Un monje de la Abadía de Montserrat abusó de menores durante décadas

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Una víctima revela la ocultación de abusos sexuales en Montserrat

La abadía pagó 7.200 euros en efectivo a Miguel Hurtado en el 2003 para tratar sus secuelas psicológicas

El monasterio informó al Vaticano en el 2016, que concluyó que había obrado bien sin preguntar al afectado


Guillem Sànchez | Barcelona 19/01/2019 | Act. 27/01/2019 18:57

"Ningún pederasta está por encima de la ley"

La historia de Miguel Hurtado

Hurtado, de familia creyente, se convirtió en un 'noi de servei' -el movimiento 'scout' del monasterio- a finales de los noventa. Un fin de semana al mes los menores pernoctaban en la abadía. El domingo hacían labores como mantener el orden durante la misa o vigilar los cochecitos de bebé cuando se formaban las colas para adorar a La Moreneta. Por las noches dormían en una residencia con habitaciones con literas. Allí es donde sufrió los abusos.

Los abusos comenzaron cuando Hurtado tenía 15 o 16 años y Soler, 65 años.

"Soler me observó durante casi un año y cuando vio que estaba pasando una mala época, se acercó". Al principio quería quedarse con él a solas en lugares comunes, como el comedor. Pero un día se presentó en su habitación. De entrada, le habló de temas neutros: "familia, amigos, escuela… pero luego sacó temas sexuales". "Me subrayaba que no debía masturbarme… y al hacerlo también metía la mano bajo mi ropa interior y me decía que 'esto' era malo".

Los abusos se produjeron puntualmente cada vez que subía a dormir, durante un año. "Algunos incluso ocurrieron mientras había otro chaval en la litera superior. La conversación que oía el otro chico era normal, pero no veía que con las manos "estaba abusando de mí", cuenta Hurtado para demostrar "la sangre fría" con la que actuaba.

El acoso fue en aumento, hasta que un día "me besó". "Comenzó en la mejilla y de ahí se fue hasta la boca y trató de meterme la lengua. Resistí apretando los dientes y dejando el cuerpo rígido, en una postura corporal de 'no' que no le importó". Entonces, Hurtado aceptó lo que no había querido aceptar hasta ese momento: "Estábamos en Montserrat y él era un monje, pero aquello no estaba bien".

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Miguel Hurtado pasea por Barcelona, tras la entrevista concedida a EL PERIÓDICO. / JORDI COTRINA

La primera alarma desoída por la abadía

Hurtado explicó lo sucedido a Josep Maria Sanromà y este, según le aclaró, lo elevó al abad Sebastià Bardolet. Sanromà le respondió días después que Bardolet le invitaba a explicárselo personalmente y que, después de hacerlo, "le daría un toque a Soler". También le animó a no dejar de subir a pernoctar durante los fines de semana, algo que se negó a hacer. En 1999 Hurtado estaba preparando la selectividad y eso le sirvió de excusa en casa para justificar su renuncia a regresar a la abadía. Soler no lo aceptó y comenzó a llamar a casa para convencer a su madre de que debía animar a Hurtado a volver a la abadía.

El segundo aviso, por carta

En el 2000 en Montserrat hubo cambio de abad: Bardolet fue reemplazado por Josep Maria Soler. Poco después, Hurtado cumplió los 18 años y comenzó Medicina en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Ese año le explicó a su madre el verdadero motivo por el que había decidido dejar los escoltas de Montserrat antes de tiempo. Tras averiguarlo, su madre envió una queja por carta al nuevo abad. Este respondió con una misiva dirigida directamente a Hurtado. Manifestaba tomarse "muy en serio" los "problemas" descritos por su madre y comunicaba que Andreu Soler había sido enviado al monasterio de El Miracle, propiedad de Montserrat.

