Tema para hablar sobre el Estado de Israel

Estado
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Eso no lo dices tú, Ondina, sino el mismísimo Ben-Gurión ya en el lejano 1937, antes incluso de la realización de Israel:


CARTA DE BEN-GURIÓN A SU HIJO AMOS, escrita el 5 de Octubre de 1937

La carta fue publicada por el mismo Ben-Gurión, "Cartas a Paula y los niños", Tel Aviv: Am Oved, 1968, pg. 211-3(http://www.baumanrarebooks.com/rare-books/ben-gurion-david/letters-to-paula/56682.aspx ; http://books.google.es/books?id=ES2...the children, tel aviv: am oved, 1968&f=false). El texto completo fue traducido y publicado en una edición en inglés en 1971: Véase David Ben Gurion, "Cartas a Paula y los niños", traducido por Aubry Hodes, Universidad de Pittsburg de Prensa, 1971, página 153.

"Lo que realmente queremos no es que la tierra permanezca entera y unificada. Lo que queremos es que el todo y la tierra unificada sea judía [originales énfasis]. Un Eretz Israel unificado sería ninguna fuente de satisfacción para mí- si fuera árabe. . .

Mi suposición (que es por eso que soy un ferviente defensor de un Estado, a pesar de que está ahora vinculada a la partición) es que un estado judío en sólo una parte de la tierra no es el fin sino el comienzo.
Cuando adquirimos un mil o 10 mil dunams, nos sentimos eufóricos. No lastima nuestros sentimientos que por esta adquisición no estamos en posesión de toda la tierra. Esto se debe a que este aumento de la posesión es de importancia no sólo en sí mismo, sino porque a través de él aumentamos nuestra fuerza, y cada aumento de fuerza ayuda en la posesión de la tierra en su conjunto. El establecimiento de un estado, aunque sólo en una parte de la tierra, es el refuerzo máximo de nuestra fuerza en la actualidad y un poderoso impulso a nuestros esfuerzos históricos para liberar a todo el país.

Vamos a admitir que en el estado de todos los Judios que podamos. Creemos firmemente que podemos admitir más de dos millones de Judios. Vamos a construir una multifacética judía economía- agrícola, industrial y marítimo. Vamos a organizar una fuerza-una defensa ejército superior avanzada que no tengo ninguna duda será uno de los mejores ejércitos del mundo. En ese momento, estoy seguro de que no nos fallará en instalarse en las restantes partes del país, a través del acuerdo y la comprensión con nuestros vecinos árabes, o a través de algún otro medio."
Ben-Gurión, 1937

*****

"Instalarse en las restantes partes del país...o a través de algún otro medio.":

- Confiscación sistemática ilegal de tierras palestinas,
- creación de asientos ilegales de colonos israelíes en el territorio palestino,
- la destrucción de los pueblos palestinos,
- matando a los palestinos,
- desafío a las resoluciones de la ONU, las leyes internacionales.
- La creación de un Estado de apartheid.
- Prohibición a los palestinos a volver a su patria.

Bien pensado, y puesto en práctica:

iu


Por si había alguna duda, los hechos lo han confirmado. Los palestinos intuyeron muy pronto la que se les venía encima con el Nakba y la limpieza étnica que siguió. Han resistido de manera heroica a una ocupación colonial brutal, pero la fuerza bruta de Israel ha acabado por imponerse por encima del Derecho Internacional, que ha sido sistemáticamente socavado por EEUU en la ONU. Ahora los palestinos tienen una dura lucha por delante para reclamar la igualdad de derechos en el Estado judío de Israel. Esperemos que esta vez el apoyo de la comunidad internacional a su lucha contra el régimen israelí del apartheid sea claro e inequívoco y que prevalezca la democracia, la libertad y los Derechos Humanos. Israel le está dejando pocas opciones a EEUU y antes que tarde tendrá que retirarle el apoyo militar.

