Una brillante y nueva biografía del príncipe Carlos, nos dijeron el sábado cómo la inestabilidad emocional de Diana le dejó necesitando 14 años de terapia. Aquí, en el segundo extracto, SALLY BEDELL SMITH examina los encuentros del Príncipe con un glamoroso investigador chileno - y un parecido a Camilla que dirigía su tienda de regalos Highgrove ...
Durante los 20 años, Camilla Shand se consideraba una trampa. Junto con un pedigrí de clase alta, tenía rasgos finos, una voz baja y ronca, alegres ojos azul profundo y una figura atractiva con un busto grande.
"Se podía ver lo que un hombre podía ver: una criatura intensamente cálida, maternal y risueña, con un atractivo sexual enorme", dijo Lady Annabel Goldsmith, una amiga de la familia.
Ciertamente, Camilla apeló a Andrew Parker Bowles, entonces oficial de la Casa de la Caballería. Pero también lo hicieron otras mujeres: durante su interminable relación con ella, Parker Bowles también disfrutó de romances con la princesa Anne y Lady Caroline Percy, la hija del duque de Northumberland.
Camilla se desesperó. Y se lanzó a un par de dalliances de su propio - primero con Rupert Hambro, el vástago guapo de una familia bancaria prominente. Luego, cuando tenía 25 años, captó la atención del príncipe de Gales de 23 años. . .
A diferencia de Diana Spencer, había tenido una infancia dichosa en una casa de siete dormitorios, en la que había filas de botas de goma en la puerta. Apodada Milla, ella era una chiquilla extrovertida, que estaba loca por caballos y potros.
Cuando tenía sólo nueve años, su padre Bruce la había presentado a la caza de zorros. Ella tomó instantáneamente la emoción de la persecución, saltando las vallas con valentía y vigor.
Como la mayoría de las chicas de clase alta de su época, sólo tenía una educación incompleta. Habiendo salido de la escuela con sólo un nivel de O, había ido a una escuela suiza de acabado para aprender a asar un pollo y poner una mesa correctamente.
Aunque no tenía ninguna intención de seguir una carrera, ella necesitó permanecer ocupada, así que ella encontró un trabajo como recepcionista en el decorador prestigioso Colefax y Fowler en Mayfair.
Pero a su abuela Sonia Cubitt le preocupaba que Camilla no pudiera llegar a tiempo a tiempo. Así que alquiló a su nieta una habitación en el último piso del lujoso hotel Claridge, justo al final de la calle de Colefax.
Una vez instalada allí, Camilla empezó a invitar a sus amigas a desayunar caro en Claridge: Jane Wyndham (más tarde Churchill), otra chica de Colefax; Nina Campbell, entonces entrenando como diseñadora de interiores; Y John Bowes Lyon, un primo de la Reina y de Andrew Parker Bowles.
A pesar de toda su riqueza, Sonia se molestó cuando empezó a recibir los billetes exorbitantes, por lo que pronto puso fin a las fiestas de la mañana.
Si Camilla parecía despreocupada y al revés, al menos sabía lo que quería de la vida. Y eso era el matrimonio y los niños con Andrew Parker Bowles - todos los cuales parecían más alejados de su alcance a medida que pasaban los años.
Esa era la situación intranquila en el verano de 1972, cuando "el príncipe Charles paracaídas en el medio", según su amigo de 50 años, Patrick Beresford.
El príncipe aterrizó en un momento conveniente. En julio, Parker Bowles se fue a Irlanda del Norte y Chipre durante seis meses de servicio militar, dejando a Camilla a su suerte.
Lo que más atraía a Carlos era que «ella hablaba con él» y «siempre escuchaba», dijo un hombre que estuvo cerca de ella durante esos años.
En Camilla, el Príncipe no sólo encontró un oído simpático, sino también calidez, vivacidad y un sentido del humor torpe. Cuando entró en una habitación, dijo Patrick Beresford, "tu ánimo se levantó, porque sabes que ibas a reír".
Para un joven príncipe con tendencias bajistas, ese tipo de personalidad era catnip. Iba a verlo jugando al polo, y por las tardes salía a la exclusiva discoteca de Annabel en Mayfair.
La relación se reunió con la aprobación del tío de Charles, Lord Mountbatten, que sentía que la terrenal Camilla sería una buena experiencia de aprendizaje para el príncipe. Así que el conde les prestó su casa de campo de Hampshire, Broadlands, para que se apartara del ojo público.
Ambos sabían que su tiempo juntos era limitado. Tenía la sensación de que tenía que casarse con una virgen y, según el amigo de Camilla, Charles Benson, "todavía tenía la sombra de Andrew Parker Bowles asomándose sobre ella".
