TODO sobe Pablo Iglesias y Podemos.

El abogado Calvente prepara para denunciar a Iglesias por simular delitos
El excoordinador del Equipo Legal de Podemos considera que la juez le avala al apuntar que la querella por hostigamiento, acoso laboral, acoso sexual, coacciones y lesiones de la que fue objeto fue "instrumentalizada" por los dirigentes del partido para despedirle


https://www.vozpopuli.com/espana/ab...m=email&utm_term=ntimgcent&utm_content=lnkimg
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El abogado Calvente prepara para denunciar a Iglesias por simular delitos
El excoordinador del Equipo Legal de Podemos considera que la juez le avala al apuntar que la querella por hostigamiento, acoso laboral, acoso sexual, coacciones y lesiones de la que fue objeto fue "instrumentalizada" por los dirigentes del partido para despedirle


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Ver el archivo adjunto 1539916
Espero que a la que se prestó como supuesta víctima de acoso sexual le caiga todo el.peso de la ley....por todas las que si son víctimas no se puede jugar a esto
 
Resumiendo, que si se fueran a la puerta de su casa todos los días a hacer una cacerolada, pero sin insultar, porque están en contra de la política que están llevando a cabo desde sus ministerios, y no pudiendo ir al congreso, tú lo verías bien....¿ es así?

No. Una cosa es una protesta como se le hizo a Cristina Cifuentes por la calle o a S.S.S. delante de su casa una sola vez, no 70 días días seguidos.

Es muy fácil de entender. No busques los tres pies al gato porque solo tiene dos.
 
El juez reclama el libro de visitas de Interviú pese a que cuatro directivos de la revista confirmaron la versión de Iglesias
  • El líder de Podemos declaró que el antiguo dueño de Zeta le citó el 20 de enero de 2019 en la sede que tenía el grupo y le entregó la tarjeta o una copia del teléfono de Dina Bousselham. Antonio Asensio y su director editorial testificaron lo mismo ante el juez y el director de la revista y el subdirector, investigados, declararon que así se lo habían comunicado sus superiores

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE
Pedro Águeda
30 de julio de 2020 22:23h
0
@pedroagueda
El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha dictado una nueva providencia en la que ordena a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía que requiera al Grupo Zeta, dueño de la desaparecida revista Interviú, su registro de entradas y salidas correspondientes a diciembre de 2015 y enero de 2016 y que lo haga "a la mayor brevedad".


El juez convierte una pieza de la causa contra Villarejo en el 'caso Pablo Iglesias'


El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, declaró en sede judicial que el 20 de enero de 2016 le fue entregada una copia u original de la tarjeta del móvil de Dina Bousselham en la sede del grupo de comunicación, versión confirmada por cuatro responsables de Zeta y de la revista Interviú en sus declaraciones ante García-Castellón.

En aquella declaración de marzo de 2019, Iglesias ya dijo al juez que consultó en la sede de Zeta su contenido y que se quedó con la tarjeta. Bousselham, que declaró el mismo día, añadió que cuando su anterior jefe se la entregó tiempo después ya no funcionaba. Tuvieron que pasar quince meses desde aquellas declaraciones para que, en plena crisis sanitaria, el juez centrara la investigación en el ya vicepresidente segundo del Gobierno.

Ahora, el juez García-Castellón ordena a los policías del caso Villarejo que obtengan "documento en el que obre el contenido de su libro de registro de visitas (entradas y salidas recogidas en el control de acceso) habidas en su sede entre los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016 en la sede de la revista Interviú", según la citada providencia a la que ha tenido acceso elDiario.es. Desde que ocurrieron los hechos, la revista Interviú ha cerrado y Zeta fue adquirido por otro grupo de comunicación y cambió de sede.

