Vacaciones dentro de europa

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Una turista ante el templo grecorromano de Garni, en Armenia. MIKHAIL POGOSOV GETTY



4. Valle del Azat. Montañosa y escasamente poblada, Armenia conserva algunos espacios naturales extraordinarios y hasta los que no es difícil llegar desde la capital. Por el ejemplo, el cañón del río Kashag o la garganta del Azat, donde además del monasterio de Gehard se encuentra el templo de Garni, el único grecorromano que se conserva en los antiguos Estados de la Unión Soviética. El valle acoge también la Reserva del Rey Khosrov, donde todavía se pueden observar lobos grises, osos e incluso leopardos caucásicos, una especie en peligro de extinción difícil de avistar. Al norte del país, Dilijan, conocida como la Suiza armenia por su paisaje bucólico, ofrece fuentes de aguas termales que dieron lugar a balnearios a los que acudían las élites soviéticas a veranear.

Azerbaiyán, paisajes de tierra y fuego
Menos conocido y visitado que Georgia y Armenia, Azerbaiyán se asoma al Mar Caspio y todavía se muestra como un lugar exótico, de aires asiáticos y rusos, para el viajero europeo. Heredero de antiguos imperios históricos, es también uno de los nuevos países que despegan económicamente, algo que reflejan sus nuevas construcciones: arquitectos de todo el planeta levantan sus torres de cristal gracias a los petrodólares. A diferencia de sus vecinos caucásicos, Azerbaiyán es de mayoría musulmana chiita, aunque las mujeres visten sin velo y la religión no está tan presente en la vida cotidiana como en otros países musulmanes. Lo recorremos en cuatro paradas imprescindibles.


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La mezquita de los Mártires junto a los rascacielos del distrito financiero de Bakú, capital de Azerbaiyán.



1. Bakú. Símbolo del progreso actual, la capital ha transformado su perfil durante los últimos años gracias a algunos de los edificios más audaces y espectaculares del mundo. En el centro de la Ciudad Vieja, que figura en la lista de patrimonio medieval de la Unesco, se levanta un trío de rascacielos de 190 metros de altura con forma de gigantescas llamas de cristal que parecen arder de noche. Las majestuosas curvas blancas del centro cultural Heydar Oliyev, proyecyado por la fallecida Zaha Hadid, forman otro espectáculo arquitectónico igualmente emocionante. Aires muy europeos que se difuminan al salir de la ciudad, donde nos topamos con curiosos volcanes de lodo —una de las señas de identidad del país— y pueblos para los que el tiempo no pasa, rodeados de huertos frutales y con las montañas del Gran Caúcaso de fondo.


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Uno de los volcanes de lodo de la región armenia de Gobustan, cerca de Bakú. ALAN


. Volcanes de barro. Ubicadas en la región de Qobustán, a unos 50 kilómetros al sur de Bakú, este centenar de peculiares formaciones —incluidas en la lista de lugares protegidos por la Unesco— tienen una antigüedad de unos 12.000 años.

La visita comienza con un nuevo y vanguardista museo —a unos 3 kilómetros de los cráteres— que ofrece un contexto de lo que nos vamos a encontrar. La zona también acoge petroglifos de origen misterioso y una panorámica paisajística desde lo alto que alcanza hasta el azul turquesa del lejano Mar Caspio.



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Casas del pueblo de Xınalıq, en la montañosa región de Quba, en el Cáucaso. KONSTANTIN NOVAKOVICGETTY



3. Quba. Hacia el norte, en el Caúcaso, encontramos los remotos pueblos de pastores de las montañas de Quba, entre bosques y prados. El más conocido de todos es Xinaliq, de piedra gris, con fama de ser el pueblo más alto de Europa (a 2,350 metros). Un poco más lejos, Laza se ubica en uno de los escenarios caucásicos más espectaculares, y su sencillez rústica contrasta dramáticamente con la mejor estación del esquí de la cordillera, a solo 4 kilómetros.



