Vacaciones dentro de europa

Colmar en Francia
El encanto de Colmar es innegable por su típico aire veneciano. La villa fue levantada entre casas de madera, canales y un centro histórico atractivamente adornado. Siendo una parada imprescindible en Alsacia, este lugar le permitirá descubrir la dulzura de vivir y su bella riqueza patrimonial.
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Colmar, "la pequeña Venecia"
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Colmar: ¡una ciudad a consumir son moderación! De Colmar se dice a menudo que es la más alsaciana de las ciudades de Alsacia. Es sin duda una ciudad totalmente excepcional por la riqueza y la variedad de su patrimonio histórico y arquitectónico con más de 1.000 años de historia.
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Ciudad de Arte, de Historia y de patrimonio La Edad Media ha dejado en la ciudad vieja magníficos ejemplos de arquitectura gótica como la Colegiata Saint-Martin, la iglesia Saint Matthieu o la iglesia de los Dominicos, testigos de un arte a la vez puro y sobrio, con una gran depuración. Algunos edificios civiles muestran el esplendor arquitectónico de Colmar durante la Edad Media, como por ejemplo la Casa Adolph, de la segunda mitad del siglo XIV, o la casa “Huselin zum Swan”, en la calle Schongauer. El Koïfhus (la Antigua Aduana), terminado en 1480, es el edificio público más antiguo de la ciudad. En su época, desempeñó un papel destacado en la vida económica de Colmar. Mencionado por primera vez en 1370, el edificio servía para el depósito y el tránsito de todas las mercancías importadas en Colmar. El Renacimiento está omnipresente en la ciudad vieja: La célebre Casa Pfister (1537), símbolo de Colmar y una de las más bellas mansiones burguesas que se hayan conservado. La “Casa de las Cabezas” (1609) que debe su nombre a las 111 cabezas y máscaras grotescas que decoran su fachada, evoca la “edad de oro” de los comerciantes y muestra la riqueza de la burguesía comerciante de la localidad. El clasicismo francés también ha legado a Colmar hermosos edificios. El Palacio del Consejo Soberano cuya fachada neoclásica se remonta a 1771. El Antiguo Hospital (1744) de proporciones sobrias y equilibradas que desde 2012 es la sede de la nueva Mediateca Municipal, centro Edmond Gerrer.
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Deambulando por las calles, se pueden asimismo admirar los numerosos y selectos comercios, los tejados de tonos tornasolados o pasear a lo largo del muelle de la Poissonnerie. Antaño centro neurálgico de la pesca y de la venta de pescado, este barrio lleva ahora el nombre de la “Pequeña Venecia”. Gastronomía en Alsacia Entre todas las especialidades culinarias, hay que destacar algunos clásicos: el foie gras (inventado en Estrasburgo en 1780), el bæckeofe (plato compuesto de tres carnes marinadas y patatas con vino blanco), la ineludible choucroute, la matelote (caldereta) del Rin, el gallo al vino Riesling, el pain d'épices y el Kougelhopf (masa de brioche azucarada con uvas maceradas en kirsch), sin olvidar el queso de Munster. Colmar, capital de los Vinos de Alsacia Cada uno de los 170 km de la Ruta de los Vinos te invita a conocer una región donde la vida es un arte. De la puerta de Marlenheim a la de Thann, dedica tiempo a descubrir el alma de esta Ruta: conoce a los viticultores, cata sus vinos, piérdete por las callejuelas de las localidades medievales y, lejos de la multitud, recorre los senderos vinícolas y admira, entre las viñas que se alzan en las colinas, las magníficas vistas que durante una pausa serán sólo para ti.
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Luz y patrimonio Primera ciudad de Francia en haber puesto en marcha una operación de esta envergadura, Colmar recibió en 1997 el premio especial de la Academia de las Artes de la Calle por esta realización realmente fuera de lo común. 1.100 puntos luminosos controlados por ordenador gracias a la fibra óptica de la red son diseminados hábilmente por la ciudad y de este modo permiten, durante todo el año, una iluminación original, que cambia en intensidad y color. Las iluminaciones tienen lugar a la caída de la noche: durante todo el año, los viernes y sábados, así como todas las noches durante los acontecimientos importantes que marcan la vida de la ciudad: el Festival Internacional de Música Clásica, la Feria Regional de los Vinos de Alsacia, la Navidad en Colmar. Fiestas y eventos Colmar Celebra la Primavera (marzo-abril): dos mercados de Semana Santa aguardan a los visitantes en las más hermosas plazas históricas de la ciudad. Veladas Folclóricas Colmar (mayo-septiembre): los martes por la noche, de 20h30 a 22 h, en la plaza de la Antigua Aduana-Koïfhus, unos grupos folclóricos presentan espectáculos de danza tradicional con melodías procedentes del amplio repertorio tradicional alsaciano. Festival Internacional de Colmar (julio): elegido por el “New-York Times” como uno de los 10 mejores festivales de Europa, el Festival Internacional de Música de Colmar cada año rinde homenaje a un músico en particular, a un instrumento, a un país o a una cultura. Mercadillos de Navidad de Colmar (noviembre-diciembre): por todas partes, los escaparates y las casas decoradas se suceden en las calles y callejuelas llenas de animación donde se mezclan los olores a naranja y canela. A la caída de la noche, un sutil juego de luces realza las innumerables riquezas arquitectónicas que van de la Edad Media al siglo XIX. Un sublime “recorrido de luz” conduce al paseante a descubrir cinco mercadillos de Navidad (Plaza des Dominicains, Plaza Jeanne d’Arc, Plaza de la Antigua Aduana, Plaza des 6 Montagnes Noires y Koïfhus), cada uno de ellos en un marco idílico y con su propia identidad. Visitar Colmar Unas visitas guiadas con un verdadero guía-intérprete cualificado que conoce su ciudad como su propia mano, es lo que te propone la Oficina de Turismo de Colmar. Paseos en barca: una visita comentada del barrio de la Pequeña Venecia y del muelle de la Poissonnerie de forma original. A bordo de una barca de fondo liso, descubre todo el encanto de este lugar auténtico. En trenecito: dos compañías te permitirán descubrir los encantos y el patrimonio del viejo Colmar de una forma novedosa y lúdica. El circuito de alrededor de 7 km está comentado en 14 idiomas. En calesa: te subirás en una calesa tirada por varios caballos para descubrir el Colmar pintoresco de una forma singular: un verdadero viaje en el tiempo. En bicicleta: parte a descubrir Colmar y su región alquilando una bici.
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Cómo venir a Colmar En tren - TGV Est : 2h50 estación del Este - TGV Rhin-Rhône : 3h20 de Lyon, 5h10 de Marsella En avión - Aeropuerto internacional de Strasbourg-Entzheim (60 km de Colmar) - Aeropuerto Karlsruhe / Baden-Baden (120 km de Colmar) - Aeropuerto international de Bâle-Mulhouse (59 km de Colmar) - Aeropuerto international de Zürich (155 km de Colmar) - Aeropuerto Paris Charles de Gaulle (2h50 en TGV direct) Contacto Oficina de Turismo de Colmar 32 cours Sainte Anne 68000 COLMAR Tél.: +33 (0)3 89 20 68 92 Fax : +33 (0)3 89 41 76 99
 
Hallstatt en Austria
La villa de Hallstatt, en Austria, desprende un encanto pintoresco, muy propio de los cuentos de hadas. No es difícil perderse entre sus callejones y admirar la innegable belleza del entorno a los pies de su lago. Este es otro ejemplo reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial. No nos extraña.
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Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Publicado el 7 noviembre, 2014

Día 6 : OBERTRAUN – HALLSTATT – BAD ISCHL – ST. WOLFGANG – ST.GILGEN – GRAZ
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Lunes, 28 de junio del 2010

Esta mañana hemos empezado con un desayuno muy completo en nuestro hotel Apartment Hotel Seerose y rodeados de un paisaje espectacular que rodea Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria.