El asunto llegó a un hiato natural cuando Carlos, que seguía en la Armada, partió hacia el Caribe en enero de 1973. En cuanto a Camilla, regresó a los brazos de Parker Bowles. Pero todavía no mostraba signos de proponer - mucho a la exasperación de sus dos familias.
Dos meses más tarde, tanto su padre, Derek Parker Bowles, como el suyo decidieron poner fin a su tintineo. Según John Bowes Lyon, primo de Andrew, los dos padres obligaron a la joven y atractiva oficial a publicar un aviso de compromiso en The Times el 15 de marzo. "Camilla estaba muy enamorada de él", dijo Bowes Lyon. Sus padres estaban muy interesados en que Andrew se casara con ella.
El juego fue para arriba: Parker Bowles debidamente propuesto a su novia de casi siete años. Charles escuchó la noticia mientras atracaba en English Harbour en Antigua, y se sentía a la ligera. Ahora no tenía a nadie a quien volver. "Supongo que la sensación de vacío pasará con el tiempo", escribió a un amigo.
Andrew Parker Bowles y Camilla Shand se casaron en una ceremonia católica en la Capilla de los Guardias en Londres el 4 de julio de 1973.
Fue un acontecimiento social importante, con la Reina Madre y la Princesa Anne sentada en el banco del frente. Posteriormente, la pareja se trasladó a Bolehyde Manor cerca de Chippenham en Wiltshire, donde Camilla se estableció en las rutinas domésticas, mientras que Parker Bowles fue desplegado con su regimiento o hacer el trabajo del Ejército en Londres.
Pero Charles no tenía intención de perder de vista a su ex novia divertida y relajada. Hablaron mientras ella estaba embarazada de su primer hijo, y se veían en el campo de polo siempre que él y su marido estaban jugando. En febrero de 1975, Charles se convirtió en el padrino de su hijo, Tom - y dos días más tarde llamó al duque de Beaufort para preguntar si podía intentar cazar fox en la finca del duque Badminton, donde Camilla era un regular.
A partir de entonces, ella y el príncipe viajaban regularmente a los perros juntos. No sólo eso, sino que ella se convirtió en su mejor amigo y confidente - y él terminó encima de comprar su característica de Highgrove en Gloucestershire en parte porque era cerca de su hogar.
Cuando se trataba de mujeres, el príncipe Carlos fue un abridor más tarde que muchos hombres de su generación. Incluso cuando se hizo un estudiante en Cambridge, se asoció principalmente con otros hombres.
«La Reina Madre tenía fiestas con ruedas para bailar», recordó una debutante que se encontraba en Balmoral con Mary Charteris, hija del secretario privado de la reina, durante una de las fiestas del príncipe. Mary y yo éramos tímidos, pero el príncipe Carlos era aún más tímido.
-Se mantendría apartado y no se acercaría a nadie que no conociera. Nos hizo creer que no estaba interesado en hablar con ninguno de nosotros.
El heredero del trono claramente necesitaba un poco de discreta ayuda para descubrir los encantos del s*x* opuesto, y fue el Maestro del Trinity College, Rab Butler, quien ayudó a proporcionarlo.
Simplemente presentó a Charles a su ayudante de investigación, Lucía Santa Cruz, que era la hija del embajador chileno bien conectado a Gran Bretaña. Ella también resultó ser un golpe de gracia moreno - grandes ojos marrones expresivos, cejas arqueadas de forma pronunciada, pelo largo tirado arriba por encima de su frente y una boca llena.
Esbelta y pequeña a 5 pies 4 pulgadas, Lucia poseía una figura impresionante y un gran cerebro. En un momento en que la mayoría de las chicas de clase alta inglesas recibían una educación rudimentaria, ella tenía dos grados - de King's College, Londres, y St Antony's College, Oxford.
Además, era cinco años mayor que Charles, tan mundana como brillante y fluida en inglés, francés, español e italiano.
En la primavera de 1969, después de reunirse en una cena en la Logia del Maestro, Lucía y el Príncipe hicieron clic inmediatamente.
Era el primer verdadero amor de su vida -dijo lady Elizabeth Anson, una de las primas de Carlos y una amiga de Lucía.
El glamoroso chileno era también un católico romano, lo que significa que a Charles le sería prohibido por ley casarse con ella. Pero eso ciertamente no le impidió iniciar su primera aventura amorosa.
Patrick Plunket, el subdirector de la casa de la reina, "proporcionó refugios seguros para Carlos y Lucía", dijo lady Elizabeth.
