Repaso a la corrupción del Partido Popular

Paul Preston: "Los tres periodos de mayor corrupción política son las dictaduras de Primo de Rivera y Franco y los últimos años del PP con la Gürtel"
  • Según Preston, España "no ha gozado de la clase política que se merecía, aunque ahora en Gran Bretaña tenemos otra clase política muy incompetente como se ha demostrado con el Brexit"


El historiador Paul Preston EFE
Rafael Guerrero
14 de septiembre de 2020 21:33h
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El prestigioso hispanista británico Paul Preston considera que hay tres periodos, en el ultimo siglo y medio de la Historia de España, en los que la corrupción política ha alcanzado su mayor magnitud. Y, por orden cronológico, son la dictadura de Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Franco y los gobiernos del PP presididos por Aznar cuando funcionó la 'trama Gürtel'. Así lo ha declarado durante la entrevista en el programa 'La Memoria' (RAI, Canal Sur Radio) este veterano historiador que lleva centrado en la investigación sobre el pasado reciente español más de medio siglo desde que llegara a Granada a finales de los años 60 y que acaba de publicar 'Un pueblo traicionado' (Debate), un libro de 800 páginas donde analiza con detalle la historia de la corrupción y la incompetencia política en España desde la restauración borbónica en 1874 hasta la actualidad, incluyendo el reinado de Felipe VI.

Corrupción e incompetencia política son realidades presentes en España que, según Preston, "no ha gozado de la clase política que se merecía, aunque ahora en Gran Bretaña tenemos otra clase política muy incompetente como se ha demostrado con el Brexit". No es, por tanto, nada nuevo. El historiador pone como ejemplo de esa peor clase dirigente a Alfonso XIII, que huyó de España al proclamarse la Segunda República el 14 de abril de 1931 con 85 millones de pesetas. Pese a todo, el bisabuelo de Felipe VI "se quejaba de no tener dinero, pese a que vivía bastante bien, primero en París y después en Roma. Yo descubrí casos de corrupción de Alfonso XIII, antes y durante la dictadura de Primo de Rivera, porque el rey estaba metido en asuntos bastante turbios".
La dictadura de Primo de Rivera, "alucinantemente corrupta"
La dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) "no fue especialmente represiva, como sería la de Franco, pero sí alucinantemente corrupta. La corrupción lo inundaba todo. Los militares y los colaboradores civiles tenían las manos en la masa". La guerra del Rif, con la que los militares quisieron enjugar sus fracasos sistemáticos del siglo XIX, que acabaron con la pérdida de Cuba y Filipinas, fue un buen ejemplo de corrupción e incompetencia política, ya que aquella veleidad imperial se llevaba una tercera parte del Presupuesto del Estado, "algo increíble, si pensamos que ahora Trump critica a algunos gobiernos europeos por no gastarse ni un 2% del PIB en Defensa". Y hace referencia a los informes del general Picasso sobre el desastre de Annual (1921) y del socialista Indalecio Prieto, afirmando que "había heroísmo, sí, pero también un nivel de corrupción alucinante. La guerra del Rif no aportaba beneficio a España. Todo eran pérdidas en dinero y en sangre".
El ingenio de Preston le hace establecer ciertas semejanzas entre Primo de Rivera y el presidente estadounidense Donald Trump: "En los años 20 del siglo pasado no había móviles ni tuits, pero las notas oficiales que el dictador español publicaba diariamente equivalen a los tuits de ahora. ¿Cómo se puede uno imaginar a un dictador que escribe de su puño y letra una cosa alabando sus triunfos sexuales?".