Obertraun

Después de desayunar y llevar las maletas a nuestro coche de alquiler en Austria, nos hemos ido directamente al lago, a hacer unas cuantas fotos y relajarnos a primera hora de la mañana.


Obertraun

Después de esto, nos hemos puesto en camino hacía Hallstatt a menos de 10 minutos desde Obertraun donde hemos aparcado en uno de los parkings de fuera del pueblo.
Ya desde lejos podemos ver el porqué dicen que Hallstatt es “el pueblo más bonito del mundo a orillas de un lago” o “el pueblo más bonito de Austria”.


Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Vamos parando en cada rincón del pueblo y en cada calle para hacer fotos, es algo inevitable en un entorno como este.


Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Vemos mucha gente paseando por las calles Hallstatt de a pesar de ser primera hora de la mañana.


Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Después de recorrer Hallstatt, nos hemos ido directamente a la iglesia y al osario de Hallstatt.


Hallstatt

Las vistas de Hallstatt desde el cementerio son muy buenas. Aunque las fotos resultan un tanto “raras”, viendo en primer plano el cementerio, para ver en segundo plano el pueblo.


Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Después de esto, nos hemos ido a la primera terraza que hay a la entrada del pueblo de Hallstatt, desde donde se tiene una vista impresionante del pueblo a pie del lago. Sin duda es uno de los lugares más bonitos que ver en Austria.


Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria

Cuando nos hemos dado cuenta, eran las 12 y media, así que hemos ido en busca del coche para irnos directamente a Bad Ischl.


Hallstatt

Allí hemos intentado buscar el palacio donde Sissí pasaba los veranos y después de dar una vuelta y ver que no dábamos con el, hemos decidido irnos hacía St. Wolfang, ya que el pueblo no nos ha gustado mucho.
Tardamos unos 20 minutos en llegar y vemos que esta zona está repleta de turistas. Esperábamos más tranquilad, aunque, pese a eso, no deja de ser un pueblo precioso. Pero claro, comparándolo con Hallstatt… Sí, ya sabemos que las comparaciones son odiosas, pero inevitables en este caso.
Hemos ido a comer y después de tomar un café bien cargado, nos hemos ido hacía St. Gilgen, donde teníamos la idea de subir al funicular para ver los paisajes, pero al final nos hemos “rajado”.
No queremos hacer ningún trail y donde deja el funicular, sólo se ve el lago desde arriba, con un precio de 20 euros por persona, que creemos no vamos a disfrutar tanto como hicimos ayer recorriendo la carretera de Grossglockner.
Así que al final hemos ido a dar una vuelta por el pueblo y aprovechar a relajarnos comiendo un helado.
Hemos estado sentados a orillas del lago y hemos visto demasiado turismo, la verdad es que esta zona nos ha decepcionado un poco. Esperábamos pueblos mucho más tranquilos, tipo a los del Tirol de vimos el otro día.


Paisajes de Austria

Después de esto, son las 5 de la tarde y ya sólo nos queda ponernos camino de Graz, que es nuestra próxima parada.
Tardamos 2 horas y media en llegar y una vez acomodados en nuestro hotel, el Hotel Mercure Graz City, salimos en busca de un restaurante para cenar.
Ha sido una tarea difícil, ya que hemos estado bastante rato dando vueltas, sin encontrar nada.
Hasta que al final hemos dado con uno, con un patio interior, donde hemos cenado muy bien, aunque han sido un poco lentos. Todo no se puede tener.
Ahora vamos a descansar, que mañana tenemos visita a la ciudad durante todo el día.
Hoy nos quedamos con la visión de Hallstat desde la terraza tomando un refresco. El pueblo más bonito de Europa a orillas de un lago.

Día 7
GRAZ
 
Giethoorn en los Países Bajos
En esta villa han olvidado el estrés, los coches y la polución. Aquí se respira la paz más absoluta. Ubicada en el Parque Natural de Weerribben-Wieden, al norte de los Países Bajos, el pueblo ofrece pasear, descubrir pequeñas casas, la vegetación, pequeños canales y numerosos puentes.
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Eze en Francia
Eze es una de las villas más pintorescas de Francia. A caballo entre el mar y la montaña, la villa se sitúa cerca de Cannesy está dotada de una hermosa vegetación compuesta de plátanos, limoneros, naranjos y algarrobos. No muy lejos del pueblo se encuentra la playa de la bahía de Eze, a la sombra de un bosque de pinos. Ubicado en lo alto de un acantilado, también cuenta con monumentos históricos como las dos torres de guardia. Desde lo alto, las vistas son insuperables.
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Situado entre Niza y Mónaco, Eze es uno de los pueblos más pintorescos e impresionantes de la Costa Azul por su situación geográfica: se encuentra encaramado en lo alto de un acantilado lo que hace de él un auténtico mirador con unas vistas panorámicas asombrosas del mar Mediterráneo y de la Costa Azul hasta Niza, con Cap-Ferrat al oeste e Italia al este. Además, Eze se extiende a lo largo de tres Corniches, las carreteras situadas entre Niza y Menton que recorren la Costa Azul, que tantas veces vimos en el cine. La corniche más alta (Grande Corniche), suspendida entre el mar y el cielo; el pueblo de Eze, situado un poco más bajo; y en la zona más baja, a nivel del mar, Eze-Bord-de-mer, bañado por el Mediterráneo – para más información de estas espectaculares carreteras, visiten nuestra página: ruta de las Corniches -.
 
Alberobello en Italia
En la región de Apulia se encuentra un pueblo increíble con una herencia asombrosa: Alberobello. El pueblo está adornado con 1.500 trulli, edificios circulares con un techo cónico sin armazón, que se remontan al siglo XV.
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Bibury en Inglaterra
Bibury, situada al oeste de Londres, en el distrito de Costwold, es indiscutiblemente uno de los pueblos más bellos de Inglaterra. Compuesto por casas realizadas en piedra caliza de color miel y un techo inclinado, Bibury reúne todos los ingredientes para empaparse del típico encanto inglés.
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Bibury es el pueblo con más encanto de la ruta por la campiña inglesa y se sitúa a sólo unos kilómetros de Cirencester, uno de los asentamientos romanos más importantes, y poseedor del título "La capital de los Cotswolds". El pueblo de Bibury es una atracción turística muy popular de Inglaterra y está en la lista de "must see" o de lo que "debes ver" entre los lugares de los Cotswolds.