El director entonces de la revista Interviú, Alberto Pozas, declaró ante el juez que la tarjeta llegó a la revista en un sobre de forma anónima. Como también hiciera su subdirector, Luis Rendueles, igualmente investigado, declararon que pusieron los hechos en conocimiento del director editorial de Zeta, Miguel Ángel Liso, y que éste les dijo que se lo había hecho llegar al consejero delegado, Antonio Asensio Mosbah. Liso y Asensio declararon como testigos y, al igual que Iglesias, aseguraron que éste fue llamado a la sede del grupo, que se le facilitó un despacho para que consultara el contenido de la tarjeta y que se marchó con ella 40 minutos después. Liso informó a Pozas de la visita de Iglesias y de su resultado, según declaró el exdirector de Interviú al juez, y Rendueles añadió que así le había contado su director que había ocurrido.

Este nuevo intento de impulso a la investigación por parte del juez, que tiene fecha de 28 de julio, llega tan solo cinco días después de que el magistrado dictara otra providencia en la que ponía a la decena escasa de policías que investigan una treintena de piezas de la macrocausa Tándem a que revisen la declaración de la pareja de Dina Bousselham acerca de la denuncia por robo del móvil en el Ikea de Alcorcón en noviembre de 2015.

Como ocurrió con la orden acerca de la declaración de Ricardo Sa Ferreira, la diligencia sobre el registro de acceso de Interviú insiste en la línea de investigación en torno al vicepresidente segundo del Gobierno, pese a que el comisario Villarejo sigue imputado por revelación de secretos por haberse encontrado una copia de la tarjeta en el registro de su domicilio con la información del móvil que luego fue publicada en tres medios de comunicación, según Asuntos Internos.

Justo antes de que comenzara esta batería de diligencias, el anterior impulso del juez a la investigación contra Pablo Iglesias había arrojado un resultado negativo. La comisión rogatoria internacional para que una empresa de Gales aclarara el estado de la tarjeta que la pareja entonces de Bousselham había enviado para obtener los datos, una vez Iglesias se la había entregado -al menos seis meses después de haberla recibido él- indicaba que el dispositivo estaba "físicamente intacto" si bien no se podía acceder a su contenido.

Bousselham declaró en marzo de 2019 que Iglesias le entregó un dispositivo que no funcionaba, después de que él dijera que sí había podido acceder a él en la sede de Interviú. Recientemente, la excolaboradora del líder de Podemos ha cambiado de versión y ha dicho al juez que sí pudo consultar su contenido cuando Iglesias se lo entregó. Iglesias asegura que se quedó la tarjeta seis meses porque quería proteger a Bousselham de la "angustia" que le podía producir saber que un medio de comunicación tenía información privada de ella, justo en un momento en el que ella se encontraba muy afectada por las informaciones falsas acerca de que ambos mantenían una relación sentimental.

El juez se centra en Pablo Iglesias

Con un informe de la Policía Científica del pasado mes de enero y la propuesta de la Fiscalía, el juez llamó a declarar a Bousselham en mayo y logró que admitiera que ella había hecho los pantallazos perjudiciales para Podemos e Iglesias publicados en al menos tres medios de comunicación y que pudo enviarlos a terceros. Con esta afirmación, Anticorrupción y el juez acordaron que el comisario Villarejo, al que se había encontrado una copia de la tarjeta en su domicilio, ya no era el único sospechoso de que esa información hubiera a tres medios.

El siguiente paso fue retirar la condición de perjudicado a Pablo Iglesias con el argumento de que ya no se puede establecer que el material publicado fuera robado y por tanto no cabe atribuir a alguien la condición de víctima de un delito que no existe. Anticorrupción, con indicios que el juez y la Fiscalía tenían desde marzo de 2019, consideró entonces a Iglesias presuntamente responsable de los delitos de revelación de secretos y/o daños informáticos por haber guardado el dispositivo, con información perteneciente a Bousselham, al menos seis meses desde que se lo entregaron a él los responsables de la revista Interviú y que cuando lo hizo la tarjeta era ilegible. En su informe, los fiscales añadían que, si como parecía, Bousselham no deseaba actuar contra él, el Código Penal impedía atribuir al político dichos delitos.

