Y ya pudimos ver que tan desesperada estaba esta mujer por convertirse en princesa. Aguantó carros y carretas y desaires por parte de su príncipe hasta que le propuso matrimonio. Y ahora anda como una infeliz sin disimular nada. Se ve que no todo era como ella lo imaginaba o sabe que está atrapada en Mónaco, que si se quiere ir, va tener que decirle adiós a sus hijos.............por lo cual Albert tuvo que buscar quien le aceptara un contrato.