Viajar,Patrimonios mundiales que hay que visitar.

P

pilou12

Guest
Doce maravillosos patrimonios mundiales que hay que ver en Suiza

La Gran Ruta de Suiza recorre algunos tesoros apreciados por la Unesco y por los turistas que los descubren cada día

Laténium: museo arqueológico y parque
latenium-suiza-kUaD--510x287@abc.jpg

Laténium - Parque museístico prehistórico- Switzerland Tourism

JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa


La Gran Ruta de Suiza es un viaje por carretera para descubrir a lo largo de 1.600 km los grandes atractivos turísticos de Suiza. Es tal vez la mejor ruta en coche o moto de Europa, adaptada por completo para coches eléctricos. Se trata de un itinerario fuera de las autopistas en el que podrás descubrir, por ejemplo, pueblos, grandes montañas, lagos y sitios incluidos en el Patrimonio mundial de la Unesco. Estos son algunos de los más interesantes que podremos visitar en la ruta.

Ubicado en el preciso lugar donde fueron descubiertas las ruinas de tres enclaves paleolíticos y concebido para todos los públicos –desde los 4 a los 104 años-, el Laténium de Neuchâtel es el mayor museo arqueológico de Suiza. Forma parte de los llamados Palafitos Prehistóricos en torno a los Alpes, una serie de 111 estaciones distribuidas en seis países –de las cuales 56 se hallan en territorio helvético- y ha sido galardonado con el premio del Museo del Consejo de Europa.

Se trata de una colección decididamente única: 3.000 hallazgos de toda índole que ilustran la vida de nuestros antepasados. El correspondiente parque arqueológico expone réplicas fidedignas en un área de 2.200 m². Desde las pinturas primitivas a los inicios de la escritura, desde el hombre de Neandertal al Medievo, la muestra abarca 50.000 años de historia regionalentre el Mediterráneo y el mar del Norte, con una puesta en escena decididamente moderna, desde una perspectiva universal.

El nombre del Laténium evoca el sitio de La Tène, en clara referencia a la civilización celta que habitaba en toda Europa, desde Irlanda a Turquía, entre el 450 y el 50 a.C. Pero los objetos del museo revelan también periodos más antiguos (los nómadas paleolíticos, después los «lacustres» del Neolítico y la Edad del Bronce) y más recientes (la civilización galo-romana y la Edad Media).

El paseo en barco entre el puerto de Neuchâtel y el muelle del Laténium es gratis. Además de visitas guiadas se organizan talleres para grupos diversos. ¿La fórmula de su éxito? ¡Conocimiento y sueños!

Casco antiguo de Berna
berna-kUaD--510x287@abc.jpg

Berna, en un meandro del río Aare- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
Fundada en 1911, Berna constituye uno de los testimonios más fidedignos de la construcción urbana medieval en Europa. Su casco histórico, rodeado por las aguas del Aar, fue destruido por un incendio en 1405, pero, una vez rehecho, ha mantenido hasta el presente la coherencia de su aspecto original, lo cual le consiguió en 1983 su inscripción en el directorio del Patrimonio Cultural de la Unesco.

Los monumentos tradicionalmente más conspicuos son la Zytgloggeturm (torre del Reloj), del siglo XV, y la catedral, de estilo gótico tardío, con su campanario de 100 metros de altura. Junto a ellos, seis kilómetros de arcadas –que actualmente ofician de zona comercial cubierta harto peculiar-, calles empedradas, iglesias, mansiones públicas y privadas con fachadas de arenisca rematadas por típicos tejados, insignias corporativas, once fuentes con figuras alegóricas del Renacimiento, tiendas de antigüedades y galerías de arte completan el diseño urbano del centro viejo. Sin olvidarnos de lo esencial: docenas de cafés y restaurantes con mesas exteriores, no sólo de cara al turismo, ya que los berneses llenan las terrazas incluso en los días más fríos del invierno.

En ausencia de coches –aunque no de autobuses y tranvías que operan con puntualidad helvética- caminar se convierte en una alternativa decididamente placentera, amén de ser la mejor manera de conocer y explorar los recovecos de la serena y acogedora capital suiza, empapándonos de su añejo romanticismo.

