Steffi Graff y André Agassi

Gabriela Sabatini dejó el tenis profesional, cuando ella quiso. Jugó unos años y se hartó del mundo profesional.

Lindsey Davenport. Es otra grande de esa época de gloria del tenis femenino. Transmitía fuerza.
 
BéisbolActúa como Pitcher y ha sido aceptado en la USC

El hijo de Agassi y Steffi Graf prueba suerte en el mundo del béisbol

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  • 06/09/2017 10:52 CDT
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André Agassi aseguró recientemente en una entrevista a un medio estadounidense que tanto él como su esposa, la también extenista Steffi Graffnunca han intentado acercar a sus hijos al mundo del tenis profesional: "Creo que ya hemos tenido suficiente", afirmó.

De hecho, el tenis no es la gran pasión de su hijo mayor, Jaden (de 15 años). El joven sueña con dedicarse en el futuro al béisbol profesional. Y en estos momentos se encuentra algo más cerca de lograrlo, puesto que acaba de ser admitido por la USC (Universidad de California del Sur) para su equipo de la generación de 2020.

El joven Agassi compartió en las redes sociales su fichaje:

Congrats to My nephew Jaden. High School Sophomore committing to USC for baseball!! 2020 go Rock!!! pic.twitter.com/oa1nTbb0Pc

? Phillip Agassi (@phillipagassi) 5 de septiembre de 2017
 
DEPORTES / TENIS
Andre Agassi: «Mis hijos no se dedicarán al tenis, es bastante duro»
M. A. BARROSO
Día 24/05/2011
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El tenista cool que jugaba con peluca y pantalón vaquero corto —incluso en Wimbledon, aunque de color blanco— es ahora un respetable padre de familia preocupado por el bajo nivel educativo de su país. En su carrera profesional se enfrentó a tres generaciones de tenistas, desde McEnroe a Nadal.

—¿Está retirado del todo o todavía le gusta pelotear un poco?

—Nada de peloteos. El tenis es más fácil verlo que jugarlo (bromea). Voy a algún torneo por trabajo, si me contratan como comentarista. Si no, en casa, por la tele.

—Acaba de cumplirse el décimo aniversario del Masters de Madrid. Usted ganó la primera edición, en 2002. ¿Qué recuerda del torneo y del público español?

—Me encanta Madrid, su arquitectura y la pasión por la vida que muestran los españoles. Jugué a gran nivel y me enfrenté a varios tenistas locales (Feliciano López y Juan Carlos Ferrero). Me benefició que en aquellos tiempos se disputara sobre superficie dura.

—Veinte años dan para conocer a muchos grandes campeones.

—Recuerdo que en mis primeros torneos llegué a coincidir con Jimmy Connors, John McEnroe, Boris Becker, Ivan Lendl... Luego tuve que vérmelas con los tenistas de mi generación, Jim Courier y Pete Sampras, entre otros, y por último con gente como Federer y Nadal. Pete ha sido, sin duda, uno de mis rivales más duros. Contra él se jugaba a un ritmo diferente, saque-volea, saque-volea... Ahora hay grandes restadores en el circuito y eso te obliga a puntos más largos y partidos más físicos.



—En su autobiografía, «Open», define a Nadal como «una bestia, un monstruo, una fuerza de la naturaleza»...

—Ese chico es asombroso. Ha tenido el atrevimiento de plantar cara y de ganar muchos partidos al que todo el mundo considera mejor tenista de todos tiempos. Ha batido a Fededer en la era Federer. Es difícil superar los resultados del suizo, pero no descarto que Rafa pueda conseguirlo.

—Con permiso de Djokovic.

—El serbio está firmando temporada fantástica. Estoy muy interesado en ver sus prestaciones en Roland Garros y, especialmente, sobre la hierba de Wimbledon.

—Los fans de Agassi recuerdan su agónica victoria sobre Andrei Medvedev en la arcilla de Roland Garros en 1999. Aquella tarde usted lloró.