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Detalle de la fachada del palacio de Sheki Khans, en Sheki (Azerbaiyán). ZENOBILLIS GETTY


4. Sheki. Al norte del país, casi en la frontera rusa, esta pequeña ciudad rodeada por los bastiones de una fortaleza cuenta con dos palacios amurallados de los antiguos kanes y una de las más antiguas y mejor conservadas iglesias cristianas de la región. Además, podremos alojarnos en un auténtico caravanserai, que nos remonta a los tiempos de la Ruta de la Seda, y visitar un yacimiento arqueológico con tumbas de la Edad del Bronce.


https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/05/15/actualidad/1557920830_952279.html
 
60.000 ESPAÑOLES VIVEN AHÍ

Bienvenidos a Bruselas, la segunda ciudad más importante de España
Barcelona ya no es la segunda ciudad más importante de España: bienvenidos a Bruselas. La ciudad belga es, además, 'La capital', protagonista de la primera novela política y policial de la UE


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Una mujer pasea bajo la lluvia frente a la sede de la Comisión Europea. (Reuters)





NACHO ALARCÓN. BRUSELAS
09/06/2019




Una suave llovizna, tan típica durante los meses de invierno y también durante buena parte del verano, cae sobre Bruselas. Las gotas de agua resbalan por las ventanas de la novena planta del Edificio Europa, en el número 155 de la Rue de la Loi. Desde ellas los trabajadores de la delegación española tienen vistas al Residence Palace, uno de los edificios emblemáticos de la capital comunitaria, y al fondo pueden ver parte del Parlamento Europeo.

A 10 minutos a pie del Edificio Europa, sede del Consejo Europeo, subiendo por la siempre atascadísima Rue de la Loi, y pasando por la puerta de numerosos edificios en cuyos despachos trabajan cientos de españoles, se llega hasta la parada de metro de Art Loi. Girando a la izquierda y avanzando otros cinco minutos por las aceras mojadas del Boulevard du Régent se llega hasta el número 52, donde se sitúa la Representación Permanente de España ante la UE.

Un edificio austero dentro del cual unas 300 personas trabajan día a día para defender las prioridades políticas del Ejecutivo español en la UE. Un trabajo técnico, difícil, y, sobre todo, desagradecido: olvidados en una ciudad oscura, fría y lluviosa, dedican día y noche al trabajo de orfebrería en el que consiste cerrar acuerdos europeos.

Todo para que después, de vuelta en el Congreso de los Diputados, el Gobierno de turno se anote como un éxito político nacional el resultado de una batalla campal en Bruselas. Vuelven al trabajo tras la fugaz victoria y la consolación mutua, sabiendo que pocas o ninguna palmada sobre la espalda llegará por parte de la opinión pública en Madrid, que en la mayoría de ocasiones desconoce incluso su existencia.

Muchos pueden pensar que la capital de Bélgica tiene poco que ver con España: no se come demasiado bien, los precios son muy altos y casi siempre está lloviendo. Pero Bruselas es la segunda ciudad más importante de España. Todo se juega aquí.

La última sensación en la ciudad belga es el ganador del libro alemán del año, 'Die Hauptstadt', traducido al inglés como 'The Capital' y al español como 'La capital' (Seix Barral, 2018). La obra no necesita más presentación. ¿De qué va? De la capital. Bruselas, ¿cuál otra podría ser?

El autor, el austriaco Robert Menasse, un eurófilo radical y antinacionalista, que ha pedido la disolución de las naciones en un órgano europeo superior, ha logrado que su obra, un gran éxito en Bruselas, que capta bien la soledad de los funcionarios europeos, trabajando en un mundo en el que tu empleo es tu vida, sea la primera gran novela política y de intriga de la Unión Europea, relatando (de forma muy documentada) las maquinaciones internas en los pasillos de la Comisión Europea.



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Adolece de lo mismo que la política europea: un lector no bruselense siente que se pierde en ella, está demasiado desconectada de su realidad del día a día. Sin embargo, es una obra necesaria: en una UE cada vez más politizada y con una conversación cada vez más europea 'La capital' es nuestra primera y propia versión embrionaria de 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Algunos la han calificado como la primera obra de la "Euroliteratura".

Menasse nació y se crio en Viena, pero siente un profundo resentimiento hacia la capital austriaca. Cree que es una buena ciudad en la que vivir sin conocer ni su lengua ni su historia. De lo contrario es difícil no ser consciente de las atrocidades del siglo XX o de la tendencia derechista de la sociedad vienesa, que rechaza de lleno al extranjero.