Bajo el reinado de aquel monarca caprichoso y mujeriego que era Alfonso XIII, se cimentó una de mayores fortunas del mundo, la de Juan March, que controlaba negocios de tabaco, banca, navieras y prensa, manejando los hilos de la política, y que cuando no tuvo más remedio que pisar la cárcel lo hizo al estilo del narcotraficante Pablo Escobar, "como si estuviera en un hotel de 5 estrellas". El hispanista de Liverpool recuerda el papel clave de Juan March en la conspiración y golpe contra la República, que no se limita al alquiler de la avioneta Dragon Rapide que llevó a Franco desde Canarias hasta Tetuán para liderar el levantamiento del ejército de África. "Siendo entonces uno de los hombres más ricos del mundo, Juan March puso su fortuna al servicio de los conspiradores. Su dinero despejó las dudas de Franco y Mola, garantizando el traslado de sus familias a Francia. Pero fundamentalmente su dinero sirvió para comprar las primeras armas y los aviones italianos Savoia para el transporte de tropas de África a la península, sencillamente porque compró la empresa. Todo ese dinero fue una inversión en la causa rebelde que le permitió duplicar o triplicar su fortuna en poco tiempo".
Preston no pasa por alto los tejemanejes durante la Segunda República y no se olvida de Alejandro Lerroux, al que califica de "corrupto, chaquetero y redomado sinvergüenza", recordando que lo pusieron al principio como ministro de Exteriores, pese a no saber idiomas, sencillamente porque era la cartera donde tenía menos posibilidades de robar.
La II República y Largo Caballero
Sobre el dirigente socialista Francisco Largo Caballero, apodado como "el Lenin español", Preston se explaya en ese caso por su incompetencia y no ahorra críticas al afirmar que "su aportación a la derrota de la República fue masiva", poniendo como ejemplo "su empeño en impedir la coalición con los republicanos en las elecciones de noviembre de 1933, que facilitó la victoria de las derechas que dieron lugar al bienio negro, desbaratando las reformas y promoviendo odios y tensiones sociales". Posteriormente, con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, Preston critica a Largo Caballero por oponerse a la entrada de los socialistas en el Gobierno de coalición con los republicanos, "condenando a España a tener un Gobierno sin fuerza, creyendo que cuando pudieran gobernar los socialistas aplastarían la reacción de la derecha y eso no es lo que pasó el 18 de julio". Y finalmente, cuando a comienzos de la contienda Largo Caballero asume la Presidencia del Gobierno incluyendo el Ministerio de la Guerra, el historiador censura su negligencia e indolencia: "No cambiaba el ritmo de su vida. Se levantaba a la hora de siempre y se iba a la cama a las 8, sin permitir que lo despertaran por muy grande que fuera la catástrofe en plena guerra. Fue un desastre inmenso", concluye.

Como biógrafo de Francisco Franco, Preston ha publicado varios libros y es buen conocedor de sus estrategemas y puntos débiles. En 'Un pueblo traicionado', recuerda el amago de traición hacia los suyos -los conspiradores contra la República- del que era apodado por algunos como "el cuquito". Es el caso de aquella carta que dirigió en junio del 36 al entonces presidente del Gobierno republicano Casares Quiroga. En ella reclamaba todo el poder sobre el Ejército y las fuerzas policiales que llegó a tener cuando aplastó a sangre y fuego la Revolución de Asturias en octubre de 1934 para evitar el golpe de estado que se produciría un mes después. "Aquello fue un entrenamiento para ser dictador y disfrutaba horrores con eso. Le decía a Casares que "yo pongo orden y así se evita una guerra civil", lo que se puede interpretar como una traición a sus colegas de conspiración, pero no hay constancia de si Casares recibió esa carta y de su reacción. Si la hubiera recibido, el presidente del Gobierno debería haber arrestado Franco, aunque tampoco arrestó a Mola o a Yagüe". Una demostración más de la ingenuidad con que la República afrontó la insistencia de rumores golpistas. De hecho, Azaña y Casares decían: "Son caballeros, no harían eso".
"Queipo de Llano era un monstruo"
A propósito de Queipo de Llano, Preston prefiere no compararlo con Primo de Rivera, ya que "Primo era una figura un tanto cómica, pero no era un hombre sangriento. Estaba obsesionado con las mujeres, pero no alentaba a sus hombres a violar a las rojas. Miguel Primo alardeaba de que las mujeres lo adoraban, pero nunca, que yo sepa, provocaba violencia contra las mujeres". El historiador británico no puede ser más contundente en sus calificativos sobre el temido "virrey de Sevilla": "Queipo sí que era un monstruo. Se que es un tema polémico que divide mucho a la gente en Sevilla, pero no estoy a favor de que un psicópata y un asesino siga por más tiempo enterrado en la Macarena como si fuese una figura religiosa".
Y sobre la corrupción del franquismo, qué decir. En este caso, la corrupción partía de la cúspide y Preston se remite a las investigaciones de Ángel Viñas -que calificó al caudillo en el programa La Memoria como "un enorme chorizo"- y Mariano Sánchez Soler sobre "el Pazo de Meirás y sus inmensos chanchullos", ya que desde el principio de la guerra Franco desviaba suscripciones populares a la causa rebelde a sus cuentas particulares. Hizo una fortuna colosal, porque no tenía que robar ya que pensaba que toda España era suya. Lo ha demostrado aún su familia con el uso que ha hecho del patrimonio nacional".

