordo del Viking (un barco de cazadores de focas) lo realizó en 1882, por aguas groenlandesas.

Después vendrá la parte donde narra la travesía cruzando Groenlandia de Este a Oeste en 1888. Fue una expedición extremadamente extenuante, que recorrió 500 km., ascendiendo a más de 2.700 metros, entre grietas peligrosas, con temperaturas que bajaban a menos 45°C. Seis hombres cruzando el hielo del interior de Groenlandia, que varios expertos pensaban que no tenía hielo, por lo que esta expedición amplió el conocimiento que se tenía de la zona… que era muy pequeño. Su retorno victorioso fue aclamado en su país.

A su vuelta decidió su boda con Eva Sars, de temperamento artístico y musical. En mayo de 1887 hizo su debut como cantante de ópera. También era una notable esquiadora. Eva y Fridtjof Nansen se comprometieron en agosto de 1889 y se casaron en septiembre.

Tras la expedición a Groenlandia, su interés por viajar hacia el polo Norte se acrecienta, a pesar del temor de su esposa, a quien, recién casada, no le parecía muy oportuno ser abandonada por un tiempo indefinido y la posibilidad de enviudar tan pronto. En realidad, lo que le interesa a Nansen, como científico, es poder probar una teoría: la existencia de una corriente marina bajo la banquisa polar ártica, que circularía desde las islas de Nueva Siberia hacia Groenlandia cruzando por el Polo Norte.

Finalmente se embarca en el famoso buque Fram, construido especialmente para soportar la presión de los hielos, y llega, por el efecto de las corrientes a una latitud muy cercana al Polo, pero la misma deriva le hace ver que a partir de ese punto la dirección Oeste es la que predomina. Así que, le entra el gusanillo de intentar llegar o acercarse lo más posible al Polo, pero para no arriesgar la vida de su tripulación y proseguir con la investigación oceanográfica inicial, intenta llegar en solitario…o mejor, acompañado de una persona: Fredrik Johansen.

Desde el momento que se separan del barco, que seguirá su derrota marina, el libro sigue la conmovedora aventura de Nansen y Johansen hasta que éstos, agotadas las posibilidades de llegar al Polo, deciden regresar. El 8 de abril de 1895, registraron su posición más al norte en 86 ° 10’N, un nuevo récord, iniciando el retorno hacia el sur. Tras múltiples incidencias y sufrimientos, los dos hombres pasan el invierno en la Tierra de Francisco José y, gracias al feliz y casual encuentro con la expedición británica de Frederick Jackson, consiguieron regresar a Noruega, en agosto de 1896.

Finalmente coincidirán, con una diferencia de pocos días, el retorno del Fram y el de los dos exploradores solitarios. La narración de todas estas aventuras es interesantísima y emocionante.

Aclamado en su país y alcanzada fama internacional, su ansia exploradora se tranquiliza un poco, presionado asimismo por la familia: su hija Liv le conoció cuando contaba tres años, ya que su padre partió poco tiempo después de que Eva diera a luz. Y también presionado por la política de su país, que vivía días turbulentos, tratando de independizarse de Suecia. Le fueron encargadas labores de diplomacia, que cumplía muy bien; al conseguirse la independencia de Noruega fue nombrado embajador en Londres. Por esa época le buscó Shackleton para pedirle consejo mientras preparaba su expedición a la Antártida con el Endurance. Mientras tanto, su familia iba creciendo hasta llegar a tener cinco hijos. Y las tensiones entre Eva y Fridtjof, a causa de la afición de éste a las compañías femeninas y las largas separaciones por razones de trabajo fueron numerosas y tuvieron sus altibajos, pero se recuperaron finalmente.

Sin embargo, en 1907, su esposa Eva enfermó gravemente y murió con 49 años, mientras Nansen estaba en Londres. El entonces embajador recibió un golpe del que tardó mucho tiempo en recuperarse, quedando fuertemente afectado y afligido.

El tiempo y su nueva dedicación a la ciencia, en este caso la oceanografía y zoología marina, fueron curando las heridas de esta drástica separación, aún en una edad en la que su capacidad de trabajo y rendimiento era muy grande.

Tuvo entrevistas con Amundsen y con Scott. Amundsen, tras su aventura cruzando el Paso del Noroeste, le pidió su apoyo para conseguir el Fram e intentar llegar al Polo Norte (aunque luego cambió de opinión y se fue al Sur). Esto supuso para Nansen otra decepción, y olvidarse ya de aventuras polares y abrir la puerta a generaciones posteriores, a los que brindó siempre ayuda y consejo.

Otra desgracia familiar, en 1913 le propinó nuevo golpe emocional: su hijo Asmund, murió con apenas diez años de una meningitis tuberculosa.

A partir de la I Guerra Mundial, la actividad de Nansen se volcará en una continua dedicación a labores diplomáticas, en la Sociedad de Naciones, en torno al problema de los prisioneros de guerra, después a los refugiados rusos que inundaban Europa huyendo de los bolcheviques, más adelante los refugiados griegos expulsados de la Turquía de Ataturk, y otras múltiples causas que, por desgracia, nunca faltan. Ideó el llamado “pasaporte Nansen” con el que los refugiados podrían tener una identidad y moverse por Europa, trabajar o encontrar a sus familiares, siendo el propio Nansen la garantía y respaldo.