Bruselas tiene pasado, historia (y Bélgica, como país, una historia poco honrosa, especialmente en lo que se refiere a su pasado colonial), tiene sus fobias y sus taras. Pero es una ciudad hoy transformada, en cierto modo arrasada por una sociedad que la vive sin pasión nacionalista, sino con el cariño hacia una ciudad que les ha acogido sin prejuicios ni preguntar por qué. En la que ni siquiera es necesario saber francés para hacer una vida totalmente normal. En la que es sencillo perder el fervor nacionalista por el camino. Es, simple y llanamente, la capital de Europa. Nadie es de Bruselas, pero todos son europeos.



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Por encima de todo, para nosotros, Bruselas es la segunda ciudad más importante de España. En la capital comunitaria se juega absolutamente todo: los españoles que viajan por Europa sin tener que preocuparse por el 'roaming' lo hacen gracias al trabajo realizado en los despachos de negociación de la UE, lo que el campo recibe como parte de la Política Agraria Común (PAC) también se pelea céntimo a céntimo por los mismos olvidados que miran a través de las ventanas de la novena planta del Edificio Europa.

Una cantidad ingente de legislación se aprueba en el barrio europeo, y ahí muchos españoles, entre otros los 54 eurodiputados españoles y sus equipos, tratan de mover cada coma y cada punto para que la nueva normativa se parezca lo más posible a lo que a España le interesa.

Más allá de los que trabajan directamente para el Gobierno español, muchísimos nacionales están en otras instituciones, como la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, sin contar con los 54 eurodiputados con los que cuenta España. Por ejemplo, en el Ejecutivo comunitario, entre funcionarios administradores y asistentes, expertos nacionales y agentes contractuales, suman 2461 españoles, el 8,1% del personal. En el Consejo de la UE son 250 y en la Eurocámara 574. Eso sin tener en cuenta los que están en otras instituciones europeas, como el Servicio de Acción Exterior o el Comité de las Regiones.

Ellos son especialmente los protagonistas de la novela de Menasse, los habitantes de 'La capital', los que hacen que la Unión Europea funcione, y viven la soledad amarga de Bruselas. Los que a la vez viven sus vidas de forma inevitablemente ligada al hecho de que, aunque con estatus de funcionarios muchos de ellos, trabajan en una organización política.

Según los registros belgas unos 60.000 españoles viven en el país, aunque la realidad es que la cifra es bastante mayor. No solo están los que se dedican a trabajos que nada tienen que ver con la UE, los que trabajan en la REPER o en las instituciones europeas, también están los españoles que trabajan en 'lobbies'. Porque en Bruselas hay muchos.

Hay numerosos españoles trabajando para 'lobbies' sectoriales europeos, pero también hay cada vez más empresas que abren sus oficinas en la capital comunitaria. Por ejemplo, Banco Santander y BBVA tienen oficinas en Bruselas, desde las que siguen de cerca toda la legislación que el Parlamento Europeo diseña sobre banca electrónica o sobre el sector que les pueda afectar.



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En total, España cuenta con unos 720 grupos de influencia inscritos y la mayoría son organizaciones empresariales (397), aunque hay bufetes de abogados u ONG. También hay oficinas regionales: la Generalitat de Catalunya tiene aquí una de sus famosas embajadas en el extranjero, en uno de los lugares más cotizados de Bruselas. El hecho de que la internacionalización del 'procés' tuviera lugar en los pasillos de Bruselas hace también palpable la importancia que la capital comunitaria tiene para el papel exterior de España.

También tienen oficinas otras regiones como País Vasco, Canarias, o la Comunidad de Madrid, que se mudó al edificio de la REPER tras años en una oficina en la milla de oro de la capital comunitaria, a solo unos pasos de las tiendas de Tiffay, Chanel, Dior, Louis Vuitton o Cartier. ¿Qué ciudad de España acumula tal nivel de representación institucional, empresarial, y número de españoles trabajando en el entramado gubernamental de la UE? En ninguna otra ciudad se juega tanto dinero como en la capital comunitaria, que va desde las ayudas al campo hasta las cuotas de pesca, pasando por inversión por parte de la Comisión Europea o los fondos estructurales.