Bibury se encuentra a muy poca distancia de Cirencester, y por su posición estratégica junto al río Coln podemos ver la huella romana en su asentamiento. Todo lo que este pueblo te ofrece te enamorará: encantadoras casas de campo con fachadas de piedra, tejados de cuento, un paisaje totalmente verde, estanques y ríos... De hecho, el artista William Morris, después de visitar el pueblo de Bibury, afirmó que era “el pueblo más bonito de Inglaterra”. Esto no es de extrañar, pues la esencia de Bibury queda impregnada por la naturaleza de la campiña inglesa y su tranquilidad. Sin duda, se trata de un auténtico pueblo de postal en mitad de los Cotswolds que atrae anualmente a muchos visitantes, incluso los días más fríos de invierno, aunque te recomendamos visitarlo en primavera o verano.

Qué ver en Bibury
Cuando vayas a Bibury tienes que visitar el conocido Arlington Row. Se trata de una fila de cabañas de tejedores construidas en piedra en el siglo XIV, junto al río Coln. La fila es ahora propiedad de la National Trust. Por su parte, Arlington Mill ha sido tanto un molino de tela como un molino de maíz, pero ahora alberga un museo que incluye una colección de recuerdos de William Morris.

El río Coln fluye a través de Bibury, y a lo largo de su recorrido verás la calle principal de Bibury y una extensión pantanosa de Watermeadow conocida como Isla de Rack. Con la fila de Arlington como telón de fondo es una de las escenas más pintorescas que encontrarás en los Cotswolds.

Otras de las atracciones de interés en este pueblo del Reino Unido con tanto encanto son el Bibury Trout Farm, la Iglesia sajona y la Iglesia de Santa María. A esto hay que sumarle la Bibury Court, unas mansiones del siglo XVII reconstruidas y convertidas en un impresionante hotel de campo que merece la pena ir a ver.
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BLOG EL VIAJERO ASTUTO
Cosas que ver en Toulouse
Un destino ideal para una escapada de tres o cuatro días

ISIDORO MERINO

9 OCT 2017 - 13:01 CEST
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Cúpula de la Grave al atardecer, desde la escalinata de Saint-Pierre, junto al río Garona, en Toulouse.PATRICE NIN / VILLE DE TOULOUSE


Contemplar la cúpula del hospital de la Grave al atardecer, desde la escalinata de Saint-Pierre junto al río Garona, es uno de los placeres que brinda la pequeña, elegante y universitaria ciudad de Toulouse, al sur de Francia.

Place du Capitole
Espectacular centro de la ciudad y una de las plazas más bellas de Francia, decorada con una gran cruz occitana y rodeada de soportales donde confluyen farmacias, cafés, tiendas de ropa, hoteles de lujo, joyerías y puestos de bouquinistes. Su cara este la ocupa íntegramente la fachada neoclásica del Capitolio, sede del Ayuntamiento y del Teatro de la Ópera, un imponente edificio de ladrillo rosa que se enciende de rojo al atardecer. Enfrente, en el lado opuesto de la plaza, los frescos de Raymond Moretti en los techos de la galería de los soportales resumen la historia de la villa, incluida la memoria del exilio republicano y la Guerra Civil Española, representadas por famosa imagen de Robert Capa, Muerte de un miliciano y el Guernica de Picasso. En una de las esquinas de la plaza del Capitolio está el hotel Le Grand Balcon, donde se alojaban los pilotos de la legendaria Compagnie générale aéropostale, que volaba entre Toulouse y Dakar (Senegal), entre ellos el escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry, autor de El principito.

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Basílica cluniacense de Saint-Sernin. PIERRE DUFFOUR GETTY

Basílica de Saint-Sernin
De Capitole parte la animada Rue du Taur(calle del Toro), por la que Saturnino (Sernin), obispo de Toulouse hacia el año 250, fue arrastrado atado al cuello de un toro que no había querido sacrificar en ceremonia pagana. Sobre su sepultura, en el extremo norte de la calle, se alza la basílica cluniacense de Saint-Sernin (San Saturnino), del siglo XI, etapa clave del Camino de Santiago en Francia. Bajo su campanario octagonal se descubre una espaciosa nave abovedada que sorprende por sus dimensiones y su claridad en un edificio románico increíble. En su cripta se conservan las reliquias de Sernin y otros mártires cristianos.

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Claustro del convento de los Jacobinos. PATRICE NIN / VILLE DE TOULOUSE

Convento de los Jacobinos
Este imponente edificio de ladrillo rojo, construido entre los siglos XIII y XIV, es uno de los mejores exponentes de la arquitectura del Languedoc. El conjunto se organiza alrededor de un gran claustro, adornado con elegantes columnas de mármol y capiteles con motivos florales y animales.

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Hôtel d’Assezat, sede de la Fundación Bemberg. PATRICE NIN / VILLE DE TOULOUSE

Fundación Bemberg
La Fundación Bemberg, con sede en el precioso edificio renacentista Hôtel d’Assezat, alberga uno de los conjuntos artísticos más interesantes de la ciudad: la colección personal legada por Georges Bemberg (1915-2011): cerámicas, muebles y pinturas que abarcan desde el renacimiento italiano hasta las vanguardias del XX, con obras de Canaletto, Gauguin, Veronese, Tintoretto, Lucas Cranach, Monet, Gauguin y Picasso.

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Simulador de gravedad lunar en la Ciudad del Espacio. MANUEL HUYNH / CITÉ DE L’ESPACE


La Ciudad del Espacio
Inaugurada en 1997, la Cité de l’Espace (Ciudad del Espacio), un parque temático-científico dedicado a la exploración espacial, celebra este año su 20º aniversario. Se pueden visitar auténticas naves espaciales como la cápsula rusa Soyuz, recorrer una réplica exacta de la estación espacial Mir o experimentar la gravedad lunar en un simulador. Además, se han programado actividades especiales como la exposición Astronautas (hasta finales de diciembre de 2018), sobre la vida diaria de los tripulantes de la estación espacial internacional ISS; la Semana Mundial del Espacio (hasta el 10 de octubre), dedicada a la contribución de la ciencia y la tecnología a la mejora de la vida cotidiana; el 30º Congreso Mundial de Astronautas (del 16 al 20 de octubre), que reunirá a un centenar de viajeros espaciales que compartirán sus experiencias con el público, o el festival aeronáutico Des Étoiles et des Ailes (Alas y Estrellas), que se celebrará del 10 al 12 de noviembre.

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Cadena de montaje de un avión en el hangar Lagardère de la fábrica de Airbus en Toulouse. P. MASCLET /

Fábrica Airbus y Museo Aeroscopia
Desde el mirador del hangar Lagardère de la fábrica de Airbus se puede contemplar la cadena de montaje donde se lleva el proceso de acabado de aeronaves de pasajeros como el A350XWB y asombrarse con las descomunales dimensiones del complejo. La visita (a través de la agencia Manatour; hay reservar con tiempo) incluye un circuito panorámico en autobús por las instalaciones (está prohibido hacer fotografías) y se puede combinar con la entrada al museo de la aeronáutica Aeroscopia y un recorrido por los hangares de Ailes Anciennes (alas antiguas), una asociación dedicada a la restauración de aviones históricos similar a la que existe en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos.