Reserva de la Biosfera de Entlebuch
entlebuch-kUaD--510x287@abc.jpg

Entlebuch, distinguido por la UNESCO como reserva de la biosfera- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa


Apenas si hay otra región de Suiza que pueda jactarse de poseer tantos tesoros naturales como el llamado Salvaje Oeste de Lucerna, el gran valle del río Pequeño Emme entre Berna y esta última ciudad. Aquí se encuentran las ciénagas más extensas del país, abruptos calares, idílicas sucesiones de colinas y una fauna y flora de relevancia internacional. No tiene nada de extraño que el Entlebuch haya sido distinguido por la Unesco en 2001 como la segunda reserva de la biosfera del territorio helvético –después del Parque Nacional Suizo, uno de los más antiguos de Europa, creado en 1914-, pero como la primera en importancia.

En la red mundial de dichas reservas, el Entlebuch representa el paisaje pantanoso y calcáreo prealpino. Sus 400 km² de avasallante naturaleza, ebria de tremedales vírgenes y torrentes rumorosos, nos ofrecen un sinnúmero de actividades de ocio: caminos de cuento de hadas, senderismo dirigido por satélite o excursiones con guía, una ascensión al majestuoso pico de Schrattenfluh, baños de fangos u otras hidroterapias en el balneario Kneipp… el abanico de posibilidades es enorme. Un mundo de connotaciones místicas, calma, inspiración y relajamiento.

La región también es interesante desde el punto de vista histórico y cultural. Los testimonios de la artesanía tradicional de los carboneros en Romoos o el centro de peregrinación de Heiligkreuz representan puntos destacados de una visita al Entlebuch.

Abadía de Saint Gallen
biblioteca-saint-gallen-kUaD--510x287@abc.jpg

Biblioteca del convento de Saint Gallen, patriomnio de la Unesco- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa


Ejemplo perfecto de gran monasterio carolingio, la abadía benedictina de Saint Gallen figuró entre los conventos eminentes de Europa desde el siglo VIII hasta su secularización en 1805. Su biblioteca, una de las más ricas y antiguas del orbe –apodada la farmacia de almas-, es mundialmente célebre. Dicha biblioteca, el archivo y la catedral son los edificios principales de este excepcional conjunto arquitectónico, el distrito capitular de San Gall, testigo de doce siglos de ininterrumpida actividad espiritual y cultural, declarado en 1983 Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco.

Aún hoy, cuando entramos en la sala barroca no eclesiástica más hermosa de Suiza, podemos sentir el espíritu de los monjes benedictinos que solían trabajar junto a sus anaqueles. De los 170.000 libros que todavía se conservan, 50.000 se hallan en la citada sala, donde se encuentra asimismo la momia egipcia Shepenese. La parte central de la colección de la biblioteca capitular son 2.100 manuscritos -entre los que descuella el más viejo de los planos arquitectónicos en pergamino hallados hasta la fecha-, que se presentan dentro del marco de las exposiciones temporales.

En el casco histórico de San Gall llaman la atención las numerosas casas burguesas con sus hermosos miradores, a menudo pintados, del siglo XVI al XVIII. La gastronomía de la villa es muy polifacética. Tanto los tradicionales restaurantes en el primer piso como los acogedores cafés callejeros invitan a quedarse y degustar exquisiteces locales e internacionales. La ciudad es, además, un punto de partida ideal para excursiones a la región de Appenzell y San Gall.

Zona tectónica de Sardona
sardona-suiza-kUaD--510x287@abc.jpg

Área tectónica de Sardona- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
Amarilla y afilada como un cuchillo, la insólita línea dibujada a lo largo de las pétreas paredes que rodean al monte Piz Sardona por el llamado Cabalgamiento Principal de Glaris nos habla de uno de los fenómenos geológicos más interesantes del mundo. Constituye, por descontado, un testimonio sin par de la orogénesis y del desplazamiento de las placas tectónicas.

La historia de los Alpes no se rastrea en ningún sitio como en este singular conjunto mineral de 35 km de largo por 25 de ancho, que asciende hasta los 3.000 metros en la región de Hausstock-Sardona-Ringelspitz para descender y desaparecer luego en la vertiente norte. Aquí se aprecian con toda nitidez las huellas de las potentes fuerzas de la naturaleza que desencadenaron el choque continental de África y Europa. Se trata del mayor corrimiento de tierra ocurrido en los Alpes centrales al concluir el periodo posterior a la glaciación.

