Sánchez pide abolir la prostit*ción en contra de su suegro

Estoy a favor de esta medida de Sánchez, como ocurre en Holanda, de esta forma se puede acabar con las mafias que trafican con mujeres y las explotan.

Otra cosa son las mujeres que por decisión propia deciden ejercer la prostit*ción, es su problema, o no problema, ahí la moral de cada cual.

Personalmente la prostit*ción me parece bastante asquerosa, vender el cuerpo como quien vende el alma, es algo tan intimo y personal... pero ya digo, es solo mi opinión.

Pepi, es que para nosotros es íntimo y personal, pero otras personas no lo ven así o separan (no sé como) su trabajo de su vida personal, pero coincido contigo y creo que sería peor prohibirla porque subiría la práctica clandestina y se dispararía el riesgo de enfermedades.

Todo lo que se prohibe crece de forma sumergida y creo que esa forma de "esconder" problemas, porque no se acaba con ellos, está ya más que superada.
 
Hay una diferencia importante entre que uno conozca casos y que sea algo que esté a la orden del día.

Y un proyecto familiar puede ser cosa de dos, no me refiero necesariamente a parejas con hijos. La pareja en sí es un proyecto.

De cualquier forma, también veo diferencia entre alquilar servicios sexuales y casarse "por dinero".

Yo ninguna :), pero para eso están las opiniones.
 
Pepi, es que para nosotros es íntimo y personal, pero otras personas no lo ven así o separan (no sé como) su trabajo de su vida personal, pero coincido contigo y creo que sería peor prohibirla porque subiría la práctica clandestina y se dispararía el riesgo de enfermedades.

Todo lo que se prohibe crece de forma sumergida y creo que esa forma de "esconder" problemas, porque no se acaba con ellos, está ya más que superada.


Opino igual, y ojo, todos mis respetos a las prost*tutas, que en la mayoría de los casos, ejercen este trabajo o como se le quiera llamar viéndose obligadas a ello, o por mafias, o por circunstancias de la vida,
 
Es que es un tema que no entiende de ideología , ni derecha ni izquierda ni centro, es un tema moral y de intentar dignificar a la mujer, la prostit*ción ha existido siempre, eso es evidente, pero no deja de ser un mercado de compra y venta de lo más íntimo que tenemos, nuestro cuerpo y nuestra alma, y no me sirve eso de " me pongo en modo ZEN y no me entero de nada", pero en fin, legalizando este "negocio" por lo menos se evitará el trapicheo, mafias , etc... y a muchos puteros se les acabará el chollo también.
No lo veo, lo digo desde mi visión de los mundos de yupi, porque en Alemania la legalización no ha contribuido precisamente al fin de la trata, sino que la ha aumentado. Y hay macroburdeles donde la prost*t*ta no es más que un pedazo de carne, o mejor dicho, un agujero donde el cliente puede satisfacer sus deseos sin tener en cuenta los de ellas. Es que no me creo que las pobres estén dispuestas a todas las asquerosidades que ofrecen los catálogos. Lo veo como un mercado para tipos que quieren imponer su santa voluntad y no quieren ni pensar que las mujeres tienen opinión propia sobre lo que quieren o no. Vamos, una engañifa para que ellos se sientan poderosos porque vaya visión del s*x* que tienen. Ojito lo mismo para los prostitutos. Que yo soy realista y sé que con un maromazo de 30 años ya poca leche, pero es que no quiero a un maromo de 30 años.
En Alemania u Holanda las mafias hacen lo que quieren. Bien surtidas están de niñas de los países del Este.
 
A vueltas con la prostit*ción

Beatriz Gimeno

prostitucion-mujer-trata_EDIIMA20130923_0443_38.jpg

FOTOSIMAGENES.ORG

Como a estas alturas el debate sobre el sindicato de “trabajadoras sexuales” ya habrá desgranado todos sus argumentos, intentaré aquí aportar algo que no se refiera sólo a la cuestión del sindicato que está en liza. Pero comenzaré diciendo que yo me enteré de la creación de este sindicato cuando me escribieron dos prost*tutas para pedirme que intentara hacer público que este es un sindicato de proxenetas. Yo no lo conozco, pero basta leerse sus estatutos. En todo caso esta información me sirve para denunciar que este es el nivel en el que ciertos defensores de la prostit*ción se mueven siempre, los medios incluidos. Si tiene que ver con la prostit*ción ya no se investiga, no se va más allá, no se relaciona con nada, prohibido sospechar, la realidad desaparece oculta tras un cartel de neón que dice “prostit*ción” o mejor “s*x*”, una de las mercancías más vendibles, si no la que más. Y eso ya lo tapa todo. Siempre me ha sorprendido la capacidad de muchos para no ver, sólo cuando hablamos de prostit*ción, la enorme cantidad de dolor humano, de mujeres, que está justo delante nuestro.