Claro que esto se puede evitar dejando que ISIS se infiltre en los territorios ocupados. Ya hemos visto fotos de los terroristas charlando amicablemente con soldados israelíes en la frontera con Siria, la misma frontera donde un informe de NNUU dice que reciben atención medica los (yihadistas) combatientes anti Al Assad y muy cerca de otra en la que fue (accidentalmente) asesinado un casco azul español. Pero ¿por qué nos iba a extrañar si ya lo ha hecho en el pasado?

Israel alumbró a Hamas para socavar el movimiento secular de Arafat.
http://www.wsj.com/articles/SB123275572295011847
 
De cómo Israel acabó con los judíos



http://blogs.elconfidencial.com/mun...4/de-como-israel-acabo-con-los-judios_721308/

AUTOR ILYA TOPPER. ESTAMBUL
FECHA04.03.2015 – 05:00 H.

Israel es tu casa”, fueron las palabras que Binyamin Netanyahu, primer ministro de Israel, dirigió a los judíos de toda Europa después de los atentados de París y Copenhague. Tras los disparos daneses, abundó: “Nos estamos preparando para absorber una inmigración masiva desde Europa; la pedimos”. Su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, fue más explícito: “Está claro que ahora ha venido el momento de tomar decisiones, y la decisión correcta es hacer la 'aliya' (emigración) y venir a Israel”. Por si no quedaba claro: “Con todo el debido respeto a las comunidades judías, ustedes saben muy bien qué ocurre hoy día con la asimilación, no sólo con el antisemitismo y las amenazas de terror. Yo creo que sólo hay un lugar para todos los judíos: Israel”.

La visión de Tel Aviv hoy, coherente con lo que fue el sionismo durante un siglo, pero más rotunda y nítida que nunca, es esta: un mundo sin judíos.

Un mundo sin judíos, salvo por un minúsculo territorio en el Levante mediterráneo. Pero en ningún otro lugar. Sea cual sea la conexión entre el Gobierno israelí y los atentados antisemitas, que comparten objetivo ha quedado claro.

No lo digo yo. Al invitar a los judíos a emigrar de Francia de forma masiva, “los políticos israelíes podrían estar muy bien ayudando a los terroristas fanáticos para acabar el trabajo que iniciaron los nazis y sus colaboradores de Vichy: convertir Francia en judenrein”, escribe Chemi Shalev, columnista del diario israelí Haaretz. “Judenrein” significa “limpio de judíos” y es el término que usaron los nazis para describir un territorio del que se habían expulsado todos los judíos.

Esto no es nada nuevo, por supuesto. El sionismo nació como reacción alantisemitismo europeo del siglo XIX, y desde entonces se ha esforzado por impulsar una visión del mundo en el que toda tierra salvo la Prometida es insegura para los judíos. Mediante una propaganda incesante y, cuando hiciera falta, mediante alguna provocación que avivara las tensiones y acelerara el flujo, recuerda el historiador marroquí judío Simón Levy.

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Un israelí reza en el Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, durante el Tisha B'Av (Reuters).

Una convivencia pacífica de judíos y otras religiones no entra en el concepto sionista, porque contradice el dogma de la necesidad de Israel como refugio y potencia protectora de todos los judíos del mundo. Tampoco conviene en la práctica: dado que la sociedad israelí considera ciudadanos auténticos únicamente a los de fe judía y relega a un estatus de cuasi enemigo a ese 20% de la población que es musulmana, y dado que la natalidad entre las musulmanas es mayor, es imprescindible fomentar la continua inmigración de judíos para mantener la superioridad numérica de la clase dominante. O como dicen en Israel, para desactivar la bomba demográfica.

De esta manera, el antisemitismo no sólo es fundamento, sino también aliado imprescindible de la visión política israelí.

Y viceversa. Porque el antisemitismo como ideología racista se basa en los planteamientos religiosos del judaísmo. Concretamente, en el que considera a todos los judíos una “raza”. Es decir, un colectivo unido por lazos de sangre y genética, dado que todos descienden de Abraham.

