Lo que es muy fuerte, es que en su papel de representación tendría que ser embajadora de la moda española. En vez de eso se coge a un diseñador raruno, que parece que lo tiene escondido en un sótano con una máquina de coser, a copiarle vestidos como un taller chino clandestino.
Es todo taaaaaan absurdo.
Es todo taaaaaan absurdo.