Sobre Transición y "valentía"
Ya en clave más actual sobre el fenómeno de la memoria histórica, Paul Preston se muestra entre comprensivo y crítico con la Transición. "Ahora, con el espejo retrovisor de la Historia podemos decir muchas cosas", advierte. Tras admitir que Felipe González "debió ser más valiente con la memoria histórica", amparado en su gran mayoría absoluta parlamentaria y tras el fiasco golpista del 23F de 1981, rememora una conversación de entonces con Alfonso Guerra a propósito de sus investigaciones sobre "los cientos de miles de personas con antecedentes penales del franquismo por crímenes que nunca habían cometido". Le decía Guerra: "Paul, no sabes lo difícil que será hacer todo eso". Y es que había miedo. La Transición fue un pequeño milagro con unas fuerzas armadas y una Guardia Civil hostiles a la democracia y con falangistas con licencias de armas". Y pone especial énfasis en la pervivencia del franquismo sociológico: "Cuarenta años de dictadura controlando los medios de comunicación y la educación en un régimen de terror habían creado una masa sustancial de gente que pensaba que Franco había salvado a España. Los éxitos posteriores del Partido Popular se deben a esto. Así se pueden explicar, que no justificar, las reticencias de los socialistas, por miedo y por una cierta complacencia".
Paul Preston recuerda cuando entonces los periodistas le preguntaban sobre cómo superar las amarguras y las divisiones derivadas de la guerra civil y él respondía que era "cuestión de tiempo", pero 20 años después comprueba que aunque la gente siga preocupada por cómo llegar a fin de mes, "el tema está más candente que nunca".
Ahora, con un Gobierno progresista de coalición PSOE-Unidas Podemos que ultima una reforma legal sobre la memoria histórica que ancla sus principios en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que pretende perseguir la apología del franquismo y prohibir las fundaciones fascistas, así como investigar el origen ilícito de algunos patrimonios y fortunas del franquismo, Preston mantiene sus recelos sobre que esos propósitos culminen: "Son buenas intenciones, con sentido común político, pero dependerá del tiempo que duren en el poder para hacerlo. Yo habría ido más lento, aunque las intenciones son buenas".


El fecundo y prestigioso hispanista británico también alberga sus dudas acerca de la introducción de la memoria histórica en las aulas, para evitar que la ignorancia general sobre la Historia reciente facilite la manipulación política de la ciudadanía: "La ignorancia está por todos lados". Y pone como ejemplo su propio país "porque en el debate sobre el Brexit unos pocos han aprovechado la ignorancia de la gran masa. Yo no soy quién para decir que hay que leer los libros de Viñas, Santos Juliá o los míos." Y profundiza en el quid de la cuestión: "¿Quién escribe esa Historia? ¿Cómo se llega a una versión aceptable para todos sobre la Historia que hay que enseñar en la escuela? Son problemas que no se prestan a soluciones fáciles". Y concluye afirmando: "Yo soy historiador, no predicador del futuro".
Los mejores periodos
Y para finalizar, retomando el argumento inicial de la entrevista, en que Preston fijaba como periodos más corruptos de la Historia reciente de España las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco y los gobiernos de Aznar cuando funcionaba la ‘trama Gürtel’, el hispanista, nacido hace 76 años en Liverpool, señala sensu contrario los periodos donde predominó en mayor medida la honestidad política. A su juicio hay dos: "Los primeros dos años de la Segunda República y los primeros años de la Transición, cuando los políticos de entonces estaban pensando más en el país, en hacer algo bueno para un futuro mejor anteponiendo los intereses nacionales a los personales. Esos fueron los mejores periodos y ojalá estemos empezando otro tanto ahora mismo".


