Tres desaparecidas en Asturias en apenas dos semanas

se enfrenta a una nueva condena de prisión por malos tratos a su excompañera sentimental. La fiscalía solicita para el procesado dos años de prisión: uno por un delito de amenazas en el ámbito familiar y un año más por malos tratos en el ámbito familiar. El juicio se celebrará el próximo mes de junio.

Derivado de este procedimiento, Javier Ledo fue condenado en marzo a nueve meses de cárcel por incumplir la orden de alejamiento impuesta como medida cautelar hacia su expareja, madre de su hijo de corta edad.

Según el relato de la fiscalía al que ha tenido acceso EL COMERCIO, «dos o tres meses antes de febrero de 2017, Javier Ledo golpeó al hijo menor de edad de ambos, por lo que la mujer le recriminó su actitud. Entonces el acusado la agarró por el brazo y se lo retorció, golpeándole con la mano en la cara». El representante del ministerio fiscal añade que «en ese momento, la mujer le golpeó con la rodilla en los testículos».

Posteriormente, la tarde del 2 de febrero de 2017, cuando la denunciante se encontraba en una sidrería en Navia, el procesado «se acercó y le propuso que se fuese a casa con el niño para darle la cena, a lo que ella contestó: 'Hijo de put*, moro, voy a hacer lo que me dé la gana, yo sé qué tengo que hacer y tú no me mandas nada'». La fiscalía acusada a la mujer de un delito leve de injurias y solicita una condena de 15 días de localización permanente o bien 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Durante el incidente que tuvo lugar en la sidrería, según la acusación pública, Javier Ledo, se dirigió a su excompañera sentimental con expresiones como: «Barriobajera, poligonera de mierda, put*, y la amenazó con que le iba a pegar con una azada y la iba a matar».

Numerosos antecedentes
La del quebrantamiento de la orden de alejamiento de su excompañera sentimental no es la primera sentencia que recae sobre el acusado del crimen de Navia. Según explicaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en 2007 fue condenado por el juzgado de lo Penal número 3 de Gijón a seis meses de cárcel por un delito de lesiones en el ámbito familiar y a una orden de alejamiento de la víctima, la que por entonces era su esposa, otra mujer distinta a la madre de su hijo. Sustituyó la pena por trabajos en beneficio a la comunidad y tan solo catorce días después de que le fuese notificada la sentencia, quebrantó la orden de protección. Llegó posteriormente a un acuerdo con la Fiscalía para cumplir cuatro meses de cárcel. Además, le constan varios delitos de alcoholemia y la retirada del carné de conducir.
 
se enfrenta a una nueva condena de prisión por malos tratos a su excompañera sentimental. La fiscalía solicita para el procesado dos años de prisión: uno por un delito de amenazas en el ámbito familiar y un año más por malos tratos en el ámbito familiar. El juicio se celebrará el próximo mes de junio.

Derivado de este procedimiento, Javier Ledo fue condenado en marzo a nueve meses de cárcel por incumplir la orden de alejamiento impuesta como medida cautelar hacia su expareja, madre de su hijo de corta edad.

Según el relato de la fiscalía al que ha tenido acceso EL COMERCIO, «dos o tres meses antes de febrero de 2017, Javier Ledo golpeó al hijo menor de edad de ambos, por lo que la mujer le recriminó su actitud. Entonces el acusado la agarró por el brazo y se lo retorció, golpeándole con la mano en la cara». El representante del ministerio fiscal añade que «en ese momento, la mujer le golpeó con la rodilla en los testículos».

Posteriormente, la tarde del 2 de febrero de 2017, cuando la denunciante se encontraba en una sidrería en Navia, el procesado «se acercó y le propuso que se fuese a casa con el niño para darle la cena, a lo que ella contestó: 'Hijo de put*, moro, voy a hacer lo que me dé la gana, yo sé qué tengo que hacer y tú no me mandas nada'». La fiscalía acusada a la mujer de un delito leve de injurias y solicita una condena de 15 días de localización permanente o bien 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Durante el incidente que tuvo lugar en la sidrería, según la acusación pública, Javier Ledo, se dirigió a su excompañera sentimental con expresiones como: «Barriobajera, poligonera de mierda, put*, y la amenazó con que le iba a pegar con una azada y la iba a matar».