Hasta ahí la actuación conjunta del juez y los fiscales. Estos proponían a García-Castellón que volviera a citar a Bousselham y que ésta aclarase sus intenciones respecto a Iglesias. El magistrado se negó y emprendió una investigación que ha eclipsado al resto del caso Villarejo, dejando de lado los indicios contra el comisario, sospechoso desde un principio de haber difundido, en persona o a través de terceros, el material de la tarjeta de Bousselham. Villarejo, en prisión provisional desde noviembre de 2017, declaró que entregó una copia de la tarjeta al jefe de la brigada política del PP, Eugenio Pino, artífice de las investigaciones parapoliciales contra el soberanismo catalán y Podemos.


Jopé con éste juez pepero. ¡Que forma de gastar dinero público en pesquisas que no llegarán a ningún sitio.!

¡Ojalá pondría el mismo celo en comprobar las cámaras de IKEA donde se grabaría el robo del teléfono!.

Eso si que sería una buena pesquisa. ¿Por qué no lo hizo?

Ayy si se hubiera puesto tanto énfasis en el asunto de unos discos duros. Claro que eso era del PP. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Voy a poner información del famosillo juez para que nos enteremos de donde viene.

 
No. Una cosa es una protesta como se le hizo a Cristina Cifuentes por la calle o a S.S.S. delante de su casa una sola vez, no 70 días días seguidos.

Es muy fácil de entender. No busques los tres pies al gato porque solo tiene dos.
COMO TENEIS EL MONOPOLIO DE LOS ESCRACHES Y ACOSO, OS PEDIREMOS PERMISO LA PROXIMA VEZ PARA VER SI PODEMOS ACOSAR O NO
 
El juez reclama el libro de visitas de Interviú pese a que cuatro directivos de la revista confirmaron la versión de Iglesias
  • El líder de Podemos declaró que el antiguo dueño de Zeta le citó el 20 de enero de 2019 en la sede que tenía el grupo y le entregó la tarjeta o una copia del teléfono de Dina Bousselham. Antonio Asensio y su director editorial testificaron lo mismo ante el juez y el director de la revista y el subdirector, investigados, declararon que así se lo habían comunicado sus superiores

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE
Pedro Águeda
30 de julio de 2020 22:23h
0
@pedroagueda
El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha dictado una nueva providencia en la que ordena a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía que requiera al Grupo Zeta, dueño de la desaparecida revista Interviú, su registro de entradas y salidas correspondientes a diciembre de 2015 y enero de 2016 y que lo haga "a la mayor brevedad".


El juez convierte una pieza de la causa contra Villarejo en el 'caso Pablo Iglesias'


El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, declaró en sede judicial que el 20 de enero de 2016 le fue entregada una copia u original de la tarjeta del móvil de Dina Bousselham en la sede del grupo de comunicación, versión confirmada por cuatro responsables de Zeta y de la revista Interviú en sus declaraciones ante García-Castellón.

En aquella declaración de marzo de 2019, Iglesias ya dijo al juez que consultó en la sede de Zeta su contenido y que se quedó con la tarjeta. Bousselham, que declaró el mismo día, añadió que cuando su anterior jefe se la entregó tiempo después ya no funcionaba. Tuvieron que pasar quince meses desde aquellas declaraciones para que, en plena crisis sanitaria, el juez centrara la investigación en el ya vicepresidente segundo del Gobierno.

Ahora, el juez García-Castellón ordena a los policías del caso Villarejo que obtengan "documento en el que obre el contenido de su libro de registro de visitas (entradas y salidas recogidas en el control de acceso) habidas en su sede entre los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016 en la sede de la revista Interviú", según la citada providencia a la que ha tenido acceso elDiario.es. Desde que ocurrieron los hechos, la revista Interviú ha cerrado y Zeta fue adquirido por otro grupo de comunicación y cambió de sede.

El director entonces de la revista Interviú, Alberto Pozas, declaró ante el juez que la tarjeta llegó a la revista en un sobre de forma anónima. Como también hiciera su subdirector, Luis Rendueles, igualmente investigado, declararon que pusieron los hechos en conocimiento del director editorial de Zeta, Miguel Ángel Liso, y que éste les dijo que se lo había hecho llegar al consejero delegado, Antonio Asensio Mosbah. Liso y Asensio declararon como testigos y, al igual que Iglesias, aseguraron que éste fue llamado a la sede del grupo, que se le facilitó un despacho para que consultara el contenido de la tarjeta y que se marchó con ella 40 minutos después. Liso informó a Pozas de la visita de Iglesias y de su resultado, según declaró el exdirector de Interviú al juez, y Rendueles añadió que así le había contado su director que había ocurrido.