Por todo ello, que sumado a sus innumerables gestiones diplomáticas de sus años más jóvenes, finalmente en 1922 se le concedió el Premio Nobel de la Paz. Falleció a los 68 años, sin haber dejado de participar en todo tipo de iniciativas en pro de las víctimas de la guerra.

El texto de Javier Cacho es amenísimo, como en los dos libros anteriores, interesante por su información histórica, política, social y científica, destacando por la sencillez de su lenguaje y su comprensión de la psicología del personaje, mostrándolo con facilidad al público lector, al que se le hace la lectura un verdadero placer. Cacho es un magnífico divulgador, gran conocedor del tema polar y de las investigaciones científicas relacionadas con ello, de modo que puede explicar todos los detalles con claridad y distinción.

Ariodante

NANSEN, MAESTRO DE LA EXPLORACIÓN POLAR
JAVIER CACHO
Ed. Fórcola, 2017
http://www.hislibris.com/nansen-maestro-de-la-exploracion-polar-javier-cacho/
 
Robert the Bruce, el auténtico Braveheart

Robert I, de la casa Bruce, llegó a rey de Escocia en 1306 tras rebelarse contra Eduardo I de Inglaterra. El apodo de ‘Braveheart’ se le atribuye a él y no a William Wallace.
Producción: Adriana Toca/ Textos: Daniel Delgado





Si en Escocia se habla de Robert the Bruce es como si habláramos de Alfonso X en España o de Bolívaren Latinoamérica. Su presencia es el comienzo de gran parte de la historia de esos países y eso les ha convertido en un símbolo muy potente. Robert the Bruce, ‘king of scots’, es uno de esos héroes legendarios de los que su pueblo no se cansa de hablar nunca.

Nacido en una de las familias más poderosas de Escocia y con antiguas pretensiones al trono, su padre y él se opusieron al nombramiento de John Baliol y lucharon junto a Eduardo I de Inglaterra para deponerle del trono. Con lo que no contaban es con que el rey inglés aprovecharía su poderío militar para extender su dominio a la zona norte de las islas. Aunque la casa Bruce le había jurado lealtad en 1296, el joven e impetuoso Robert acabó por unirse a la rebelión que estaba surgiendo de manos de William Wallace y fue nombrado Guardián de Escocia en 1298.

La derrota de los escoceses y la muerte de Wallace implantaron en Robert the Bruce la idea de que debían romper con el dominio inglés de una vez por todas y decidió lanzar una nueva ofensiva. Intentó reclutar a John Cormyn, el otro candidato al trono y enemigo acérrimo de Bruce. Se reunieron en el monasterio de Greyfriars y, ante la negativa de Cormyn de colaborar, le asesinó y huyó. Esta decisión le valió la excomulgación y el ser declarado proscrito por Eduardo I.

Desde ese momento, la vida de Robert the Bruce se convirtió en una carrera por ganar apoyos y sobrevivir a los ataques de ingleses y escoceses por igual. En marzo de 1306 fue coronado oficialmente como rey de los escoceses, aunque no poseía un reino que gobernar y le costaría un alto precio ganarlo. Su guerra comenzó con varias derrotas graves en las que sus tropas fueron emboscadas y masacradas, por lo que decidió romper con las reglas de caballería y utilizar técnicas más propias de una guerrilla para hostigar a los ingleses. Se podrían destacar las batallas de Methven, Glen Trool y Loudoun Hill; aunque en la que finalmente consiguió su victoria definitiva fue en la de los campos de Bannockburn, donde derrotó a Eduardo II y ganó un reino propio.

Robert I gobernaría hasta su muerte en 1329 por, se cree, secuelas derivadas de afecciones como la lepra o el sífilis. Debido a que había sido excomulgado, creía que su alma no podría encontrar reposo y le pidió a su fiel amigo Douglas el Negro que llevara su corazón hasta Tierra Santa para enterrarlo en el Santo Sepulcro. Sin embargo, Douglas moriría en su viaje y el corazón del rey sería devuelto a Escociapara enterrarlo en la Abadía de Melrose.

El rey proscrito’ (2018) se centra precisamente en el renacer de la rebelión de Robert the Bruce y sus primeros pasos hacia la corona (siendo precisos, la película narra hasta su primera gran victoria en Loudoun Hill). Aunque existen algunas irregularidades históricas añadidas con el único fin de hacer más interesante la trama, la película se aproxima bastante a los hechos reales y la ambientación es muy correcta e inmersiva. Sirve para dar visibilidad y eco a una interesante historia que extenderá la imagen de Robert the Bruce al resto del mundo, con el hacha en mano y su león rojo como enseña, rugiendo y lanzándose a la batalla.
https://www.muyhistoria.es/edad-media/video/robert-the-bruce-el-autentico-braveheart
 