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Gárgolas en el claustro del Musée des Augustins, en Toulouse. ISIDORO MERINO

Museo de los Agustinos
El edificio del antiguo convento de los agustinos acoge el principal museo de la ciudad: el Musée des Augustins, un magnífico ejemplo del gótico meridional con un claustro que transmite calma y levedad e invita a pasear por un jardín de plantas medicinales o hacerse un selfie entre gárgolas aulladoras. Las salas del museo acogen una ingente colección de Art pompier (corriente academicista de pintura de género surgida en Francia a mediados del siglo XIX). Imprescindible la Salle des Chapiteaux, con su colección de capiteles románicos, resaltados por la luminosa instalación Site-specific (creada para un lugar concreto) del artista cubano Jorge Pardo.

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Instalación del artista cubano Jorge Pardo en la 'Salle des Chapiteaux' del Museo de los Agustinos.ISIDORO MERINO

Museo Saint-Raymond
Dedicado a la antigüedad galorromana de Toulouse, ofrece un interesante recorrido por el pasado arqueológico de la ciudad. A destacar la serie de relieves en mármol que muestran los doce trabajos de Hércules.

Jardín de Plantas
Creado en 1794 por iniciativa del naturalista Philippe Picot de Lapeyrouse, este antiguo parque botánico, unido por pasarelas al jardín Grand Rond y el Jardín Royal, es uno de los rincones verdes más agradables de Toulouse. Dentro del recinto del jardín se halla el Museo de Historia Natural, el segundo más grande de Francia.

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Jardín japonés de Toulouse. I. M.

Jardín japonés
Inspirado por los jardines japoneses de las eras Muromachi y Edo (siglos XIV a XVI), recrea la atmósfera zen de templos de Kioto como los Ryoan o Daitoku. Para relajarse.


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Cúpula del hospital de La Grave de Toulouse. GETTY IMAGES



El río Garona
Entre la plaza de Saint-Pierre y el Pont Neuf discurre uno de los paseos más bonitos de Toulouse, bajo los árboles del Quai Lucien Lombard o en la plaza de la Daurade, de donde zarpan los Bateaux Toulousains, los barcos turísticos que recorren el río Garona y el canal de Brienne. Los días claros invitan a contemplar la puesta de sol desde la terraza del Café des Artistes o la escalinata de Saint-Pierre. No está de más cruzar el Pont Neuf y conocer el popular barrio de Saint Cyprien, con el Châteaud’Eau, antiguo depósito de agua convertido en galería fotográfica; el Hôtel Dieu Saint-Jacques, sede del Museo de la Medicina; la cúpula del hospital de La Grave, y el museo de arte contemporáneo Les abattoirs, que aprovecha la rehabilitación de los antiguos abattoirs (mataderos)

















 
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Terrazas en la plaza de Saint-Georges, en el centro de Toulouse. ISIDORO MERINO

Plaza de Saint-Georges
La coqueta plaza de Saint-Georges, abarrotada de terrazas y restaurantes, es uno de los puntos más animados de Toulouse. Aquí fue ejecutado en 1762 Jean Calas, un modesto tendero protestante que fue acusado injustamente de asesinato e inspiró a Voltaire su Tratado sobre la tolerancia. La oferta de bares y restaurantes de Toulouse se prolonga por el Marche des Carmes y las calles adyacentes. Los barrios de Saint-Sernin y Arnaud-Bernard son territorio universitario.

Información práctica
Ryanair tiene una oferta para volar este otoño a Toulouse desde 26 euros, ida y vuelta. Salidas de Madrid.

La tarjeta Pass Tourisme, válida para uno, dos o tres días, incluye entrada gratuita a los museos del centro urbano, una visita guiada organizada por la Oficina de Turismo y transporte público ilimitado en metro, autobús, tranvía y traslados entre el aeropuerto y el centro. También incluye una tarifa reducida en la mayoría de los lugares turísticos y en ciertas tiendas. Desde 15 euros.

Oficina de Turismo: www.turismo-toulouse.es

https://elpais.com/elpais/2017/10/08/viajero_astuto/1507497967_080646.html


 
DESTINOS EUROPEOS
De Estrasburgo a Lille: los mejores mercados navideños de Europa para visitar en 2017
Hay ciudades que merece la pena visitar (mucho más) en estas fechas, en las que las calles se llenan de luces y las plazas, de puestos de adornos navideños y dulces típicos
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La Grand Place de Bruselas, en Navidad (Reuters)
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T.F.
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02.11.2017 – 16:32 H.

Nunca es pronto para empezar a hablar de Navidad. A pesar de que este año estamos teniendo un otoño particularmente cálido y que desde que arrancó, a finales de septiembre, pocas veces ha llovido —ya de nevar ni hablamos—, vemos cada vez más cerca el mes de diciembre y todo lo que conlleva: el puente de la Constitución, oportunidad estupenda de buscar un destino y desconectar de la rutina diaria, las vacaciones... y todo lo que rodea el periodo navideño.

Son muchos los que prefieren quedarse en sus casas, disfrutar de las comidas en familia, de las tardes de largas sobremesas y del descanso. No obstante, cada vez hay más amigos de la aventura que aprovechan los días libres paraviajar por el mundo. Para todos ellos, y en especial, para aquellos que sienten la Navidad como uno de los periodos más mágicos del año, hacemos un recopilatorio de los mejores mercadillos navideños de Europa, haciendo una comparativa de los 'ránkings' presentados por Best European Destinations, Skyscanner, Travel&Leisure, Go Euro, Travel Channel y Culture Trip:

1. Estrasburgo, en Francia
Estrasburgo, capital de la Navidad. La ciudad gala, ubicada en el noreste, en la frontera con Alemania, se presenta a sí misma como la 'capital de la navidad'. Y no es para menos: es el único que incluyen en sus listas de mejores mercados de Navidad las seis diferentes entidades que hemos consultado. El de Estrasburgo se inaugura el 24 de noviembre, de 14:00 a 21:00. Desde entonces y hasta el 30 de diciembre, permanecerá abierto de 11:00 a 20:00 todos los días, salbvo los últimos cuatro días, que será solo una parte del mercado la que todavía continúe abierta al público.

Además, el 24 de diciembre, la tan ansiada Nochebuena, el mercado de Estrasburgo cierra a las 18:00. Se trata de uno de los mercados navideños más antiguos —de Francia, es el más longevo—: la primera vez que se instaló fue en 1570 con el nombre de Chriskindelsmärik y, según los propios organizadores, acoge a cerca de dos millones de visitantes cada año. Cuenta con unos 300 puestos y no están todos en la misma zona: si bien la gran mayoría están muy cerca de su hermosa catedral, los puestos están ubicados en más de una decena de puntos diferentes de una ciudad que merece la pena ser visitada incluso sin luces navideñas mediante.



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El de Estrasburgo es uno de los mercados navideños más antiguos de Europa (EFE)


Es también un destino perfecto para degustar los típicos dulces navideños de la zona, en concreto el 'bredele', una especie de pastel de diferentes sabores, desde el típico de jengibre, a los clásicos de mantequilla pasando por otros con sabores más característicos, como el anís, la naranja o la canela.