Sorprende también la ingenuidad o mala fe de quienes no se extrañan de que no haya nunca proxenetas en los debates tratando de inclinar la balanza hacia sus intereses. ¿Estamos ante la única industria multimillonaria en la que los empresarios nunca aparecen y nadie se pregunta dónde están? ¿Nadie se pregunta cuáles son sus intereses ni sospecha cuando estos coinciden con los de algunas asociaciones? ¿Y cuando comparten abogados? Pues, aunque suene raro, no. Si trata de prostit*ción, ese sector defensor a ultranza defiende a los empresarios diciendo que son “compañeros” (sí, como Amancio Ortega de las trabajadoras de Zara). Este sector siempre se pone del lado de las mujeres con acceso a la voz pública, con infraestructura y con fácil acceso a los medios. Pero jamás escuchan a esas otras que no son partidarias de que su actividad se regule y tiene buenos motivos para ello. Incluso en algunos países se han asociado para exigir al estado que no regule. A estas nunca las verás en un debate y si llegan al mismo, se encontrarán con que el sector izquierdista pro prostit*ción desconfía de su testimonio, no quiere escucharlo y las desprecia. Por algún motivo solo se escucha a las putas felices.

Me resulta sorprendente también que haya un sector de la izquierda que solo cuando hablamos de prostit*ción no politice, no vea ni estructura ni sistema de dominación. Piensan la prostit*ción como colgando de la nada y en ella solo se puede considerar la voluntad de putas y puteros (parte de la ecuación a la que no se puede mencionar). ¿Por qué resulta tan difícil hacer análisis políticos de una institución que afecta de manera tan fundamental a las relaciones de género? ¿Por qué no se preguntan para qué sirve la prostit*ción y si esa función es compatible con la igualdad? ¿La prostit*ción está ahí sin nada que ver con el patriarcado, con la estructura de desigualdad, no influye, no la fortalece? ¿No hay relación de la prostit*ción con el sistema patriarcal de imaginarios sexuales y sociales que nos configura? ¿Nada? ¿No tiene la prostit*ción ninguna relación con la política sexual más allá de las invocaciones a la libre decisión de las mujeres?

Hay varias teorías para explicar la razón por la que personas sensibles a la desigualdad consiguen en este caso percibirla como algo que no depende de las estructuras de dominación, de los sistemas que la crean y mantienen: patriarcado y capitalismo. Una de las teorías más socorrida para explicar esto es la atracción que suscita todo lo que huela a transgresión, especialmente si es sexual. Pero la transgresión en la prostit*ción es de cartón piedra. Es una institución milenaria, creada para mantener la ideología sexual patriarcal y su correspondiente privilegio masculino, que ha estado históricamente regulada prácticamente siempre y que ha sido defendida por el poder, desde el eclesial hasta el poder civil. Su supuesto poder transgresor es la luz de neón rojo que anima a los hombres a entrar en un mundo en el podrán volver a ser los reyes que están dejando de ser. Digamos que ahí ellos recargan una masculinidad amenazada. Y ahí se alivian también muchas tensiones sociales de las que está provocando el feminismo. Recordemos que lo primero que un ejército hace con sus tropas en situaciones de conflicto, o las empresas extractivas con sus trabajadores, es enviarles mujeres.

Otra razón es que la prostit*ción es el mayor privilegio masculino. Todos los varones de este planeta, todos, desde un escolar de Nueva York a un chico que viva en un suburbio en una ciudad africana saben, desde que tienen uso de razón, que por un precio siempre adecuado a sus posibilidades, tendrán derecho a acceder al cuerpo de tantas mujeres como deseen, siempre, para todos los bolsillos. Recordemos: todos los hombres, en cualquier lugar, la usen o no, la institución está ahí para ellos, conformando su imaginario, colaborando en la socialización masculina, en cómo se entienden a sí mismos y cómo entienden el mundo. Porque la prostit*ción es el modelo de aprendizaje, informal pero ubicuo, de relación entre los sexos y nadie con buena voluntad puede sostener que su existencia, y sobre todo su legitimación cultural, social y política, no afecta a dicha relación. Aceptamos que los roles de género se aprenden en la cultura y por eso mismo nos esforzamos en incidir en la educación, las noticias, la publicidad, el cine etc. pero llega la prostit*ción y, de manera misteriosa, no parece incidir nada en la manera en la que los chicos se educan sexualmente y en la manera en que consideran a las mujeres, nada. Si aceptamos eso más vale que dejemos de esforzarnos en el feminismo, porque resultará absurdo protestar por, por ejemplo, una publicidad que nos parezca machista mientras que dos metros más allá se ofertan chicas nuevas, negritas y complacientes. O de esforzarnos en la educación de los adolescentes si aprenden que por el hecho de ser varones, tienen acceso a todas las mujeres que deseen. Luego vete a contarles que ellos son iguales a sus novias; saben que no es así.

