Sheikh Nasser Bin Hamad

Hola:
Comentarte que cuando abrí el hilo lo primero que dije es que no lo abría por la personalidad de Nasser ni por sus actuaciones... Él ha nacido en una zona del mundo en la que evidentemente la igualdad y la libertad brillan por su ausencia. De su vida privada... Sabremos lo que ellos quieran ya que no hay prensa libre.
Un saludo y gracias por entrar en el hilo.

Sin acritud prima, pero hablar de príncipes árabes solo supone desgraciadamente esto, tienes razón cuando dices que solo podemos saber lo que ellos quieren que sepamos pero a veces no tienen tanta suerte y podemos llegar a conocer solo la punta del iceberg a través de los escándalos que a veces saltan a los medios internacionales (ya de por sí fuertemente contundentes).
Para mi es inevitable comentar de una persona "todo" tanto físico como personalidad, a mi modo de ver ambas están relacionadas, comento lo que me transmite su aura a través de las fotos y vídeos colgados en internet y redes sociales, así como otras foreras también han comentado algo parecido a lo que yo pienso y me parece curioso ver que no soy la única que lo piensa. Un saludo y un placer comentar.



off topic. una noticia que me llamó la atención

150 mujeres y una isla privada, la semana de juerga del príncipe heredero saudí
  • FRANCISCO CARRIÓN
    El Cairo
Actualizado Viernes, 18 septiembre 2020 - 07:29
Ver 57 comentarios
Un nuevo libro revela los excesos de Mohamed Bin Salman. Celebró su cumpleaños con una fiesta con chicas, raperos y DJs y es dueño de la residencia más cara del planeta.
Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018.

Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018. GTRES
Mohamed bin Salman acaba de cumplir 35 años entre rumores de su inminente ascenso al trono, empujado por la incierta reelección de Donald Trump, su valedor internacional. Su cumpleaños ha quedado ensombrecido por la publicación de un libro que, a partir de las confidencias de círculos cercanos al príncipe heredero saudí, relata su lado menos conocido, sus juergas íntimas y su tendencia a la extravagancia.
Uno de los episodios más reveladores que desempolva el volumen Sangre y petróleo: la implacable búsqueda de Mohammed Bin Salman del poder global, recién publicado, sucedió en julio de 2015. Por aquel entonces Bin Salman, hijo del actual monarca Salman (84), llevaba tan solo unos meses como número dos en la línea sucesoria. Protegido y aupado por su padre, el joven celebró aquel verano una ostentosa fiesta en Velaa Private Island, un resort de superlujo ubicado en una isla privada de Las Maldivas.
Los fastos, mucho más breves de lo planeado, fueron, no obstante, memorables. Bin Salman alquiló por completo la propiedad durante un mes para evitar miradas ajenas y regó a la plantilla del establecimiento, unas 300 personas, con un bonus de 5.000 dólares -la mita de su salario anual- con el objetivo de garantizar que mantenían la discreción exigida y cumplían con la prohibición de llevar teléfonos móviles a la isla.
En las horas previas a la llegada de los invitados, unas decenas de hombres llegados de Oriente Próximo, desembarcaron en el complejo unas 150 mujeres procedentes de Brasil o Rusia. Una vez en la isla, fueron trasladadas a una clínica y sometidas a una prueba para detectar posibles enfermedades de transmisión sexual. Las interminables noches que sucedieron a su irrupción fueron amenizadas por conocidos artistas como el rapero estadounidense de origen cubano Pitbull; el DJ holandés Afrojack o el surcoreano Psy, padre del Gangnam Style.
El alcohol corrió sin cortapisas a pesar de la procedencia de Bin Salman y su conservadora corte. Tampoco hubo límites a los contactos entre hombres y mujeres. Los festejos se repitieron a diario y se prologaron siempre hasta el amanecer. Cada jornada, el exclusivo club de varones cumplía la misma ceremonia: al alba se retiraba a sus aposentos, distribuidos en palacetes a lo largo y ancho del resort, y no volvía a aparecer hasta caída la tarde para reanudar la bacanal.
El relato zurcido por los periodistas Bradley Hope y Justin Scheck a través de testimonios de quienes lo presenciaron recuerdan al hoy príncipe heredero emocionado con los raperos e intentando incluso convertirse en protagonista del escenario. El jolgorio duró tan solo una semana porque, a pesar de las cautelas tomadas, la noticia saltó a la luz pública y empezó a rodar por medios de comunicación de Irán, el archienemigo de Arabia Saudí. Y se precipitó el fin.
En el lustro posterior a aquella fiesta abruptamente interrumpida, Bin Salman ha forjado un legado controvertido, marcado por la brutal guerra civil en Yemen que exacerbó la campaña de bombardeos saudí; el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul; o la persecución contra otros miembros de la vasta familia real saudí o cualquier atisbo de disidencia.

