Parece que el papelón que hizo hoy la musa yendo de diva, con las súper perlas, el maquillaje (sería el que tenía previsto para los Bafta) y el esquelético cuerpo hizo que el desencanto se volcara hacia el otro lado del charco, en donde la cónyuge de Harry debe estar comiendo palomitas, muy pancha y en paz.
No se qué es peor, ponerse ese vestido para los Bafta o un funeral con las perlas.
Le han aguado la fiesta, como dice @geocondy, y se ha colocado el vestido que iba a lucir donde más le gusta estar: en la alfombra roja, como a las starlets. Como no ha podido, a quitarle el protagonismo a un muerto.