Y del Oro sacado del Banco de España al empezar la Guerra Civil y que motivó que al Director del mismo le diera un infarto que se fue al cementerio, tambien Franco. Creer a Preston, es como creer en la cigueña. Sectario a mas no poder .Un historiador sectario sea del bando que sea, no ayuda, mas bien trae mas confusion al distorsionasr los hechos de la historia Y ya alguien hace siglos sentenció que el pueblo que olvida su historia esta abocado a cometer los mismos errores Y eso de que en el Periodo de Franco hubo corrupcion, has estudiado pòr co Sí Matesa que fueron destituidos todos y Redondela iden de iden Y eso era calderilla comparado con los ERES de Andalucia, que solo ese caso se traga a los del PP, de Pujol, de Plaza etc etc Que en todos los partidos cuecen habas y en el mio caldeadas Podemos acaban de empezar y lleva una marcha imparable
 
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El estado actual de la cultura española en general y de nuestra historiografía en particular es un curioso fenómeno, digno de estudio. Uno de los “misterios” más insondables es, en mi opinión, la fascinación que ejerce, en ciertos sectores de la historiografía española, la figura y la obra de Paul Preston. Y es que, como señaló hace tiempo el profesor Gustavo Bueno, cada grupo social “elige” a sus sabios y a sus héroes; pero al “elegirlos” se define a sí mismo, tanto o más que a la persona escogida como paradigma del sabio, del filósofo o del héroe. El hombre de Liverpool es un autor de metodología imprecisa. Su perspectiva política de izquierdas no le ha aproximado a los grandes representantes del marxismo británico como Edward Palmer Thompson, Eric J. Hobsbawm o Christopher Hill. Su pensamiento histórico, si de tal cosa puede hablarse, viene a ser una curiosa amalgama, a veces contradictoria, de marxismo vulgar, individualismo metodológico, empirismo y, sobre todo, de lo que algunos historiadores italianos denominan peyorativamente “moralismo sublime”, es decir, juicios de valor al servicio de una ideología. Sus obras carecen de análisis cultural, ideológico e intelectual; tienen por base una sociología elemental y superficial; su trama narrativa es de claro signo trágico y maniqueo; su modo de argumentar mecanicista y su enfoque ideológico, radical.
Una de sus primeras obras en español fue el prólogo a una Antología de la revista Leviatán, cuyo contenido resultaba ya de por sí significativo, al ocultar la brutalidad de su proyecto revolucionario; muy al contrario, celebraba que el órgano intelectual del largocaballerismo se encontrase, según él, a “la vanguardia de un debate en el que se centraba la atención de los socialistas de Europa”. En esa misma línea argumental se encontraba La destrucción de la democracia en España, cuyo leif motiv era la exculpación de los socialistas en la génesis de la guerra civil, que hacía recaer en el conjunto de las derechas, particularmente en la CEDA. Se trataba, en el fondo, de una respuesta al libro de su compatriota Richard A.H. Robinson, Los orígenes de la España de Franco, una obra mucho más documentada y precisa que la de Preston. La guerra civil española no es más que una obra de divulgación. Las derechas españolas en el siglo XX: autoritarismo, fascismo y golpismo resulta ser, como su título indica, una demonización del conjunto de las derechas españolas, una obra sonrojante, a causa de su maniqueísmo y simpleza, que carece de interés para el estudioso de esas tendencias políticas. Idealistas bajo las balas, al igual que Palomas de guerra y Las Tres Españas del 36, destacan por su sectarismo y frivolidad. Su obra más celebrada, Franco. Caudillo de España, es una biografía del dirigente español llena de lagunas, basada en materiales absolutamente perecederos y en un pathos totalmente hostil hacia el personaje, sin el menor atisbo de empatía. La biografía del anterior Jefe del Estado, Juan Carlos