Se aprecia ya desde lejos: la nítida hendidura alrededor del Piz Sardonasepara el conglomerado tipo Verrucano, con sus 250-300 millones de años de antigüedad, de las formaciones rocosas tipo Flyschn, cuya edad se calcula en 35-50 millones de años, a las cuales aquél reviste. Es lo típico de un cabalgamiento. «Sólo que en este caso», afirma Carlo Ossola, de la Oficina Federal del Medioambiente, «estamos ante un sitio cuya superposición de estratos es excepcional y tiene importancia única para la Ciencia».

Sardona, el área tectónica más importante de Suiza, fue declarada en 2008 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se recomienda descubrir el Cabalgamiento Principal de Glaris desde el Lochsite, que constituye el corazón de los 300 km² del parque geológico Sarganserland-Walensee-Glarnerland.

Monasterio benedictino de St. Johann, en Müstair
monasterio-st-johann-kUaD--510x287@abc.jpg

Monasterio benedictino de St. Johann- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
Es uno de los raros testimonios arquitectónicos de la época carolingia y goza de renombre internacional. El convento, fundado en el siglo VIII y dedicado a San Juan Bautista, se alza en Müstair, comuna suiza del cantón de Graubünden. Sostiene la leyenda que fue el propio Carlomagno el que sufragó su construcción, tanto en señal de agradecimiento por haber atravesado sin problemas los Alpes hacia el Norte, como para disponer de un sitio estratégico para la protección del valle de Müstair. Fue designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

La iglesia del monasterio guarda la colección de frescos de la época medieval temprana más extensa y mejor conservada del orbe, considerada una joya sin parangón de los tiempos carolingios. Éstos representan historias del Antiguo y del Nuevo Testamento, si bien están muy dañados y se pueden apreciar solamente en el conjunto. Una de las escenas más completas es la Curación de la hemorroísa, en la cual se percibe la pincelada rápida, con pocos colores, que sobrepone los fondos y resalta las figuras.

Actualmente, el convento de San Juan alberga monjas de clausura y es utilizado por los residentes locales como lugar de culto. Cuenta con un pequeño museo donde se exhiben tallas medievales y obras de arte barrocas. Posee nueve habitaciones para huéspedes y una tiendecita de regalos que proporciona ingresos a las religiosas, las cuales, varias veces al año, programan semanas de ayuno y ayuda espiritual a los visitantes.

El ferrocarril rético, Albula-Bernina
ferrocarril-retico-kUaD--510x287@abc.jpg

El espectacular trazado del ferrocarril rético de Albula-Bernina-
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
Las líneas férreas de Albula-Bernina entre Tutsis y Tirano a través de Saint Moritz, en el cantón de Graubünden, obras maestras de la construcción ferroviaria, están catalogadas entre las más espectaculares del mundo. Se extienden 130 km, atraviesan 196 puentes, 55 túneles y 20 municipios y son Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El ferrocarril de Albula (Albulabahn), fue diseñado en 1903 como un convoy de montaña a vapor. Su trazado y sus construcciones, erigidas con piedras provenientes de las canteras locales, constituyen un hito del período clásico del tendido ferroviario. El de Bernina (Berninabahn) es una innovadora adaptación de los trenes eléctricos de larga distancia. Posee un magistral trazado alpino y fue terminado en 1910. Ambos constituyen la puerta de acceso del turismo internacional a la Alta Engadina y representan por sí mismos una experiencia de gran atractivo. El Bernina Express continúa su viaje pasando por el gran glaciar Morteratsch, sube sin cremallera hasta el paso Bernina, a 2.253 metros de altitud y después, trazando audaces giros, baja hasta Poschiavo.

Pero esto no es todo: en la lista de Patrimonios de la Humanidad también se incluyó el paisaje cultural adyacente surgido de la interrelación del hombre y la naturaleza. Tal paisaje destaca por sus notables testimonios materiales provenientes de los inicios del Cristianismo, sus vías de comunicación históricas, el desarrollo del turismo y la industrialización, todo ello entreverado de serenos pueblos, románticas vistas naturales y extensiones de alta montaña vírgenes.