Es un mito tan carente de fundamento como el nacimiento de Jesucristo a partir de una mujer virgen. Pero si los biólogos nunca se tomaron muy en serio la partenogénesis descrita en los Evangelios, los historiadores sí montaron teorías y escuelas sobre el supuesto origen genético común de “los judíos” y su supuesto vínculo con la franja costera mediterránea que entonces se llamaba Palestina y que sale en la Biblia. Sería motivo de risa si no hubiera traído consecuencias tan terribles: la definición “étnica” de los judíos alemanes mediante la fe de sus abuelas y su embarque hacia los campos de concentración.

A los campos de concentración por parte de los nazis. A Palestina, por parte del sionismo. Ambas ideologías compartían base: que ningún judío debe formar parte de una sociedad 'gentil' (no judía), y que se es judío por nacimiento, sin que el individuo tuviera poder de decisión alguna. Todas las religiones son duras con sus apóstatas: el cristiano renegado es expulsado de la vida social y del cementerio, el musulmán puede incluso ser juzgado y sumariamente ejecutado. Pero ninguna como la judía: declara, simplemente, imposible salirse de la fe.Porque la fe es genética.

Tomarse en serio el mito del “pueblo” judío era una actitud hasta cierto punto comprensible en Europa central: efectivamente, los asquenazíes, los judíos entre el Rin, el Danubio y los Urales, se podían definir como un conjunto étnico: todos hablaban como lengua materna yídish, un idioma alemán con algunas influencias eslavas y hebreas. Compartían gastronomía, trajes, leyendas, música y mantenían estrecho contacto a través de las fronteras.

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Niños judíos ultra-ortodoxos durante la festividad de Lag Ba-Omer, en el barrio de Mea Shearim, en Jerusalén (Reuters).
Y es este pueblo alemán judaizado, el pueblo asquenazí, el que se ha convertido en arquetipo de la “etnia judía”. Quienes creen que representan a todos los judíos del mundo, evidentemente nunca vieron a un judío de Etiopía, ni hablaron con un judío marroquí, ni se leyeron las crónicas de la expulsión de los sefardíesde España.

Porque a diferencia de Hitler y sus secuaces, la Inquisición tenía muy claro que ser judío era una religión: tuvo que emigrar quien no quisiera convertirse. Una vez bautizados, la sospecha perduraba por si seguían cumpliendo en secreto sus ceremonias religiosas, motivo de hoguera. La sangre con todo eso no tenía nada que ver.

Era obvio para cualquiera: ser judío, musulmán o cristiano era una cuestión de fe. Por supuesto, el judaísmo se expandió por misión, al igual que sus dos religiones hermanas; la tradición judía está llena de ejemplos, y ningún judío marroquí pondría en cuestión un hecho histórico tan obvio. Sólo la obsesión genética alemana -se evidencia que Hitler copió la idea de los asquenazíes- convirtió a “los judíos” en un pueblo único e hizo primar la mitología de la Biblia por encima de la razón. Lo demuestra muy bien el historiador israelí Shlomo Sand en un libro valiente (La invención del pueblo judío, 2008), muy necesario para quienes sólo conocen la versión oficial asquenazí.

Sí, los sefardíes también son un pueblo, forjado por 500 años de historia, pero a diferencia de los asquenazíes saben que son un pueblo español, no uno palestino. ¿Tengo que volver a contar el chiste del sefardí de Salónica que quiso casar a su hija con un marinero español porque hablaba perfectamente 'judeo', antes que con un “tedesco” (alemán, asquenazí)?

Pero los sefardíes han sido borrados del imaginario judío actual. Tanto que ni siquiera se les distingue ya de los mizrajíes, los judíos oriundos del Magreb, Siria, Yemen, Iraq, que forman la mitad de la población de Israel. Se les mete a todos en el mismo saco en Israel: mano de obra de segunda clase, forzada a olvidar lo más rápido posible su origen para no parecer “árabes”.