HUELLAS – Richard Holmes
Publicado por Rodrigo | Visto 4726 veces



Después de terminar su biografía de Shelley, Richard Holmes viajó en 1974 a París con la intención de escribir una novela. Al parecer la intención no prosperó, en cambio tuvo más provecho el que Holmes se dedicara a rodar por las calles de la capital francesa al estilo del ‘flâneur’, el paseante sin rumbo que todo lo observa y a la expectativa se entrega, abierto a lo que le salga al paso. Esta disposición anímica precipitó una concatenación de circunstancias que desembocaría en lo que mejor se le da al escritor inglés: la biografía. Transmutadas en material literario, cada una de las etapas del trayecto –desde el libre deambular hasta la inmersión en la pesquisa biográfica- es en sí misma una experiencia estimulante, pletórica de sentido, un venero de impresiones y reflexiones que en manos inhábiles, a la hora de plasmarlas en papel, cobrarían una forma dispersa e incoherente, colorida quizás pero caótica e inasible en su informidad (propia del “irse por las ramas”). Holmes, por el contrario, hilvana sus materiales con tan buen hacer que consuma el propósito de todo artífice: la desaparición de la técnica tras la creación, revistiendo con los ropajes de lo natural y sencillo lo que sin duda es fruto de un proceso de esmerada elaboración. Plasma pues Holmes el encadenamiento de incidencias, que lo lleva del pasear al interesarse por los inicios de la fotografía en el París decimonónico (dos exposiciones lo animan a ello), concentrándose luego en uno de los pioneros del arte fotográfico, el célebre Nadar (nacido Gaspard-Félix Tournachon), a quien debemos buena parte del registro visual que tenemos del mundo artístico de la época: retratos de Gautier, Baudelaire, Doré, Sarah Bernhardt, Nerval y Julio Verne, entre muchos otros. Los de Baudelaire captan en primer lugar la atención preferente de Holmes (que a estas alturas es cada vez menos un paseante y cada vez más el estudioso del romanticismo), pero quien lo cautiva definitivamente es Nerval. Entretanto, nuestro autor descubre algunas cosas sobre el arte de la biografía, su naturaleza y procedimientos, de las que deja debida constancia. Actívanse en él el deseo y el celo profesionales, como al azar aguijoneados por uno de los grandes capítulos del romanticismo literario: la dramática trayectoria vital de Gérard de Nerval, figura emblemática de la vertiente francesa del movimiento, muerto por su***dio. De tal suerte, Holmes se ha volcado una vez más al oficio de biógrafo, cuyas armas está en camino de dominar aunque es más bien este oficio, profesión y obsesión a un tiempo, lo que ejerce dominio sobre él.

Huellas (‘Footsteps: Adventures of a Romantic Biographer’, 1985) es un libro híbrido que recorre diversos senderos y traspasa fronteras de género, desentendiéndose de encasillamientos y esquemas al uso. Concurren en sus páginas la biografía, la crónica de viajes, la autobiografía y el ensayo, enfocado este en el propio arte de la biografía. Cada uno de sus cuatro capítulos remite a sendas etapas en la carrera literaria de Holmes, desde que se le revelara su vocación de autor de biografías, en 1964 –joven y a poco de culminar sus estudios universitarios- hasta doce años después, cuando se pone tras los pasos de Nerval. En cada tramo de este itinerario, que tiene tanto de profesional como de vital y espiritual, tenemos al autor abocado a la indagación y examen de episodios cruciales en la vida de cuatro escritores famosos: Stevenson, Mary Wollstonecraft, Shelley y Nerval. Todo en el libro, es más: todo el libro evoca la idea de trayecto, que a su vez conecta con la de proceso. Tan pronto seguimos la estela de uno de los biografiados como atestiguamos la andadura del propio biógrafo, que de tanto en tanto levanta la mirada y la posa sobre el hecho de viajar o, sobre todo, al de aplicarse al oficio de la biografía. Huellas progresa en parte a la manera de una “biografía en marcha”, dando cuenta del proceso de indagación y escritura. (Imposible no tener en mente un libro como Soldados de Salamina, de Javier Cercas, o la espléndida obra de Rosa Sala Rose y Plàcid García-Planas sobre César González-Ruano, El marqués y la esvástica.) No podía Holmes imaginar un mejor título, investido como está de la más cabal polivalencia, representativo por tanto de la índole poliédrica del libro: todo él consta en efecto de huellas, de punta a cabo se compone de pistas y testimonios en torno a un puñado de vidas –Stevenson y los otros- pero también las que dejan en el autor la experiencia de examinar estas vidas, configurando sobre la marcha una suerte de ciclo vital y profesional que comienza en el ejercicio juvenil de replicar –a pie y acompañado de un asno- el viaje que hiciera Robert Louis Stevenson por la región francesa de Las Cevenas, en 1878 –a pie y en compañía de un asno, precisamente-, y acaba en el aludido viaje de Holmes al París setentero, ya no tras los pasos de un escritor del siglo XIX sino empeñado en abrirse camino él mismo en los terrenos de la narrativa de ficción.