Los tres castillos de Bellinzona
bellinzona-kUaD--510x287@abc.jpg

Uno de los castillos de Bellinzona- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
El conjunto-fortaleza de Bellinzona, capital del cantón del Tesino, es el solo ejemplo de arquitectura medieval militar que subsiste en los Alpes. Es también una muestra, única en Europa, de la evolución de un lugar en constante adaptación a las necesidades humanas según los tiempos. Bellinzona se halla al sur de la Cadena Alpina en el comienzo del valle del Tesino, punto de convergencia de multitud de caminos. Por su situación natural, el sitio se presta a ejercer de punto de control. Mediado el siglo IV, los romanos levantaron aquí una obra defensiva, considerada por largo tiempo inexpugnable. Pero el aspecto actual de las fortificaciones de Bellinzona se debe, en lo fundamental, al quehacer de los lombardos, dueños de estos parajes a partir de 1340.

Éstas se componen de un trío de castillos construidos entre los siglos XIII y XV: Castelgrande, Montebello y Sasso Corbaro. Los tres, junto a la muralla que cercaba todo el valle del Tesino y a las que rodeaban a la ciudad –aún existen dos tercios de las originales, con torreones intercalados-, están inscritos en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2000.

Castelgrande, el mayor y más antiguo, con sus dos torres, Bianca y Nera, domina el casco histórico del burgo aupado en una eminencia rocosa. Contiene los museos de arte y arqueología. El tren turístico Artù realiza en hora y media el tour de los castillos de Montebello y Sasso Corbaro, parando en los distintos monumentos históricos. Los billetes se adquieren directamente en el tren o en la Oficina de Turismo de Bellinzona. Montebello, rodeado de profundas fosas, cela un aspecto culinario. Durante el recorrido guiado, los visitantes son instruidos en el secreto del Salame dei Castelli; pueden asistir al proceso de elaboración de esta especialidad del Tesino y, por supuesto, probarla.


Monte San Giorgio
monte-san-giorgio-kUaD--510x287@abc.jpg

Paraje de Monte San Giorgio- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa
Situada en el sur del soleado cantón del Tesino, cerca de la frontera con Italia y con su mole piramidal rodeada por dos brazos del lago Ceresio, San Giorgio es la montaña suiza de los saurios. Constituye, desde el siglo XIX, una prometedora Meca para los buscadores de fósiles. En 2003 la Unesco lo incorporó al Patrimonio Natural de la Humanidad, ampliándolo en 2010 a la parte italiana del monte.

En las entrañas del San Giorgio reposan los restos apabullantes de una fauna extinguida. Durante el Triásico, 245-230 millones de años atrás, se encontraba en este lugar una cuenca marítima de unos 100 metros de profundidad. En los numerosos puntos de sus excavaciones, los paleontólogos han desenterrado unas 80 especies de peces y 30 de reptiles terrestres y marinos petrificados, algunos de hasta seis metros de longitud, amén de cientos de animales invertebrados y numerosas plantas relícticas, a menudo en saludable estado de conservación, que han convertido esta montaña en uno de los lugares más importantes del mundo para la búsqueda de restos fosilizados

El museo de Fósiles de Meride, remodelado y ampliado por el arquitecto tesinés Mario Botta, presenta al público visitante una selección de los ejemplares zoológicos y botánicos más notables procedentes de los entresijos del monte San Giorgio, desde cuya cima se disfruta de una vista soberbia. Otra actividad interesante es el excursionismo en los flancos boscosos meridionales, los viñedos y la idílica región de Meride y, como complemento –o bien en su defecto- acudir a las tabernas del Mendrisiotto.


Alpes suizos Jungfrau-Aletsch
aletsch-kUaD--510x287@abc.jpg

Glaciar de Aletsch- Switzerland Tourism

El área Jungfrau-Aletsch fue declarada en 2001 primer Patrimonio Mundial Natural Alpino de la Unesco. Su cogollo está conformado por el macizo rocoso de los Tres Soberanos: el Eiger (Ogro), el Mönch (Monje) y la Jungfrau (Doncella), junto al gran glaciar Aletsch, el más largo de los Alpes, cuyos 120 km² de superficie y 23 km de longitud tienen su nicho de nivación en las faldas meridionales de la Jungfrau (4.158 m).