I. El rey de un pueblo, no sólo carece de originalidad y no aporta nada nuevo al tema, sino que incurre en el defecto contrario al de Franco. Caudillo de España, es decir, cae en la apología directa e incluso en el ditirambo. En ocasiones, no parece un historiador, sino un cronista de Hola. En El Holocausto español, Preston llega a caer en la abyección, atribuyendo a las derechas españolas un proyecto de exterminio de las izquierdas, defensoras, según él, de la libertad y de la democracia. Sus últimos libros, El zorro rojo, una biografía de Santiago Carrillo, y El final de la guerra, son obras, a mi juicio, sin interés. En la última, se limita a seguir las tesis de su amigo Ángel Viñas, en sus críticas a Julián Besteiro y el coronel Segismundo Casado y en su exaltación de la figura del doctor Negrín.
Sin embargo, su trayectoria universitaria ha sido muy exitosa, tanto en Inglaterra como en España. Logró la titularidad de la cátedra Príncipe de Asturias de Estudios en la London School of Economics. En 1986 le fue otorgada la Encomienda de la Orden del Mérito Civil. En 1998, ganó el Primer Premio “Así fue” por su obra Las Tres Españas del 36. Idealistas bajo las balas le proporcionó el Premio Ramón Trías Fargas en 2006. Incluso ha sido presentado por un sector de la prensa española –El País y El Mundo, en concreto– como “una especie de Oráculo de Delfos o de un psiquiatra, para que nos confirme si somos normales y que España va bien”. Lo cual puede ser explicado por una serie de profundos, ancestrales y permanentes complejos de inferioridad nacional, cultural y política. Igualmente, por la palpable ausencia de una crítica intelectual y conceptual solvente en nuestro país. ¿Alguien se imaginaría algo parecido en Francia, la patria de Hipólito Taine, Lucien Febvre, Fernand Braudel o François Furet? Y lo mismo podríamos decir en Italia, Alemania u Holanda. En esos países, que disfrutan de la continuidad de una cultura sólida y coherente, individuos como Preston no pueden tomarse en serio. No obstante, creo que, a la hora de explicar la patética fascinación por la obra y la figura del hombre de Liverpool, es preciso profundizar un poco más. Hace algunos años, Paul Preston fue descrito por el editor Daniel Fernández como “una máquina de promoción, parecía Pavarotti”.
En ese sentido, el gran logro de Preston ha sido crear una red de influencia en el “campo” historiográfico español. Alumnos fieles, profesores universitarios, cuyas máximas figuras son Josep Fontana y Angel Viñas; editoriales de prestigio como Crítica o Debate y periódicos como El País o el difunto Público han sido –y son– los miembros de esa red que ha servido para que el hombre de Liverpool afianzara su influencia historiográfica y mediática en la sociedad española. Esta red se caracteriza por una actitud basada en la buena conciencia izquierdista, estructurada y legitimada por el antifranquismo y la lucha ideológica contra el conjunto de las derechas españolas. Su objetivo histórico-político es imponer sus tesis como verdad universal en el “campo” historiográfico español y, consecuentemente, que las tesis de otros grupos aparezcan como ilegítimas y a que sus representantes oscilen continuamente entre la conciencia vergonzosa de su indignidad cultural y el descrédito de sus métodos y de sus actos. A partir de su discurso histórico-político intenta, con el apoyo consciente de los ya mencionados medios de comunicación, cambiar los valores, las representaciones y las identidades. Su táctica consiste en elogiar y defender a los “amigos” e ignorar o atacar de forma inmisericorde a los “enemigos”, con los que no se tiene el menor reparo en ejercer la “violencia simbólica” más descarnada. En ese caso, no se tiene problema en reducir las doctrinas del enemigo a su adscripción ideológica o sus intereses de clase, cuando no a supuestas fidelidades franquistas y/o antidemocráticas.