—Sí, fue dramático. Perdí los dos primeros sets con facilidad, 1-6 y 2-6, y parecía que la final estaba lista para sentencia. Pero conseguí remontar y cuadrar el Grand Slam en la superficie menos propicia para mí.

—¿Cuál fue su peor momento?

—Cuando perdí con Sampras en la final del Open de Estados Unidos de 1995. Yo era el campeón vigente y se dilucidaba quién sería el número 1. A pesar de aquella rivalidad me llevo muy bien con Pete y nos vemos a menudo.

—Dice que debió ser un aborigen en otra vida. ¿Cómo explica su romance con Australia, el Grand Slam que ha ganado más veces (cuatro)?

—A Australia siempre he ido ligero de equipaje. Allí me siento como en casa. Me encanta la atmósfera del Rod Laver Arena. Siento que lo controlo todo, que la gente me apoya...

—Se muestra muy crítico con el sistema educativo público de EE.UU.

—Las estadísticas demuestran el fracaso del modelo, sobre todo en Nevada, que es el estado donde nací y que conozco mejor. Faltan recursos, no se fomenta el respeto y la responsabilidad, y a los jóvenes desfavorecidos se los deja en la estacada. Me sentía obligado a poner mi granito de arena. Por eso creé en 1994 una fundación para promover reformas.

—Tras reconocer que consumió drogas le llovieron las críticas. ¿Se arrepiente de esa sinceridad?

—En absoluto. Fue la revelación más impactante de mi autobiografía, pero pretendía ser una llamada de atención para los jóvenes. La mayoría de las reacciones contrarias fueron de personas que, probablemente, no leyeron el libro.

—¿Cree que los controles antidopaje son rigurosos en el tenis?

—En primer lugar tengo que decir que aquellas drogas que tomé eran de recreo, no sustancias para aumentar mi rendimiento físico. Y sí, el tenis es uno de los deportes líderes en la lucha contra el dopaje. La ATP hace análisis sanguíneos y es difícil que los tramposos puedan salirse con la suya. El problema, quizás, es la diferente interpretación de las leyes que tienen los países.

—¿Le gustaría que sus hijos Jaden Gil (de nueve años) y Jaz Elle (de siete) se dedicaran al tenis?

—Es una profesión bastante dura. No les veo por la labor. Mi hija Jaz sí juega al tenis un par de veces por semana, pero Jaden prefiere el béisbol.
 
Perdonarías a tu padre sabiendo que te suministró ‘speed’? Agassi responde

Después de contarlo todo en un libro soberbio, el extenista lucha por asimilar una vida llena de momentos oscuros
Agassi invierte gran parte de su tiempo en su fundación, dedicada a la educación y en la que cuenta con la colaboración de Longines


BLANCA LACASA
3 ENE 2017 - 07:58 CET
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Andre Agassi, fotografiado en exclusiva para ICON en Madrid. XIMENA GARRIGUES/SERGIO MOYA


“Una noche Philly [el hermano de Agassi] me pide que le prometa una cosa.

- Sí, claro, te lo prometo. Lo que sea.

- No dejes que papá te dé pastillas.

- ¿Pastillas?

- Andre, tienes que escuchar bien lo que te digo. Es un muy importante. […] Son muy pequeñas, redondas y blancas. No te las tomes.

- Está bien, pero ¿qué son esas pastillas?

- Speed [sustancia química, normalmente metanfetamina, que estimula el sistema nervioso, aumentado la resistencia física].

- ¿Y eso qué es?

- Una droga. Te da mucha energía. Sé que va a intentar administrarte speed.

Y, en efecto, cuando llega el campeonato nacional, que se celebra en Chicago, mi padre me administra una pastilla. […] Me la tomo y me sienta bien".

Este es un extracto del libro Open, la soberbia biografía que -con la magistral ayuda de J.R. Moehringer, ganador de un Pulitzer- el extenista Andre Agassi (Las Vegas, 1970) publicó en 2009.