Por eso, aunque el español que pisa por primera vez Bélgica en el aeropuerto de Zaventem siente que todo le es ajeno, y que está en un país frío y distante, donde lo que más familiar le resulta son los grafitis de Tintin o el olor a gofre recién hecho en la cuesta que baja desde la Place Royal por el Mont des Art hacia el centro, lo cierto es que Bruselas es la segunda ciudad más importante de España.

Es decir, la segunda "capital", también para todos los españoles que nunca la pisarán pero que se benefician de forma continua del trabajo duro y desconocido que hacen cientos de anónimos desde los despachos bruselenses. Los visitantes españoles que pasan por Bruselas puede ser que tengan una ligera sensación de pertenencia al pasar por la sede del Parlamento Europeo en Place du Luxembuourg, pero rápidamente, cuando vuelvan a abandonar la capital, es muy probable que se olviden de ello. Los funcionarios y técnicos seguirán trabajando en la sombra, sin reconocimiento público.

No podían esperar otra cosa: cuando decidieron aterrizar en Bruselas sabían que no llegaban a la alfombra roja. Pero alguien tiene que seguir controlando el "backstage" para que los protagonistas puedan actuar en el escenario. Eso no exime al público de saber que tras las bambalinas están los que hacen que todo funcione. 'La capital' es su pequeño reconocimiento: por primera vez existen, aunque sea en el mundo literario. Es un primer paso.

https://www.elconfidencial.com/mund...n-bruselas-segunda-ciudad-importante_2061550/
 
Lugares imprescindibles de Castilla La Mancha para ver con niños

Castilla La Mancha, tierra de Don Quijote, es uno de los territorios de Europa con mayor número de Reservas Naturales, Parques Naturales y Parques Nacionales, además de acoger importantes poblaciones llenas de cultura y de historia. No te pierdas una visita en familia a algunos de sus imprescindibles, ¡os sorpenderán!



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CONTINUA: https://saposyprincesas.elmundo.es/...re-libre/rutas-y-excursiones/villa-consuegra/
 
De París a Estambul en el Orient Express


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Según cuentan las crónicas de Henri Stefan Opper de Blowitz, corresponsal de The Times en París, el 4 de octubre de 1883 hubo un gran revuelo en la Gare de Estrasbourg de París. Decenas de personas se agolpaban expectantes alrededor de la plataforma del Orient-Express. El tren más lujoso de Europa, con el que sólo el joven belga George Nagelmackers se había atrevido a soñar, estaba a punto de iniciar su viaje inaugural con destino a la remota Rumanía vía Estrasburgo, Viena, Budapest, Bucarest y Giurgiu.



Cuatro días después, una vez llegados a dicha localidad rumana, los 40 selectos pasajeros, entre los que se contaban aristócratas, magnates, diplomáticos, artistas y escritores de distintas nacionalidades, tuvieron que cruzar el Danubio en ferry, continuar en otro tren hasta Varna, en la costa búlgara del Mar Negro y allí embarcarse de nuevo en una travesía que duraba 18 horas hasta llegar por fin a la Constantinopla de aquellos días.

El propio Nagelmackers acompañaba a sus invitados colmado de satisfacción tras haber puesto en marcha el coche-cama más exquisito del mundo. La referencia la encontró en el estilo de viaje que el pionero George Mortimer Pullman instauró en Estados Unidos veinte años antes y una parte importante de la financiación corrió a cargo del rey Leopoldo II de Bélgica.

Además del clásico París-Estambul que sólo tiene lugar una vez al año (en septiembre),Orient-Express ofrece otras posibilidades de viajes a bordo de su mítico tren, el Venice Simplon-Orient-Express. El recorrido estandar va de París a Venecia (y viceversa), vía Zúrich e Innsbruck, y durante tres días. Sobre esta ruta, que se realiza semanalmente de marzo a noviembre, hay otras variaciones con paradas en Praga y Budapest.

Existe también la opción de comenzar el viaje en Londres, a bordo del otro tren histórico: el British Pullman y tras cruzar el Eurotunel, embarcar en Calais para continuar el recorrido normal desde París. Por último, un tercer tren de máximo lujo, el Eastern & Oriental Express, hace recorridos por Thailandia que se pueden combinar con el exótico crucero ‘Road to Mandalay’ que surca el río Ayeyarwadi, en Myanmar.