De lo anterior se desprende que los modos y las formas adquieren una especial relevancia en la apreciación del libro, al que el autor ha infundido de sentidos o planos de significado complementarios, fusionándolos con tal destreza que el conjunto produce la impresión de un artificio redondo y acabado. Ameno, emocionante e ilustrativo, además. Huellas está a la altura de cuatro vidas holgadamente interesantes, no sólo por tratarse de escritores reputados sino también por su carga dramática, y en ocasiones por proyectarse sobre un agitado telón de fondo histórico: la Revolución Francesa, en el caso de Mary Wollstonecraft. (Otro insigne autor de biografías, Henri Troyat, abría su libro sobre Dostoievski contrastando a los literatos cuyas vidas transcurren en la apacibilidad y la inopia de acontecimientos con aquellas que hacen las delicias del investigador al estar surcadas de vicisitudes dramáticas: el caso justamente de Dostoievski, o el de Tolstói, que inspiraron dos de las mejores obras de Troyat. En Huellas ocurre otro tanto.) Stevenson, a la edad de 27 años, desde siempre delicado de salud y habiendo tanteado algunas primerizas incursiones en la literatura, realizó la referida travesía pedestre por Las Cevenas, fiel a su vena viajera y animado por el ansia de aplacar ciertas inquietudes sobre sí mismo y su vocación literaria. El libro resultante de la experiencia es muy popular en el Reino Unido y ha incitado a jóvenes británicos de sucesivas generaciones a reproducir el viaje, tal como hiciera Richard Holmes en 1964. Mary Wollstonecraft, por su parte, se dirigió al París revolucionario en diciembre de 1792, a objeto de redactar un reportaje sobre la situación política y social. La estancia, que debía durar semanas, se prolongó por dos años e incluyó un período de encarcelamiento a manos de los jacobinos y el riesgo de ser guillotinada. La iniciativa de hurgar en este episodio derivó de una estancia de Holmes en la capital francesa cuando los disturbios de mayo del 68, ese conato de revolución: siempre operando alguna forma de paralelismo inspirador, a lo largo del libro. (En ambos casos, el de Wollstonecraft y el de nuestro autor, ardió por breve tiempo la lumbre de unas expectativas que acabaron frustradas.)

El capítulo de Shelley tiene por base el viaje que Holmes realizó a Italia en 1972, rastreando la trashumancia itálica del poeta en compañía de su esposa, Mary Godwin (hija de Mary Wollstonecrft) y de Claire Clermont, hermanastra de Mary con la que Shelley pudo tener un amorío. (Este es quizás el apartado más flojo del libro; al menos este reseñador no ha enganchado con la historia del posible triángulo amoroso y los pormenores adyacentes.) Finalmente, Nerval, en un capítulo arriba esbozado y cuya nervadura la proporcionan los tormentos morales que atenazaban el alma del poeta y sus crisis de locura, que lo obligaban a recluirse de tanto en tanto en clínicas siquiátricas. Entrelazados con las semblanzas y con el desarrollo de las respectivas pesquisas despuntan sendos comentarios acerca del arte de la biografía, sus posibilidades y dificultades, incluyendo el ineludible dilema que con seguridad han debido enfrentar todos quienes han rastreado la vida y los rasgos de una persona a fin de trazar su retrato: el de la identificación con el biografiado. ¿identificarse con él o mantener una prudente distancia? Para Holmes es fundamental la creación de una relación ficticia entre biógrafo y biografiado, un constante diálogo imaginario que involucre el cuestionamiento de acciones, motivos y consecuencias, proceso que en su primera fase entraña un grado variable pero cierto de identificación con el biografiado. Si este es del tipo heroico o cuanto menos un modelo razonablemente positivo, se preguntará el lector, los riesgos de distorsión no sean acaso tan graves; como fuere, Holmes sostiene que «el verdadero proceso biográfico empieza en el momento, en los lugares, en que esa forma ingenua de amor y de identificación [con el camino y la vida del biografiado] se viene abajo. El momento de desilusión personal es el momento de reconstrucción impersonal y objetiva». Por inevitable que sea el quedar atrapado en la red emocional que dimana de la vida y la persona del biografiado, el investigador debe romper el encantamiento.

Huellas tiene en general muchísimos puntos altos y es admirable por su peculiar construcción, por la variedad y riqueza de sus reflexiones y por la agudeza que guía los pasos de Holmes en su cometido de recrear vidas o episodios memorables. Un libro precioso.

– Richard Holmes, Huellas. Tras los pasos de los románticos. Turner, Madrid, 2016. 347 pp.

http://www.hislibris.com/huellas-richard-holmes/
 
Carl María von Weber


Nacimiento 18 de noviembre de 1786
ciudad de Eutin,
distrito de Holstein,
estado Schleswig-Holstein,
Alemania
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Fallecimiento 5 de junio de 1826 (39 años)
ciudad de Londres,
país de Inglaterra,
Reino Unido
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Causa de la muerte tuberculosis
Nacionalidad alemana
Ocupación Compositor, pianista y director de orquesta
Obras destacadas El cazador furtivo. Berlín (1821), Euryanthe. Viena (1823) y Oberón (ópera). Londres (1826).
Carl María von Weber (Eutin, 18 de noviembre de 1786 - Londres, 5 de junio de 1826) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán, uno de los creadores del movimiento romántico musical alemán. Puede considerarse ―después de Mozart y de Beethoven― como el fundador del drama popular alemán, con sus óperas y su treintena de obras de música de escena.