Brooke Shields, tan alejada en fondo y forma de la que luego fuera su esposa, Steffi Graf (Mannheim, Alemania, 1969), con la que lleva 15 años casado y tienen dos hijos; su amistad con Barbra Streisand; todos sus cambios de imagen; sus derrotas punto por punto; su eterna rivalidad con su némesis, el siempre impecable Pete Sampras… Todo está ahí. Sin miramientos, pero sin exhibicionismo. Con la distancia y la profundidad que sólo el tiempo concede.

Agassi estuvo en activo de 1986 a 2006, fue número uno mundial y ganó 60 torneos, entre ellos los más grandes: Roland Garros, Wimbledon, Abierto de EE. UU., oro olímpico o la Copa Davies con EE. UU. Se define a sí mismo como alguien que “toma riesgos sin ser un jugador”, en clara referencia a su idolatrada Las Vegas –a la que, por cierto, ha conseguido arrastrar a Steffi. Está hoy en Madrid por ser el Embajador de la Elegancia de Longines, la histórica firma de relojes suiza. Lo es desde 2007.

De todo lo confesado en el libro [cosas como que tomó metanfetamina, que mintió a la ATP o que durante una larga temporada usó peluquín], ¿qué fue lo más embarazoso de admitir? ¿Embarazoso? Lo más difícil está en la primera página: decir que odiaba el tenis. Odié el tenis durante los primeros 27 años. No había reparado en ello. Cuando te sientas para tratar de ponerle sentido a tu vida te das cuenta de lo desconectado que estabas con lo que hiciste. Era como los soldados yendo a la guerra: es dañino y un desperdicio, pero no lo ves hasta un tiempo después. Cuando estás ahí fuera fingiendo ser algo que no eres, actuando como si lo estuvieras intentando, pero sabes que no lo estás intentando.

"hacía daño al deporte"]. Entendí que, al igual que Federer, estaba protegiendo el tenis. Probablemente aman este deporte, pero no fue algo muy fundamentado por su parte. En cualquier caso, no tuve miedo al sacar el libro. La verdad siempre espanta el miedo.

En 2011 entró en el International Tennis Hall of Fame, la más alta distinción que se le pueda conceder a un tenista. En su discurso [Agassi no pudo contener las lágrimas en múltiples ocasiones] le agradecía al tenis todo lo que le había dado, incluido el amor de su vida, Steffi. ¿Cómo se reconcilió con este deporte? Fue cuando encontré mi camino, cuando hallé mis propios motivos para jugar. Ocurrió a finales de 1997. Tuve una epifanía: me di cuenta de que si no tomas tus propias decisiones, tu vida no te pertenece. Tuve que buscar mis razones. Y mi razón fue mi escuela, ayudar a niños que no tienen elección en sus vidas. En ese momento, el tenis empezó a ser un regalo, una oportunidad. Por primera vez algo importante para mí. Y empecé a disfrutar.

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Agassi, con su melena, jugando en Wimbledon en 1991. CORDON

Usted ha hablado mucho de la soledad del tenista. ¿De veras es tan angustiosa? ¿Mayor que la del corredor o la del ciclista? Sí, porque al menos en estos deportes que cita puedes hablar, comunicarte. No estás apartado. El tenis es no hablar, es silencio. Hay un campo de separación entre tú y tu rival, pero, al mismo tiempo, estás muy conectado por mucho que no puedas tocarle, olerle, ni siquiera oírle respirar.

Dice su agente, Steve Miller, que usted es un tipo normal, y esa es la sensación que da. ¿Nunca se dejó deslumbrar por los brillos de la fama, ni siquiera en sus inicios? Cualquier cosa nueva es excitante, interesante. Estás aprendiendo, y los principios son siempre fascinantes. Pero eso dura poco y es muy insustancial. Cuando eres famoso todo el mundo te conoce, sí, pero eso no cambia nada, ni cómo vives ni quién eres realmente. En caso de ser algo, la fama es una distracción. Algo que te despista de la vida que realmente quieres llevar.

