Todo sobre el pequeño Yeremi Vargas.

En este sentido, ha apuntado que espera que "diga dónde está el niño" porque lo que quieren saber es "dónde está Yeremi para poderle dar sepultura". Tanto Ithaisa como su padre, José Suárez, aseguran que lo que quieren es recuperar lo que quede del pequeño, apuntando ambos que si les dice dónde están, serían capaz "hasta de perdonarle".


No sé si lo dicen por por buscar ya "la paz" pero a mi eso de 'hasta de perdonarle' me hiela completamente...
 
CASO REABIERTO - DIARIO LEVANTE

Yéremi Vargas: ¿qué sabemos y qué no sobre su desaparición?​

Este viernes declaran la madre del niño y un testigo| La familia acusa a 'el Rubio', condenado por violar a otro menor | Cree que se deshizo del crío "echándolo a los cerdos"​


Tamara Morillo
Madrid | 04·11·21 | 18:44 | Actualizado a las 19:34



Yéremi Vargas, desaparecido el 10 de marzo de 2007.

Yéremi Vargas, desaparecido el 10 de marzo de 2007.
"Buscan a un niño de 7 años. Se llama Yéremi. Ha desaparecido mientras jugaba en un solar en Vecindario (Gran Canaria). Si han visto algo, o ven al niño, acudan por favor a la Guardia Civil". La alerta saltó de inmediato. Era 10 de marzo de 2007."Lleva gafas azules con patillas amarillas, camiseta marrón con letras naranjas que pone 'Skhuaran', pantalón beis y zapatillas blancas y doradas de marca Nike. Tiene una señal característica, una mancha de nacimiento de color rosáceo por encima del pecho. Por favor. Ayuda".
Ese día marcó un antes y un después. Congeló el corazón canario, paralizó los hogares de toda España. Habían raptado a un niño a plena luz del día, a escasos metros de su casa, mientras jugaba con sus primos. Catorce años después la pregunta es la misma: ¿Dónde está?


Cerrado en 2017, la investigación toma un nuevo curso con la reapertura del caso.

Cerrado en 2017, la investigación toma un nuevo curso con la reapertura del caso.

"Niños, ¡a comer!"

El reloj marca casi las dos de la tarde. Los adultos ya están en el salón. Los niños juegan en la calle. Como cada sábado, la familia de Yéremi, Yeri -como lo llaman en casa- se juntan a la mesa. Desde la ventana ven el solar donde están los críos. Juegan con una caja de cartón. Es de un televisor comprado días antes. Los pequeños lo habían sacado al terreno. "Diles que suban, que la mesa está puesta", se oye en el salón. Herminia, la abuela, los llamó por la ventana: "Niños, ¡a comer!". Subieron todos menos Yéremi. Cuando sus primos entraron por la puerta, se asomaron al solar para apremiarle. Fue visto y no visto. Fugaz. El pequeño ya no estaba.

"No lo busquen, a Yeri se lo han llevado"​

Obras, pozos, parques, solares, invernaderos. Miraron dentro y fuera de la casa. "Mantened la calma”. Duró poco. Yéremi era "un niño tímido y asustadizo, no se iría con nadie", afirmó ante los medios - días después- su tía Mili. Peinaron, buscaron y rastrearon todo lo que salía a su paso. "Ya no lo busquen, a Yeri se lo han llevado", dijo su abuelo. Dos minutos más tarde caminaba hacia el cuartel de la Guardia Civil: "mi nieto ha sido secuestrado".
Cerca de 400 personas formaron el primer operativo. Arrancó de inmediato. Se buscó por tierra, aire y mar. Se imprimieron los primeros carteles que inundaron el barrio, Vecindario, y el municipio Santa Lucía de Tirajana. Durante años -aún quedan- estuvieron en autobuses, camiones, hogares y comercios. Yéremi se convirtió en símbolo. El niño de Vecindario conmocionó a todos.


La familia de Yéremi lleva 14 años pidiendo justicia.