Para ellas el plan eso otro y tiene que ver con el funcionamiento de los mercados. La prostit*ción es hoy un mercado global que satisface una demanda potencialmente ilimitada con mujeres pobres. Para que la industria funcione tiene que haber putas y puteros. Para que haya suficientes putas tiene que haber suficientes mujeres pobres y sin oportunidades. Cuando educas a las niñas y trabajas en sus oportunidades el resultado es que estas ya no se dedican tan fácilmente a la prostit*ción. Eso significa que para algunos países pobres es significativamente más productivo dedicar a sus niñas a la prostit*ción que educarlas. Esto ya lo reconoció el Banco Mundial cuando aconsejó a los países endeudados que pagaran la deuda dedicando a sus mujeres al mercado del ocio masculino. En este caso, lo que desaparece es el derecho de estas niñas y mujeres pobres a no ser prostituidas, ese derecho no existe para ellas. ¿Qué incentivos tienen estos países para educar a las niñas o hacer políticas de igualdad si, al hacerlas, reducirán, en lo inmediato, su PIB? ¿Por qué en este caso no relacionamos la legitimación de la prostit*ción con el crecimiento exponencial de un mercado global de mujeres y, sobre todo, por qué no lo combatimos?

Respecto a los puteros, también se trabaja en ellos y el objetivo de la industria de la prostit*ción es, como el de toda industria, que la demanda aumente, que no deje de crecer; es decir, que cada hombre sea un putero, llenar el mundo de puteros. Ese es su objetivo no disimulado y se afanan de mil maneras y con mucho éxito. ¿Nos es indiferente a las mujeres un mundo en el que los hombres tengan como modelo de relación la prostit*ción? ¿Nos tiene que dar igual que cada vez los chicos vayan antes y más a menudo? ¿Ese es el mundo feminista qué queremos? ¿La legitimación de la prostit*ción no incide en el machismo? ¿Nada? ¿De verdad?

Y esto no tiene nada que ver con la necesidad de luchar por los derechos sociales de las mujeres que se dedican a la prostit*ción, y hacerlo de una manera activa y con ellas. Pero reconocer que es un trabajo igual que otros (algo que estoy convencida que la mayoría no quiere) supone por parte del estado la renuncia a promover la igualdad apuntalando un privilegio patriarcal con consecuencias sociales irreversibles en ésta, y supone la renuncia también a combatir un mercado que condena a millones de mujeres a no tener más opciones. Supone la renuncia a denunciar y combatir un mercado global en el que las mujeres se han convertido en la materia prima más barata que existe. Dice Nancy Fraser que la razón de que la prostit*ción sea mala no es el s*x*, sino que lo es porque codifica significados que son dañinos para las mujeres como clase; que lo que la prostit*ción vende en el capitalismo tardío es la fantasía masculina de “derechos sexuales masculinos”, aquellos que el feminismo ha conseguido fragilizar. No puede haber igualdad mientras esta institución siga siendo el espacio ideológico y material de constante refuerzo de las fantasías masculinas de desigualdad.
 
A vueltas con la prostit*ción

Beatriz Gimeno

prostitucion-mujer-trata_EDIIMA20130923_0443_38.jpg

FOTOSIMAGENES.ORG

Como a estas alturas el debate sobre el sindicato de “trabajadoras sexuales” ya habrá desgranado todos sus argumentos, intentaré aquí aportar algo que no se refiera sólo a la cuestión del sindicato que está en liza. Pero comenzaré diciendo que yo me enteré de la creación de este sindicato cuando me escribieron dos prost*tutas para pedirme que intentara hacer público que este es un sindicato de proxenetas. Yo no lo conozco, pero basta leerse sus estatutos. En todo caso esta información me sirve para denunciar que este es el nivel en el que ciertos defensores de la prostit*ción se mueven siempre, los medios incluidos. Si tiene que ver con la prostit*ción ya no se investiga, no se va más allá, no se relaciona con nada, prohibido sospechar, la realidad desaparece oculta tras un cartel de neón que dice “prostit*ción” o mejor “s*x*”, una de las mercancías más vendibles, si no la que más. Y eso ya lo tapa todo. Siempre me ha sorprendido la capacidad de muchos para no ver, sólo cuando hablamos de prostit*ción, la enorme cantidad de dolor humano, de mujeres, que está justo delante nuestro.