El abad también llamó a su madre en diversas ocasiones, según Hurtado, para interesarse sobre el estado de su hijo y para "persuadirla" de que no presentara ninguna denuncia dado que ello obligaría a la abadía a ponerle un abogado al monje acusado. Sin la querella, Montserrat "podría gestionarlo internamente".

Tercera señal, reunión entre abogados

Hurtado cuenta que la forma que tuvo él de lidiar con aquellos recuerdos fue distraer la mente concentrándose en la carrera. A los 21 años, sin embargo, un episodio de Doctoras de Filadelfia, cuya trama giraba alrededor de un caso de agresión sexual, removió el trauma. "Me pasaba las noches llorando, me aislé socialmente, me cabreaba por cualquier cosa… y comprendí que necesitaba ayuda". Acudió a la Fundació Vicky Bernadet, la única que existía entonces para tratar a las víctimas de abuso infantil. "Allí hice terapia de grupo" y, poco a poco, me fui "empoderando". En el 2003, "le escribí una carta al abad Soler, le detallé las secuelas que había sufrido y le pedí que pagaran mi tratamiento".

Esta vez, la carta la respondió el abogado de la abadía, antiguo decano del Col·legi de Advocats de Barcelona. Le invitaba a una reunión en su despacho. Acudió en compañía de su madre y de una letrada facilitada por la fundación. Allí el abogado de Montserrat le hizo contar nuevamente la cronología de los abusos, "para buscar contradicciones". Después, ambos representantes legales acordaron que la abadía le entregaría a Hurtado 7.200 euros. De aquel pago, sin embargo, no debía quedar ningún rastro, así que se lo abonaron en tres cuotas en efectivo, de 3.000 euros, 3.000 euros y 1.200 euros, para pasar por debajo del radar de Hacienda. "Evidentemente, no me dieron ningún papel". De aquel pago, Montserrat admite que fueron 8.600 euros, porque agrega las costas del abogado.

La prueba del pago

Tras acabar la carrera de Medicina, Hurtado se trasladó a Madrid para hacer la residencia de la especialidad. En el 2011, falleció su padre, cuando estaba en el último curso. "Fue el desencadenante de otra crisis porque até cabos: no había tenido una buena relación con mi padre y Soler había aprovechado esa carencia jugando el papel de padre sustituto". Hurtado se metió en internet a buscar información sobre Soler y descubrió que el monje, fallecido en el 2008, había sido homenajeado con la publicación del libro 'Escoltisme i Montserrat'. "Fue la última 'tomadura de pelo' porque sucedió 3 años después de que hubieran accedido a pagarme la terapia", razona.

Hurtado visitó Montserrat por última vez en el 2015 para entregarle al abad un ejemplar del libro de Soler. "Lo cogió, lo observó y dijo que no tenía ni idea de que se hubiera publicado porque el editorial de la abadía trabajaba de forma independiente". También se comprometió a retirarlo de las librerías y destruir todos los ejemplares. Hurtado le devolvió los 7.200 euros: "como comprenderá, ya no puedo aceptar este dinero". Todavía conserva un correo electrónico del abad en el que le informa de que la mitad de esa cantidad económica ha sido ingresada en la fundación Vicky Bernadet. Hurtado y el abad no han vuelto a hablar.

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Fragmento de la carta enviada a Miguel Hurtado por el actual abad de Montserrat.

Hurtado se ha convertido en la actualidad en un activista en defensa de los derechos de la infancia. En mayo del 2016, promovió, junto a otras dos víctimas, la recogida de firmas para una iniciativa legislativa popular (ILP) reclamando la no prescripción del delito de pederastia. Presentaron más de 300.000 firmas ante el Congreso de los Diputados. Hurtado explicará su lucha en el documental 'Examen de conciencia', de Albert Solé, que la plataforma Netflix estrenará el próximo viernes, 25 de enero.

Ha abierto también el correo abusos.montserrat@gmail.com para que, si existen más víctimas, se pongan en contacto con él.