GALERIA:
https://www.gentleman.elconfidencia...-paris-estambul-orient-express-tren_1350126#0
 
2020, año Beethoven
De Bonn, su ciudad natal, a Viena, donde murió, y una visita a la casa de campo de Heiligenstadt. Un viaje por los lugares que habitó el genio para celebrar el 250º aniversario de su nacimiento




Un mural dedicado a Beethoven en un edificio de Bonn (Alemania) con motivo de los 250 años de su nacimiento.


Un mural dedicado a Beethoven en un edificio de Bonn (Alemania) con motivo de los 250 años de su nacimiento. LEON KUEGELER REUTERS



Si se le pregunta a alguien qué música le gusta y responde que Beethoven, nos quedaremos sin conocer realmente sus gustos musicales. El compositor alemán está más allá del bien y del mal (musicalmente hablando). Si te gusta la música, te gusta Beethoven, aunque tu estilo favorito sea el pop. Y si ya en vida despertó admiración, con el paso del tiempo su figura y legado no han hecho sino agigantarse. Muchas veces la obra de los genios suele ser su máscara, su embozo. No es el caso de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Esta vez la obra no tapa al creador. Cualquiera podría tararear su música —se ha empleado como banda sonora de películas y series, incluso cuenta con adaptaciones rockeras—, pero es que además conocemos bien su rostro (hay más retratos de él que si entonces hubieran existido los selfis), su vida y amores (o desamores), sus manías, su mal genio; hechos probados y anécdotas, y leyendas inventadas de propina. Fue, sigue siendo y será una figura estelar de la música. Este 2020 se cumple el 250º aniversario de su nacimiento y dos ciudades se aprestan a celebrarlo: Bonn (Alemania), donde nació y creció, y Viena (Austria), donde pasó la vida adulta, hasta su muerte.



Cartel del 250º aniversario de Beethoven en Bonn.


Cartel del 250º aniversario de Beethoven en Bonn. I, FASSBENDER AFP



Sus abuelos procedían de Flandes (de ahí el Van del apellido), pero se establecieron en la ciudad alemana ya que en esa corte su abuelo obtuvo cargos musicales, al igual que ocurriría más tarde con el propio padre de Beethoven. Ludwig, segundo de los siete hijos que tuvo la familia (solo tres sobrevivieron), nació el 16 de diciembre de 1770 en el número 20 de la calle Bonngasse, en una casa burguesa convertida ahora en museo. Allí pasó sus primeros cuatro años, y allí se exhiben hoy manuscritos originales, retratos e instrumentos. Luego la familia se trasladó a la cercana plaza Auf dem Dreieck, más tarde a Rheingasse 24, y finalmente a Wenzelgasse; preludio, tal vez, del hábito que heredó el músico de cambiar frecuentemente de domicilio.

Su padre quería que el chico fuera, al igual que Mozart, un genio precoz; Ludwig dio su primer concierto con solo 7 años, en la vecina Colonia. A los 10 tocaba el órgano en las misas de la parroquia de San Remigio, y a los 14 cobró su primer sueldo como organista de la Schlosskirche o de la capilla de la Residencia del Príncipe Elector de Colonia. Sería uno de los primeros músicos en vivir libremente de su oficio, y no como empleado de alguna corte, aristócrata o dignatario religioso.




La céntrica Münsterplatz, en Bonn.


La céntrica Münsterplatz, en Bonn. S. ZIESE AGE





Una cuestión de Estado
La ciudad que le vio nacer, Bonn, va a tirar la casa por la ventana. Y no es la primera vez: en 1845, con motivo del 75º aniversario del nacimiento, se erigió en la Münsterplatz, frente a la catedral, la estatua que ahora preside la plaza, que queda a unos 500 metros de su casa-museo de Bonngasse, en pleno centro peatonal. Cerca también se construyó el Beethovenhalle, una sala de conciertos con su nombre. Alemania ha convertido este aniversario en una cuestión de Estado, y para ello ha destinado 27 millones de euros. La etiqueta publicitaria parece el código de un aeropuerto galáctico: BTHVN2020. Cada letra corresponde (en alemán) a un rasgo a destacar del compositor: B de Bürger(ciudadano, en el sentido moderno de la Revolución Francesa), T de Tonkünstler(compositor), H de Humanist (humanista), V de Visionär (visionario) y N de Natur(naturaleza en sentido filosófico, que compartía con su amigo Goethe).