Sorprende también la ingenuidad o mala fe de quienes no se extrañan de que no haya nunca proxenetas en los debates tratando de inclinar la balanza hacia sus intereses. ¿Estamos ante la única industria multimillonaria en la que los empresarios nunca aparecen y nadie se pregunta dónde están? ¿Nadie se pregunta cuáles son sus intereses ni sospecha cuando estos coinciden con los de algunas asociaciones? ¿Y cuando comparten abogados? Pues, aunque suene raro, no. Si trata de prostit*ción, ese sector defensor a ultranza defiende a los empresarios diciendo que son “compañeros” (sí, como Amancio Ortega de las trabajadoras de Zara). Este sector siempre se pone del lado de las mujeres con acceso a la voz pública, con infraestructura y con fácil acceso a los medios. Pero jamás escuchan a esas otras que no son partidarias de que su actividad se regule y tiene buenos motivos para ello. Incluso en algunos países se han asociado para exigir al estado que no regule. A estas nunca las verás en un debate y si llegan al mismo, se encontrarán con que el sector izquierdista pro prostit*ción desconfía de su testimonio, no quiere escucharlo y las desprecia. Por algún motivo solo se escucha a las putas felices.

Me resulta sorprendente también que haya un sector de la izquierda que solo cuando hablamos de prostit*ción no politice, no vea ni estructura ni sistema de dominación. Piensan la prostit*ción como colgando de la nada y en ella solo se puede considerar la voluntad de putas y puteros (parte de la ecuación a la que no se puede mencionar). ¿Por qué resulta tan difícil hacer análisis políticos de una institución que afecta de manera tan fundamental a las relaciones de género? ¿Por qué no se preguntan para qué sirve la prostit*ción y si esa función es compatible con la igualdad? ¿La prostit*ción está ahí sin nada que ver con el patriarcado, con la estructura de desigualdad, no influye, no la fortalece? ¿No hay relación de la prostit*ción con el sistema patriarcal de imaginarios sexuales y sociales que nos configura? ¿Nada? ¿No tiene la prostit*ción ninguna relación con la política sexual más allá de las invocaciones a la libre decisión de las mujeres?

Hay varias teorías para explicar la razón por la que personas sensibles a la desigualdad consiguen en este caso percibirla como algo que no depende de las estructuras de dominación, de los sistemas que la crean y mantienen: patriarcado y capitalismo. Una de las teorías más socorrida para explicar esto es la atracción que suscita todo lo que huela a transgresión, especialmente si es sexual. Pero la transgresión en la prostit*ción es de cartón piedra. Es una institución milenaria, creada para mantener la ideología sexual patriarcal y su correspondiente privilegio masculino, que ha estado históricamente regulada prácticamente siempre y que ha sido defendida por el poder, desde el eclesial hasta el poder civil. Su supuesto poder transgresor es la luz de neón rojo que anima a los hombres a entrar en un mundo en el podrán volver a ser los reyes que están dejando de ser. Digamos que ahí ellos recargan una masculinidad amenazada. Y ahí se alivian también muchas tensiones sociales de las que está provocando el feminismo. Recordemos que lo primero que un ejército hace con sus tropas en situaciones de conflicto, o las empresas extractivas con sus trabajadores, es enviarles mujeres.

