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Una turista ante el templo grecorromano de Garni, en Armenia. MIKHAIL POGOSOV GETTY
4. Valle del Azat. Montañosa y escasamente poblada, Armenia conserva algunos espacios naturales extraordinarios y hasta los que no es difícil llegar desde la capital. Por el ejemplo, el cañón del río Kashag o la garganta del Azat, donde además del monasterio de Gehard se encuentra el templo de Garni, el único grecorromano que se conserva en los antiguos Estados de la Unión Soviética. El valle acoge también la Reserva del Rey Khosrov, donde todavía se pueden observar lobos grises, osos e incluso leopardos caucásicos, una especie en peligro de extinción difícil de avistar. Al norte del país, Dilijan, conocida como la Suiza armenia por su paisaje bucólico, ofrece fuentes de aguas termales que dieron lugar a balnearios a los que acudían las élites soviéticas a veranear.
Azerbaiyán, paisajes de tierra y fuego
Menos conocido y visitado que Georgia y Armenia, Azerbaiyán se asoma al Mar Caspio y todavía se muestra como un lugar exótico, de aires asiáticos y rusos, para el viajero europeo. Heredero de antiguos imperios históricos, es también uno de los nuevos países que despegan económicamente, algo que reflejan sus nuevas construcciones: arquitectos de todo el planeta levantan sus torres de cristal gracias a los petrodólares. A diferencia de sus vecinos caucásicos, Azerbaiyán es de mayoría musulmana chiita, aunque las mujeres visten sin velo y la religión no está tan presente en la vida cotidiana como en otros países musulmanes. Lo recorremos en cuatro paradas imprescindibles.
La mezquita de los Mártires junto a los rascacielos del distrito financiero de Bakú, capital de Azerbaiyán.
1. Bakú. Símbolo del progreso actual, la capital ha transformado su perfil durante los últimos años gracias a algunos de los edificios más audaces y espectaculares del mundo. En el centro de la Ciudad Vieja, que figura en la lista de patrimonio medieval de la Unesco, se levanta un trío de rascacielos de 190 metros de altura con forma de gigantescas llamas de cristal que parecen arder de noche. Las majestuosas curvas blancas del centro cultural Heydar Oliyev, proyecyado por la fallecida Zaha Hadid, forman otro espectáculo arquitectónico igualmente emocionante. Aires muy europeos que se difuminan al salir de la ciudad, donde nos topamos con curiosos volcanes de lodo —una de las señas de identidad del país— y pueblos para los que el tiempo no pasa, rodeados de huertos frutales y con las montañas del Gran Caúcaso de fondo.
Uno de los volcanes de lodo de la región armenia de Gobustan, cerca de Bakú. ALAN
. Volcanes de barro. Ubicadas en la región de Qobustán, a unos 50 kilómetros al sur de Bakú, este centenar de peculiares formaciones —incluidas en la lista de lugares protegidos por la Unesco— tienen una antigüedad de unos 12.000 años.
La visita comienza con un nuevo y vanguardista museo —a unos 3 kilómetros de los cráteres— que ofrece un contexto de lo que nos vamos a encontrar. La zona también acoge petroglifos de origen misterioso y una panorámica paisajística desde lo alto que alcanza hasta el azul turquesa del lejano Mar Caspio.
Casas del pueblo de Xınalıq, en la montañosa región de Quba, en el Cáucaso. KONSTANTIN NOVAKOVICGETTY
3. Quba. Hacia el norte, en el Caúcaso, encontramos los remotos pueblos de pastores de las montañas de Quba, entre bosques y prados. El más conocido de todos es Xinaliq, de piedra gris, con fama de ser el pueblo más alto de Europa (a 2,350 metros). Un poco más lejos, Laza se ubica en uno de los escenarios caucásicos más espectaculares, y su sencillez rústica contrasta dramáticamente con la mejor estación del esquí de la cordillera, a solo 4 kilómetros.
Detalle de la fachada del palacio de Sheki Khans, en Sheki (Azerbaiyán). ZENOBILLIS GETTY
4. Sheki. Al norte del país, casi en la frontera rusa, esta pequeña ciudad rodeada por los bastiones de una fortaleza cuenta con dos palacios amurallados de los antiguos kanes y una de las más antiguas y mejor conservadas iglesias cristianas de la región. Además, podremos alojarnos en un auténtico caravanserai, que nos remonta a los tiempos de la Ruta de la Seda, y visitar un yacimiento arqueológico con tumbas de la Edad del Bronce.
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