En medio de tan singular paisaje cultural se encuentra el centro de vacaciones Reka de Blatten-Belalp, que resulta ideal para descubrir la región. Y es que el Aletsch puede contemplarse –y disfrutarse- de distintas maneras. Por ejemplo, desde las cimas del Bettmerhorn (2.872 m) y del Eggishorn (2.927 m), accesibles por teleférico, las vistas de su frente y su curso inferior son sobrecogedoras. El sendero del glaciar desde Bettmerhorn hasta el lago Märjelen es otra alternativa muy recomendable. También, sin peligro alguno, se puede caminar sobre sus hielos en una excursión con guía. Por el norte, un tren de cremallera sube desde Grindelwald, por el interior de la montaña, a la estación de Jungfraujoch (3.454 m), donde un ascensor salva los 118 metros que restan hasta el Sphinx, el centro de investigación meteorológica más alto de Europa.

En la antes citada falda meridional reinan condiciones climáticas muy diferentes. La sequía y una fuerte radiación solar confieren a las mismas un carácter mediterráneo. Los valles Lötschen, Joli, Bietsch, Baltschieder y Gredel han conservado su ambiente natural relativamente intacto. A lo largo de sus arroyos de montaña y sus pequeños canales de riego, lejos de las grandes corrientes del turismo, el visitante encontrará calma y serenidad.
 
Viñedos en terraza de Lavaux
terrasses_lavaux-kUaD--510x287@abc.jpg

Terrazas de Lavaux- Switzerland Tourism

De las cinco regiones vinícolas del cantón de Waadt (Vaud), la de Lavaux, situada entre Lausana y Montreaux, con una superficie de cultivo de 800 hectáreas, constituye la zona de viticultura coherente más grande de Suiza. Sus viñedos, escalonados en terrazas sobre las empinadas laderas, gozan de una triple radiación solar y térmica: la que reciben directamente del sol, la que se refleja en el lago Leman y la del calor acumulado en los numerosos muros de piedra.

Esta región se jacta de poseer llaves maestras en cuanto a paisaje, cultura y gastronomía. Puede recorrerse de forma especialmente cómoda en el Train des vignes, que sube durante doce minutos desde Vevey por las viñas verdes hasta llegar a Puidoux-Chexbres. Aquí nacen los vinos Grand Crus del país helvético. Es posible degustarlos en numerosos lugares: St-Saphorin, Dézaley, Epesses… los aficionados al vino conocen bien estos nombres. Las calles estrechas y las características casas de los viticultores son típicas en pueblos como St-Saphorin, donde se halla el Auberge de l'Onde, que hace gala de su centenaria tradición culinaria; en sus tres plantas se sirven deliciosas especialidades locales.

Una de las actividades peculiares en el Lavaux es la de pedir audiencia a una familia de viñadores. Patricia y Denis Longet regentan la Cave de Moratel, una explotación vinícola familiar en Cully, a orillas del idílico lago Leman. La visita, realizada en la mañana, comprende el recorrido del lugar, una muestra del trabajo en la viña o en la bodega (según la estación), la degustación de caldos durante un pequeño almuerzo y una botella de vino como recuerdo.


Paisaje urbano e industria relojera en La Chaux-de-Fonds/Le Locle
museo-relojes-kUaD--510x287@abc.jpg

Museo internacional de los relojes- Switzerland Tourism
JAVIER JAYME - abcviajar 22/05/2017 18:06h- Actualizado: 23/05/2017 12:53h. Guardado en: Actualidad Europa


Los relojes suizos son mucho más que un artículo de lujo. Esto se hace patente para quienes se acercan a La Chaux-de-Fonds –cuna del insigne arquitecto Le Corbusier- o a Le Locle, en el Jura de Neuchâtel, cuando los talleres y fábricas abren sus puertas al público en el Día del Patrimonio de la Industria Relojera. Durante la jornada, los visitantes pueden ver de cerca todo lo que hay dentro de estos pequeños y finos accesorios que han hecho a Suiza famosa en el mundo entero: grabados, correas de cuero, engastes para piedras preciosas, pulidos y complejos mecanismos de relojería. Los peritos combinan una tradición centenaria con un incansable espíritu de innovación.

Los paisajes urbanos de ambas localidades, sus calles, edificios y fábricas, se transformaron en un gran taller relojero durante los siglos XIX y XX. Esta transcendencia histórica es perfectamente reconocible hoy, motivo por el que la Unesco las declaró Patrimonio de la Humanidad en 2009.