Y Rab Butler le dio a Lucia la llave de su lodge después de que Charles le preguntó si podía quedarse allí por "privacidad".
El príncipe, sin embargo, reaccionó airadamente a la insinuación de Butler en una biografía de 1979 que Charles y Lucía se habían convertido en amantes.
A partir de entonces, los labios fueron sellados - hasta que la esposa de Butler escribió en una memoria de 1992 que Lucía era "un ejemplo feliz de alguien sobre quien [Charles] podía cortar los dientes con seguridad, si puedo decirlo así".
Más tarde trató de poner una construcción inocente en sus palabras, pero el daño fue hecho.
Charles, sin embargo, seguía doliendo: en una entrevista con Jonathan Dimbleby para su biografía de 1994, él demandó: "La mayor parte de lo que Rab Butler dice es absurdo."
Irónicamente, fue su primer amor quien le introdujo al gran amor de su vida. El príncipe y Lucía habían permanecido cerca después de que él dejó Cambridge y un día ella le dijo que ella tenía "apenas la muchacha" para él.
Aunque estaba vaga acerca de la fecha (alrededor de 1972), Lucia confirmó que de hecho le había presentado a Camilla Shand - Parker Bowles más tarde. Las dos mujeres eran amigas en ese momento y vivían en pisos diferentes en los Cundy Street Flats, justo a la vuelta de la esquina de la estación de autobuses de Victoria.
l príncipe iba a tomar una copa y le pedí que subiera -dijo Lucía.
Era un coup de foudre: Charles se enamoró casi al mismo tiempo.
Durante gran parte de 1977, Camilla estaba embarazada de su segundo hijo, Laura, pero su matrimonio se había convertido en algo más que una farsa. Por ahora compulsivamente infiel, el mayor continuó tan abiertamente en Londres que se hizo conocido como Andrew 'Poker' Bowles.
Era "un católico libertino", dijo el veterano periodista Andrew Knight, que estaba en el internado de Ampleforth con él. "Fue a la confesión y comenzó de nuevo."
Finalmente, dijo una amiga de Camilla, "ella renunció a él".
En algún momento a finales de 1978, Charles y Camilla reanudaron su romance. Permanecía clandestino, pero las chispas eran perceptibles para cualquiera que prestaba atención.
Emma Soames, hermana del amigo de Carlos Nicolás, observó una vez la ardiente manera en que el príncipe miró a Camilla cuando entró en una fiesta en Londres. "De repente me golpeó - mi Dios, él está enamorado de ella", recordó.
No fue la única que se dio cuenta. Un alto cortesano del Palacio informó a regañadientes a la Reina que los Blues y los Reales estaban "desgraciados" de que su hijo durmiera con la esposa de uno de sus compañeros oficiales.
Se mantuvo impasible y no respondió, pero anunció que Camilla no debía ser invitada a ningún acontecimiento real.
La reina madre tomó medidas similares, aunque ella era tan aficionada de Parker Bowles que ella continuó pidiéndole que se uniera a ella en la caja real en las razas de Cheltenham - sin su esposa.
Ni la Reina ni el Príncipe Felipe hablaron a su hijo sobre su comportamiento, y Parker Bowles mismo parecía estar despreocupado por la infidelidad de su esposa.
-Él era un poco la víctima -dijo un hombre en su círculo-, pero se levantó por encima. Interpretaba el cornudo muy bien, y creo que lo disfrutó.
De hecho, Parker Bowles fue tan complaciente que se presentó en Zimbabwe para escudarse a su esposa en las celebraciones de la independencia.
El príncipe Carlos también estaba presente, él había viajado con Camilla.
Durante una cena en la Casa de Gobierno en la primera noche, los amantes fueron informados de coquetear tan abiertamente que un desconsolado Edward Adeane, secretario privado del príncipe, salió de la habitación.
Tan contento estaba el príncipe Carlos que es probable que hubiera permanecido soltero, si no se hubiera sentido presionado para producir un heredero. Así, en 1981, se casó con Diana.
Insiste en que reanudó el asunto con Camilla sólo en 1986, cuando su matrimonio fue más allá de la reparación.
A los 39 años, todavía tenía un encanto distintivo, y ella era tan no amenazante como ella era reconfortante. Después de años de los ojos desviados de su esposa y de una manera furtiva y cambiante, Charles encontró una reafirmación muy necesaria en la mirada directa de Camilla y en una sonrisa apreciativa.
Su risa era gutural, genuina y cómplice. Y, a diferencia de Diana, no trató de marcar puntos contra él.