La abadía de Montserrat, por su parte, ha emitido este sábado un comunicado después de que dos medios, uno de ellos EL PERIÓDICO, hayan preguntado por el asunto. En él explican su versión de los hechos y aseguran su intención de "obrar con plena transparencia".

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190119/abusos-sexuales-montserrat-miguel-hurtado-7254410
 
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Pederastia en Montserrat

La denuncia de otro caso de abusos sexuales vuelve a cuestionar el papel de las instituciones eclesiásticas en la lucha contra una demoledora lacra social

20/01/2019 | Act. el 21/01/2019 a las 10:25 CET

La denuncia pública de un nuevo caso de pederastia vuelve a cuestionar el papel de las instituciones eclesiásticas en el combate contra la demoledora lacra social. Esta vez, la revelación golpea al corazón católico de Catalunya. Los dos últimos abades de Montserrat encubrieron los abusos sexuales del fundador del movimiento escultista de la abadía, Els nois de servei, a un adolescente a finales de los 90. La víctima, Miguel Hurtado, ha tardado décadas en reunir las fuerzas necesarias para hacer públicos los hechos.

El proceder de Montserrat fue, a grandes rasgos, el mismo de otras instituciones religiosas que van saliendo a la luz. Apartar al agresor, Andreu Soler, y, con más o menos empatía hacia la víctima, convencerle de no poner la denuncia y evitar que los abusos salgan a la luz. En este caso, la abadía accedió a abonar a la víctima (en 'negro' y fraccionado) los costes de la terapia. Fueron 7.200 euros que Hurtado devolvió al descubrir que Soler, fallecido en el 2008, había sido homenajeado con la publicación del libro ‘Escoltisme i Montserrat”.

El dolor de la víctima se hermana al de tantas otras víctimas que han visto sus vidas marcadas por los ataques sufridos en una infancia mancillada por los depredadores. Aún son muchos los que callan. Por vergüenza, por dolor, por no ser capaces de asumir lo vivido. Su silencio obliga a alzar la voz al resto de la sociedad y nos conjura a arrojar luz sobre todos los rincones que, durante décadas, permanecieron en una oscuridad cómplice del mal.

El papa Francisco ha prometido combatir la pederastia. Sin duda, es un gran avance que el Vaticano abandone el encubrimiento sistemático de sus depredadores. Pero mucho más importante es la ley de protección a la infancia que impulsa el Gobierno socialista para ampliar el plazo de prescripción de los delitos y abusos contra menores.

La presión ejercida por miles de víctimas de todo el mundo, el compromiso de los medios de comunicación con la investigación, la conciencia social de la envergadura del problema y el endurecimiento de la legislación son la mejor combinación para combatir un delito execrable, mucho más si viene dado por los que hacen gala de una superioridad moral que casa mal con el oscurantismo y el proteccionismo de los depredadores sexuales.

https://www.elperiodico.com/es/opin...serratabusossexuales-iglesia-catolica-7257478
 
ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA ESPAÑOLA

Una tercera víctima acusa de abusos al fraile de Montserrat

El hombre, de 63 años, denuncia que el religioso se introdujo en su cama y le hizo tocamientos en 1971, igual que las otras dos víctimas en 1978 y 1998

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Andreu Soler, acusado de abusos y fundador de los 'scouts' de Montserrat, en una imagen de los años noventa. EL PAÍS

Una tercera víctima acusa de abusos al fraile Andreu Soler, del monasterio de Montserrat, tras el primer caso revelado hace ocho días por EL PAÍS. J.R. Martínez, de 63 años, asegura que llegó al monasterio durante el verano de 1970, y que entre ese año y 1975 acudió a la abadía en la época estival para trabajar allí y ayudar a los monjes. Al igual que las otras dos personas que anteriormente denunciaron al monje, fundador del grupo scout del santuario, la víctima denuncia que una noche el religioso se introdujo en su cama y le hizo tocamientos en los genitales con la excusa de hablarle de la mas***bación mientras le instaba a no caer en la tentación, según ha publicado El Periódico.