Sumario
[1 Síntesis biográfica
Síntesis biográfica
Nació el 18 de noviembre 1786, en Eutin, cerca de LübeckAlemania, en un ambiente musical –su padre era violinista y maestro de capilla en Eutin, y su madre, una buena cantante–, Weber fue un niño prodigio que a los doce años de edad dio a conocer sus primeras obras. Acompañó a su padre, director de una compañía teatral, en sus giras por Alemania, esto lo marcó para su futuro como músico.

En Salzburgo (Austria) tuvo como profesor al compositor Michael Haydn (hermano de Joseph Haydn). En Viena(Austria) su profesor fue el abate Vogler.

A la edad de 13 años, Weber debutó como pianista, y a la edad de 18 años se presentó como director con la Ópera de Breslau (actual Wrocław, en Polonia) y después de la música de cámara ducal en Karlsruhe. En 1810 escribió su primera obra dramática: Silvana. Posteriormente trabajó para la nobleza alemana, dirigiendo la Ópera de Praga (a la que dio un nuevo impulso) donde montó el Fidelio de Bethoven y a partir de 1816 fue llamado para organizar y dirigir por cuenta del Rey de Sajona, la Ópera de Dresde, famoso centro del repertorio italiano. Asimismo realizó numerosas giras como pianista.

Caracteristicas de su obra
Partiendo del tradicional esquema del singspiel, caracterizado por la alternancia de partes cantadas y declamadas, el compositor consiguió una partitura en la que las danzas y coros de inspiración popular, al empapar toda la acción dramática, constituían la verdadera esencia de la música.

Entre las innovaciones musicales de Weber cabe citar el empleo de leitmotiv, de la declamación melódica, del comentario descriptivo y pintoresco confiado a la orquesta y de recitativos cantados (como en Euryanthe) en lugar del habitual diálogo hablado de la ópera alemana. Weber fue muy admirado por su brillante colorido orquestal. Romántico, gusta de describir la naturaleza en todo lo que presenta de fantástico. Las oberturas de su obra siguen siendo célebres. Es importante destacar su invitación al vals, las sonatas y diversas piezas para piano (fue un gran virtuoso de este instrumento), sus lieder, su misa, sus dos sinfonías, sus numerosas obras de música instrumental, su obertura jubel, sus cantatas y sus piezas para clarinete.

Obra

Carl von Weber.
La fama de Weber se debe principalmente a tres óperas:

Con El cazador furtivo, basada en el folclore nacional alemán y en una combinación de elementos legendarios y sobrenaturales, Weber creó la Escuela romántica de ópera alemana, fue esta la obra que le valió ser considerado el padre de la ópera nacional alemana. La ópera Oberón, que fue un encargo para el Covent Garden de Londres con un libreto inglés, obligó a Weber a estudiar esta lengua. Consciente del valor de su obra, Weber siguió la senda abierta en El cazador furtivo en su siguiente trabajo escénico, Euryanthe, una «gran ópera heroico-romántica» que, pese a no despertar el interés del público, ejerció una influencia decisiva en la evolución del joven Richard Wagner.

Influencia
Ejerció una especial influencia sobre el compositor alemán Richard Wagner, quien llegó a afirmar que jamás había existido un músico más alemán que Weber, autor asimismo de 2 sinfonías, canciones, 2 conciertos para piano, cantatas, misas y música para piano, como la famosa Invitación a la danza (1819). Sus dos conciertos para clarinete(ambos de 1811) son piezas obligadas en el repertorio de este instrumento.

Muerte
La tuberculosis puso fin a su vida prematuramente en Londres el 5 de junio de 1826, poco tiempo después de estrenar la Ópera Oberón.

Fuente
 
MEMORIAS ULYSSES S. GRANT. 1ª PARTE LA GUERRA DE MÉXICO (1846-1848) – Ulysses S. Grant
Publicado por David L | Visto 597 veces



Las memorias del general más famoso de la Guerra de Secesión americana (1861-1865) tuvieron en Ulysses S. Grant a su principal protagonista, un alumno de la mítica academia militar de West Point que alcanzaría las más altas cotas de prestigio como soldado y posteriormente como político al llegar a ser el 18º Presidente de los EEUU. Una figura destacadísima para una gran parte de la ciudadanía norteamericana y para la historia de los Estados Unidos de América en su conjunto. Un hombre con sus fortalezas y sus debilidades transcritas sobre el papel en estas extraordinarias memorias. En esta inicial publicación se abarcará sus primeros años de andadura, desde su nacimiento hasta la parte dedicada a la guerra de México (1846-1848), que será el eje central de la misma. Posteriormente la editorial HRM ediciones publicará dos volúmenes adicionales en la cual la Guerra de Secesión será la gran protagonista.

Ulysses S. Grant se decidió a escribir sus memorias acuciado por sus deudas en los estertores de su vida, fallecería apenas una semana después de terminar dichas memorias, por lo que podríamos prever que en cierta manera fue una situación forzosa y que este hecho podría afectar a la calidad de sus escritos, pero nada más alejado de la realidad, sus palabras son una fuente de erudición y de reflexiones sobre una vida difícil de igualar. Como aspecto curioso, destacar que su editor fue el famoso escritor Mark Twain, otro ilustre personaje; él fue la persona que convenció al general Ulysses S. Grant a decidirse a escribir sus memorias.