Numerosos antecedentes
La del quebrantamiento de la orden de alejamiento de su excompañera sentimental no es la primera sentencia que recae sobre el acusado del crimen de Navia. Según explicaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en 2007 fue condenado por el juzgado de lo Penal número 3 de Gijón a seis meses de cárcel por un delito de lesiones en el ámbito familiar y a una orden de alejamiento de la víctima, la que por entonces era su esposa, otra mujer distinta a la madre de su hijo. Sustituyó la pena por trabajos en beneficio a la comunidad y tan solo catorce días después de que le fuese notificada la sentencia, quebrantó la orden de protección. Llegó posteriormente a un acuerdo con la Fiscalía para cumplir cuatro meses de cárcel. Además, le constan varios delitos de alcoholemia y la retirada del carné de conducir.
Un perla el hombre. Por éso no me cuadra mucho que Paz lo tuviera como amigo.
 
Cistierna sigue esperando a Lorena

SUCESOS
La villa leonesa que vio crecer a la mujer de 40 años desaparecida en Asturias hace más de mes y medio aguarda impaciente alguna noticia sobre su paradero
Es humano que más de un mes después de que la villa de Cistierna se encogiera con la desaparición de Lorena, hoy no sea ya motivo de todas las conversaciones, y no por eso dejan de esperarla. Lorena Torre no regresó al piso en el que vive con sus padres en Gijón el pasado 1 de marzo (hace más de un mes y medio). Su coche fue hallado en la zona de El Rinconín.

Cuando hace unos días el mar devolvió un cuerpo en Galicia pensamos que podría ser LorenaEl invierno, y ahora la primavera, han traído un sinfín de temporales que hacen pensar que la peor amenaza para Lorena haya sido el mar. Durante días un enorme despliegue de medios por aire, agua y tierra buscó incansable a esta mujer de 40 años de edad, pero encontrar el cuerpo de Concepción, otra de las asturianas desaparecidas en esos días, en la costa vasca, fue una sacudida que interrumpió estos esfuerzos; aunque la investigación sigue activa.

sos_desaparecidos_lorena_14418.jpg
«Dicen que el mar devuelve a los cuerpos a los 21 días», dice una asturiana que vive de cerca la angustia de la familia de Lorena, «pero con los temporales que llevamos se han dado cuenta de que buscarla en el mar en la zona en que desaparece su rastro es inútil». Si Concepción había aparecido en el País Vasco no era descabellado pensar que el cuerpo que fue hallado en la costa gallega fuera el de Lorena, como reconocía una abatida mujer el miércoles en Cistierna al ser preguntada por su antigua vecina. «Aquí lo pensamos muchos y lo comentamos. Que sería una pena, pero yo creo que la familia lo que quiere es que aparezca aun asumiendo que cada día que pasa las posibilidades son menos», afirma una conocida de la familia de Cistierna.

Lorena es hija de minero, sobrina de un exconsejero de Industria del Principado (Graciano Torre) y antigua vecina de Cistierna. Su padre trabajó en Sabero y cuando Lorena empezó el colegio se trasladaron a vivir a Cistierna. Sus padres todavía frecuentan el piso que tienen en la avenida de La Constitución. Lorena no viene tan a menudo, «la fiesta y algún fin de semana, pero sus padres sí, la última vez que los vi por aquí fue en el puente de Diciembre»».

Se marchó de allí hace ya muchos años, aunque antes lo hicieron sus padres. Ella había terminado el instituto y trabajaba en el Eroski. Pero al final también se fue a Gijón. Trabaja en una gran superficie comercial aunque el último día que se supo de ella al parecer ya no fue a trabajar.

Lorena fue al colegio y al instituto en Cistierna, trabajó en el Eroski y tuvo un novio de Crémenes«Lorena es muy simpática, muy maja», dice Gelines, cuyo rostro olvida por un momento el disgusto al hablar de cómo es Lorena. Lleva muchos años fuera de Cistierna, pero quien más quien menos, todos la recuerdan o la conocen. Allí dejó amigos, expareja (tuvo un novio de Crémenes, comentan), vecinos y compañeros. Cistierna, como su familia, sigue esperando a Lorena.