Parker Bowles, por su parte, pasaba los días de la semana con su regimiento en Londres, donde seguía teniendo asuntos indiscretos. Cuando se le dijo que era un modelo para un "limítrofe de la clase alta" en una de las novelas bonkbuster de Jilly Cooper, dijo: "Lo tomé y lo tomo como un gran elogio." Mientras su relación amorosa con Camilla se intensificaba, Charles le hizo visitas furtivas cuando Diana y los muchachos habían regresado a Londres los domingos por la tarde. Pero la mayor parte de sus asignaciones con su amante casada estaban en las casas de sus amigos circunspectos a través de Inglaterra y de Escocia.
Diana no tardó en descubrir su traición. "Lo que realmente me molestó fue cuando Diana y Charles iban a visitar a sus amigos para un fin de semana rural, y Diana se iba temprano para llevar a los niños a la escuela", recordó uno de sus amigos
Andrew y Camilla Parker Bowles anunciaron su divorcio en una declaración de sus abogados el 10 de enero de 1995. "A lo largo de nuestro matrimonio siempre hemos tendido a seguir intereses bastante diferentes", dijeron con admirable eufemismo, "pero en los últimos años hemos llevado completamente vidas separadas.'
La casa de la familia fue vendida y Camilla se trasladó cinco millas de distancia a Lacock, uno de los pueblos más pintorescos de Inglaterra.
Para entonces, había perdido mucho dinero en Lloyd's de Londres, por lo que su devoto amigo Charles Halifax (el 3er Earl) creó un fondo fiduciario para financiar la compra de su casa de 1 millón de libras esterlinas, una casa de piedra de mediados del siglo XIX En medio de 27 hectáreas, con piscina.
Charles supervisó el diseño de su nuevo jardín y arregló para que las flores, los árboles y los arbustos fueran transportados de Highgrove en un remolque del caballo. Además, tenía un sistema de seguridad instalado y ayudó con algunas mejoras menores - como nuevas ventanas y accesorios de iluminación.
Después de la famosa entrevista de Panorama de Diana, en la que se quejaba de que había tres personas en su matrimonio, Camilla estaba, de hecho, bajo arresto domiciliario, como dijo su amigo Charles Benson.
Podía asistir a fiestas dadas por amigos íntimos, pero tuvo que entrar furtivamente a través de las puertas traseras. Y cuando Charles la visitó, se redujo a esconderse bajo una manta en el asiento trasero de su coche.
La muerte de Diana cambió todo, y Camilla aceptó seguir una campaña de relaciones públicas finamente calibrada para llevarla gradualmente a la luz.
Detrás de las escenas, el personal del Príncipe pronto se dio cuenta de que ella ejercía una gran influencia. Ella guardó el trabajo del mísero de Michael Charles Fawcett, por ejemplo, después de quejas sobre su comportamiento grosero y abusivo. Todo lo que necesitaba era una súplica a su amante para reconsiderar su aceptación de la renuncia de Fawcett.
"Ella llevaba los pantalones, y él te lo diría", dijo uno de sus altos funcionarios.
ranquilo para Charles, Camilla no tenía necesidad de explicarse ni de pedir permiso, como lo había hecho Diana. "Siempre fui criada para seguir con la vida y no sentarme en un rincón y llorar y llorar", le dijo a un amigo.
Estableciendo un patrón que continuaría después de su matrimonio, ella prefirió pasar la mayor parte de su tiempo en su propia casa de campo. Allí, podía estar tan desordenada como quisiera, ignorar las alfombras desgarradas, descansar en ropa cómoda y consentir libremente su hábito de Marlboro. También le gustaba divertirse sola, dando comidas íntimas, casuales, que a menudo cocinaba.
A pesar de esto, sin embargo, algunas de sus amigas se quejaron en privado de que se había vuelto terriblemente grandiosa.
En cuanto a Charles, él todavía la adoraba, pero - extrañamente - parecía no tener prisa para hacer una mujer honesta de su amante. En 2004, siete años después de la muerte de Diana, fue su personal quien tomó la iniciativa, confiriendo con el gobierno y los funcionarios de la iglesia para crear un camino hacia el altar.
"Conseguirlo casado no fue fácil", dijo un consejero de Clarence House durante mucho tiempo. -El príncipe estaba muy contento de lo que era.
La reina, por su parte, estaba genuinamente complacida cuando la pareja finalmente ató el nudo: le gustaba la terquedad de Camilla y su amor por los perros. Las dos mujeres hablaban regularmente por teléfono, y la reina astutamente empezó a usarla como un conducto para su hijo complicado ya menudo angustiado.