"Entre los compañeros se daba por descontado que Soler tenía la mano suelta", asegura J.R. Martínez, que dice no explicarse "por qué nadie en Montserrat intervino" pues "resultaba evidente que dejarlo a cargo de los jóvenes no era adecuado". Sitúa los abusos en 1971, fecha que hace retroceder aún más el inicio de los abusos conocidos hasta ahora.

Con este son tres los testimonios que revelan haber sido víctimas del monje Andreu Soler cuando eran adolescentes, después de que el sábado revelara su caso Ricard Zamora, de 55 años. En 1978 el monje se metió en su cama cuando tenía 15 o 16 años y le realizó tocamientos, según relató al diario Ara. Fue la primera noche que se quedó a dormir allí. Se asustó tanto que se escapó por la ventana y nunca más volvió. Esta acusación data de 20 años antes de los abusos denunciados por la primera víctima, Miguel Hurtado -un psiquiatra residente en Londres-, que los sufrió en 1998, con 16 años, e informó a la abadía. La familia y los amigos de Ricard Zamora sostienen que, también en 1978, lo comunicaron a los superiores del monasterio.

Según esas dos víctimas, los tres últimos abades de Montserrat (Cassià Just, Sebastià Bardolet y el actual, Josep Maria Soler) conocieron e ignoraron las acusaciones contra Andreu Soler, fundador en 1959 de los escoltes Els Nois de Servei de Montserrat, que dirigió durante 40 años. Solo fue apartado en 2000, un año después de la denuncia de Hurtado. Es decir, según estos dos relatos, el monasterio mantuvo a Soler en contacto con menores durante dos décadas más pese a conocer ya que pesaban acusaciones contra él.

Portavoces del santuario lo niegan y afirman que no tenían constancia de ese segundo caso. "El problema que nos encontramos es ese, no sabemos nada. Por eso hemos creado una comisión para investigar cualquier denuncia que llegue a partir de ahora y pedimos a las posibles victimas que se pongan en contacto con nosotros", explican.

A raíz de la publicación del primer caso en EL PAÍS el monasterio ha creado esta semana una comisión formada por la abogada Cristina Vallejo Ros, el médico y exconseller de la Generalitat Xavier Pomés Abella y la psicóloga Begoña Elizalde Raso.

Tras la revelación del primer caso, el monasterio aseguró que nunca había tenido constancia de más denuncias. No obstante, Hurtado mantiene que sus responsables le reconocieron que había rumores sobre Soler, fallecido en 2008, desde los años setenta. Y ahora Zamora revela que su entorno familiar ya informó de lo ocurrido entonces.

Los relatos de las dos víctimas entroncan en un nombre, Sebastià Bardolet, que ahora tiene 85 años. Es el monje al que un amigo de la familia de Ricard Zamora denunció el caso en 1978 y es precisamente el abad al que Miguel Hurtado hizo llegar su denuncia en 1999. Pero Bardolet no hizo nada.

En 1978 un amigo de la familia del chico fue a hablar con el propio Soler y le contó lo ocurrido a Bardolet, según ha testimoniado al diario Ara. También el padre del menor habló con un sacerdote, el padre Joan Nonell, de la parroquia de La Purísima de Sabadell, ya fallecido, que informó al abad Cassià Just.

Por su parte, en el segundo caso, Hurtado le contó en 1999 lo que le había pasado a un monje con el que tenía más confianza, Josep María Sanromà, que a su vez lo comunicó a Bardolet, que entonces ya era el abad. No ocurrió nada y solo se tomaron medidas contra el fraile acusado cuando en 2000 llegó el siguiente abad, Josep Maria Soler, aún en el cargo. Tras recibir una carta de la madre de la víctima, trasladó al monje a otro centro y pagó 7.200 euros a Hurtado como compensación, pero no lo denunció a la policía, ni abrió una investigación canónica, ni informó al Vaticano. Solo lo hizo en 2016 cuando Hurtado le advirtió de que iba a sacar el caso a la luz.