2. Viena, en Austria
El de la capital austriaca no es, desde luego, el único mercado navideño aunque sí uno de los más valorados, tanto dentro del país como el resto de Europa. Ubicado en la plaza que se encuentra frente al Ayuntamiento, es una opción que incluye, además de multitud de puestos donde adquirir dulces típicos, artículos navideños o los tradicionales domos de nieve, la opción de patinar sobre huelo bajo una de las estructuras barrocas más impresionantes de Europa.



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Mercado navideño frente al Ayuntamiento de Viena (EFE)


El mercado de Viena está abierto desde el 17 denoviembre hasta el 26 de diciembre. De domingo a jueves, abre de 10:00 a 21:30, mientras que los viernes y los sábados extiende su horario, de 10:00 a 22:00, horario que también asume el jueves 7 de diciembre —para los españoles, en pleno puente de la Constitución—. El día de Nochebuena abre a las 10:00 pero echa el cierre a las 18:00, mientras que los días 25 y 26 de diciembre abre de 11:00 a 21:30. El mercado de Viena está incluido en cinco de las seis guías que hemos consultado.

3. Bruselas, en Bélgica
Bélgica no tiene un único destino navideño, aunque la capital, Bruselas, destaca por encima de sus competidoras, Brujas, Gante o Amberes. Con más de 200 puestos y diferentes animaciones —desde una gran noria a la navideña pista de patinaje sobre huelo—, se trata de un mercado relativamente reciente: nació tal y como se le conoce a día de hoy en 2002, pero celebra todo un 'festival de placeres de invierno' que convierte al corazón de Europa en uno de los mejores destinos para disfrutar de espectáculos de luces.

El mercadillo de Bruselas, que está recomendado por cinco de las seis guías de mercados navideñas, sigue un poco la dinámica de la Unión Europea: lejos de centrarse en las delicias, costumbres y tradiciones locales, acoge a infinidad de artesanos de diferentes partes del mundo entre sus casetas de madera.



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Mercadillo navideño de Bruselas (Reuters)


El mercadillo navideño de la capital belga abre sus puertas por primera vez el 24 de noviembre y permanecerá abierto hasta el último día del año. De lunes a jueves, abre de 12:00 a 21:00, mientras que los viernes extiende su hora de cierre hasta las 22:00. Los sábados y domingos, no obstante, abre desde las 11:00 hasta las 22:00. Se extiende desde la Grand Place hasta la plaza de Santa Catarina, un recorrido de más de dos kilómetros llenos de adornos navideños, luces y dulces.

4. Praga, en República Checa
Praga es otro de esos destinos altamente recomendables, independientemente de la fecha que se escoja para visitar. No hay nada como viajar a una ciudad que puedes recorrer caminando, callejeando sobre empedrados antiguos y elevando la mirada entre edificios que casi impiden ver el cielo debido a su cercanía. El puente de Carlos es otra de las más bellas postales de la capital checa, y también uno de los mejores miradores de la ciudad.



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La 'Ciudad Vieja', el casco viejo de Praga (EFE)


El mercado navideño de Praga es uno de los que dura más tiempo: comienza el 2 de diciembre y se extiende hasta el 6 de enero —la mayor parte de los mercadillos de Navidad en Europa finaliza antes de que se acebe el año—. Cuatro de las seis guías consultadas recomiendan este destino. Los principales puestos se concentran en tres zonas: la plaza del casco antiguo (Starometské námestí), en la plaza de Wenceslao y en la plaza de la República —de la primera a la última no se tarda más de 15 minutos caminando—. Todos los puestos abren desde las 10:00 hasta las 22:00, salvo los de comida y bebida, que permanecen abiertos hasta las 12:00.

Los principales atractivos de los mercados de Praga, además de los tradicionales adornos navideños, son las marionetas de madera o cerámica, así como los adornos de cristal de bohemia. Sin embargo, no puede irse uno de la capital checa sin aprovechar para tomarse una buena cerveza de entre sus miles de opciones.

5. Copenhague, en Dinamarca
No es de extrañar que una ciudad escandinava tenga uno de los mejores mercadillos navideños de Europa y tampoco es raro que el elegido sea Dinamarca, el país más feliz del mundo. Son cuatro de las seis páginas consultadas las que recomiendan viajar en estas fechas a la capital danesa. Copenhague tiene no más de una opción para las compras —y las desgustaciones— durante las vacaciones de Navidad y sus calles están llenas de olor a comida —aunque esto ocurre todo el año—, de vino caliente con especias, de adornos para el árbol de Navidad y, por supuesto, de historias que recuerdan sin cesar a Hans Christian Andersen.




Mercado navideño del parque de atracciones Tivoli, en Copenhague (Maria Eklind)


La ciduad danesa tiene varias opciones entre las que elegir, aunque la más destacada es, sin duda, la de los mercadillos navideños del Tivoli, el parque de atracciones más antiguo de Europa y una de las joyas navideñas de la ciudad. Abierto únicamente por temporadas —Halloween y Navidad, entre otoño e invierno—, los jardines de Tivoli abren desde el 18 hasta el 31 de diciembre de 11:00 a 23:00 de domingo a jueves y hasta las 24:00, los viernes y sábados. Eso sí, los días de Nochebuena y Nochevieja abrem, respectivamente, de 10:00 a 17:00 y de 11:00 a 00:30. El último día del año, además, se puede disfrutar de un espectáculo pirotécnico para despedir el año. ¿Se puede pedir más?

No obstante, hay otras opciones dentro de la misma ciudad —y sin necesidad de pagar por ellas, como ocurre en Tivoli—: la mejor opción, sin duda, es la del mercado de Christiania, la 'ciudad libre' de Copenhague. Abierto desde el 9 hasta el 20 de diciembre, es, como el lugar en sí mismo, uno de los mercadillos más alternativos: artesanía, joyas, espejos, candelabros, adornos navideños de papel, de madera, máscaras... una versión menos tradicional del mercadillo navideño.

Lille, Barcelona y más mercados
Más allá de estos cinco destinos, en los que más coincide cualquier guía de mercados que visitar en Navidad, hay decenas de opciones en Europa. Francia y Alemania son los países con mejores mercados, sin embargo, destacan sobre los demás los de Lille, en el norte de Francia, y Dresde, en el sur de Alemania. En este último es imprescindible hacerse con un 'stollenmädchen', un pan de frutas típico sajón, antes de visitar la pirámide navideña de la plaza en la que se encuentra el Striezelmarkt, la más alta del mundo.

Otra de las opciones es el de Tallín, en Estonia, un pequeño mercado ubicado en la plaza del casco viejo, patrimonio por la UNESCO, y el mejor destino para tratar de emular una Navidad de lo más victoriana. Este es, al igual que el de Praga, de los que se extiende hasta pasada la Nochevieja, concretamente hasta el día de reyes: el 6 de enero.