Casa natal del músico en la calle Bonngasse. en Bonn.


Casa natal del músico en la calle Bonngasse. en Bonn. G. GRÄFENHAIN SIM


En esta ocasión, Bonn ha puesto en marcha un Circuito Beethoven para seguir sus pasos por la ciudad. Un recorrido con 16 paradas en lugares relacionados con el músico: se empieza en la casa natal de Bonngasse, que a los recuerdos exhibidos se añadió en 1989 una sala de música de cámara, además de tienda y un café. Las siguientes paradas se detienen en puntos como la parroquia de San Remigio donde tocaba el órgano, la Schlosskirche, la catedral o el Beethovenhalle, la sala de conciertos construida a orillas del Rin en 1959 y que inauguró Paul Hindemith con su espléndida Nobilissima visione. Los 16 puntos se pueden recorrer a pie por el centro peatonal, excepto los dos últimos —la sala de baile La Redoutey el palacio de Lippe, en Oberkassel—, que quedan algo alejados y a los que se puede llegar utilizando la tarjeta BRWC (Bonn Regio Welcome Card), que da acceso a más de 20 museos y al uso del transporte público (la de 24 horas cuesta, según los servicios comprendidos, entre 10 y 29 euros por persona).

Para que no todo se quede en erudición, puede uno reponer fuerzas a escasos portales de donde nació Beethoven, en la Gasthaus im Stiefel (Bonngasse, 30), la misma taberna que solía frecuentar el padre del músico. También guarda sabor de época Em Höttche, junto al Ayuntamiento, donde dicen que allí bailaba Ludwig con una novieta de juventud, Barbe Koch…


Patio de la residencia de Heiligenstadt, a las afueras de Viena.


Patio de la residencia de Heiligenstadt, a las afueras de Viena. D. MAYFIELD GETTY IMAGES



Madurez vienesa
Con 17 años, Ludwig hizo una primera escapada a Viena, donde según leyenda apócrifa habría conocido a Mozart, quien habría exclamado: “Este joven dará que hablar al mundo”. Al cumplir 22, se trasladó definitivamente a la capital austriaca, donde pasaría el resto de su vida. Ya entonces era la metrópolis de la música. Y allí maduró como persona y como músico. A los ocho años de vivir en la ciudad, cuando apenas rozaba la treintena, empezaron sus problemas con el oído, lo cual le llevó a redactar, desesperado, el llamado Testamento de Heiligenstadt, con ánimo tal vez de su***dio, y que solo se encontró tras su muerte, entre los papeles de su última casa. A los 45, su sordera ya era total, y tenía que comunicarse apuntando notas en un cuaderno. Esto influyó sin duda en su dificultad para relacionarse, aunque debió de ser igualmente determinante su carácter fuerte e impulsivo, llegando a mostrarse como un ser huraño y huidizo. La Bestia llegaron a llamarle.



Escultura de Beethoven en Bonn.


Escultura de Beethoven en Bonn. ALAMY



Por contra, eso pudo ayudar a una mayor concentración en su obra, que transita entonces por una “fase heroica” —en palabras del musicólogo y escritor Wilhelm von Lenz, autor en 1852 de una biografía del músico— que le llevaría a la madurez definitiva. Hoy se le considera como el broche del clasicismo (el de Haydn o Mozart) e inicio del romanticismo: no solo en música, también en amores contrariados, y en un talante prometeico frente a la acomodaticia sociedad estamental que lo rodeaba. Vivir de la música, incluso para él, no fue fácil. Pasó por tales agobios económicos que algunos aristócratas vieneses le ofrecieron una pensión anual a cambio de que no abandonara la ciudad. La tutoría de su sobrino Karl agravó la situación, pero al final de sus días el muchacho permaneció a su lado (la película El sobrino de Beethoven, de 1985, lo retrata).