La familia de Yéremi lleva 14 años pidiendo justicia.

"Agonizando en una nevera"

El operativo no tuvo límites. Voluntarios, Servicios de Emergencia, Protección Civil, la Guardia Civil, y el Ejército. Un centenar de militares del Regimiento de Infantería Canarias 50 se incorporaron a la búsqueda a los siete días de la desaparición. Peinaron palmo a palmo.

Durante el primer mes y medio la casa del crío permaneció abierta. Familiares y vecinos dormían -lo que podían- en el garaje, en sillones, en colchones en el suelo. Los primeros carteles, en blanco y negro, llevaban número de la familia impreso. Entraron miles de llamadas. Dos personas atendían al teléfono. Contactaban desde la isla, desde la península y desde fuera: México, Chile, Arizona, Londres… muchas mostraban dolor, apoyo, otras solo maldad: "el niño está agonizando en una nevera, corred". Por esas ocho crueles palabras quisieron cobrarles 50 euros a la familia de Yéremi.

195 pederastas investigados​

Bajo la alerta constante de la desaparición inquietante -por aquel entonces denominada de alto riesgo- se dibujaron varias hipótesis, varias líneas. Ninguna resultó certera.
  • Alguien del entorno cercano
El carácter tímido de Yéremi hizo descartar que se hubiera ido, voluntariamente, con alguien desconocido. Habían pasado solo cinco días cuando el delegado del Gobierno en Canarias -en aquel momento José Segura- dejó ver que las primeras investigaciones apuntaban a "entornos familiares inmediatos, amistades, vecinos y colegio". Tenemos "la esperanza de la racionalidad" en encontrar al niño. Aseguró que se activaron "controles en puertos y aeropuertos y el niño no ha salido de la isla".
  • “Tengo al niño. Por 6.000 euros, lo libero”
El 19 de marzo, nueve días después de la desaparición, un vecino de Agüimes fue detenido por la Guardia Civil. Había pedido a la familia 6.000 euros a cambio de la liberación de Yéremi. Tras investigarle, fue acusado de un supuesto delito de extorsión, pero descartaron que estuviera relacionado con la desaparición. Quería dinero.
  • Pederasta en la zona: intento de secuestro a una niña
Descartada la familia y el entorno cercano, una de las líneas principales que se trazó era que el niño hubiera sido secuestrado por un pederasta. Ese mismo verano, en agosto, un hombre trató de raptar a una niña de 11 años en la misma zona dónde desapareció Yéremi. Entró en prisión, pero no se pudo demostrar su vinculación con la desaparición del crío.
  • El 'Caso Karate': Fernando T. Baena
Fernando Torres Baena, un profesor de karate, protagonizó el mayor caso de pederastia en España en 2010. Había dado clase a Yéremi los meses previos a su desaparición. Le condenaron a 302 años de cárcel como autor de 35 delitos de abuso sexual y otros 13 delitos de corrupción de menores. Se rastreó a conciencia, pero no se hallaron en su vivienda indicios que le relacionaran con la desaparición de Yéremi Vargas.
En 2012, la Guardia Civil llegó a investigar hasta 195 personas acusadas de pederastia y a 15 presos con antecedentes similares.
  • Pederastas escoceses
La Guardia Civil anunció en 2013 que estaba investigando a tres pederastas escoceses, dos de ellos ya en la cárcel en su país, por si tuvieran alguna relación con el caso. Los tres sospechosos se encontraban en Gran Canaria en la fecha en la que desapareció el pequeño. Los investigadores se desplazaron a Escocia. Tampoco se halló relación.
  • Huesos en el lugar en el que desapareció
En 2015, quien fuera Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, confirmó el hallazgo de restos óseos (entre ellos un cráneo) en Gran Canaria. La noticia impactó a la familia de Yéremi. La investigación determinó finalmente que pertenecían a una mujer mayor.


Ithaisa - madre de Yéremi- es, junto a un nuevo testigo, la primera que declarará tras la reapertura del juicio.