El treinteañero también ha dado muestras de que su ambición está unida a su gusto por el lujo desorbitado. Es propietario del superyate Serene, adquirido en 2015 a Yuri Shefler, un magnate ruso que vende vodka en 160 países. La transacción rondó los 500 millones de dólares a través de la sociedad Eight Investment Company, como desvelaron años después los 'Papeles del paraíso', una filtración masiva de documentos que descubrió cómo multimillonarios y multinacionales de todo del mundo recurrían a complejas estructuras financieras para ocultar patrimonio y mover grandes cantidades de dinero.
Bin Salman también se hizo en 2015, mientras sus súbditos sufrían sus políticas de austeridad, con una mansión situada a las afueras de París por 300 millones de dólares (unos 275 millones de euros), catalogada como la vivienda más cara del planeta. El Château Louis XIV -en honor al rey galo que ordenó construir el palacio de Versalles- se halla en Louveciennes, una localidad situada a diez kilómetros al oeste de París entre los enclaves de Versalles y Saint-Germain-en-Laye. A pesar de su tren de vida y sus escándalos, Bin Salman ha logrado sobrevivir a todas las tormentas y camina seguro hacia el trono.
 
Sin acritud prima, pero hablar de príncipes árabes solo supone desgraciadamente esto, tienes razón cuando dices que solo podemos saber lo que ellos quieren que sepamos pero a veces no tienen tanta suerte y podemos llegar a conocer solo la punta del iceberg a través de los escándalos que a veces saltan a los medios internacionales (ya de por sí fuertemente contundentes).
Para mi es inevitable comentar de una persona "todo" tanto físico como personalidad, a mi modo de ver ambas están relacionadas, comento lo que me transmite su aura a través de las fotos y vídeos colgados en internet y redes sociales, así como otras foreras también han comentado algo parecido a lo que yo pienso y me parece curioso ver que no soy la única que lo piensa. Un saludo y un placer comentar.



off topic. una noticia que me llamó la atención

150 mujeres y una isla privada, la semana de juerga del príncipe heredero saudí
  • FRANCISCO CARRIÓN
    El Cairo
Actualizado Viernes, 18 septiembre 2020 - 07:29
Ver 57 comentarios
Un nuevo libro revela los excesos de Mohamed Bin Salman. Celebró su cumpleaños con una fiesta con chicas, raperos y DJs y es dueño de la residencia más cara del planeta.
Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018.

Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018. GTRES
Mohamed bin Salman acaba de cumplir 35 años entre rumores de su inminente ascenso al trono, empujado por la incierta reelección de Donald Trump, su valedor internacional. Su cumpleaños ha quedado ensombrecido por la publicación de un libro que, a partir de las confidencias de círculos cercanos al príncipe heredero saudí, relata su lado menos conocido, sus juergas íntimas y su tendencia a la extravagancia.
Uno de los episodios más reveladores que desempolva el volumen Sangre y petróleo: la implacable búsqueda de Mohammed Bin Salman del poder global, recién publicado, sucedió en julio de 2015. Por aquel entonces Bin Salman, hijo del actual monarca Salman (84), llevaba tan solo unos meses como número dos en la línea sucesoria. Protegido y aupado por su padre, el joven celebró aquel verano una ostentosa fiesta en Velaa Private Island, un resort de superlujo ubicado en una isla privada de Las Maldivas.
Los fastos, mucho más breves de lo planeado, fueron, no obstante, memorables. Bin Salman alquiló por completo la propiedad durante un mes para evitar miradas ajenas y regó a la plantilla del establecimiento, unas 300 personas, con un bonus de 5.000 dólares -la mita de su salario anual- con el objetivo de garantizar que mantenían la discreción exigida y cumplían con la prohibición de llevar teléfonos móviles a la isla.
En las horas previas a la llegada de los invitados, unas decenas de hombres llegados de Oriente Próximo, desembarcaron en el complejo unas 150 mujeres procedentes de Brasil o Rusia. Una vez en la isla, fueron trasladadas a una clínica y sometidas a una prueba para detectar posibles enfermedades de transmisión sexual. Las interminables noches que sucedieron a su irrupción fueron amenizadas por conocidos artistas como el rapero estadounidense de origen cubano Pitbull; el DJ holandés Afrojack o el surcoreano Psy, padre del Gangnam Style.
El alcohol corrió sin cortapisas a pesar de la procedencia de Bin Salman y su conservadora corte. Tampoco hubo límites a los contactos entre hombres y mujeres. Los festejos se repitieron a diario y se prologaron siempre hasta el amanecer. Cada jornada, el exclusivo club de varones cumplía la misma ceremonia: al alba se retiraba a sus aposentos, distribuidos en palacetes a lo largo y ancho del resort, y no volvía a aparecer hasta caída la tarde para reanudar la bacanal.
El relato zurcido por los periodistas Bradley Hope y Justin Scheck a través de testimonios de quienes lo presenciaron recuerdan al hoy príncipe heredero emocionado con los raperos e intentando incluso convertirse en protagonista del escenario. El jolgorio duró tan solo una semana porque, a pesar de las cautelas tomadas, la noticia saltó a la luz pública y empezó a rodar por medios de comunicación de Irán, el archienemigo de Arabia Saudí. Y se precipitó el fin.
En el lustro posterior a aquella fiesta abruptamente interrumpida, Bin Salman ha forjado un legado controvertido, marcado por la brutal guerra civil en Yemen que exacerbó la campaña de bombardeos saudí; el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul; o la persecución contra otros miembros de la vasta familia real saudí o cualquier atisbo de disidencia.

El treinteañero también ha dado muestras de que su ambición está unida a su gusto por el lujo desorbitado. Es propietario del superyate Serene, adquirido en 2015 a Yuri Shefler, un magnate ruso que vende vodka en 160 países. La transacción rondó los 500 millones de dólares a través de la sociedad Eight Investment Company, como desvelaron años después los 'Papeles del paraíso', una filtración masiva de documentos que descubrió cómo multimillonarios y multinacionales de todo del mundo recurrían a complejas estructuras financieras para ocultar patrimonio y mover grandes cantidades de dinero.
Bin Salman también se hizo en 2015, mientras sus súbditos sufrían sus políticas de austeridad, con una mansión situada a las afueras de París por 300 millones de dólares (unos 275 millones de euros), catalogada como la vivienda más cara del planeta. El Château Louis XIV -en honor al rey galo que ordenó construir el palacio de Versalles- se halla en Louveciennes, una localidad situada a diez kilómetros al oeste de París entre los enclaves de Versalles y Saint-Germain-en-Laye. A pesar de su tren de vida y sus escándalos, Bin Salman ha logrado sobrevivir a todas las tormentas y camina seguro hacia el trono.

Si ha dado la sensación de que te hablo con acritud te pido disculpas.
Si abrí el hilo de Nasser es para pasar un buen rato al igual que se hace con la figura del fallecido Rashid o Hamdan, ya que algunas compañeras les gusta ver fotos de ellos (entre ellas mi propia hija que es compañera nuestra).
Sabemos lo que sucede por desgracia en el mundo árabe y Nasser no es una excepción.
 
Pero vamos a ver, ¿qué sabe la peña sobre árabes con chorripiticientas esposas? ¿A cuántas o cuántas conocen? ¡Ay de verdad, cuanta tontería! Hay cosas mucho peores que que te gusten las churris; a Leopoldo II de Bélgica le gustan las niñas menores de 7 años, el rey de Tailandia las obliga a ser chachas y luego las mete y las saca de la cárcel, y Vittorio Emanuele de Saboya (marido de Marina Doria y padre de Emmanuele Filiberto) estuvo en la cárcel por traficar con mujeres como si fuesen cerdas de cría.