Significativa y fructífera ha sido en todo momento su relación con el nacionalismo catalán. Desde el primer momento, Preston dio su apoyo al traslado de los fondos del Archivo de Salamanca reclamados por la Generalidad catalana. El 4 de octubre de 2004 recibió el Premio Internacional Ramón Llull. Tres años después fue elegido miembro del Instituto de Estudios Catalanes. Con posterioridad, José Luis Carod Rovira firmó un convenio entre el Patronato Cataluña-Mundo y la London School of Economics and Political Science. De esta iniciativa surgió el Observatorio Cataluña-Mundo, una institución cuya presidencia recayó en Preston, y cuyo principal objetivo era, como su nombre indica, promocionar a Cataluña en el mundo. El proyecto contó con un presupuesto de 200.000 euros. Según Carod Rovira, Preston era la persona indicada para presidir el Observatorio porque tenía “una relación especial con Cataluña”, “domina el catalán y ha escrito varios libros en esa lengua”. El Holocausto español recibió, además, el Premio Santiago Sobrequés i Vidal de Historia de Cataluña.
Coherentemente, Preston ha dado su apoyo al proceso de secesión catalana en numerosas ocasiones. En septiembre de 2013, pronunció una conferencia en la Universidad Rovira i Virgili, dedicada al tema de “El anticatalanismo de los rebeldes militares: de la batalla del Ebro a la ocupación total del país”, en la que recomendó a la Generalidad catalana “negociar alianzas” con Europa ante el “inmovilismo” del gobierno español. “Desde Madrid –advirtió– no habrá progreso”. Poco después, en noviembre de 2014, el nombre del hispanista aparecía, junto a Desmond Tutu, Adolfo Pérez Esquivel, Eduard Vallary, Saskia Sassen, Richard Sennet, Bill Shipsey, Ken Loach y Harold Bloon, al frente de un manifiesto titulado Dejen votar a los catalanes, en el que se afirmaba que una mayoría de los ciudadanos catalanes había expresado su deseo de participar en la consulta, una petición que es el “resultado de un largo desacuerdo entre los gobiernos de Cataluña y España sobre el grado de autonomía cultural, política y financiera” de ésta última. Los abajo firmantes consideraban que, como en los casos de Quebec y Escocia, la mejor manera de resolver el conflicto era utilizar las herramientas de la democracia y que “impedir que los catalanes voten parece contradecir los principios que inspiran las sociedades democráticas”. Por todo ello, los firmantes del manifiesto hacían una llamada al Gobierno español y a la Generalidad catalana a “trabajar juntos para permitir que los ciudadanos de Cataluña puedan votar sobre su futuro político y, posteriormente, establecer relaciones de buena fe en el resultado”. Esta posición contrasta con la de un hispanista infinitamente más serio que Preston, John Eliot, quien destacaba, en una entrevista concedida a la revista Letras Libres, las diferencias entre Cataluña y Escocia, señalando que una Cataluña independiente quedaría fuera de la Unión Europea.
En cualquier nación normalmente constituida, con un mínimo de orgullo patriótico o de autoestima, el señor Paul Preston sería cuando menos declarado persona non grata. Sin embargo, no ha sido así. Más bien todo lo contrario. Y es que Paul Preston fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Valencia, vivero del pancatalanismo teorizado por el inefable Joan Fuster. La laudatio corrió a cargo de Ismael Saz Campos, antiguo comunista y apologista de Preston, quien calificó al historiador británico como “el mayor continuador del hispanismo historiográfico británico y seguramente el hispanista de mayor proyección entre los existentes”. Por su parte, el rector de la Universidad de Valencia, Esteban Morcillo hizo referencia a Preston como “uno de los máximos exponentes de la historiografía española contemporánea” y destacó su “extraordinaria producción científica, destacándose por su condición de historiador social”. No ha sido la Universidad de Valencia la única en rendir pleitesía al hombre de Liverpool. La última, por el momento, ha sido la de Extremadura. La ceremonia tuvo lugar en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, contando con la intervención del profesor Enrique Moradiellos, discípulo de Preston. Incluso contó con la asistencia del Presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara y del rector de la Universidad Segundo Piriz. Fernández Vara llegó a decir que “no podemos entender la historia de España sin Paul Preston”. Que Dios le conserve la vista y la capacidad hermenéutica. ¿De verdad ha leído a Preston?
Lo cual demuestra que la sociedad española carece de una crítica intelectual solvente, y que, en concreto, las universidades no ejercen su función pedagógica. Como ha señalado el escritor Félix de Azúa: “Este es un país analfabeto y narcisista. La desdicha es que la izquierda que debería haber impuesto en el país algo de racionalidad e ilustración es aún más analfabeta y narcisista que la extrema izquierda”. Algo que se ha demostrado en el resultado de las últimas elecciones, con el ascenso de una izquierda radical y casposa. En ese sentido, cuanto más indómita sea la influencia de Paul Preston en nuestra historiografía y en nuestras universidades, peor para la salud política e intelectual de España. Desgraciadamente en eso estamos.
 