Este nuevo intento de impulso a la investigación por parte del juez, que tiene fecha de 28 de julio, llega tan solo cinco días después de que el magistrado dictara otra providencia en la que ponía a la decena escasa de policías que investigan una treintena de piezas de la macrocausa Tándem a que revisen la declaración de la pareja de Dina Bousselham acerca de la denuncia por robo del móvil en el Ikea de Alcorcón en noviembre de 2015.

Como ocurrió con la orden acerca de la declaración de Ricardo Sa Ferreira, la diligencia sobre el registro de acceso de Interviú insiste en la línea de investigación en torno al vicepresidente segundo del Gobierno, pese a que el comisario Villarejo sigue imputado por revelación de secretos por haberse encontrado una copia de la tarjeta en el registro de su domicilio con la información del móvil que luego fue publicada en tres medios de comunicación, según Asuntos Internos.

Justo antes de que comenzara esta batería de diligencias, el anterior impulso del juez a la investigación contra Pablo Iglesias había arrojado un resultado negativo. La comisión rogatoria internacional para que una empresa de Gales aclarara el estado de la tarjeta que la pareja entonces de Bousselham había enviado para obtener los datos, una vez Iglesias se la había entregado -al menos seis meses después de haberla recibido él- indicaba que el dispositivo estaba "físicamente intacto" si bien no se podía acceder a su contenido.

Bousselham declaró en marzo de 2019 que Iglesias le entregó un dispositivo que no funcionaba, después de que él dijera que sí había podido acceder a él en la sede de Interviú. Recientemente, la excolaboradora del líder de Podemos ha cambiado de versión y ha dicho al juez que sí pudo consultar su contenido cuando Iglesias se lo entregó. Iglesias asegura que se quedó la tarjeta seis meses porque quería proteger a Bousselham de la "angustia" que le podía producir saber que un medio de comunicación tenía información privada de ella, justo en un momento en el que ella se encontraba muy afectada por las informaciones falsas acerca de que ambos mantenían una relación sentimental.

El juez se centra en Pablo Iglesias

Con un informe de la Policía Científica del pasado mes de enero y la propuesta de la Fiscalía, el juez llamó a declarar a Bousselham en mayo y logró que admitiera que ella había hecho los pantallazos perjudiciales para Podemos e Iglesias publicados en al menos tres medios de comunicación y que pudo enviarlos a terceros. Con esta afirmación, Anticorrupción y el juez acordaron que el comisario Villarejo, al que se había encontrado una copia de la tarjeta en su domicilio, ya no era el único sospechoso de que esa información hubiera a tres medios.

El siguiente paso fue retirar la condición de perjudicado a Pablo Iglesias con el argumento de que ya no se puede establecer que el material publicado fuera robado y por tanto no cabe atribuir a alguien la condición de víctima de un delito que no existe. Anticorrupción, con indicios que el juez y la Fiscalía tenían desde marzo de 2019, consideró entonces a Iglesias presuntamente responsable de los delitos de revelación de secretos y/o daños informáticos por haber guardado el dispositivo, con información perteneciente a Bousselham, al menos seis meses desde que se lo entregaron a él los responsables de la revista Interviú y que cuando lo hizo la tarjeta era ilegible. En su informe, los fiscales añadían que, si como parecía, Bousselham no deseaba actuar contra él, el Código Penal impedía atribuir al político dichos delitos.

Hasta ahí la actuación conjunta del juez y los fiscales. Estos proponían a García-Castellón que volviera a citar a Bousselham y que ésta aclarase sus intenciones respecto a Iglesias. El magistrado se negó y emprendió una investigación que ha eclipsado al resto del caso Villarejo, dejando de lado los indicios contra el comisario, sospechoso desde un principio de haber difundido, en persona o a través de terceros, el material de la tarjeta de Bousselham. Villarejo, en prisión provisional desde noviembre de 2017, declaró que entregó una copia de la tarjeta al jefe de la brigada política del PP, Eugenio Pino, artífice de las investigaciones parapoliciales contra el soberanismo catalán y Podemos.