Otra razón es que la prostit*ción es el mayor privilegio masculino. Todos los varones de este planeta, todos, desde un escolar de Nueva York a un chico que viva en un suburbio en una ciudad africana saben, desde que tienen uso de razón, que por un precio siempre adecuado a sus posibilidades, tendrán derecho a acceder al cuerpo de tantas mujeres como deseen, siempre, para todos los bolsillos. Recordemos: todos los hombres, en cualquier lugar, la usen o no, la institución está ahí para ellos, conformando su imaginario, colaborando en la socialización masculina, en cómo se entienden a sí mismos y cómo entienden el mundo. Porque la prostit*ción es el modelo de aprendizaje, informal pero ubicuo, de relación entre los sexos y nadie con buena voluntad puede sostener que su existencia, y sobre todo su legitimación cultural, social y política, no afecta a dicha relación. Aceptamos que los roles de género se aprenden en la cultura y por eso mismo nos esforzamos en incidir en la educación, las noticias, la publicidad, el cine etc. pero llega la prostit*ción y, de manera misteriosa, no parece incidir nada en la manera en la que los chicos se educan sexualmente y en la manera en que consideran a las mujeres, nada. Si aceptamos eso más vale que dejemos de esforzarnos en el feminismo, porque resultará absurdo protestar por, por ejemplo, una publicidad que nos parezca machista mientras que dos metros más allá se ofertan chicas nuevas, negritas y complacientes. O de esforzarnos en la educación de los adolescentes si aprenden que por el hecho de ser varones, tienen acceso a todas las mujeres que deseen. Luego vete a contarles que ellos son iguales a sus novias; saben que no es así.

Para ellas el plan eso otro y tiene que ver con el funcionamiento de los mercados. La prostit*ción es hoy un mercado global que satisface una demanda potencialmente ilimitada con mujeres pobres. Para que la industria funcione tiene que haber putas y puteros. Para que haya suficientes putas tiene que haber suficientes mujeres pobres y sin oportunidades. Cuando educas a las niñas y trabajas en sus oportunidades el resultado es que estas ya no se dedican tan fácilmente a la prostit*ción. Eso significa que para algunos países pobres es significativamente más productivo dedicar a sus niñas a la prostit*ción que educarlas. Esto ya lo reconoció el Banco Mundial cuando aconsejó a los países endeudados que pagaran la deuda dedicando a sus mujeres al mercado del ocio masculino. En este caso, lo que desaparece es el derecho de estas niñas y mujeres pobres a no ser prostituidas, ese derecho no existe para ellas. ¿Qué incentivos tienen estos países para educar a las niñas o hacer políticas de igualdad si, al hacerlas, reducirán, en lo inmediato, su PIB? ¿Por qué en este caso no relacionamos la legitimación de la prostit*ción con el crecimiento exponencial de un mercado global de mujeres y, sobre todo, por qué no lo combatimos?

Respecto a los puteros, también se trabaja en ellos y el objetivo de la industria de la prostit*ción es, como el de toda industria, que la demanda aumente, que no deje de crecer; es decir, que cada hombre sea un putero, llenar el mundo de puteros. Ese es su objetivo no disimulado y se afanan de mil maneras y con mucho éxito. ¿Nos es indiferente a las mujeres un mundo en el que los hombres tengan como modelo de relación la prostit*ción? ¿Nos tiene que dar igual que cada vez los chicos vayan antes y más a menudo? ¿Ese es el mundo feminista qué queremos? ¿La legitimación de la prostit*ción no incide en el machismo? ¿Nada? ¿De verdad?

Y esto no tiene nada que ver con la necesidad de luchar por los derechos sociales de las mujeres que se dedican a la prostit*ción, y hacerlo de una manera activa y con ellas. Pero reconocer que es un trabajo igual que otros (algo que estoy convencida que la mayoría no quiere) supone por parte del estado la renuncia a promover la igualdad apuntalando un privilegio patriarcal con consecuencias sociales irreversibles en ésta, y supone la renuncia también a combatir un mercado que condena a millones de mujeres a no tener más opciones. Supone la renuncia a denunciar y combatir un mercado global en el que las mujeres se han convertido en la materia prima más barata que existe. Dice Nancy Fraser que la razón de que la prostit*ción sea mala no es el s*x*, sino que lo es porque codifica significados que son dañinos para las mujeres como clase; que lo que la prostit*ción vende en el capitalismo tardío es la fantasía masculina de “derechos sexuales masculinos”, aquellos que el feminismo ha conseguido fragilizar. No puede haber igualdad mientras esta institución siga siendo el espacio ideológico y material de constante refuerzo de las fantasías masculinas de desigualdad.
Gracias Mica. Mi aplauso a Beatriz y mis sospechas de que los que están detrás de este sindicato son los empresarios puteros, los grandes beneficiados.
Si el machirulado de izquierdas y derechas aplaude esto, no puede ser bueno para las mujeres.
 
Pero como se lo han podido "colar" a la ministra de trabajo y este sindicato iba con su propuesta hacia delante?