Pero España también llega a entrar en algunos de los 'ránkings' de destinos navideños: por un lado, la Fira de Santa Llucia de Barcelona, abierto desde el 24 de noviembre hasta el 23 de diciembre; o el mercado de la Plaza de España de Madrid, uno de los clásicos de la capital.

https://www.elconfidencial.com/alma...uropa-mercados-navidenos-2017navidad_1471390/
 
Diez razones para conocer la región alemana de Franconia
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Bamberg es uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania. SHUTTERSTOCK


Si hasta ahora este rincón germano estaba reservado a españoles aventureros, los nuevos vuelos directos a su capital, Núremberg, pueden transformarlo en uno de los más populares del sur del país


Disfrutar de la Oktoberfest como un bávaro

La Alemania más natural

Franconia ofrece enormes posibilidades. Un buen ejemplo son sus inmensos bosques, como el Frankenwald o el Odenwald, donde se puede practicar senderismo o seguir rutas en bici. Aunque quizás lo más atractivo de esta región, que forma parte de Baviera pero cuenta con una cultura muy distinta, sean sus muchas poblaciones históricas, que recopilamos a continuación.

Las oficinas turísticas ofertan un billete de tren por 19 euros para dos personas, que permite viajar de forma ilimitada durante un día. El viaje por este territorio incluye algunas de las ciudades más interesantes y mejor conservadas de Alemania, pudiendo visitarse hasta dos o tres en un mismo día ya que las distancias son cortas y hay mucha frecuencia de trenes. Es posible regresar a Núremberg cada tarde para disfrutar de su oferta cultural y gastronómica.


1. Bamberg
A 50 km de Núremberg se encuentra la que posiblemente sea la ciudad monumental mejor conservada de Alemania. Su riqueza patrimonial es apabullante, con importantes edificios medievales, renacentistas y barrocos; la plaza de la Catedral o Domplatz es considerada una de las más bonitas del país. Es además uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania, vale la pena probar su curiosa rauchbier o cerveza ahumada.

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Bamberg es uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania. SHUTTERSTOCK


2. Dinkelsbühl
Dicen que aún es el secreto mejor guardado de Franconia, a pesar de encontrarse en el corazón de la Ruta Romántica. Se tardan casi dos horas en llegar desde Núremberg, pero vale la pena el esfuerzo ya que, a diferencia de otras poblaciones de la región, aún no ha sido invadida por excesivo número de turistas. Se encuentra en perfecto estado de conservación, incluidas sus murallas, cuenta con varios festivales importantes durante el verano y su mercadillo navideño es especialmente bonito.

3. Würzburg
Esta ciudad es otro de los puntos culminantes de la región. Su principal atractivo es su palacio episcopal, la obra maestra de Balthasar Neumann, declarado Patrimonio de la Humanidad, pero cuenta con otros muchos monumentos a pesar de los destrozos que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. Destaca la Fortaleza de Marienberg, aunque quizás lo más bonito sea su romántico emplazamiento a orillas del río Main rodeada por viñedos. Tiene fama de ser uno de los lugares donde mejor se come de Alemania.

4. Erlangen
A 25 kilómetros de Núremberg, esta pequeña ciudad es conocida sobre todo por su centro histórico de estilo barroco, el más perfecto de toda Alemania. Fue mandado construir a finales del siglo XVII para albergar a muchos de los protestantes franceses que habían sido expulsados de su país y tiene fama de mantener un savoir vivre típicamente galo, gracias a su gran población estudiantil. Coincidiendo con Pentecostés se celebra Berkirchweih, una fiesta que recuerda el Oktoberfest de Múnich pero en un plan menos comercial y más auténtico.

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La influencia francesa está muy presente en la ciudad de Erlangen.


5. Bayreuth

Se tarda menos de una hora en alcanzar la ciudad que más se identifica con Wagner, ya que cuenta con un festival dedicado exclusivamente a su obra, que tiene lugar en el auditorio que él mismo supervisó. Los seguidores del compositor de Parsifal pueden seguir su ruta, terminando en la mítica Wahnfried, hoy convertida en museo y en cuyo jardín está enterrado con su esposa Cósima. No hay que perderse el antiguo palacio de la ópera, una joya barroca declarada Patrimonio de la Humanidad.

6. Rothenburg ob der Tauber
Justo en el lugar donde se cruza la Ruta de los Castillos con la Romántica aparece este lugar que parece salido de un cuento de hadas. Aún rodeada de murallas, Rothenburg es la ciudad medieval alemana más famosa y también la más visitada. En ella se han ambientado muchas películas de época y, aunque se está convirtiendo en un parque temático, sigue siendo una visita imprescindible aunque sólo sea por conocer su impresionante Marktplatz.

7. Coburg
La antigua capital del Principado que más reyes ha dado a Europa, incluida la Casa Real británica, sigue siendo un lugar con mucho encanto. Llama la atención la Veste Coburg, una de las fortalezas medievales más grandes de Alemania pero también sus palacios barrocos como el de Ehrenburg o Rosenau donde nació Alberto, el marido de la Reina Victoria. Aunque quizás lo más curioso sea su afición a la samba, cuenta con el mayor festival dedicado a este baile fuera de Brasil.

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Eichstätt fue capital de un antiguo principado episcopal con enormes riquezas. SHUTTERSTOCK


8. Kulmbach

Casi olvidada durante los años de postguerra por encontrarse en la misma frontera con la Alemania del Este, esta pintoresca ciudad, que aún conserva gran parte de su patrimonio arquitectónico, está viviendo un espectacular renacimiento. Sus mayores atractivos son un impresionante castillo y la residencia de los príncipes o Plassenburg, además de varios museos. Aunque, como no podía ser de otra forma, la cerveza en sus muchas variedades es su gran protagonista, cobrando su máxima expresión en un festival que se celebra en agosto.

9. Eichstätt
Enclavada en el corazón del parque natural Altmühltal, esta pequeña población fue capital de un antiguo principado episcopal con enormes riquezas. Ha conservado mucha de su arquitectura barroca, entre la que destaca la Catedral y la Residenzplatz, una de las plazas más monumentales de la región, aunque a diferencia de sus vecinas mantiene un carácter especialmente bucólico. También hay que visitar su antigua fortaleza, que alberga varios museos, pero quizás su mayor interés radica en sus cercanías, con los yacimientos jurásicos más espectaculares de Alemania.

10. Ansbach
A 35 km hacia el oeste surge esta población que ha crecido en torno a uno de los conjuntos palaciegos más espectaculares de esta parte de Alemania. Se puede recorrer en un par de horas, aunque dan ganas de pasar varios días disfrutando de sus jardines y deambulando por sus callejuelas, cuajadas de edificios renacentistas y barrocos, cafés y terrazas. Sin olvidarse de buscar la huella de Kaspar Hauser, un 'niño salvaje' que apareció en sus calles en 1828, y cuya historia ha inspirado a escritores como Verlaine o Paul Auster, cineastas como Werner Herzog, o dramaturgos como Peter Handke.

http://www.elmundo.es/viajes/europa/2017/11/03/5980850822601de9308b456e.html
 
Diez razones para conocer la región alemana de Franconia
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Bamberg es uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania. SHUTTERSTOCK


Si hasta ahora este rincón germano estaba reservado a españoles aventureros, los nuevos vuelos directos a su capital, Núremberg, pueden transformarlo en uno de los más populares del sur del país


Disfrutar de la Oktoberfest como un bávaro

La Alemania más natural

Franconia ofrece enormes posibilidades. Un buen ejemplo son sus inmensos bosques, como el Frankenwald o el Odenwald, donde se puede practicar senderismo o seguir rutas en bici. Aunque quizás lo más atractivo de esta región, que forma parte de Baviera pero cuenta con una cultura muy distinta, sean sus muchas poblaciones históricas, que recopilamos a continuación.