En La Chaux-de-Fonds se encuentra el Museo Internacional de la Relojería, de visita ineludible, dedicado completamente a la historia de la medición del tiempo. Cuenta con 4500 piezas de exposición, entre ellas 2700 relojes y 700 relojes murales. Éstos, junto al chocolate, son los productos de exportación más notorios del país. Encajan con y pertenecen a Suiza, tanto en la percepción de los helvéticos como de los extranjeros.
 
Las Ciudades Patrimonio de la Humanidad se quejan de asfixia por falta de ingresos

Los 15 municipios distinguidos en España por la Unesco denuncian que los gastos se disparan, mientras se ven obligados a eximir de impuestos a sus cascos históricos


Ver fotogalería
Vista de la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. ÓSCAR CORRAL

VICENTE G. OLAYA
Madrid 25 SEP 2018 -



Hace poco más de un año, un camión se llevó por delante una de las barandillas de la Bajada de la Misericordia, entre el Templo de Augusto y el Circo Romano, en Tarragona. El Ayuntamiento aún no la ha repuesto, no por falta de ganas, sino porque debe realizar antes un “proyecto específico” para restaurarla si quiere mantener su categoría como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, galardón concedido por la Unesco en noviembre de 2000. En Úbeda (Jaén), las calles del casco urbano se barren a mano y en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) carecen de suficientes repetidores de telefonía para no dañar la imagen impoluta de la ciudad. Todos los alcaldes consultados del grupo que conforman 15 localidades españolas —y que este mes han cumplido su 25º aniversario como entidad— se quejan de lo mismo. “La distinción multiplica los gastos, pero no los ingresos municipales. Estamos muy orgullosos de formar parte del grupo de elegidos”, dice el munícipe de Alcalá de Henares (Madrid), Javier Rodríguez Palacios, “pero necesitamos ayuda del Estado”. Reclaman subvenciones y exenciones.

Las ciudades Patrimonio de la Humanidad son la envidia de los destinos turísticos. Preferentemente reciben visitantes tranquilos, respetuosos y que gastan por encima de la media, ya que almuerzan en los mejores restaurantes y se alojan en distinguidos hoteles o casonas con siglos de antigüedad. Pero estos núcleos urbanos necesitan ayudas del Estado o de la Unión Europea —se han reunido ya con el comisario de Educación y Cultura, Tibor Navracsics— que les permitan paliar el descenso de tributos que se produce por la exención de los impuestos —impuesto de bienes inmuebles(IBI) y el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICO), fundamentalmente— a los propietarios de inmuebles protegidos, ya que los cascos históricos los tienen bonificados. El IBI es el principal ingreso de cualquier municipio.

Alcalá (universidad y recinto histórico) cumple ahora el vigésimo aniversario de su galardón. Rodríguez Palacios (PSOE) recuerda que la Unesco puede retirar la categoría en caso de incumplimiento, tal y como le ocurrió a Dresde (Alemania) por levantar un puente en zona protegida.

“Se trata de ciudades vivas y hay que seguir manteniéndolas. La diferencia entre Ciudad Patrimonio y Lugar Patrimonio [en España hay unos 30] es que los lugares solo tienen uno o muy pocos edificios, como puede ser el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. A las ocho lo cierras, y hasta el día siguiente. No hay más gastos que la seguridad. En Alcalá, en cambio, debes mantener el pulso a cualquier hora”, señala.

Begoña Floria (PSC), primera teniente de alcalde de Tarragona (conjunto arqueológico romano), recuerda que existe una comisión de ciudades que reclama una modificación tributaria que reconozca su “singularidad fiscal”. Aboga como solución por incrementar el mecenazgo y la implicación de las empresas mediante políticas de responsabilidad social corporativa. “Ahora que ha pasado la crisis económica es el momento de invertir en cultura”, añade.

“No es lo mismo hacer un ascensor en el Ayuntamiento y toparse debajo con un circo romano, que hacerlo en un edificio moderno a las afueras de la ciudad. Los expedientes y estudios arqueológicos se alargan y los costes se disparan”, admite.

Para José Luis Rivas, alcalde popular de Ávila (que cuenta con la mejor muralla medieval conservada de Europa), “la distinción trae muchas cosas buenas, pero es cierto que las arcas municipales se resienten. Intentamos aumentar los ingresos con actividades culturales que atraigan a más visitantes o incrementando las pernoctaciones, sobre todo de orientales”. El rey Felipe VI acudió el pasado 19 de septiembre a la Asamblea de Ciudades Patrimonio que se celebró en Ávila con motivo de su 25º aniversario y les mostró su respaldo.