Porque eso es lo que eran los mizrajíes: su idioma era efectivamente árabe; en nada se distinguían, excepto en la fe, de yemeníes, marroquíes, sirios o iraquíes de fe musulmana o cristiana. Esos pueblos que en la mente israelí están todos fusionados en un único y espantoso concepto, el del “árabe”. Enemigo irreconciliable e imprescindible para no admitir la existencia siquiera de un pueblo palestino.

El “árabe” terrorista, el nazi pagano y las inquisición cristiana: hoy están amalgamados en una imagen única del “mundo entero contra Israel”, país que hace portavoz de “los judíos” frente al resto del mundo, tal y como escenificó Netanyahu en París. El concepto de “goy” –traducido como 'gentil' en español– es absolutamente fundamental en la cosmovisión israelí: describe a toda persona no judía, a este inmenso resto del mundo que no forma parte del pueblo elegido, a ese eterno enemigo de todos los judíos.

Todos los judíos: esta es la mentira. “La cultura sefardí distingue entre judíos, cristianos y musulmanes y cuantas más religiones haya alrededor, pero no existe un concepto que englobe a todas las sociedades del mundo frente al judío”, aclara Eliezer Papo, sociólogo sefardí de Sarajevo. En judeoespañol no existe palabra comparable a “goy”. Esto del “pueblo judío” frente a todos los demás pueblos del planeta es un invento asquenazí.

Pero son los asquenazíes quienes han forjado el ideario que hoy, en el siglo XXI, define a nivel internacional el concepto de “judío”. Hagan memoria de los judíos que hayan visto en la pantalla del cine o en las páginas de una novela. Apuesto que todos eran asquenazíes. Tras la fundación de Israel se ha explotado con un inaudito fervor la tradición literaria en yídish para proyectar urbi et orbi la imagen del judío de su gueto polaco o húngaro, su Tora en la mano y su violín. Cuando no directamente con su pijama a rayas y su estrella amarilla.

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Jadwiga Bogucka, una superviviente de Auschwitz, muestra una fotografía suya de 1944 en Varsovia (Reuters).
No es casualidad que la imaginería colectiva cinematográfica se basa en lo que el filósofo israelí Yeshayahu Leibowitz ha llamado “la nueva religión judía”: el holocausto. Un suceso al que los sacerdotes sionistas retratan -y exigen blindar legalmente- como único en la Historia, incuestionable, inexplicable, incomparable, es decir, dios. El dogma de la incomparabilidad del holocausto (es el único hecho histórico cuya negación es delito penal) es hoy día, en un mundo laico, la única manera de sostener la posición de los judíos como “pueblo elegido”: por ser víctima de ese suceso único.

Israel, el Estado fundado y dirigido por asquenazíes, ha usurpado el término “judío”, su historia, su cultura. Porque la víctima de la persecución nazi (y con anterioridad, de los terribles pogromos rusos) fue únicamente el pueblo asquenazí, uno de los muchos que siguen la fe judía. Ninguna masacre de este tipo forma parte de la experiencia histórica de los judíos sefardíes, ni de los de Marruecos, Iraq, Yemen, Etiopía, Irán, Cáucaso, India, Malasia o Afganistán. No conocen la palabra “goy”, ni se creen etnias.

Por eso molestan: porque con su existencia demuestran que la ficción asquenazí del eterno judío perseguido por el antisemitismo internacional es sólo una pequeña parte de la verdad. La solución que escogió Israel era erradicarlos.



