Elena Tablada.

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24/11/2018

MIEDO ANTE LA POLÉMICA BODA
LOS UNGRÍA, ALARMADOS POR LA BODA DE JAVIER Y TABLADA

La aristocrática familia del novio, los Ungría, están alarmados ante la repercusión pública del enfrentamiento mediático entre la novia, Elena Tablada, y su ex, David Bisbal
El siempre discreto clan Ungría, conectados con realeza y aristocracia, no ve con buenos ojos que uno de los suyos se case con Elena Tablada, por su mediática polémica con David Bisbal a cuenta de su hija, Ella.
POR CONSUELO FONT
HA COMENZADO LA CUENTA ATRÁS para una de las bodas más sonadas del año, y nunca mejor dicho a juzgar por el escándalo en que está envuelta la contrayente. Se trata de Elena Tablada (37), ex de David Bisbal y madre de su única hija, Ella (8), con el que actualmente anda enzarzada en una guerra mediática sin cuartel. El novio es el empresario Javier Ungría (37), sobrino de la princesa de Tirnovo, Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria, primogénito del rey Simeón.

La pareja, que ya se casó civilmente el 15 de agosto pasado en Miami, celebrará su boda religiosa este sábado 8 de diciembre en La Habana, Cuba, de donde procede la familia de Elena. Lo harán en el templo de San Juan de Letrán de El Vedado, el mismo donde se casaron los abuelos de la novia, Jorge Tablada y Elena Moure, que en 1970 huyeron del castrismo estableciéndose en Madrid, donde Tablada adquirió renombre como cirujano plástico. Previamente, el 6 de diciembre, la pareja obsequiará a sus invitados con una fiesta en bañador en el club Marea Santa Fe. El vestido de la novia es obra de Fernando Claro, que también elaborará el de su hija, Ella.

Ha sido precisamente la niña la desencadenante de esta guerra entre Tablada y Bisbal, quien en julio se casó a su vez con la modelo venezolana Rosanna Zanetti, que espera un hijo del cantante. Fue Zanetti quien prendió la mecha al publicar una foto con Ella en la feria de Almería, luciendo ambas idéntico traje de faralaes, algo que el entorno de Tablada consideró una provocación. Se inició un tira y afloja que derivó en una entrevista en portada de ¡Hola! donde Elena ponía en la picota a Bisbal, acusándole de no darle su lugar en la relación, además de dejarla sola cuando dio a luz a su hija en Miami.

El cantante contraatacó, culpándola de comerciar con su hija, lo que se tradujo en un cruce de burofaxes y mails nada cariñosos. A día de hoy, en la guerra han entrado, además del ex de Zanetti, el cantante Víctor Muñoz, que la acusa de haberle abandonado “frustrada por no lograr la fama junto a él”, hasta la madre de Bisbal, María Ferre, que ha tildado a Tablada de “cabra loca”.

Lo que más ha chocado ha sido que el discretísimo Javier Ungría, que desde el inicio del noviazgo en 2016 siempre se mantuvo en segundo plano, saliera como un león en defensa de su mujer vía Instagram. “Estoy tremendamente orgulloso, olé tú mi amor”.

Algo que ha provocado gran alarma en los Ungría, cuya imagen social era hasta la fecha impoluta. Según un allegado, “no les está gustando nada ver su apellido mezclado con este escándalo en programas de corazón, a los que hasta ahora sólo se habían asomado por el parentesco de su hermana Miriam con la realeza”.

Para colmo, los hermanos Ungría no son un ejemplo de unión. Según corrobora esta fuente, “Javier no ha mantenido demasiada relación con sus hermanos. A los que más unido ha estado han sido Alfredo y Miriam, aunque últimamente se ha acercado a Bernardo y a Carlos. Alfredo asistirá seguramente a la boda y puede que Miriam, el resto no se sabe”. Javier, por supuesto, no faltará a la boda de su hijo, pues además ha costeado el enlace, ni tampoco su ex, Marisa, madre del novio, además de sus cuatro hermanos habidos de los tres matrimonios de su padre.

La familia de Elena sí tiene en mente acudir en bloque, tanto su abuela, Elena Moure, la matriarca, como su tía Vivian, viuda de Rafa Lozano, quien fue mánager de Julio Iglesias, y por supuesto, de su madre Helenita y su hermana Anele.

La familia Ungría debe su cuantiosa fortuna a la empresa Patentes y Marcas, fundada en 1891 por un antepasado del patriarca, Bernardo de Ungría y Goibarri, hoy nonagenario, que ha dejado las riendas de su empresa a su hijo Javier, suegro de Elena Tablada. De su matrimonio con Carmen López Oleaga, nacieron siete hijos: Bernardo, Javier, Guillermo (fallecido en 1989 en accidente), Gustavo, Carlos, Alfredo y una única niña, Miriam, que colmó las ansias de alcurnia de su padre al casarse con un príncipe, el fallecido Kardam, primogénito de Simeón, monarca búlgaro en el exilio e íntimo de Don Juan Carlos.

Bernardo Ungría es un apasionado de la cuestión nobiliaria, hasta el punto que presidió el Colegio Heráldico e incluso publicó un libro sobre títulos.

Siempre le complació que sus hijos, auténticos cachorros de la jet de los 90, se codearan con apellidos rimbombantes como Gómez-Acebo, Arango o Martínez-Bordiú, para lo cual no escatimaba en gastos. Residían en una mansión de la urbanización Somosaguas, la más exclusiva de la época, y al cumplir los 18 años les regalaba un deportivo. A punto estuvo de cuajar la relación entre uno de ellos y Arancha Martínez-Bordiú, nieta pequeña del Caudillo, lo que aseguran empujó a Bernardo a bucear en su genealogía y obtener el marquesado de Montefalcón y el condado de Motta, títulos de origen italiano no reconocidos aquí. Lo que no impidió que los matrimonios de sus vástagos saltaran a los ecos de sociedad, como en 1990 el de Gustavo con Sandra Meijer, cuñada del conde Bismarck, o el de Alfredo con Esperanza Méndez Monasterio en el año 92.

La campanada la dio Miriam, diseñadora de joyas, cuando en julio del 96 se casó con el príncipe Kardam, heredero al trono de Bulgaria, a quien conoció por medio de Max Gómez-Acebo, sobrino de la infanta Pilar. Tuvieron dos hijos, Boris (21) y Beltrán (19), pero la unión acabó trágicamente tras morir Kardam en abril de 2015 por las secuelas del accidente de coche que sufrió en 2008. A su funeral, en la iglesia de los Jerónimos, acudió la Familia Real en pleno, Eméritos, Monarcas y las Infantas Elena y Cristina, así como los reyes de Holanda y miembros de la aristocracia.

Si Miriam dotó de pátina regia a la familia Ungría, fue su hermano Javier quien tomó el testigo de su padre en Patentes y Marcas. Casado tres veces y padre de cinco hijos, el marido de Tablada, también llamado Javier, es fruto de su matrimonio con Marisa García Abrines, con la que tuvo otra hija, Rocío.

Javier jr, licenciado en Icade y apasionado de la gastronomía, optó por montar el restaurante Haches en la exclusiva calle Ortega y Gasset con un socio, Marcos Diéguez. Era uno de los solteros más codiciados de Madrid cuando en 2016 conoció a Elena Tablada, una relación bien acogida por sus familias. Hasta ahora.
 
Un mal día tablado. :dead:

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