Ithaisa - madre de Yéremi- es, junto a un nuevo testigo, la primera que declarará tras la reapertura del juicio. EFE

El solitario Ojeda, 'el Rubio'

Antonio Ojeda, alias ‘el Rubio’, el principal sospechoso, siempre estuvo en el foco de los investigadores. Aunque durante los primeros años pasó desapercibido incluso para la familia. Vivía a pocos metros del lugar de la desaparición del niño. Solitario, aficionado al bar, fuentes cercanas señalan que acostumbraba a mirar a los niños del barrio jugando en el solar. A Yéremi y a muchos otros muchachos del pueblo.
En 2016, la sospecha se hizo firme. Mientras cumplía condena en la prisión de Algeciras (Cádiz) por abusar sexualmente de otro niño, varios presos contaron a la Guardia Civil y al juez que Ojeda les había confesado lo que, supuestamente, había hecho con Yéremi Vargas. Según la versión de los internos, el Rubio no escatimó en detalles. Les confesó que "el niño se puso azul". Hoy es público que Yéremi era cianótico, una afección que hacía que su piel adquiriera esa tonalidad en situaciones graves de estrés, antes no. "Nadie fuera de la familia podía conocerlo y mucho menos Antonio Ojeda", denunciaron siempre sus familiares.
La familia del pequeño mostraba su convencimiento hace unos días de que Ojeda secuestró y acabó con la vida del menor. Fue el abuelo de Yéremi, José Suárez, quien contó que le habían contactado varias personas para decirle que creían que 'el Rubio' se deshizo de los restos del pequeño tras dárselo como comida a unos cerdos.
"Hay gente que me ha dicho que, conociéndole, pudo habérselo dado de comer a los cochinos que tiene", apuntó, al tiempo que explicó que esos testigos "no dan la cara para no verse implicados en un procedimiento judicial". "Seguiremos hasta el final. Yo tengo clarísimo que fue él", reiteró el padre de Ithaisa Suárez.
Una fotografía del albúm familiar de Yéremi, compartida por la familia.

Una fotografía del albúm familiar de Yéremi, compartida por la familia.
Pese a que se presentaron fuertes indicios para vincularle a la desaparición, el juez cerró el caso en 2017, contra el criterio de la Guardia Civil, al considerar que no había suficientes pruebas contra él.

Nueva ronda de declaraciones: reapertura del caso​

El varapalo judicial no restó fuerzas. La Guardia Civil trata de recabar más pruebas. Mantuvieron -y mantienen- que el Rubio es el autor del secuestro. La lucha de la familia, que ha aportado nuevos indicios, ha conseguido que el caso se reabra. La primera ronda de declaraciones arranca este mismo viernes. De inicio testificará Ithaisa Suárez, madre de Yéremi, y un menor que estaba en el lugar de los hechos el día de la desaparición. El niño -que tenía 11 años por aquel entonces- es el mismo que dijo ver un coche blanco, con una pegatina de palmeras en la parte trasera, en el solar en el que desapareció Yéremi a la hora a la que el rastro del niño se perdió. El coche descrito es similar al de Antonio Ojeda.
Reabierto el caso, se dibuja una nueva oportunidad para encontrar a Yéremi, para tratar de averiguar quién secuestró al pequeño. "Confío en la justicia y ruego al culpable, cuyo nombre todos ya conocemos, nos entregue lo que quede de Yéremi", ruega Ithaisa Suárez. "Si el niño no está vivo, que es lo más probable, le ruego que me dé lo que hay para poder darle sepultura", pide su madre.
Fotografía de Yéremi compartida por la familia.

Fotografía de Yéremi compartida por la familia.
 
A ver si la policía lograra encontrar algún resto de ADN que lo termine de inculpar. Al cortar un cuerpo con una radial debieron esparcirse gotitas de sangre por muchas direcciones. Quizás quedó algo sin limpiarse bien
 
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