¿Qué podemos encontrar en estas memorias de tan prestigioso militar? Lo primero de todo resaltaría su sinceridad y claridad en el relato, no estamos ante unos escritos plagados de palabrería pretenciosa como hemos podido comprobar en un sinfín de memorias personales, no hay deseo manifiesto de ocultar la realidad; tal vez su mayor virtud sea la de mostrarse demasiado franco. En este volumen inicial conoceremos más de cerca la personalidad de Grant, podremos descubrir cómo fue su formación y cómo influyó la guerra de México en su posterior desarrollo de su vida. Su manera de entender la milicia, sus más destacados aprendizajes sobre el terreno a la hora de dirigir una contienda y su puesta en marcha sobre el mismo campo de batalla son brillantemente expuestos en este volumen. Además, hay otro gran aspecto de esta primera parte de las memorias, la participación en la guerra con México que le dio la oportunidad de percibir la personalidad de muchos de sus compañeros de armas que en un día no tan lejano se encontrarían en el otro lado de las trincheras; muy a destacar también es la descripción que lleva a cabo sobre muchos de ellos y, por supuesto, todos pensamos en su gran rival en la Guerra de Secesión que no fue otro que el general Lee. Las apreciaciones de sus futuros enemigos estuvieron condicionadas precisamente por ese conocimiento tan detallado de sus colegas de campaña durante el transcurso de la guerra de México. Una lección de honestidad se nos muestra ya desde las primeras líneas, su frontal oposición a la guerra de México conflicto que consideró injusto, y una demostración de abuso que hacía recordar a las monarquías europeas imperialistas tal y como el propio Grant menciona. Reconozco que esta consideración fue un punto de favor hacia la figura de Ulysses S. Grant, creo que es un hecho que le honra y que nos demuestra el tipo de personaje que descubriremos a lo largo y ancho de sus memorias. Curioso es también su revelación sobre el poco encanto que para él tenía la vida militar, tal vez este aspecto de su personalidad aunque parezca contradictorio, le dio ese aura de profesionalidad alejado de cualquier apasionamiento. Sus deseos andaban más encaminados a la enseñanza como docente, de ahí seguramente la claridad expositiva cuando nos ilustra con un detallado análisis cómo fue la colonización norteamericana de Texas y su ulterior desarrollo, suceso que que terminaría con la intervención militar de los EEUU.

Entrando ya en la descripción de la guerra en sí, es de destacar que su narración sobresale por un estilo ágil y ameno, Grant se centra sobre todo en los lugares en los que él fue participe ofreciéndonos una pormenorizada descripción de las acciones bélicas. Puede parecer repetitivo, pero hay en todo el relato una sensación plasmada en sus escritos de culpabilidad, de cierta condescendencia con el enemigo a pesar de la guerra y todos sus aspectos crueles inherentes a la misma. Grant nos presenta una guerra de México con un gran componente político y, derivado de ello, una ambición desmesurada de la clase política norteamericana que afectó de lleno al transcurrir de la misma. Los propios altos mandos del ejército de invasión estuvieron envueltos en una batalla política que podía afectar a la elección del próximo Presidente de los EEUU, siendo alguno de estos aspirantes a la presidencia algo que el propio Grant lamenta en cierta manera. Guerra de conquista, final exitoso, objetivo político, un guión ineludible para comprender esta innoble guerra según Ulysses S. Grant. De sumo interés es también conocer su vida como soldado de ocupación, su relato sobre la sociedad mexicana es todo un estudio sociológico digno de admiración. Las últimas páginas de este volumen nos muestran al militar más político, siendo estas un buen indicador de por qué llegó a ser Presidente de los EEUU, sus comentarios sobre la política interior norteamericana son sumamente jugosos, hay una clara posición ideológica que marcaría su paso por el ejército y su devenir posterior en su carrera en la política.

Sin duda, este primer volumen es esencial para indagar de pleno en la personalidad de Ulysses S. Grant. La propia presencia en la guerra de México sería determinante para sus futuros planteamientos, tanto en el campo de la estrategia militar como en el de la dura vida política. Sin conocer sus inicios en la vida militar no se podrá entender su personalidad ni su filosofía castrense en la Guerra de Secesión. Estamos sin lugar a dudas, ante el comienzo de unas encomiables memorias de guerra.
http://www.hislibris.com/memorias-u...a-guerra-de-mexico-1846-1848-ulysses-s-grant/
 
Virginia Woolf

(Adeline Virginia Stephen; Londres, Reino Unido, 1882 - Lewes, id., 1941)
Escritora británica.
El nombre de Virginia Woolf figura junto con el de James Joyce, Thomas Mann o Franz Kafka entre los grandes renovadores de la novela moderna. Experimentando con la estructura temporal y espacial de la narración, perfeccionó en sus novelas el monólogo interior, procedimiento por el que se intenta representar los pensamientos de un personaje en su forma primigenia, en su fluir inconsciente, tal y como surgen en la mente. Algunas de sus obras más famosas, como La señora Dalloway (1925), Al faro (1927) o Las olas (1931), ejemplifican este recurso mediante un poderoso lenguaje narrativo en el que se equilibran perfectamente el mundo racional y el irracional.