Las oficinas turísticas ofertan un billete de tren por 19 euros para dos personas, que permite viajar de forma ilimitada durante un día. El viaje por este territorio incluye algunas de las ciudades más interesantes y mejor conservadas de Alemania, pudiendo visitarse hasta dos o tres en un mismo día ya que las distancias son cortas y hay mucha frecuencia de trenes. Es posible regresar a Núremberg cada tarde para disfrutar de su oferta cultural y gastronómica.


1. Bamberg
A 50 km de Núremberg se encuentra la que posiblemente sea la ciudad monumental mejor conservada de Alemania. Su riqueza patrimonial es apabullante, con importantes edificios medievales, renacentistas y barrocos; la plaza de la Catedral o Domplatz es considerada una de las más bonitas del país. Es además uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania, vale la pena probar su curiosa rauchbier o cerveza ahumada.

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Bamberg es uno de los grandes centros cerveceros del sur de Alemania. SHUTTERSTOCK


2. Dinkelsbühl
Dicen que aún es el secreto mejor guardado de Franconia, a pesar de encontrarse en el corazón de la Ruta Romántica. Se tardan casi dos horas en llegar desde Núremberg, pero vale la pena el esfuerzo ya que, a diferencia de otras poblaciones de la región, aún no ha sido invadida por excesivo número de turistas. Se encuentra en perfecto estado de conservación, incluidas sus murallas, cuenta con varios festivales importantes durante el verano y su mercadillo navideño es especialmente bonito.

3. Würzburg
Esta ciudad es otro de los puntos culminantes de la región. Su principal atractivo es su palacio episcopal, la obra maestra de Balthasar Neumann, declarado Patrimonio de la Humanidad, pero cuenta con otros muchos monumentos a pesar de los destrozos que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. Destaca la Fortaleza de Marienberg, aunque quizás lo más bonito sea su romántico emplazamiento a orillas del río Main rodeada por viñedos. Tiene fama de ser uno de los lugares donde mejor se come de Alemania.

4. Erlangen
A 25 kilómetros de Núremberg, esta pequeña ciudad es conocida sobre todo por su centro histórico de estilo barroco, el más perfecto de toda Alemania. Fue mandado construir a finales del siglo XVII para albergar a muchos de los protestantes franceses que habían sido expulsados de su país y tiene fama de mantener un savoir vivre típicamente galo, gracias a su gran población estudiantil. Coincidiendo con Pentecostés se celebra Berkirchweih, una fiesta que recuerda el Oktoberfest de Múnich pero en un plan menos comercial y más auténtico.

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La influencia francesa está muy presente en la ciudad de Erlangen.


5. Bayreuth

Se tarda menos de una hora en alcanzar la ciudad que más se identifica con Wagner, ya que cuenta con un festival dedicado exclusivamente a su obra, que tiene lugar en el auditorio que él mismo supervisó. Los seguidores del compositor de Parsifal pueden seguir su ruta, terminando en la mítica Wahnfried, hoy convertida en museo y en cuyo jardín está enterrado con su esposa Cósima. No hay que perderse el antiguo palacio de la ópera, una joya barroca declarada Patrimonio de la Humanidad.

6. Rothenburg ob der Tauber
Justo en el lugar donde se cruza la Ruta de los Castillos con la Romántica aparece este lugar que parece salido de un cuento de hadas. Aún rodeada de murallas, Rothenburg es la ciudad medieval alemana más famosa y también la más visitada. En ella se han ambientado muchas películas de época y, aunque se está convirtiendo en un parque temático, sigue siendo una visita imprescindible aunque sólo sea por conocer su impresionante Marktplatz.

7. Coburg
La antigua capital del Principado que más reyes ha dado a Europa, incluida la Casa Real británica, sigue siendo un lugar con mucho encanto. Llama la atención la Veste Coburg, una de las fortalezas medievales más grandes de Alemania pero también sus palacios barrocos como el de Ehrenburg o Rosenau donde nació Alberto, el marido de la Reina Victoria. Aunque quizás lo más curioso sea su afición a la samba, cuenta con el mayor festival dedicado a este baile fuera de Brasil.

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Eichstätt fue capital de un antiguo principado episcopal con enormes riquezas. SHUTTERSTOCK


8. Kulmbach

Casi olvidada durante los años de postguerra por encontrarse en la misma frontera con la Alemania del Este, esta pintoresca ciudad, que aún conserva gran parte de su patrimonio arquitectónico, está viviendo un espectacular renacimiento. Sus mayores atractivos son un impresionante castillo y la residencia de los príncipes o Plassenburg, además de varios museos. Aunque, como no podía ser de otra forma, la cerveza en sus muchas variedades es su gran protagonista, cobrando su máxima expresión en un festival que se celebra en agosto.

9. Eichstätt
Enclavada en el corazón del parque natural Altmühltal, esta pequeña población fue capital de un antiguo principado episcopal con enormes riquezas. Ha conservado mucha de su arquitectura barroca, entre la que destaca la Catedral y la Residenzplatz, una de las plazas más monumentales de la región, aunque a diferencia de sus vecinas mantiene un carácter especialmente bucólico. También hay que visitar su antigua fortaleza, que alberga varios museos, pero quizás su mayor interés radica en sus cercanías, con los yacimientos jurásicos más espectaculares de Alemania.

10. Ansbach
A 35 km hacia el oeste surge esta población que ha crecido en torno a uno de los conjuntos palaciegos más espectaculares de esta parte de Alemania. Se puede recorrer en un par de horas, aunque dan ganas de pasar varios días disfrutando de sus jardines y deambulando por sus callejuelas, cuajadas de edificios renacentistas y barrocos, cafés y terrazas. Sin olvidarse de buscar la huella de Kaspar Hauser, un 'niño salvaje' que apareció en sus calles en 1828, y cuya historia ha inspirado a escritores como Verlaine o Paul Auster, cineastas como Werner Herzog, o dramaturgos como Peter Handke.

http://www.elmundo.es/viajes/europa/2017/11/03/5980850822601de9308b456e.html
Mis compañeros de trabajo de esa zona siempre me dicen que en mi próxima visita al país en autocaravana tengo que ir ahí.
 
Mucho más que Praga: por qué tienes que viajar esta Navidad a la República Checa

Porque está llena de castillos de cuento de hadas y de bosques de los que les gustan a los duendes (y a nosotros), porque la naturaleza es exuberante y mágica, por la historia y la cerveza
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El castillo de Bouzov es solo uno de los muchísimos que te esperan en la República Checa.

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ÁNGELES CASTILLO
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17.11.2017 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 2 H.

Esta vez se trata de ponernos bohemios pero de verdad. De seguirle los pasos a Franz Kafka pero con alegría y de vivir nuestra propia metamorfosis transformándonos en marcopolos de pro, en trotamundos por esta otra Europa más desconocida y de poner un pie más allá de Praga, del puente de Carlos y de su barrio judío. Si estás buscando un lugar especial a donde escaparte este puente o esta Navidad, piensa en la República Checa. Ese lugar en el que se bebe cerveza (¡una pilsen!) como si no hubiera un mañana y en el que hay castillos, balnearios y lugares hermosos por doquier. Ah, y mucha música porque sí. Es la Bohemia que también sale en los mapas. Aquí hasta las cervecerías son renacentistas.