Israel, el Estado fundado y dirigido por asquenazíes, ha usurpado el término judío, su historia, su cultura

Erradicarlos como comunidades, no como individuos: fueron trasladados a Israel, a veces mediante espectaculares operaciones de “salvamiento” y puentes aéreos, pero casi siempre con una labor de zapa paciente y bien financiada. Los propagandistas de la causa prometieron a los judíos de todas partes -a menudo campesinos pobres o artesanos arruinados por la competencia de las fábricas europeas- el oro y el moro. Hasta tenerlos embarcados. Una vez en Israel los metieron en campos de acogida masificados donde vivieron mucho peor que en sus países de origen, forzados a olvidarse incluso de sus idiomas, despreciados por la clase superior: la asquenazí.
El desprecio lo resume una frase atribuida a la primera ministra de la época, Golda Meir: “Pero si estos no son siquiera auténticos judíos. Un auténtico judío habla yídish”. No, los asquenazíes no quisieron construir su Estado con ellos, aunque sirvieron como mano de obra barata y baluarte demográfico. Traerlos a Israel no era fundamental para el desarrollo del Estado pero sí para su dogma.

A las generaciones de marroquíes y yemeníes dispersados por los arrabales más tristes de Israel era fácil adoctrinarlos en una nueva fe, el severo judaísmo asquenazí de los rabinos de Lituania, a años luz de las relajadas costumbres y las alegres romerías que traían los recién llegados. La narrativa sionista se ha incluso adueñado del propio proceso, cuando describe este éxodo judío como una “expulsión” causada por los árabes, en revancha por la de los palestinos a manos de las milicias israelíes en 1948. Esto no es siquiera ficción. Es simplemente mentira.

Marruecos -y no hablamos de un caso marginal: en 1945 albergaba a 280.000 judíos, más que ningún otro país musulmán, y es origen de la mitad de la población mizrají de Israel- no es que no expulsara a sus ciudadanos judíos: les prohibió emigrar. Hizo falta mucha presión internacional para convencer al rey marroquí de que levantara el veto.

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Una niña de la comunidad hebrea africana durante la celebración de la fiesta de Shavuot, en Dimona, Israel (Reuters).
Con Israel actuando como sifón, en menos de cincuenta años desaparecieron las ricas comunidades milenarias judías en toda África del Norte y de Asia Central hasta India. Se ha extinguido su música, sus leyendas, su poesía y literatura, su ciencia, su arte y su artesanía, su teología y sus ritos, con apenas restos sobreviviendo en Israel, como adorable folklore. Pero sobre todo se ha extinguido su conciencia histórica. Se habrá erradicado todo colectivo que no haya pasado por el molinillo del holocausto.

Quedan muy pocos. Tres mil en Marruecos. Once mil en Irán. Hasta hace pocos años, algunas decenas o centenares en todos los países llamados árabes. Las guerras desencadenadas desde 2011 están acabando definitivamente con ellos. Y unos milenios de presencia y cultura judía en África del Norte y Asia habrán tocado a su fin. Para siempre.

Ésta es la meta de Netanyahu, de todos sus antecesores, y de todos sus competidores en el Parlamento, empeñados en que Israel y judío sean por fin lo que nunca fueron: sinónimos. Para que Israel sea portavoz único de una fe que en tiempos fue una de las tres grandes religiones monoteístas del Mediterráneo. Ya no. Ahora, Israel se ha quedado con la patente y la explotará en exclusiva.

El pueblo elegido nunca existió, hasta que los sionistas lo forjaron. Ahora dispone de religión oficial, idioma, territorio y ejército. El mesías no podría haberlo hecho mejor.

Lástima que para ello hubo que acabar con los judíos.

*Ilya U. Topper es editor de M'Sur



 
A los judíos de iran hace añoss que les ofrecen de todo, visas, trabajos... y nada que so quieren ir de Irán, se fueron muchos e sverdad pero aun continúan unos miles que no se quieren ir... se ve que el gobierno de Israel no entiende que después de 2800 años en un país lo sientan como casa y la casa de sus antepasados


NOSA Teherán 9 ABR 2007
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Huele a membrillo, arrayán y romero. Aún falta más de una hora para que amanezca cuando una treintena de hombres se reúne para la oración matutina en la sinagoga de Yusef Abad, en el centro de Teherán. Ataviados con la kipá, el chal de oración y diversas plegarias "para el corazón y el cerebro", repiten durante casi dos horas un ritual que ha cambiado poco en los 2.700 años que la comunidad judía lleva establecida en el actual Irán.

