Testigo impertinente.Carmen Rigalt.10/07/2016.

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TESTIGO IMPERTINENTE

CARMEN
RIGALT

10/07/2016

España, destino visible para los embajadores gais
LA REINA:
EL GUSTO
ES SUYO

A la Marca España hay que sumar la marca del arco iris; ahora se lleva la visibilidad gay, como la del embajador de EEUU
El diplomático de la legación italiana Stefano Sannino toma ahora el testigo que deja el matrimonio Costos Smith
Circula la versión creíble de que la Reina Letizia ha olvidado los diseños de Varela para centrarse en el ‘universo Puig’


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Este año, la celebración del Orgullo (y Orgullo solo hay uno: el gay) en la embajada americana se tiñó de aromas de nostalgia. Lógico. Con la marcha de Obama de la Casa Blanca, se despide de Madrid la pareja más solicitada de la café society, el dúo sacapuntas de la visibilidad homosexual. Y todo a 10 años y algunos meses de aprobarse en el Congreso el matrimonio entre personas del mismo s*x*. Palabra de Zapatero.

El dúo sacapuntas son el señor Costos y el señor Smith, residentes en la embajada americana de Madrid como pago a los servicios prestados durante la campaña a la Presidencia de Barack Obama (dicen que Costos, empresario de comunicación, se rascó mucho el bolsillo para que saliera). Como consecuencia de todo ello, el embajador y su esposo han ejercido de estrellas mediáticas y, especialmente, de hombres-anuncio, dotando de máxima visibilidad al matrimonio (homosexual).

Pero volvamos la vista atrás y situémonos en la embajada durante la recepción que ofreció James Costos al mundo de la cultura en general y a los activistas de la causa del arco iris en particular.

Mientras el matrimonio Costos Smith departía con la parroquia española, un tipo escueto llamado Stefano Sannino, embajador de Italia en España, recogía discretamente el testigo de la visibilidad cedido por los alegres amigos de Obama. El embajador italiano también tenía motivos personales para apoyarla. Su presencia en España así lo acredita. Seguramente el embajador solicitó la plaza de Madrid para que la Olimpiada gay del año próximo le coja en primera fila pidiendo pista.

Stefano Sannino conoció al que hoy es su marido (el español Santiago Mondragón) en Bruselas. Aunque posteriormente el destino les ha separado (Santiago sigue en Bruselas y Stefano lleva cuatro meses en Madrid), se ven siempre que pueden. El traslado del diplomático a Madrid también tiene que ver con un mayor deseo de visibilidad (deseo que compartiría algún que otro embajador europeo si se confirman nuestras pesquisas). Está cantado: España se ha puesto de moda en el mundo. Ahora, a la Marca España hay que sumar la marca del arco iris.

Ya no se dice «salir del armario» porque, quien más quien menos, todos los implicados están fuera, bien oreados. Y si no lo están, tendrían que hacérselo mirar. Ahora se lleva la visibilidad, un palabro espantoso que psicólogos y sociólogos han promovido para acudir al rescate de la causa. Visibilidad es todo lo que han hecho a la vista del público el embajador Costos y su marido. Tal vez han exagerado un poco la nota mundana (sobre todo el señor Smith, propietario de un ego como un piano), pero han llevado a cabo una importante labor de transparencia.

A propósito de la visibilidad, esta semana se ha hablado de los Reyes Felipe y Letizia, que el martes (no el máster: Word siempre me la juega) asistieron al concierto de Rod Stewart en el Teatro Real. Era el primer concierto de la segunda edición del Universal Music Festival y los Reyes iban de calle. A la Reina Letizia le encanta el rock y lo demuestra moviendo el esqueleto y batiendo palmas al compás de la música. Al Rey Felipe no le encanta tanto y también lo demuestra.

Se notaba que iban de calle porque, aparte de vestir informalmente, saludaban a los amigos tipo Pepón Nieto, levantando el brazo como si pidieran un vino en un bar de La Latina atestado de gente.

Al Rey Felipe se le hace cuesta arriba lo de ir de calle, pero traga saliva para no desentonar. La Reina, en cambio, todavía no ha logrado sentirse más cómoda en traje de chaqueta que en vaqueros. Ella no pasó por el photocall (los Reyes están exentos de tal cumplimiento). David Sánchez, de DyP Comunicación, es el rey del photocall y ha llegado a soñar que Letizia de España hace cola para posar ante los gráficos. Es el sueño de la democratización del photocall. De momento, la gente que mea colonia evita siempre la foto. Eugenia Martínez de Irujo, por ejemplo, no posó el día del concierto de Rod Stewart. En su caso hay que achacarlo a la timidez extrema. Ella es 10 veces más tímida que Eugenia de Montijo. Y que Letizia con z.

Ahora, en Chez Varela no cogen el teléfono y el Twitter está muerto desde hace un mes. Hay quien apunta a disputas familiares por cuestiones económicas. Quién sabe. En cuanto a la actitud de Letizia, circula una versión (creíble) según la cual la Reina ha olvidado a Varela para centrarse en el ‘universo Puig’, propietario de Carolina Herrera, Nina Ricci y Paco Rabanne, y ‘mediopropietario’ de Gaultier, Hermès, etc. Los hay que responsabilizan del viraje a Eva Fernández, estilista real. Niego la mayor. Para afinar el gusto solo hace falta tener ojos en la cara y abrirlos mucho.










Ayer, LOC publicó un reportaje que puede derivar en ‘scoop’. Se trata de la situación de Felipe Varela, hasta hoy modista de cabecera de la Reina. Hay rumor de acreedores y tufillo a espantada. Según Beatriz Miranda, autora del reportaje, el primer signo fue en Cibeles, cuando Varela no valoró su situación de privilegio, calló la boca y desapareció. Miranda también sugiere que la Reina se ha cansado de él, quizás porque en su entorno le han hecho ver el ramalazo carca que tanto le ha chiflado a ella.

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Seguro que han tenido más de una discusión
DUELO DE EGOS
Y cada uno por su lado
 
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