Jopé con éste juez pepero. ¡Que forma de gastar dinero público en pesquisas que no llegarán a ningún sitio.!

¡Ojalá pondría el mismo celo en comprobar las cámaras de IKEA donde se grabaría el robo del teléfono!.

Eso si que sería una buena pesquisa. ¿Por qué no lo hizo?

Ayy si se hubiera puesto tanto énfasis en el asunto de unos discos duros. Claro que eso era del PP. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Interviú quebró hace años................................... ¿a quien se lo piden?.............

que pedrada tienen los podemitas................................ ¿se puede ser tan ridiculo?
 
El juez reclama el libro de visitas de Interviú pese a que cuatro directivos de la revista confirmaron la versión de Iglesias
  • El líder de Podemos declaró que el antiguo dueño de Zeta le citó el 20 de enero de 2019 en la sede que tenía el grupo y le entregó la tarjeta o una copia del teléfono de Dina Bousselham. Antonio Asensio y su director editorial testificaron lo mismo ante el juez y el director de la revista y el subdirector, investigados, declararon que así se lo habían comunicado sus superiores

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE
Pedro Águeda
30 de julio de 2020 22:23h
0
@pedroagueda
El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha dictado una nueva providencia en la que ordena a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía que requiera al Grupo Zeta, dueño de la desaparecida revista Interviú, su registro de entradas y salidas correspondientes a diciembre de 2015 y enero de 2016 y que lo haga "a la mayor brevedad".


El juez convierte una pieza de la causa contra Villarejo en el 'caso Pablo Iglesias'


El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, declaró en sede judicial que el 20 de enero de 2016 le fue entregada una copia u original de la tarjeta del móvil de Dina Bousselham en la sede del grupo de comunicación, versión confirmada por cuatro responsables de Zeta y de la revista Interviú en sus declaraciones ante García-Castellón.

En aquella declaración de marzo de 2019, Iglesias ya dijo al juez que consultó en la sede de Zeta su contenido y que se quedó con la tarjeta. Bousselham, que declaró el mismo día, añadió que cuando su anterior jefe se la entregó tiempo después ya no funcionaba. Tuvieron que pasar quince meses desde aquellas declaraciones para que, en plena crisis sanitaria, el juez centrara la investigación en el ya vicepresidente segundo del Gobierno.

Ahora, el juez García-Castellón ordena a los policías del caso Villarejo que obtengan "documento en el que obre el contenido de su libro de registro de visitas (entradas y salidas recogidas en el control de acceso) habidas en su sede entre los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016 en la sede de la revista Interviú", según la citada providencia a la que ha tenido acceso elDiario.es. Desde que ocurrieron los hechos, la revista Interviú ha cerrado y Zeta fue adquirido por otro grupo de comunicación y cambió de sede.

El director entonces de la revista Interviú, Alberto Pozas, declaró ante el juez que la tarjeta llegó a la revista en un sobre de forma anónima. Como también hiciera su subdirector, Luis Rendueles, igualmente investigado, declararon que pusieron los hechos en conocimiento del director editorial de Zeta, Miguel Ángel Liso, y que éste les dijo que se lo había hecho llegar al consejero delegado, Antonio Asensio Mosbah. Liso y Asensio declararon como testigos y, al igual que Iglesias, aseguraron que éste fue llamado a la sede del grupo, que se le facilitó un despacho para que consultara el contenido de la tarjeta y que se marchó con ella 40 minutos después. Liso informó a Pozas de la visita de Iglesias y de su resultado, según declaró el exdirector de Interviú al juez, y Rendueles añadió que así le había contado su director que había ocurrido.

Este nuevo intento de impulso a la investigación por parte del juez, que tiene fecha de 28 de julio, llega tan solo cinco días después de que el magistrado dictara otra providencia en la que ponía a la decena escasa de policías que investigan una treintena de piezas de la macrocausa Tándem a que revisen la declaración de la pareja de Dina Bousselham acerca de la denuncia por robo del móvil en el Ikea de Alcorcón en noviembre de 2015.