El abad Josep Maria Soler le confesó a Hurtado en un encuentro cara a cara que su predecesor, Sebastià Bardolet, no había hecho nada tras la denuncia y que él "había tenido que asumir los marrones anteriores", según afirma el denunciante. Portavoces del santuario apuntan que Bardolet está muy mayor y no está en condiciones de aportar información. Aseguran que se le ha preguntado por los dos casos y no recuerda nada.

Las acusaciones de encubrimiento de Miguel Hurtado contra Montserrat también alcanzan al actual abad, Josep Maria Soler. Asegura que en una de sus reuniones el religioso le reveló que ya había sospechas sobre el monje acusado desde hace años: "Me confesó que había rumores de que tenía relaciones homosexuales con jóvenes desde los años setenta, en los fines de semana que organizaba en Santa Cecilia, otro recinto de Montserrat". Es más, sostiene que el abad le dijo que él mismo, que entonces era monje, informó de estas habladurías al abad de la época, Cassià Just. Pero, según le contó, nunca supo si lo investigó o no. Consultado sobre esta acusación concreta por este periódico, el abad lo ha negado a través de su responsable de prensa.

"Por eso me reconoció que cuando yo denuncié no le pilló por sorpresa, porque ya sabía los rumores. Lo que es increíble es que aún así haya estado 40 años a cargo de menores", lamenta Hurtado.

Las nuevas denuncias de Zamora y Martínez refuerzan las sospechas de que los tres últimos abades de Montserrat conocieron las tendencias pederastas de Andreu Soler.

https://elpais.com/sociedad/2019/01/27/actualidad/1548579060_345789.html
 
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Aparece una cuarta víctima de los presuntos abusos de un monje de Montserrat

EFE 29.01.2019 - 19:53h
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Imagen del Monasterio de Montserrat. FACEBOOK MONTSERRAT

Una nueva víctima de presuntos abusos a menores del monje del monasterio de Montserrat Andreu Soler -fallecido en 2008- ha decidido contar que sufrió acoso por parte de este fraile hace más de tres décadas, con lo que ya son cuatro las personas que acusan a este religioso de tocamientos.

Agustí Bruach, que tiene 52 años, ha explicado al diario La Vanguardia queconoció a Soler cuando tenía 17 años y que el monje le intentó hacer "tocamientos", arrinconándolo en una sala y "ejerciendo mucha fuerza" contra él.

Aunque dice que consiguió salir indemne, asegura que ha decidido contar su experiencia para confirmar el relato de los otros tres afectadosque han aparecido de momento.

Según el relato de Bruach, fue en 1985 cuando subió al monasterio de Montserrat "por casualidad" y que fue una tercera persona quien le presentó al monje.

"De buenas a primeras, me llevó a una sala y, sin que me lo esperara, me acorraló. Intentó hacerme tocamientos con una clara intención sexual", explica la víctima, que logró zafarse.

También explica: "En otro momento trató, con unas palabras absolutamente misóginas, manipular de forma pérfida mi tendencia heterosexual".

Bruach recuerda que las "claras intenciones pederastas" del fraile le hicieron desistir de entrar "en el servicio de escoltas" que Soler dirigía por aquel entonces.

"Había una intención claramente pederasta"

"Vi que su intención era captar jóvenes para, cuando pudiera, intentar tener relaciones. Había una intención claramente pederasta. Conmigo, por suerte, no se llegó a consumar", manifiesta Bruach, que augura que posiblemente aparecerán más víctimas.

Este afectado ha decidido contar su experiencia, que no le "ha dañado para nada", aclara, para "apoyar sobre todo a Miguel Ángel Hurtado", que fue el primer denunciante de Soler.

Hurtado declaró hace unos días que la abadía había encubierto durante 20 años los abusos que sufrió de Andreu Soler en 1998, aunque la comunidad benedictina le brindó apoyo, apartó al religioso del monasterio y del contacto con los jóvenes y le ayudó a costearse un tratamiento psicológico.