Sus 20.000 miembros tienen fuertes raíces en un país que no parecen dispuestos a abandonar a pesar de las declaraciones ofensivas de su presidente y la subsiguiente invitación de Israel.

"Irán es parte de nuestra identidad y queremos quedarnos", dice un líder de la comunidad

"No he oído nada de esa invitación", afirma Farideh Moshiah, una dentista a quien sus correligionarios consideran bastante ortodoxa. En su opinión, sólo los más tradicionalistas están interesados en emigrar. Ella no encuentra problemas en el ejercicio de su fe, aunque apunta que "ahora los asuntos políticos se han mezclado con los religiosos, y [la situación] se ha desviado".

"Por supuesto que sus comentarios nos hirieron, pero no han afectado a nuestra vida cotidiana", asegura el presidente del Comité Judío de Teherán, Cimmak Morsathegh en referencia a las declaraciones de Mahmud Ahmadineyad cuestionando el Holocausto. "No estamos peor que con Jatamí", anterior jefe del Gobierno cuya imagen fuera de Irán era mejor.

"El presidente no sólo ofendió a los iraníes, sino a todos los judíos del mundo", declara el representante judío en el Parlamento, Maurice Mohtamed, quien en su día se quejó públicamente. "Este país ha sufrido distintos avatares en la historia que han tenido su efecto sobre la comunidad judía, a pesar de lo cual nunca ha desaparecido como en Europa u otros países de Asia", añade descartando que el ofrecimiento israelí vaya a tener eco.

"Irán es parte de nuestra identidad, queremos quedarnos aquí y la mayoría no tiene ningún plan de marcharse, sino que desea continuar la vida en su país", dice Morsathegh. Este cirujano subraya que Irán es "un mosaico cultural y religioso desde hace muchos siglos. (...) Como cualquier minoría religiosa en un país confesional tenemos problemas, pero no son tan graves como cree la gente de fuera; lo que sucede es que quieren usarnos para atacar a Irán destacando las malas noticias e ignorando las buenas", asegura Morsathegh.

A la cabeza de esos problemas cita las dificultades para acceder a un empleo público y la ley sobre la herencia (si un judío se convierte al islam hereda todos los bienes familiares). Tanto él como Mohtamed señalan que los más importantes se resolvieron antes de la llegada al Gobierno de Ahmadineyad, incluidas las restricciones para salir al extranjero que sufrieron después de la revolución. "Hasta podemos viajar a Israel", precisa el diputado a pesar de que todos los pasaportes iraníes llevan un sello que prohíbe visitar la Palestina ocupada. "Durante la presidencia de Jatamí, le pedí una cita y le hablé de la necesidad de que se nos concediera una exención especial por razones familiares y religiosas para poder ir a Jerusalén, y desde hace seis años podemos hacerlo".

En la escuela de Abrishami, cerca de la plaza de Fatemeh, los alumnos están preparando la fiesta de Purim. Ese día, que evoca la revelación del plan de Haman para aniquilar a los judíos de Persia, recibirán diplomas y premios. Abrishami es propiedad del Comité Judío de Teherán y el único privado de los cinco colegios judíos de Irán. Aun así, sólo hay un profesor judío en plantilla: el de religión, Robert Khaldar. "Es cierto que por ley el director es un musulmán, pero tenemos libertad para cumplir nuestros preceptos y celebrar nuestras ceremonias religiosas", manifiesta Khaldar. Y como prueba de ello, invita a subir a la sinagoga instalada en el piso superior, donde los alumnos de tercero de secundaria se han reunido para realizar su oración matinal.

