Una tarde de verano, año 78. Dos chavales haciendo la mili entran en un garito en pleno barrio de Triana. Sonaba esta canción en el loro. Se toman dos cañas y no tenían para repetir. Le piden al camarero que ponga otra canción cuando terminó esta. El tío nos pregunta si íbamos a tomar algo mas. Le dijimos que no podíamos y dos mendas que había en la barra le dicen que nos ponga unas birras, que pagaban ellos. Nos giramos y allí estaba Jesus de la Rosa con un amigo. Casi nos vamos por la patilla. Ni qué decir que nos ganaron ¡¡Para siempre!!