La comunidad benedictina ha asegurado que si en su día no denunciaron el caso fue porque el propio Hurtado y su familia decidieron no llevar al monje a la justicia y se ha comprometido a apoyar a todas las víctimas, ha condenado cualquier tipo de abusos a menores y ha creado una comisión independiente para documentar toda la verdad y tomar medidas.

Tras aparecer el primer denunciante, el monasterio de Montserrat creó la semana pasada una comisión independiente formada por una abogada, un médico, una psicóloga y un monje -este último con voz pero sin voto-, que tiene previsto reunirse esta semana, a la que ha trasladado toda la información y datos que van apareciendo de las víctimas.

También ha creado una dirección de correo electrónico transparencia.montserrat@gmail.com para recibir y analizar toda la información que cualquier persona o medio de comunicación tenga sobre el comportamiento de Andreu Soler.

Las otras víctimas que han denunciado públicamente haber sufrido también tocamientos por parte de Soler son J.R.Martínez, de 63 años, que afirma que padeció los abusos del religioso en 1971, y Ricard Zamora, de 55 años, quien ha denunciado que en 1997 el fraile se metió en su cama cuando él tenía 16 años.

https://www.20minutos.es/noticia/35...p2WkFzV29WWU5HVjUxcDFKZGpsN1dMY1NVeXhFMWdqNHY.

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[audio 3a víctima]

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«Le dije: 'Hermano Andrés, ya está, dejémoslo aquí'». El monje se marchó de la habitación y Ricard se escapó por la ventana. Estaba en estado de shock. No recuerda cómo, pero llegó hasta su domicilio. «Sólo recuerdo llegar a casa y decirles a mi padre y mi hermano: '¿Dónde coj*nes me habéis metido?'», añade. Se trata del segundo testimonio en una semana.

https://www.lasexta.com/noticias/so...t-video_201901275c4e132b0cf2aed387158afb.html
 
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(..)¿Y durante todo este tiempo ha guardado silencio?

Creo que la sociedad antes no estaba preparada para escuchar estas cosas. Y menos si afectan a una institución como la abadía de Montserrat, que no solo representa a la Iglesia católica sino que también es un símbolo nacional.

¿Ejerce como psiquiatra infantil y juvenil en Londres, entiende el proceso interno que ha vivido?

Sí. Cuando un menor sufre un abuso sexual, la historia le viene grande. Los recursos como crío no son suficientes para afrontar las consecuencias de una relación abusiva. Lo más frecuente es intentar negarlo. A veces, la mente incluso lo olvida. Hay personas que para superar esta experiencia traumática se disocian e intentan hacer vida normal. O se refugian en los estudios, o en el abuso de las drogas y del alcohol.

¿Por qué es tan difícil hablar de pequeño?

Porque el abuso sexual a un menor es siempre un abuso de poder. Si además, se trata de alguien perteneciente a una organización y esta lo encubre, la asimetría entre víctima y agresor aumenta exponencialmente. Porque el menor siente que ya no únicamente debe hacer frente a un adulto sino a toda una institución.

¿Qué cree que sucederá después de hacerlo público?

Que quede bien claro que a partir de ahora en España ningún pederasta está por encima de la ley. Ya no importa su prestigio, ni su poder, o que sea un símbolo nacional que te codeas con presidentes.(..)

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190119/entrevista-miguel-hurtado-pederastia-ley-7254107
 
Los malvados y psicópatas gustan de usar vestimentas y quehaceres de "buenas personas", para así encubrir sus delitos... eso han hecho estos seres abyectos, realmente podríamos llamarlos satánicos... una buena limpia en Montserrat habría que hacerse, puesto que ese lugar también está lleno de curas supremacistas y antiespañoles, algo que tampoco es que se pueda conjugar con lo que significa la Iglesia Católica y su predicamento.
¡Qué pena que el Vaticano no los excomulgue a todos de una vez!. Y liberar Montserrat de esa morralla.
 