Como ocurrió con la orden acerca de la declaración de Ricardo Sa Ferreira, la diligencia sobre el registro de acceso de Interviú insiste en la línea de investigación en torno al vicepresidente segundo del Gobierno, pese a que el comisario Villarejo sigue imputado por revelación de secretos por haberse encontrado una copia de la tarjeta en el registro de su domicilio con la información del móvil que luego fue publicada en tres medios de comunicación, según Asuntos Internos.

Justo antes de que comenzara esta batería de diligencias, el anterior impulso del juez a la investigación contra Pablo Iglesias había arrojado un resultado negativo. La comisión rogatoria internacional para que una empresa de Gales aclarara el estado de la tarjeta que la pareja entonces de Bousselham había enviado para obtener los datos, una vez Iglesias se la había entregado -al menos seis meses después de haberla recibido él- indicaba que el dispositivo estaba "físicamente intacto" si bien no se podía acceder a su contenido.

Bousselham declaró en marzo de 2019 que Iglesias le entregó un dispositivo que no funcionaba, después de que él dijera que sí había podido acceder a él en la sede de Interviú. Recientemente, la excolaboradora del líder de Podemos ha cambiado de versión y ha dicho al juez que sí pudo consultar su contenido cuando Iglesias se lo entregó. Iglesias asegura que se quedó la tarjeta seis meses porque quería proteger a Bousselham de la "angustia" que le podía producir saber que un medio de comunicación tenía información privada de ella, justo en un momento en el que ella se encontraba muy afectada por las informaciones falsas acerca de que ambos mantenían una relación sentimental.

El juez se centra en Pablo Iglesias

Con un informe de la Policía Científica del pasado mes de enero y la propuesta de la Fiscalía, el juez llamó a declarar a Bousselham en mayo y logró que admitiera que ella había hecho los pantallazos perjudiciales para Podemos e Iglesias publicados en al menos tres medios de comunicación y que pudo enviarlos a terceros. Con esta afirmación, Anticorrupción y el juez acordaron que el comisario Villarejo, al que se había encontrado una copia de la tarjeta en su domicilio, ya no era el único sospechoso de que esa información hubiera a tres medios.

El siguiente paso fue retirar la condición de perjudicado a Pablo Iglesias con el argumento de que ya no se puede establecer que el material publicado fuera robado y por tanto no cabe atribuir a alguien la condición de víctima de un delito que no existe. Anticorrupción, con indicios que el juez y la Fiscalía tenían desde marzo de 2019, consideró entonces a Iglesias presuntamente responsable de los delitos de revelación de secretos y/o daños informáticos por haber guardado el dispositivo, con información perteneciente a Bousselham, al menos seis meses desde que se lo entregaron a él los responsables de la revista Interviú y que cuando lo hizo la tarjeta era ilegible. En su informe, los fiscales añadían que, si como parecía, Bousselham no deseaba actuar contra él, el Código Penal impedía atribuir al político dichos delitos.

Hasta ahí la actuación conjunta del juez y los fiscales. Estos proponían a García-Castellón que volviera a citar a Bousselham y que ésta aclarase sus intenciones respecto a Iglesias. El magistrado se negó y emprendió una investigación que ha eclipsado al resto del caso Villarejo, dejando de lado los indicios contra el comisario, sospechoso desde un principio de haber difundido, en persona o a través de terceros, el material de la tarjeta de Bousselham. Villarejo, en prisión provisional desde noviembre de 2017, declaró que entregó una copia de la tarjeta al jefe de la brigada política del PP, Eugenio Pino, artífice de las investigaciones parapoliciales contra el soberanismo catalán y Podemos.


Jopé con éste juez pepero. ¡Que forma de gastar dinero público en pesquisas que no llegarán a ningún sitio.!

¡Ojalá pondría el mismo celo en comprobar las cámaras de IKEA donde se grabaría el robo del teléfono!.

Eso si que sería una buena pesquisa. ¿Por qué no lo hizo?