Una de las cosas que le robó el tenis fue la posibilidad de recibir una educación. Y, curiosamente, la educación se ha convertido en el motor y en la razón de su vida. Ya tiene escuelas públicas independientes repartidas por EE. UU. Creo que la razón por la que me he concentrado tanto en la educación es precisamente por mi falta de ella. El resultado de este déficit es no haber podido elegir a lo largo de mi vida. No tener opciones, hayas tenido o no éxito, te lleva a desconectar del mundo, y esa desconexión abre un espacio infinito a la ira y a la desesperación. No creo que eso sea sano a ningún nivel. La posibilidad de conocerse mejor, de conocer el mundo, hace que puedas llevar las riendas de tu vida sin arrepentirte de nada. Para mí la única manera real de crear cambios en el sistema es dar esa posibilidad a niños que de otro modo estarían sometidos a realidades relativas a bandas, drogas o cárceles, conseguir romper esos círculos de violencia, esas espirales.

En esta cruzada Longines ha sido de mucha ayuda. Compartimos los mismos valores: hemos elegido hacer algo por y para las próximas generaciones. Trabajar juntos tenía todo el sentido.

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Agassi con su mujer, la también extenista Steffi Graf, en 1999. Llevan 15 años casados. CORDON

Con todo esto, imagino que en Las Vegas será usted una especie de héroe local. ¿Se ha planteado meterse en política? Lo que siempre me ha interesado es que se hagan las cosas. No creo que sea necesario acudir a la política o construir desde ella. No creo que la política se involucre o responsabilice lo suficiente. Pero si tuviera que encajar en política, sería en el entorno educativo. Creo que estamos ofreciendo mejores oportunidades para el futuro de estos chicos que forman parte de nuestro proyecto educativo.
 
ENIS | CAMPEONA DE 22 GRAND SLAMS Y SIETE WIMBLEDONS

Steffi Graf: 'Da gusto ver jugar a Nadal'

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ANDREAS BELLINGER (DPA)
HAMBURGO | LAS VEGAS.- La ex tenista alemana Steffi Graf, campeona de 22 Grand Slams y siete Wimbledons, nos cuenta en esta entrevista su admiración por Nadal, cómo ha rehecho su vida tras retirarse del tenis, formando una familia con su marido André Agassi y cómo se gana la vida en Las Vegas con la creación de un gimnasio y una fundación para menores.

"Una sólo puede asombrarse y profesar admiración cuando ve jugar tenis a Rafael Nadal", sostuvo en una entrevista con dpa la tenista alemana más exitosa de todos los tiempos, ganadora de 22 Grand Slams y siete torneos de Wimbledon.

"Es un atleta excepcional con tanta disciplina, tan concentrado y con tanta pasión por lo que hace. Me faltan las palabras para describir su juego con propiedad", continuó Graf al ser preguntada sobre qué deportista despierta en ella el mayor entusiasmo.

"Pocas veces he visto a alguien que dispense tanta atención a cada pelota. Con una pasión y alegría que da gusto verlo jugar. Se lo puede asociar con todo aquello que hace del tenis un deporte tan atractivo".

Orgullosa de su familia
Graf, quien el próximo domingo cumple 40 años y lleva ya 10 fuera del circuito, reveló que su mayor felicidad es su vida junto a sus hijos Jaden Gil, de siete años, y Jaz Elle, de cinco, y su marido, el ex tenista André Agassi.

"Más que nada estoy feliz con mi familia. Estoy orgullosa de mis dos hijos y mi marido. Y tengo en mi haber una gran carrera. Mejor no me podrían haber ido las cosas", resumió.

"La familia es mi centro de gravedad", insiste la abnegada madre, quien como otras acompaña a sus hijos a la escuela y a las actividades deportivas en su lugar de residencia, Las Vegas.

El mayor hace sus primeros pasos en béisbol: "Su equipo acaba de ganar una eliminatoria por 11-10". La pequeña Jaz Elle "hace gimnasia y juega alguna que otra vez al tenis, está probando un poco de todo".