Para este aniversario, Viena se mira al ombligo, es decir, pone el foco sobre sí misma como “capital de la música” (lema oficial) que, tal y como adoptó a Beethoven (y otros), sigue acogiendo a jóvenes talentos. De los más de 20 domicilios que el músico habitó en la ciudad austriaca, tres residencias conservan algo de su memoria: la Pasqualatihaus (en Mölker Bastei, 8, la más céntrica), la Beethoven Eroicahaus (en el barrio de Oberdöbling) y la casa de campo de Heiligenstadt (Probusgasse, 6), en el distrito de Grinzing, hoy un pequeño museo donde se exhibe el citado Testamento de Heiligenstadt, que redactó en 1802.

Esta última morada quedaba entonces a las afueras de la ciudad, pero hoy es fácilmente accesible en una hora de tranvía. Aún es posible pasearse entre colinas suaves tapizadas de viñedos contemplando abajo, a lo lejos, Viena, abrazada por la serpiente del Danubio azul. Grinzing está lleno de Heuriger o ventas donde se festeja cada otoño la llegada del vino joven (un ramo en la puerta sirve de santo y seña). Acudir a alguna de esas tabernas típicas austriacas, donde se puede degustar vino de la región y también comer, se ha convertido en un rito casi obligado para los turistas. También se puede almorzar y brindar en la propia casa que ocupó Beethoven en Heiligenstadt. Casi al lado, Pfarrwirt y Mayer am Pfarrplatz son otros Heuriger con mucho sabor. En el centro de Viena, el restaurante Ludwig van (Laimgrubengasse, 22) está en uno de los domicilios que ocupó, y ofrece cocina tradicional con un toque de modernidad.

La vida de Beethoven en Viena ha sido bien documentada por el cine, ya desde 1909. Aparte de la película ya mencionada, la cinta más ambiciosa sobre el músico tal vez sea la de Agnieszka Holland, Copying Beethoven (2006). Beethoven murió el 26 de marzo de 1827, con 56 años. A su entierro acudió una multitud de más de 20.000 personas, lo que equivaldría hoy al sepelio de un famoso roquero o alguien similar. Su tumba puede visitarse en el Zentralfriedhof de la ciudad (junto a las de colegas como Brahms o Strauss). Ludwig van Beethoven no solo representa el paso del clasicismo al romanticismo en el ámbito musical: él mismo es prototipo de hombre “moderno” en sentido profundo, de ahí su vigente atractivo. “La libertad, el progreso, es el objetivo en el mundo del arte, al igual que en la creación universal”, dejó escrito. Y para la última y más célebre de sus sinfonías, la Novena (¡el himno de Europa!), adoptó la Oda a la alegría de Schiller: “Alegría, chispa divina (…) tu magia vuelve a unir lo que rompieron las modas, todos los hombres se tornan hermanos donde tus frágiles alas se posan”.


800 EVENTOS
El “Año Jubilar” de Beethoven en toda Alemania comenzó oficialmente el pasado 16 de diciembre. A lo largo de 2020 están programados más de 800 eventos entre conciertos, exposiciones, festivales, ópera, ballet, teatro, ediciones musicales, congresos, actividades para niños... Destacan los programas Beethoven Pastoral Project (con un guiño al cambio climático), Beethoven bei uns (que organiza conciertos, conferencias y lecturas en salones de estar privados) y BTHVN2020 Musikfrachter (un crucero fluvial y musical que rememora el viaje de Bonn a Viena de Beethoven). Todo un tsunami de iniciativas. Puede verse el calendario completo de las actuaciones programadas en la web oficial.

Viena no se queda atrás. También el 16 de diciembre se inició el año Beethoven con un concierto gratuito frente al Ayuntamiento de la capital austriaca. Y también gratis, el 8 de mayo en la plaza de los Héroes será la Fest der Freude 2020 (Fiesta de la alegría), para celebrar el 75º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. La única ópera del compositor, Fidelio (1805), se va a representar tanto en la Ópera Nacional como en el Theater an der Wien (para el cual el músico trabajó y donde llegó a residir). Entre los conciertos en la ciudad destacan los de la Wiener Konzerthaus (los titulares de esta sala realizarán una actuación pública al aire libre junto a la Beethoven Bonn Orchester el 15 de mayo) y, por supuesto, los de la mítica sala Musikverein (la del concierto de Año Nuevo). La cascada de conciertos, exposiciones e iniciativas de todo tipo, incluso gastronómicas, puede consultarse en events.wien.info.


 
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