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Virginia Woolf

Woolf fue además pionera en la reflexión sobre la condición de la mujer, la identidad femenina y las relaciones de la mujer con el arte y la literatura, que desarrolló en algunos de sus ensayos; entre ellos, destaca por la repercusión que posteriormente tendría para el feminismo Una habitación propia (1932). No sólo abordó este tema en los ensayos, sino que también lo hizo en novelas como la inquietante y misteriosa Orlando (1928), en la que se difuminan las diferencias entre la condición masculina y la femenina encarnadas en el protagonista, un aristócrata dotado de la facultad de transformarse en mujer.

Hija de sir Leslie Stephen, distinguido crítico e historiador, Virginia Woolf creció en un ambiente frecuentado por literatos, artistas e intelectuales. Tras el fallecimiento de su padre, en 1905, se estableció con su hermana Vanessa -pintora que se casaría con el crítico Clive Bell- y sus dos hermanos en el barrio londinense de Bloomsbury, que se convirtió en centro de reunión de antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que figuraban intelectuales de la talla del escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, y que sería conocido como el grupo de Bloomsbury. Elementos comunes de esta heterogénea elite intelectual fueron la búsqueda del conocimiento y del placer estético entendidos como la tarea más elevada a que debe tender el individuo, así como un anticonformismo político y moral.

En 1912, cuando contaba treinta años, se casó con Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo, con quien fundó en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot o Sigmund Freud. Sus primeras novelas, Viaje de ida y Noche y día, ponen ya de manifiesto la intención de la escritora de romper los moldes narrativos heredados de la novelística inglesa anterior, en especial la subordinación de personajes y acciones al argumento general de la novela, así como las descripciones de ambientes y personajes tradicionales; sin embargo, estos primeros títulos apenas merecieron consideración por parte de la crítica.

Sólo con la publicación de La señora Dalloway y Alfaro comenzaron a elogiar los críticos su originalidad literaria. En estas obras llaman ya la atención la maestría técnica y el afán experimental de la autora, quien introducía además en la prosa novelística un estilo y unas imágenes hasta entonces más propios de la poesía. Desaparecidas la acción y la intriga, sus narraciones se esfuerzan por captar la vida cambiante e inasible de la conciencia.

Influida por la filosofía de Henri Bergson, experimentó con especial interés con el tiempo narrativo, tanto en su aspecto individual, en el flujo de variaciones en la conciencia del personaje, como en su relación con el tiempo histórico y colectivo. Así, Orlando constituye una fantasía libre, basada en algunos pasajes de la vida de su amiga y también escritora Vita Sackville-West, en que la protagonista vive cinco siglos de la historia inglesa. En Las olas presenta el «flujo de conciencia» de seis personajes distintos, es decir, la corriente preconsciente de ideas tal como aparece en la mente, a diferencia del lógico y bien trabado monólogo tradicional.

Virginia Woolf escribió también una serie de ensayos que giraban en torno de la condición de la mujer, en los que destacó la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora, como en Una habitación propia. Destacó a su vez como crítica literaria, y fue autora de dos biografías: una divertida recreación de la vida de los Browning a través de los ojos de su perro (Flush) y otra sobre el crítico Robert Fry (Fry). En uno de los accesos de una enfermedad mental que había obligado a ingresarla en varias ocasiones a lo largo de su vida, el 28 de marzo de 1941 desapareció de su casa de campo, hasta que días después su cuerpo fue hallado en el río Ouse.
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/woolf.htm
 
VIDA Y OBRA DE UN PIONERO DEL CINE – Georges Méliès
Publicado por Balbo | Visto 3766 veces

Las películas tienen el poder de capturar los sueños.

Los franceses, como cualquier pueblo de la Tierra, tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, pero en honor a ellos hay que señalar que tienen un gusto exquisito para la conservación y difusión de su cultura. Con mucho mimo y dedicación conservan los lugares donde habitó alguna de sus celebridades, a la vez que llenan sus ciudades con cientos de placas que señalar al turista avisado sobre qué ocurrió en aquel lugar o quién vivió allí. Baste solo con acudir a París para comprobarlo. Y es en la capital de Francia, en la Ciudad de la Luz, donde existe una que nos señala que allí nació el cine. En el número 14 del bulevar de los Capuchinos, donde antes estaba el Gran Café de París, existe una inscripción que reza lo siguiente:

El 28 de Diciembre de 1895 tuvieron lugar aquí las primeras proyecciones públicas de fotografía con ayuda del cinematógrafo, aparato inventado por los hermanos Lumiére.

Y es ese día, precisamente en uno de sus salones, conocido como el Salón Indio, donde estos hermanos, Louis y Auguste, dieron a conocer la chispa de la imaginación. La exhibición de este nuevo invento duró algunos días, y por el módico precio de un franco los asistentes podrían observar pequeñas cintas de no más de un minuto de duración, como por ejemplo La salida de los obreros de la fábrica Lumiére; El regador regado (la primera comedia de la historia del cine); e incluso vibrar y asustarse con La llegada del tren, en donde algunas personas incluso se tiraban al suelo pues pensaban que la locomotora se iba a salir de la sabana que se utilizaba en la proyección.