Seguro hay algún compañero por ahí hombre, que se estaba frotando las manos...
Yo ya hago conspiraciones xDa mi me gustaría que si tuviesen unos derechos las que lo ejercen libremente y eliminar la trata pero veo que es ingenuo y además imposible.
 
Última edición por un moderador:
Pero como se lo han podido "colar" a la ministra de trabajo y este sindicato iba con su propuesta hacia delante?

Seguro hay algún compañero por ahí hombre, que se estaba frotando las manos...
Yo ya hago conspiraciones xDa mi me gustaría que si tuviesen unos derechos las que lo ejercen libremente y eliminar la trata pero veo que es ingenuo y además imposible.

La trata existe porq hay mercado. Si no hubiera clientes asquerosos q piden niñas o jovencitas, o chulos explotadores para atender a esos clientes, se acabaría con la trata porq no tendría objeto. Ha habido alguna red q se ha desarriculado porq algún cliente con conciencia ha denunciado, pero d esos casi no hay. Si vas por la via d controlar fronteras tb rebajaria un poco la cosa.

Es igual q si queremos ropa buena a 20 euros, porq favorecemos los talleres ilegales y tb hay trata para la explotación laboral, pero solo cuenta la d la prostit*ción.
 
La trata existe porq hay mercado. Si no hubiera clientes asquerosos q piden niñas o jovencitas, o chulos explotadores para atender a esos clientes, se acabaría con la trata porq no tendría objeto. Ha habido alguna red q se ha desarriculado porq algún cliente con conciencia ha denunciado, pero d esos casi no hay. Si vas por la via d controlar fronteras tb rebajaria un poco la cosa.

Es igual q si queremos ropa buena a 20 euros, porq favorecemos los talleres ilegales y tb hay trata para la explotación laboral, pero solo cuenta la d la prostit*ción.
Eso no es cierto, que se incida en la trata de la prostit*ción no quiere decir que no se denuncie la esclavitud que soportan trabajadores del campo o textiles. Una cosa no quita la otra, de vez en cuando se libera a personas explotadas, lo que no sé es las penas que se les ha impuesto a esos "empresarios". Todo cuenta!
 
Eso no es cierto, que se incida en la trata de la prostit*ción no quiere decir que no se denuncie la esclavitud que soportan trabajadores del campo o textiles. Una cosa no quita la otra, de vez en cuando se libera a personas explotadas, lo que no sé es las penas que se les ha impuesto a esos "empresarios". Todo cuenta!

Creo q bastante ridículas. No se puede acabar con la trata si no se cortan cosas como tener a la limpiadora o nanny o cuidador d mayores, extranjero/a, por una miseria y sin asegurar tampoco, porq muchos d ellos tb han venido a traves d mafias q les engañan.

Por eso te digo q no es nada facil acabar con la trata, no solo con una parte (la sexual).
 
La trata existe porq hay mercado. Si no hubiera clientes asquerosos q piden jovencitas, o chulos explotadores para atender a esos clientes, se acabaría con la trata porq no tendría objeto. Ha habido alguna red q se ha desarriculado porq algún cliente con conciencia ha denunciado, pero d esos casi no hay. Si vas por la via d controlar fronteras tb rebajaria un poco la cosa.

Es igual q si queremos ropa buena a 20 euros, porq favorecemos los talleres ilegales y tb hay trata para la explotación laboral, pero solo cuenta la d la prostit*ción.

Eso nunca va a dejar de haber; si propones que comienza por ahí la solución.

No es nada nuevo que a muchos hombres,(más de los que creemos) les gustan las jovencitas, y suerte que hay una edad fijada en los 18 donde se es mayor de edad.

Mismamente Risto y otro actor que no recue4do su nombre se fijaron en sus novias casi rozando la edad de menores.
 
Eso nunca va a dejar de haber; si propones que comienza por ahí la solución.

No es nada nuevo que a muchos hombres,(más de los que creemos) les gustan las jovencitas, y suerte que hay una edad fijada en los 18 donde se es mayor de edad.

Mismamente Risto y otro actor que no recue4do su nombre se fijaron en sus novias casi rozando la edad de menores.

Claro, pero siguiendo tu ejemplo, la Escanes es la mujer de Risto y no es lo mismo tener una relación con una chica de 17-18 años, que con una niña de esa edad o menos, traida con engaños desde un país extranjero, que no sabe a quien acudir, no tiene arraigo social, no conoce el idioma y están sometidas a un mafioso bajo distintos tipos de amenazas... es totalmente distinto.
 
Back