La socialista Lola Marín, alcaldesa de Baeza (Jaén), que junto a Úbeda conforma un conjunto monumental renacentista, gobierna la última ciudad en ingresar en el grupo de los 15, el 3 de julio de 2003. “Somos muy afortunados, porque crece el turismo, pero también los costes más de un 10%. Hemos creado una policía turística y limpiamos a mano las calles, porque las barredoras no pueden entrar en el área protegida”. La regidora, que admite que los visitantes se han multiplicado por cinco en los últimos años, añade que la ciudad dispone de un alumbrado “especial y muy caro”. En Úbeda, dado su reducido tamaño, casi toda la ciudad está protegida.

La ciudad jiennense comparte con San Cristóbal de La Laguna, municipio tinerfeño del que parte el urbanismo original de Hispanoamérica, el problema de las telecomunicaciones: los cables no deben quedar al aire y los repetidores no pueden ser visibles. José Alberto Díaz, alcalde de La Laguna (Coalición Canaria), sale a la calle para mantener una conversación telefónica por móvil con EL PAÍS. La comunicación resulta muy defectuosa y, finalmente, esta se realiza mediante teléfono fijo. “El gran problema es que no somos un museo. Tienes que permitir que los coches pasen a los garajes, que los niños vayan al colegio, que todo sea accesible para todos, pero sin perder la esencia histórica. Tienes que tener fibra óptica, pero que no se vean las infraestructuras...”, asevera.

“Además, dado el atractivo de los barrios, los precios de las viviendas suben y están siendo ocupadas por empresas. El esfuerzo energético es enorme, porque muchos eligen el centro para celebrar actos culturales o lúdicos nocturnos como consecuencia de la atracción que genera la ciudad. ¿Cómo vas a decir que no? Pues eso, al final, pagas”, concluye.

EL GRUPO DE LOS 15 ELEGIDOS


El 17 de septiembre de 1993 Ávila, Cáceres, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia y Toledo, que fueron las primeras en ser reconocidas en su conjunto como Patrimonio Mundial por la Unesco, decidieron unir sus fuerzas creando el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, una asociación sin ánimo de lucro.

Con posterioridad se incorporaron Córdoba, en 1996, Cuenca en 1998, Alcalá de Henares en 2000, Ibiza y San Cristóbal de La Laguna en 2002, Mérida y Tarragona en 2006 y, finalmente, en 2014, Baeza y Úbeda. Se ha completó así la relación de las 15 ciudades españolas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial.

La declaración de Patrimonio Mundial es una distinción que otorga la Unesco a aquellos bienes con características de excepcional valor que los hacen únicos en el mundo. España, es, con 46 bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, de los que 15 son ciudades, el tercer país del mundo con mayor número de inscripciones, sólo detrás de Italia y China. Esta situación pone de manifiesto la extraordinaria riqueza y diversidad de nuestro patrimonio cultural y natural, y trae consigo el reconocimiento y aprecio de la comunidad internacional sobre estos bienes. Sin duda, un sello de calidad y un pasaporte de promoción realmente universal para estas ciudades españolas.



MÁS DE 25 MILLONES DE EUROS DE EXENCIONES FISCALES


Los regidores han hecho números. Ser Ciudad Patrimonio, incrementa los gastos un 15%. Anualmente, y debido a las exenciones del IBI, este grupo de ciudades deja de percibir unos 25 millones de euros. Ángel Mariscal, presidente del grupo y alcalde de Cuenca (Urbanismo integrado en la Naturaleza), es muy explícito. “Los edificios Bienes de Interés Cultural están exentos del IBI. El Impuesto de Construcción y Obras (ICO) de estos inmuebles está, además, bonificado hasta con un 95%”, recuerda.

El regidor admite que el precio de las casas se incrementa, lo que lleva a los vecinos a abandonar las áreas protegidas y a residir en otras partes de la ciudad o, incluso, en pueblos limítrofes. “Se marchan, pero tienen aquí los servicios. Y lo que faltaba: muchos jóvenes no quieren vivir en el centro porque hay problemas para meter Internet de alta velocidad. A las compañías no le sale a cuenta”.


https://elpais.com/cultura/2018/09/18/actualidad/1537270021_817277.html
 
Back