Los Lumiére pensaban, y declaraban también, que el invento del cinematógrafo solo era una moda pasajera, que únicamente iba a interesar a la ciencia y a los amantes de la fotografía. Pero se equivocaban pues muy pronto la atracción del cinematógrafo se hizo famosa, atrayendo a cientos de personas ávidas de nuevas películas, y también de gente que veía en la proyección de imágenes un nuevo campo que iba más allá del simple visionado de escenas cotidianas. Uno de estos últimos fue un parisino llamado Georges Méliès (1861 – 1938) quien en cuanto vio las primeras imágenes se quedó prendado de la magia del Séptimo Arte.

Méliès fue, sin duda alguna, la primera persona que diseño el cine como hoy lo entendemos: como una maravillosa fábrica de sueños. Es por esto que es una verdadera pena que hoy día desconozcamos la gran labor de este alquimista del metraje. Así pues, rebuscando en librerías y bibliotecas, he encontrado un libro que nos desvela en parte la vida y obra de Georges Méliès. Se trata del libro: Vida y obra de un pionero del Cine, escrita por él mismo en tercera persona. Originalmente se trata de un texto escrito en 1935 por el propio Méliès con la finalidad de incluirlo en un Diccionario de Hombres Ilustres promovido por la Sociedad de Naciones y que finalmente no vio la luz. Méliès solo puso una condición para escribir este diccionario y fue hacerlo en tercera persona (e incluirse él mismo, claro está) para que cada personaje pudiera leerse por separado. Es por ello, aunque resulte paradójico, que Méliès hable sobre Méliès y por lo tanto no dude en ensalzarse a sí mismo (como el 90 % de las autobiografías que existen). Aun así desbrozando realidad de la pompa y circunstancia, el lector podrá acercarse a su vida y obra.

Como ya he señalado un poco más arriba, Méliès fue uno de los agraciados que asistieron a las primeras sesiones del cinematógrafo en el Gran Café de París. Desde que vio el foco blanco y el tren que se abalanzaba hacia él sin ninguna piedad, se enamoró de la magia del cine. Y es que Méliès es el Houdini de este nuevo mundo. Al terminar una de estas sesiones se acercó a uno de los hermanos Lumiére y quiso comprarles una de sus máquinas con la intención de innovar el aparato y el tipo de películas que hacían. Obviamente, ya fuera porque los hermanos eran muy celosos de su invento o porque solo vieran en él una simple curiosidad científica, se negaron en redondo por lo que Méliès tuvo que fabricarse una cámara propia con un armazón traído desde Inglaterra. Pasado este primer trámite mandó construir un gran invernadero para que la luz natural entrara a raudales, y lo convirtió en el primer plató de cine de la Historia. Desde ahí perfeccionó las películas de los Lumiére y las dotó de imaginación y fantasía. Allí creó filmes como Viaje a la Luna (1902), el Viaje a través de los imposible (1904), o La conquista del Polo (1912), además de cientos de pequeños cortometrajes en los que utilizó un sin fin de trucos, como el famoso stop trick (o la forma de congelar una escena, y después reanudarla habiendo hecho desaparecer el objeto), trucar y colorear fotogramas; desdoblar personajes; hacerlos desaparecer; o utilizar técnicas teatrales como hacer volar a los actores suspendidos de finas cuerdas. Como se puede ver técnicas que hoy en día se siguen utilizando.

Georges Meliès fue un trabajador incansable. Director, actor, montador, productor, guionista… trabajaba alrededor de 18 horas seguidas obteniendo como resultado alrededor de 600 películas. Esta actividad frenética se sucedió desde 1896 hasta 1914 pero los monopolios de productoras francesas como Pathé o Gaumont; injerencias como la de Edison desde Estados Unidos; y sobre todo la irrupción de la Primera Guerra Mundial provocó el hundimiento del mundo maravilloso de Meliès. Tras acabar el conflicto la gente no tenía ganas de más magia, y en un acto de locura nuestro pionero acabó destruyendo sus películas y su querido invernadero. A partir de aquel desdichado día desapareció de la vida pública. Incluso se le dio por muerto. Pero en 1925 un crítico de cine, León Druhot, le descubrió vendiendo chucherías en la estación de tren de Montparnasse (hecho que se sugiere en las novelas La invención de Hugo Cabret de Brian Selznick, o La mecánica del corazón de Mathias Malzieu) y desde entonces se comenzó a valorar su gran aportación al cine. Hasta se le concedió la Legión de Honor en 1931. Pero este reconocimiento le llegó tarde pues murió en un asilo de la Mutua de Cine francés en 1938 acompañado hasta el último momento de su amada Jeanne d´Alcy. Posteriormente una parte de sus películas fueron restauradas, e incluso hoy en día el premio Meliès reconoce a la mejor película francesa.

Vida y obra de un pionero del cine nos acerca a la figura de un visionario que introdujo, no solo un cohete en el ojo de la luna, sino también el espectáculo y la fantasía al mundo del cine, elevándolo al estatus de arte. Es un libro que, aunque un poco pequeño, vale la pena leer y descubrir a la vez un universo donde el cine lo hacían verdaderos orfebres y artistas de la ilusión.

http://www.hislibris.com/vida-y-obra-de-un-pionero-del-cine-georges-melies/
 
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