Algunas informaciones sugieren que quizá la desaparición fue voluntaria, pero los más cercanos no lo creen así, no habían notado nada extraño en ella. Por esas fechas desaparecieron tres mujeres en Asturias más o menos de la misma edad, todas cerca de la costa y con otra serie de coincidencias en los casos que hicieron pensar que podían estar conectados. Parece que han concluido que no hay más conexión que la mala fortuna, y las otras dos han sido enterradas. La diferencia es que Lorena todavía podría aparecer sana y salva, ojalá, pero en todo caso, anhelan que aparezca. En su pueblo leonés, el que la vio crecer, el de sus años de instituto, así lo esperan.
 
Cistierna sigue esperando a Lorena

SUCESOS
La villa leonesa que vio crecer a la mujer de 40 años desaparecida en Asturias hace más de mes y medio aguarda impaciente alguna noticia sobre su paradero
Es humano que más de un mes después de que la villa de Cistierna se encogiera con la desaparición de Lorena, hoy no sea ya motivo de todas las conversaciones, y no por eso dejan de esperarla. Lorena Torre no regresó al piso en el que vive con sus padres en Gijón el pasado 1 de marzo (hace más de un mes y medio). Su coche fue hallado en la zona de El Rinconín.

Cuando hace unos días el mar devolvió un cuerpo en Galicia pensamos que podría ser LorenaEl invierno, y ahora la primavera, han traído un sinfín de temporales que hacen pensar que la peor amenaza para Lorena haya sido el mar. Durante días un enorme despliegue de medios por aire, agua y tierra buscó incansable a esta mujer de 40 años de edad, pero encontrar el cuerpo de Concepción, otra de las asturianas desaparecidas en esos días, en la costa vasca, fue una sacudida que interrumpió estos esfuerzos; aunque la investigación sigue activa.

sos_desaparecidos_lorena_14418.jpg
«Dicen que el mar devuelve a los cuerpos a los 21 días», dice una asturiana que vive de cerca la angustia de la familia de Lorena, «pero con los temporales que llevamos se han dado cuenta de que buscarla en el mar en la zona en que desaparece su rastro es inútil». Si Concepción había aparecido en el País Vasco no era descabellado pensar que el cuerpo que fue hallado en la costa gallega fuera el de Lorena, como reconocía una abatida mujer el miércoles en Cistierna al ser preguntada por su antigua vecina. «Aquí lo pensamos muchos y lo comentamos. Que sería una pena, pero yo creo que la familia lo que quiere es que aparezca aun asumiendo que cada día que pasa las posibilidades son menos», afirma una conocida de la familia de Cistierna.

Lorena es hija de minero, sobrina de un exconsejero de Industria del Principado (Graciano Torre) y antigua vecina de Cistierna. Su padre trabajó en Sabero y cuando Lorena empezó el colegio se trasladaron a vivir a Cistierna. Sus padres todavía frecuentan el piso que tienen en la avenida de La Constitución. Lorena no viene tan a menudo, «la fiesta y algún fin de semana, pero sus padres sí, la última vez que los vi por aquí fue en el puente de Diciembre»».

Se marchó de allí hace ya muchos años, aunque antes lo hicieron sus padres. Ella había terminado el instituto y trabajaba en el Eroski. Pero al final también se fue a Gijón. Trabaja en una gran superficie comercial aunque el último día que se supo de ella al parecer ya no fue a trabajar.

Lorena fue al colegio y al instituto en Cistierna, trabajó en el Eroski y tuvo un novio de Crémenes«Lorena es muy simpática, muy maja», dice Gelines, cuyo rostro olvida por un momento el disgusto al hablar de cómo es Lorena. Lleva muchos años fuera de Cistierna, pero quien más quien menos, todos la recuerdan o la conocen. Allí dejó amigos, expareja (tuvo un novio de Crémenes, comentan), vecinos y compañeros. Cistierna, como su familia, sigue esperando a Lorena.

Algunas informaciones sugieren que quizá la desaparición fue voluntaria, pero los más cercanos no lo creen así, no habían notado nada extraño en ella. Por esas fechas desaparecieron tres mujeres en Asturias más o menos de la misma edad, todas cerca de la costa y con otra serie de coincidencias en los casos que hicieron pensar que podían estar conectados. Parece que han concluido que no hay más conexión que la mala fortuna, y las otras dos han sido enterradas. La diferencia es que Lorena todavía podría aparecer sana y salva, ojalá, pero en todo caso, anhelan que aparezca. En su pueblo leonés, el que la vio crecer, el de sus años de instituto, así lo esperan.
Qué triste!! pobre Lorena y pobre familia. Qué mal...
 
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