El tenis y el deporte siguen ocupando un lugar importante en la vida del matrimonio Graf-Agassi. "No me imagino una vida sin deporte. Entreno varias veces por semana y me busco espacios para hacer deporte para mí y ordenar mis pensamientos. De esta forma puedo relajarme y repostar energía".

"Además he desarrollado con mi cadena de gimnasios 'Mrs. Sporty' una forma de contagiar a otras mujeres mi entusiasmo por el deporte y llevarlas a hacer deporte. En cuatro años hemos reclutado 75.000 miembros", cuenta.

Graf sabe de sus viajes por el mundo que la vida no le sonríe a todos como a ella. A través de su fundación 'Children for Tomorrow', la pareja Graf-Agassi ayuda a menores víctimas de la violencia.

"Además de nuestros proyectos en Hamburgo, en Kosovo, en Sudáfrica y Eritrea planeamos otro en Uganda. También allí queremos ayudar a niños traumatizados por la violencia. Queremos ampliar nuestra labor en el norte de Africa. La construcción de nuestro centro para niños traumatizados en Hamburgo nos ocupará mucho este año".

Preocupada por la crisis financiera mundial
También la crisis financiera en el mundo y en Estados Unidos preocupa a la ex deportista. "Los pequeños comercios han desaparecido casi todos. Mucha gente está sin trabajo. También en el colegio hay padres con problemas. Se siente y se ve en todos lados".

Para Graf, el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, tiene el talento "de aunar a la gente. Es lo que todos esperamos y necesitamos. Representa la estabilidad".

Graf no tiene previsto festejar a lo grande sus cuatro décadas de vida. "En nuestra familia no se da tanta importancia a los cumpleaños. La semana pasada me sorprendieron con una pequeña fiesta. Vinieron la familia y un par de amigos porque en las próximas semanas tenemos una agenda llena de compromisos".

El mejor regalo "es que esté bien mi familia. No me importan los regalos. Más me importa poder estar con todos".
 
Las diez confesiones más impactantes de Agassi

El extenista de Las Vegas, protagonista este jueves del 'El Larguero', contó en su exitosa biografía 'Open' algunas pasajes divertidos y otros traumáticos de su relación con su padre y su vida dentro y fuera

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Agassi, antes de comenzar un partido de Copa Davis en 1989 / GETTY

BEATRIZ ORTIZ
Madrid
20/10/2016 - 16:24 h. CEST

1. Odia al tenis
“Odiaba el tenis, sí. Y lo odiaba porque nunca fue mi elección. Primero, mi padre me lo impuso, horas y horas de tenis; después, hizo que me mandaran lejos de mi casa, y más adelante, cuando yo aún andaba buscándome, intentando entenderme a mí mismo, puso sobre mí el foco y todo el mundo me decía quién era yo, mientras yo me sentía completamente desconectado de mi vida”.

2. Un número uno infeliz
“Mi padre me vendía como el número uno y cuando llegas ahí no te queda para dónde voltear, era el número uno más infeliz del mundo, prefería ser el 141. Cada vez que salí a jugar tenis sentí que estaba fingiendo”.

3. Su padre le suministraba speed
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Agassi golpea a la pelota durante un partido con siete años / GETTY

“Una noche Philly (su hermano) me pide que le prometa una cosa. Sí, claro, te lo prometo. Lo que sea. No dejes que papá te dé pastillas. ¿Pastillas? Andre, tienes que escuchar bien lo que te digo. ES un muy importante. […] Son muy pequeñas, redondas y blancas. No te las tomes. Pase lo que pase. […] Está bien, pero ¿qué son esas pastillas? Speed. ¿Y eso qué es? Una droga. Te da mucha energía. Sé que va a intentar administrar speed”. […] Y, en efecto, cuando llega el campeonato nacional, que se celebra en Chicago, mi padre me administra un pastilla. […] Me la tomo y me sienta bien. […] Cuando salgo de la pista le digo a mi padre que no me encuentro bien, que creo que voy a desmayar, y él se siente culpable. Está bien, dice, pasándose las manos por la cara. Esto no está bien. No volveremos a intentarlo”.