Otra cosa es que vivan en sitios donde los derechos humanos sean opcionales... Si ya van criados en eso...
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Sin acritud prima, pero hablar de príncipes árabes solo supone desgraciadamente esto, tienes razón cuando dices que solo podemos saber lo que ellos quieren que sepamos pero a veces no tienen tanta suerte y podemos llegar a conocer solo la punta del iceberg a través de los escándalos que a veces saltan a los medios internacionales (ya de por sí fuertemente contundentes).
Para mi es inevitable comentar de una persona "todo" tanto físico como personalidad, a mi modo de ver ambas están relacionadas, comento lo que me transmite su aura a través de las fotos y vídeos colgados en internet y redes sociales, así como otras foreras también han comentado algo parecido a lo que yo pienso y me parece curioso ver que no soy la única que lo piensa. Un saludo y un placer comentar.



off topic. una noticia que me llamó la atención

150 mujeres y una isla privada, la semana de juerga del príncipe heredero saudí
  • FRANCISCO CARRIÓN
    El Cairo
Actualizado Viernes, 18 septiembre 2020 - 07:29
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Un nuevo libro revela los excesos de Mohamed Bin Salman. Celebró su cumpleaños con una fiesta con chicas, raperos y DJs y es dueño de la residencia más cara del planeta.
Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018.

Mohamed Bin Salman en Zarzuela, durante una visita a España en 2018. GTRES
Mohamed bin Salman acaba de cumplir 35 años entre rumores de su inminente ascenso al trono, empujado por la incierta reelección de Donald Trump, su valedor internacional. Su cumpleaños ha quedado ensombrecido por la publicación de un libro que, a partir de las confidencias de círculos cercanos al príncipe heredero saudí, relata su lado menos conocido, sus juergas íntimas y su tendencia a la extravagancia.
Uno de los episodios más reveladores que desempolva el volumen Sangre y petróleo: la implacable búsqueda de Mohammed Bin Salman del poder global, recién publicado, sucedió en julio de 2015. Por aquel entonces Bin Salman, hijo del actual monarca Salman (84), llevaba tan solo unos meses como número dos en la línea sucesoria. Protegido y aupado por su padre, el joven celebró aquel verano una ostentosa fiesta en Velaa Private Island, un resort de superlujo ubicado en una isla privada de Las Maldivas.
Los fastos, mucho más breves de lo planeado, fueron, no obstante, memorables. Bin Salman alquiló por completo la propiedad durante un mes para evitar miradas ajenas y regó a la plantilla del establecimiento, unas 300 personas, con un bonus de 5.000 dólares -la mita de su salario anual- con el objetivo de garantizar que mantenían la discreción exigida y cumplían con la prohibición de llevar teléfonos móviles a la isla.
En las horas previas a la llegada de los invitados, unas decenas de hombres llegados de Oriente Próximo, desembarcaron en el complejo unas 150 mujeres procedentes de Brasil o Rusia. Una vez en la isla, fueron trasladadas a una clínica y sometidas a una prueba para detectar posibles enfermedades de transmisión sexual. Las interminables noches que sucedieron a su irrupción fueron amenizadas por conocidos artistas como el rapero estadounidense de origen cubano Pitbull; el DJ holandés Afrojack o el surcoreano Psy, padre del Gangnam Style.
El alcohol corrió sin cortapisas a pesar de la procedencia de Bin Salman y su conservadora corte. Tampoco hubo límites a los contactos entre hombres y mujeres. Los festejos se repitieron a diario y se prologaron siempre hasta el amanecer. Cada jornada, el exclusivo club de varones cumplía la misma ceremonia: al alba se retiraba a sus aposentos, distribuidos en palacetes a lo largo y ancho del resort, y no volvía a aparecer hasta caída la tarde para reanudar la bacanal.
El relato zurcido por los periodistas Bradley Hope y Justin Scheck a través de testimonios de quienes lo presenciaron recuerdan al hoy príncipe heredero emocionado con los raperos e intentando incluso convertirse en protagonista del escenario. El jolgorio duró tan solo una semana porque, a pesar de las cautelas tomadas, la noticia saltó a la luz pública y empezó a rodar por medios de comunicación de Irán, el archienemigo de Arabia Saudí. Y se precipitó el fin.
En el lustro posterior a aquella fiesta abruptamente interrumpida, Bin Salman ha forjado un legado controvertido, marcado por la brutal guerra civil en Yemen que exacerbó la campaña de bombardeos saudí; el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul; o la persecución contra otros miembros de la vasta familia real saudí o cualquier atisbo de disidencia.