Ayy si se hubiera puesto tanto énfasis en el asunto de unos discos duros. Claro que eso era del PP. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Voy a poner información del famosillo juez para que nos enteremos de donde viene.

IDOLO, ¿conoces tu las investigaciones de un Juzgado y lo que ha hecho o nó?
¿das por hecho lo que a ti te interesa?

El que se quedo la tarjeta 6 meses fue el chepas, la miró, accedió a los datos de otra persona y la destruyó.

Sabes tu mas que el juez............... inaudito
 
El juez reclama el libro de visitas de Interviú pese a que cuatro directivos de la revista confirmaron la versión de Iglesias
  • El líder de Podemos declaró que el antiguo dueño de Zeta le citó el 20 de enero de 2019 en la sede que tenía el grupo y le entregó la tarjeta o una copia del teléfono de Dina Bousselham. Antonio Asensio y su director editorial testificaron lo mismo ante el juez y el director de la revista y el subdirector, investigados, declararon que así se lo habían comunicado sus superiores

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE
Pedro Águeda
30 de julio de 2020 22:23h
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@pedroagueda
El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha dictado una nueva providencia en la que ordena a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía que requiera al Grupo Zeta, dueño de la desaparecida revista Interviú, su registro de entradas y salidas correspondientes a diciembre de 2015 y enero de 2016 y que lo haga "a la mayor brevedad".


El juez convierte una pieza de la causa contra Villarejo en el 'caso Pablo Iglesias'


El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, declaró en sede judicial que el 20 de enero de 2016 le fue entregada una copia u original de la tarjeta del móvil de Dina Bousselham en la sede del grupo de comunicación, versión confirmada por cuatro responsables de Zeta y de la revista Interviú en sus declaraciones ante García-Castellón.

En aquella declaración de marzo de 2019, Iglesias ya dijo al juez que consultó en la sede de Zeta su contenido y que se quedó con la tarjeta. Bousselham, que declaró el mismo día, añadió que cuando su anterior jefe se la entregó tiempo después ya no funcionaba. Tuvieron que pasar quince meses desde aquellas declaraciones para que, en plena crisis sanitaria, el juez centrara la investigación en el ya vicepresidente segundo del Gobierno.

Ahora, el juez García-Castellón ordena a los policías del caso Villarejo que obtengan "documento en el que obre el contenido de su libro de registro de visitas (entradas y salidas recogidas en el control de acceso) habidas en su sede entre los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016 en la sede de la revista Interviú", según la citada providencia a la que ha tenido acceso elDiario.es. Desde que ocurrieron los hechos, la revista Interviú ha cerrado y Zeta fue adquirido por otro grupo de comunicación y cambió de sede.

El director entonces de la revista Interviú, Alberto Pozas, declaró ante el juez que la tarjeta llegó a la revista en un sobre de forma anónima. Como también hiciera su subdirector, Luis Rendueles, igualmente investigado, declararon que pusieron los hechos en conocimiento del director editorial de Zeta, Miguel Ángel Liso, y que éste les dijo que se lo había hecho llegar al consejero delegado, Antonio Asensio Mosbah. Liso y Asensio declararon como testigos y, al igual que Iglesias, aseguraron que éste fue llamado a la sede del grupo, que se le facilitó un despacho para que consultara el contenido de la tarjeta y que se marchó con ella 40 minutos después. Liso informó a Pozas de la visita de Iglesias y de su resultado, según declaró el exdirector de Interviú al juez, y Rendueles añadió que así le había contado su director que había ocurrido.

Este nuevo intento de impulso a la investigación por parte del juez, que tiene fecha de 28 de julio, llega tan solo cinco días después de que el magistrado dictara otra providencia en la que ponía a la decena escasa de policías que investigan una treintena de piezas de la macrocausa Tándem a que revisen la declaración de la pareja de Dina Bousselham acerca de la denuncia por robo del móvil en el Ikea de Alcorcón en noviembre de 2015.