El director, Ruzbe Mokhtari, se suma y con gran respeto se pone en pie cuando lo requiere el ritual. "Cada año perdemos 10 alumnos por la emigración de sus familias", reconoce. Pero su destino no es Israel, sino Estados Unidos, la meca de cualquier iraní que desea emigrar. "En los cuatro años que llevo aquí sólo una familia se ha ido a Israel; eran los más pobres", añade. Pero lo que más preocupa a Mokhtari es que al ser un centro pequeño, "no hay suficiente competencia entre los estudiantes".

Mientras Khaldar cuenta la historia de Haman y el sentido del Purim, los chavales, despreocupados, bromean unos con otros. Pero antes de concluir la ceremonia, todos huelen los membrillos, el arrayán y el romero depositados en una mesa, como vienen haciendo sus antepasados desde hace 2.700 años.
 
EE UU sopesa reducir su apoyo diplomático a Israel en la ONU

El Gobierno de Estados Unidos dio este jueves un paso más en sus críticas a la retórica del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante la campaña electoral. La Casa Blanca abrió la puerta a reducir su sistemática protección diplomática de EE UU a Israel en la ONU después de que, en la víspera de las elecciones del martes, Netanyahu afirmara que si era reelegido no habría un Estado palestino.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/03/19/actualidad/1426797110_947587.html
 
EE UU sopesa reducir su apoyo diplomático a Israel en la ONU

El Gobierno de Estados Unidos dio este jueves un paso más en sus críticas a la retórica del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante la campaña electoral. La Casa Blanca abrió la puerta a reducir su sistemática protección diplomática de EE UU a Israel en la ONU después de que, en la víspera de las elecciones del martes, Netanyahu afirmara que si era reelegido no habría un Estado palestino.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/03/19/actualidad/1426797110_947587.html

sorry, Ondina. No es así, como parecía.
Hay mas, que no escucharon lo que dijo ó quiso decir que mientra haya tanta inseguridad en el área.
Quien no escuchó? Lo ha repetido dias despues, mientras haya tanta violencia alrededor suyo.
Todo está igual, a pesar del "uproar". La política, jeje, estos son unos titanes, ambos dos.


de todas formas, y para el que lo dude, el antisemitismo está vivo y coleando.
 
sorry, Ondina. No es así, como parecía.
Hay mas, que no escucharon lo que dijo ó quiso decir que mientra haya tanta inseguridad en el área.
Quien no escuchó? Lo ha repetido dias despues, mientras haya tanta violencia alrededor suyo.
Todo está igual, a pesar del "uproar". La política, jeje, estos son unos titanes, ambos dos.


de todas formas, y para el que lo dude, el antisemitismo está vivo y coleando.

¿Mientras haya inseguridad en el área? Ahí le has dado. No te preocupes, que si deja de haberla se creará.
 
Qué triste, tener razón por las armas en el siglo XXI....y luego decir que los otros son violentos.

Triste? triste como los otros están acabando con ellos mismos, demasiado salvajismo.

por supuesto que está armado hasta los dientes, hay que hacerlo entre tanto salvaje, es claro que el que se meta con Israel puede que no lo cuente.
 
I haven’t changed my policy. I never retracted my speech at Bar-Ilan University six years ago calling for a demilitarized Palestinian state that recognizes a Jewish state. What has changed is the reality. [Palestinian Authority President Mahmoud Abbas] refuses to recognize the Jewish state…every territory that is vacated today in the Middle East is taken up by Islamist forces. We want that to change so that we can realize a vision of real, sustained peace. I don’t want a one-state solution. I want a sustainable, peaceful two-state solution, but for that, circumstances have to change.

Refraseando. Que no echando para atras.
Ya lo llamaron Obama y el jefe de la ONU. Para felicitarlo.
Tienen que reconocer el talento del hombre o conocerlo mejor. Es mas listo que todos juntos.
 
Estado
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