1. Nos situamos. Estamos entre Alemania, Polonia, Eslovaquia y Austria, sin mar, en lo que fueron las antiguas Moravia, Bohemia y Silesia (de esta última un trocito). En la Europa Central y en un país que es, en tamaño, como Portugal o Irlanda, pero nuevo: existe desde 1993, cuando se dividió Checoslovaquia. Es inevitable ponerse kafkianos, pero con alegre melancolía. ¿Donde irás? ¿A Bohemia? ¿O pondrás rumbo a Moravia y Silesia? He aquí las tres regiones históricas.

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Brno, la segunda ciudad más grande del país. (Foto: Turismo República Checa)


2. Mágicos castillos. La Bohemia tiene mucho de cuento. No hay más que ver cómo se amontonan aquí los castillos. Desafiantes en medio del bosque como el de Křivoklát, que fue residencia real, alberga una biblioteca con más de 50.000 tomos y tiene una maravillosa bóveda en forma de estrella. Otros son el de Carlos IV (Karlštejn) igualmente entre el verde y lleno de tesoros, o el de Konopište, toda una fortaleza gótica transformada en palacio románticolujosamente amueblado con mucha historia (con mayúscula) que contar y un jardín que es casi un poema de Rubén Darío: puebla el triunfo de los pavos reales, los faisanes y las codornices. ¡Ay!



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El castillo de Křivoklát, en medio del bosque, como en un cuento. (Foto: Turismo República Checa)


3. Bosques encantados. Como los del área protegida de Křivoklátsko, atravesada por el río Berounka, que recoge las aguas de cuatro ríos cercanos a la ciudad de Pilsen, entre rocas macizas y ruinas misteriosas, la patria del ya mencionado castillo de Křivoklát, y con el aroma inconfundible del lúpulo. Un paraíso, que fue reserva de caza de príncipes y reyes desde la Edad Media, en el que aventurarse hasta dar con formaciones naturales magníficas, lagos y... ¡más castillos! Esto es un (fabuloso) no parar. Aún hay más: ¿qué tal una visita al palacio de Lány, residencia de verano de los presidentes checos, y a la real fábrica de cerveza de Krušovice? Y esto es solo el comienzo.

4. La Cuenca checa (ciudad encantada). Seguimos en este país tan literario (no en vano presume, porque puede, de bibliotecas). Ahora en Bohemia del Este, donde se alza Adršpach-Teplice, diríamos que la Cuenca checa, pintoresquismo en el desfiladero; donde siguen sucediéndose los castillos y resulta encantadora la arquitectura popular (véase en el museo al aire libre Veselý Kopec, un conjunto de casas de XIX que no podían ser más auténticas) o una ciudad como Pardubice, junto al Elba, con caballos y olor a pan de jenjibre. ¡Ah!, una vez entre las rocas de la ciudad encantada, hay que pronunciar la fórmula mágica, en plan 'ábrete sésamo', para ver saltar el agua fabricando la cascada. No faltan los espíritus mitológicos.



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Adršpach-Teplice, la otra ciudad encantada. (Foto: Turismo República Checa)


5. El descanso del viajero. No todo va a ser mirar y mirar, con el peligro de ser poseídos por el síndrome de Stendhal. A las puertas de las montañas Krkonoše, o de los Gigantes, compartidas con Polonia y donde nace el río Elba, se puede repostar en el restaurante U Pěti Buků para dar buena cuenta de las viandas checas: chucrut, pechuga de pato confitada con col y knedlíky (albóndigas de harina). Y en Pec pod Sněžkou, precioso pueblo de montaña, dormir, concretamente en el hotel Horizont, donde también se puede dar uno alegrías como los muslos de faisán asados al bacón o la paletilla de gamo al vino, sin olvidar la tarta de la condesa con requesón y manzana. Mucha caza es lo que hay.



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Las vistas desde el hotel Horizont.


6. Y por fin, Pilsen. A todos los cerveceros y también a los amantes literarios de la obra de ese bohemio con todas las letras que fue Bohumil Hrabal, les emocionará poner el pie en Pilsen, ciudad cervecera por antonomasia pero también histórica y monumental, un cruce de caminos -no hay que olvidar-, y no digamos ya entrar en el Museo de la Cerveza y/o en la fábrica de cerveza Pilsner Urquell. Es como viajar a Holanda y caer en Edam (o en Gouda). No es el único as que se guarda en la manga el oeste de Bohemia.

7. El triángulo de los balnearios. Aquí está el famoso triángulo de los balnearios: Karlovy Vary, elegancia pura en medio del bosque, Mariánské Lazně y Františkovy Lázně. Un viaje sin duda a otros tiempos. No solo cura la cerveza, también las aguas; cada una a su manera (y con precaución). Que se lo digan a Hrabal (por lo primero) y a Beethoven, Goethe o Mozart (por lo segundo). La zona está plagadita de grandiosos hoteles: el Grand Hotel Pupp, el Imperial, el Spa Resort Sanssouci, el Carlsbandj o el Thermal, el anfitrión del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. Imprescindible subir al mirador Diana (en teleférico) y llevarse de recuerdo porcelana, licor de hierbas Becherovka y las obleas de balneario.



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Una estampa de Karlovy Vary. (Foto: Turismo República Checa)


8. Una ciudad histórica y un pintor inolvidable. Se trata de Český Krumlov, una delicia con palacio, callejuelas, casas burguesas, jardines, la perla de su teatro barroco (con auditorio giratorio) y una antigua cervecería que aloja la galería del austriaco Egon Schiele -él y no otro es nuestro pintor-, que vivió aquí.



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Puerta de Pravčice. (Foto: Turismo República Checa)


9. La Suiza de Bohemia. Ya estamos al norte, en el Parque Nacional de la Suiza de Bohemia, como la bautizaron los pintores. Es un sueño romántico (del romanticismo que no tiene que ver con San Valentín), a donde se entra por Hřensko, entre laberintos rocosos, túneles y puentes, sembrados de musgo y helecho. De país de las maravillas. El conjunto es soberbio, pero si hay un rincón que te llevará a las 'Crónicas de Narnia' (alguna escena se rodó aquí) o similar, ese es la Puerta de Pravčice, monumental arco de roca, el más grande de Europa.


10. Moravia y Silesia. Parecen territorio fantástico (y lo son), pero existen en la realidad, al este del país, rozando Polonia y Eslovaquia; capital, Ostrava. Sí, hay que pellizcarse. De nuevo castillos, palacios, vino y mucha tradición folclórica singular. Entre los castillos reina por derecho propio el de Bouzov, en Moravia central, cerca de Olomouc, que fue residencia de los caballeros de la Orden Teutónica y ha sido escenario de muchas películas. Otros hitos son Brno, con una de las fuentes barrocas más bonitas de Chequia; el recinto de Lednice-Valtice; el karst de Moravia, con más de mil cuevas, o el pintoresco y bellísimo centro histórico de Kroměříž, lleno de flores. Definitivamente hay que ir.


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Así es el recinto de Lednice-Valtice. (Foto: Turismo República Checa)


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