A mi un fraile me manoseó el pecho, cuando aún no había ni crecido. Me dejo ahogándome, aún recuerdo la sensación. Tendría sobre 11 años y tengo muchos más de 60. No volví a pasar cuando sabía que estaba él.
 
Es muy malo lo que han pasado estos y otros chicos. pero al menos aunque perjudicados están vivos.
Hace muchos años en Sagunto, Valencia, un niño desapareció. Los padres fueron a buscarlo a la iglesia pues era monaguillo. El cura dijo que se había marchado ya. Como no lo encontraban y ya era de noche lo buscaron y lo hallaron detrás de la iglesia muerto y violado.
El pueblo cuando lo supo se echó a la calle para lapidar al cura. Este, protegido en el cuartel de la GC, lo sacaron a escondidas y el obispado lo destinó a otra parroquia, por la zona de Castilla León, donde ya no se nada más. Espero que si hay infierno estè en él abrasándose vivo el malnacido.
 
Es muy malo lo que han pasado estos y otros chicos. pero al menos aunque perjudicados están vivos.
Hace muchos años en Sagunto, Valencia, un niño desapareció. Los padres fueron a buscarlo a la iglesia pues era monaguillo. El cura dijo que se había marchado ya. Como no lo encontraban y ya era de noche lo buscaron y lo hallaron detrás de la iglesia muerto y violado.
El pueblo cuando lo supo se echó a la calle para lapidar al cura. Este, protegido en el cuartel de la GC, lo sacaron a escondidas y el obispado lo destinó a otra parroquia, por la zona de Castilla León, donde ya no se nada más. Espero que si hay infierno estè en él abrasándose vivo el malnacido.
 
Es muy malo lo que han pasado estos y otros chicos. pero al menos aunque perjudicados están vivos.
Hace muchos años en Sagunto, Valencia, un niño desapareció. Los padres fueron a buscarlo a la iglesia pues era monaguillo. El cura dijo que se había marchado ya. Como no lo encontraban y ya era de noche lo buscaron y lo hallaron detrás de la iglesia muerto y violado.
El pueblo cuando lo supo se echó a la calle para lapidar al cura. Este, protegido en el cuartel de la GC, lo sacaron a escondidas y el obispado lo destinó a otra parroquia, por la zona de Castilla León, donde ya no se nada más. Espero que si hay infierno estè en él abrasándose vivo el malnacido.
 
Es muy malo lo que han pasado estos y otros chicos. pero al menos aunque perjudicados están vivos.
Hace muchos años en Sagunto, Valencia, un niño desapareció. Los padres fueron a buscarlo a la iglesia pues era monaguillo. El cura dijo que se había marchado ya. Como no lo encontraban y ya era de noche lo buscaron y lo hallaron detrás de la iglesia muerto y violado.
El pueblo cuando lo supo se echó a la calle para lapidar al cura. Este, protegido en el cuartel de la GC, lo sacaron a escondidas y el obispado lo destinó a otra parroquia, por la zona de Castilla León, donde ya no se nada más. Espero que si hay infierno estè en él abrasándose vivo el malnacido.
sí. la verdad que me sorprendió incluso escuchar al tercer denunciante explicando su experiencia porque parece como que se lo tomó 'bastante bien'; tristemente era tan vox populi la guarrería de ese monje que los chicos se lo tomaban como algo 'normal'. pero eso son cosas que no deberían pasar. son hechos traumáticos y no son los adecuados. hay una indefensión extrema de estos niños abusados.

este caso q cuentas.. cuántos años tenía el niño¿?
A mi un fraile me manoseó el pecho, cuando aún no había ni crecido. Me dejo ahogándome, aún recuerdo la sensación. Tendría sobre 11 años y tengo muchos más de 60. No volví a pasar cuando sabía que estaba él.
q hdp
 
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