4. Lleva peluca
“¿La imagen lo es todo? ¿Qué dirían si supieran lo de la peluca? Gane o pierda, no hablarían de mi juego. Sólo hablarían de mi pelo. Puedo cerrar los ojos y casi escucharlos. Y sé que no podría soportarlo” […] "En una final de Roland Garros me puse a rezar. No era por la victoria, sino para que no se me cayera la peluca",

5. Su relación con las drogas
“¿Sabes qué? A la mierda. Sí, vamos a colocarnos. […] Esnifo un poco. Me echo hacia atrás, apoyo la espalda en el sofá y pienso en el Rubicón que acabo de cruzar. Durante un instante me arrepiento, y a continuación me invade una inmensa tristeza. […] Se apodera de mí un impulso irreprimible un deseo desesperado de limpiar. Voy de un lado a otro de la casa, limpiándola de arriba abajo. Le quito el polvo a los muebles. Lavo la bañera. Hago las camas. Barro los úselos. Cuando ya no queda nada por limpiar hago la colada. […] Me paso dos días sin dormir. Cuando finamente me vence el cansancio, duermo el sueño de los justos”.

6. Excusa a la ATP por su positivo
"Las sustancias que mejoran el rendimiento son de tipo 1, me dijo el médico de la ATP, y conllevan una suspensión de dos años. Sin embargo, el 'cristal' que has consumido es una droga recreacional, de tipo 2" (tres meses de suspensión) […] "Mi nombre, mi carrera, todo estaba en juego. Todo lo que he conseguido, para lo que he trabajado, pronto podría quedar en nada. Días más tarde me senté en una silla con un bloc de notas en mi regazo y escribí una carta a la ATP. Estaba llena de mentiras, mezcladas con medias verdades". […] "Slim (su preparador) a veces mezcla la droga con refrescos --algo que es cierto--. Y aquí viene la gran mentira de mi carta. Dije que había bebido por error uno de los refrescos mezclados por Slim y les pedía comprensión y firmé la carta".

7. Brooke Shields quiere ser como Steffi Graf
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Andre Agassi, junto a Brooke Shields, su primera mujer / GETTY

Brooke Shields, su primera mujer, antes de casarse con él se obsesiona por tener las piernas de Steffi Graf, que años más tarde se convertiría en la segunda esposa del tenista.

Brooke Shields “trabaja con Gil para ponerse en forma y lucir mejor ese vestido blanco. Corre, levanta pesas, realiza estiramientos, cuenta hasta la última caloría. Para motivarse, pega una foto en la puerta de la nevera y la rodea con un corazón magnético. ES una foto de la mujer perfecta, dice. La mujer perfecta con las piernas perfectas, las piernas que quiere tener Brooke. Asombrado, me fijo en la foto. Me acerco al marco y lo rozo con los dedos. ¿Ésta no es…? Sí, dice Brooke. Steffi Graf.

8. Gana para bailar con Steffi
“Tras celebrarse la final, tiene lugar el famoso baile de Wimbledon. Llevo años oyendo hablar de él, y me muero por asistir, porque el ganado baila con la ganadora de la final femenina y en esa edición, como en casi todas las celebradas en los últimos tiempos, la ganadora es Steffi Graf. Yo me enamoré de ella desde que la vi concediendo una entrevista […] Wendi (su novia en aquellos momentos) sabe lo que siento por Steffi […] Por desgracia el baile no se celebra ese año. […] Me quedo sin bailar con Steffi, aunque recibo un premio de consolación: me la presentan formalmente.

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Agassi mira a Steffi Graf, su segunda esposa / GETTY

9. Primera vez que utiliza vaqueros
“Para provocar las risas del público, decido jugar el partido con vaqueros. No en pantalón corto de tenis, ni en pantalones de calentamiento, sino en unos vaqueros vierjos, desgastados y sucios. Sé que no afectará al resultado”.

10. Duerme en el suelo
“Me gusta dormir en el suelo. Me va bien para la espalda”
 
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