El treinteañero también ha dado muestras de que su ambición está unida a su gusto por el lujo desorbitado. Es propietario del superyate Serene, adquirido en 2015 a Yuri Shefler, un magnate ruso que vende vodka en 160 países. La transacción rondó los 500 millones de dólares a través de la sociedad Eight Investment Company, como desvelaron años después los 'Papeles del paraíso', una filtración masiva de documentos que descubrió cómo multimillonarios y multinacionales de todo del mundo recurrían a complejas estructuras financieras para ocultar patrimonio y mover grandes cantidades de dinero.
Bin Salman también se hizo en 2015, mientras sus súbditos sufrían sus políticas de austeridad, con una mansión situada a las afueras de París por 300 millones de dólares (unos 275 millones de euros), catalogada como la vivienda más cara del planeta. El Château Louis XIV -en honor al rey galo que ordenó construir el palacio de Versalles- se halla en Louveciennes, una localidad situada a diez kilómetros al oeste de París entre los enclaves de Versalles y Saint-Germain-en-Laye. A pesar de su tren de vida y sus escándalos, Bin Salman ha logrado sobrevivir a todas las tormentas y camina seguro hacia el trono.
Pero vamos a ver, ¿qué sabe la peña sobre árabes con chorripiticientas esposas? ¿A cuántas o cuántas conocen? ¡Ay de verdad, cuanta tontería! Hay cosas mucho peores que que te gusten las churris; a Leopoldo II de Bélgica le gustan las niñas menores de 7 años, el rey de Tailandia las obliga a ser chachas y luego las mete y las saca de la cárcel, y Vittorio Emanuele de Saboya (marido de Marina Doria y padre de Emmanuele Filiberto) estuvo en la cárcel por traficar con mujeres como si fuesen cerdas de cría.

Otra cosa es que vivan en sitios donde los derechos humanos sean opcionales... Si ya van criados en eso...
Ver el archivo adjunto 1661812


Me hiciste reir , que bueno volver a leerte. Besos para las dos @MariWindsor y @TeStA BrAvA
 
bueno, veo que los camellos árabes de este hilo por ser ellos se les perdona todo, y lo demás son tonterías y banalidades de pacotilla. sí señor así va el mundo. ? ?
 
bueno, veo que los camellos árabes de este hilo por ser ellos se les perdona todo, y lo demás son tonterías y banalidades de pacotilla. sí señor así va el mundo. ? ?

Aqui no se les perdona nada, partimos de la realidad, es asi y lo rechazamos pero somos pragmáticas y sabemos que nosotras no lo vamos a cambiar
 
Bienventurados los que sufren por no tener argumentos para defenderse, que de ellos serán las armaguras.
Apiádate de ellos Señor que solo pueden irse al rincón a refunfuñar.

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Aqui no se les perdona nada, partimos de la realidad, es asi y lo rechazamos pero somos pragmáticas y sabemos que nosotras no lo vamos a cambiar

De todas formas con estos aunque solo sea al principio todo es muy chulo; que para que el rey de Tailandia se fije en tí (doy la tabarra con este tío porque está en candelero día y noche) primero tienes que entrar a su servicio. Pero a su servicio, servicio; del de aspiradora, traer el té y demás. A la hora de elegir entre malo y peor lo tengo claro.
 
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De todas formas con estos aunque solo sea al principio todo es muy chulo; que para que el rey de Tailandia se fije en tí (doy la tabarra con este tío porque está en candelero día y noche) primero tienes que entrar a su servicio. Pero a su servicio, servicio; del de aspiradora, traer el té y demás. A la hora de elegir entre malo y peor lo tengo claro.

Como te vayas con uno de por allá, quedas desheredada :cool:
 
De todas formas con estos aunque solo sea al principio todo es muy chulo; que para que el rey de Tailandia se fije en tí (doy la tabarra con este tío porque está en candelero día y noche) primero tienes que entrar a su servicio. Pero a su servicio, servicio; del de aspiradora, traer el té y demás. A la hora de elegir entre malo y peor lo tengo claro.

Menudo personaje, merece foro aparte
 
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