Como ocurrió con la orden acerca de la declaración de Ricardo Sa Ferreira, la diligencia sobre el registro de acceso de Interviú insiste en la línea de investigación en torno al vicepresidente segundo del Gobierno, pese a que el comisario Villarejo sigue imputado por revelación de secretos por haberse encontrado una copia de la tarjeta en el registro de su domicilio con la información del móvil que luego fue publicada en tres medios de comunicación, según Asuntos Internos.

Justo antes de que comenzara esta batería de diligencias, el anterior impulso del juez a la investigación contra Pablo Iglesias había arrojado un resultado negativo. La comisión rogatoria internacional para que una empresa de Gales aclarara el estado de la tarjeta que la pareja entonces de Bousselham había enviado para obtener los datos, una vez Iglesias se la había entregado -al menos seis meses después de haberla recibido él- indicaba que el dispositivo estaba "físicamente intacto" si bien no se podía acceder a su contenido.

Bousselham declaró en marzo de 2019 que Iglesias le entregó un dispositivo que no funcionaba, después de que él dijera que sí había podido acceder a él en la sede de Interviú. Recientemente, la excolaboradora del líder de Podemos ha cambiado de versión y ha dicho al juez que sí pudo consultar su contenido cuando Iglesias se lo entregó. Iglesias asegura que se quedó la tarjeta seis meses porque quería proteger a Bousselham de la "angustia" que le podía producir saber que un medio de comunicación tenía información privada de ella, justo en un momento en el que ella se encontraba muy afectada por las informaciones falsas acerca de que ambos mantenían una relación sentimental.

El juez se centra en Pablo Iglesias

Con un informe de la Policía Científica del pasado mes de enero y la propuesta de la Fiscalía, el juez llamó a declarar a Bousselham en mayo y logró que admitiera que ella había hecho los pantallazos perjudiciales para Podemos e Iglesias publicados en al menos tres medios de comunicación y que pudo enviarlos a terceros. Con esta afirmación, Anticorrupción y el juez acordaron que el comisario Villarejo, al que se había encontrado una copia de la tarjeta en su domicilio, ya no era el único sospechoso de que esa información hubiera a tres medios.

El siguiente paso fue retirar la condición de perjudicado a Pablo Iglesias con el argumento de que ya no se puede establecer que el material publicado fuera robado y por tanto no cabe atribuir a alguien la condición de víctima de un delito que no existe. Anticorrupción, con indicios que el juez y la Fiscalía tenían desde marzo de 2019, consideró entonces a Iglesias presuntamente responsable de los delitos de revelación de secretos y/o daños informáticos por haber guardado el dispositivo, con información perteneciente a Bousselham, al menos seis meses desde que se lo entregaron a él los responsables de la revista Interviú y que cuando lo hizo la tarjeta era ilegible. En su informe, los fiscales añadían que, si como parecía, Bousselham no deseaba actuar contra él, el Código Penal impedía atribuir al político dichos delitos.

Hasta ahí la actuación conjunta del juez y los fiscales. Estos proponían a García-Castellón que volviera a citar a Bousselham y que ésta aclarase sus intenciones respecto a Iglesias. El magistrado se negó y emprendió una investigación que ha eclipsado al resto del caso Villarejo, dejando de lado los indicios contra el comisario, sospechoso desde un principio de haber difundido, en persona o a través de terceros, el material de la tarjeta de Bousselham. Villarejo, en prisión provisional desde noviembre de 2017, declaró que entregó una copia de la tarjeta al jefe de la brigada política del PP, Eugenio Pino, artífice de las investigaciones parapoliciales contra el soberanismo catalán y Podemos.


Jopé con éste juez pepero. ¡Que forma de gastar dinero público en pesquisas que no llegarán a ningún sitio.!

¡Ojalá pondría el mismo celo en comprobar las cámaras de IKEA donde se grabaría el robo del teléfono!.

Eso si que sería una buena pesquisa. ¿Por qué no lo hizo?

Ayy si se hubiera puesto tanto énfasis en el asunto de unos discos duros. Claro que eso era del PP. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Voy a poner información del famosillo juez para que nos enteremos de donde viene.

El juez hace su trabajo. Quien eres tu para decir si esta instruyendo correctamente o no???? Tu te lees????
 
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