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Bárcenas en diferido

SUSANA M. OXINALDE 16.09.2020 | 01:16
Bárcenas en diferido
TODO lo relacionado con Bárcenas ha sido un asunto que al PP siempre le ha quedado muy en diferido. La corrupción no es algo de lo que se pasa página porque de pronto un día en el PP los que mandan huelan a colonia hasta en las fotos. La corrupción cuando apesta tanto, no resulta una cuestión de manzanas podridas, garbanzones negros o quinquis con corbata que han salido rana. Es una forma de hacer, que suma pases feos que todo el mundo ve, maneras de vivir que en algunas charcas resultan siempre contagiosas. El extesorero le ha resucitado al PP con una crisis de liderazgo sin precedentes y con un partido de la ultraderecha rompiéndole las bajas marcas de votantes. Bárcenas ha vuelto y ya no se piensa en él como el sinvergüenza con chequera y gabán que siempre tenía la mano en el juego. Bárcenas jugaba con todos y al final todos jugaban con él. Lo de hacerlo con los fondos reservados solo parece una parte de las consecuencias de haber hecho de Luis, ese tesorero rocoso de gustos caros, lo que fue: un cabrón. Una causa más de esa masa que fermentaba a base de mismo virus desde Valencia a Madrid con Génova como Km 0 de la provisión de alijos. Vuelve toda la basura con nombre de hamburguesa de pollo y empieza a señalar a aquellos a los que nunca les constaba nada mientras a generosos no les ganaba nadie. Factura o indemnización, que llega en diferido y que, a tenor de los votantes, puede ser la más cara.
 
Una vicealcaldesa del PP utilizó jardineros municipales para desempeñar trabajos en su casa mientras estaba en cuarentena
El presidente de la entidad público-privada ha presentado su dimisión del cargo, tras las primeras informaciones y ya se ha ordenado una investigación sobre los hechos.

La vicealcaldesa del PP en Cartagena, Noelia Arroyo. / Ayuntamiento de Cartagena
La vicealcaldesa del PP en Cartagena, Noelia Arroyo. / Ayuntamiento de Cartagena
MADRID
16/09/2020 11:48
PÚBLICO
La vicealcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha sido acusada de tener a empleados de jardinería, financiados en parte por el ayuntamiento, trabajando en su domicilio el pasado 8 de septiembre.
Además, ese mismo día, la concejala popular se encontraba en cuarentena tras haber estado en contacto con un positivo de coronavirus, según informa El Confidencial.
A través de las redes sociales se hizo pública una fotografía de jardineros de la Entidad de Conversación accediendo al domicilio de la concejal para desempeñar labores.

Tras las primeras informaciones, el presidente de la entidad público-privada ha presentado su dimisión del cargo, según informa Gaceta Cartagonova. Y ya se ha ordenado una investigación sobre los hechos.
MC Cartagena denunció este hecho pero esperarán a la investigación, según explica la concejal María José Soler, que considera que "el Ayuntamiento a través de Juan Pedro Torralba, que lo representa en el polígono Santa Ana, debe comprobar si estos hechos son ciertos y la queja vecinal está justificada, investigando si se ha dado un uso abusivo o no de los medios de la Entidad por parte de Arroyo, aunque ya saben que cuando el río suena".
Un portavoz de Arroyo niega a El Confidencial que la dirigente haya cometido ningún tipo de irregularidad, y asegura que los trabajadores fueron únicamente para comprobar si había un nido de ratas dentro de su propiedad, una labor que seguiría siendo de carácter privado.

El portavoz también asegura que se contrató una empresa privada tras las primeras noticias sobre el escándalo.
 
En el PP hay corrupcion, en Cds hay corrupcion, en podemos hay corrupcion, pero huele a colonia parisien y en el PSOE no es que haya corrupcion es que estan hasta hasta el cuello y mas Pero, pero para que esta Dolores Delgado? pues parar parar la corrupcion del PSOE y sobre todo la dce podemos y sacar bien el ventilador para que se esparza antes y mas
 
La rebelión de los 'pringaos'
  • En España, los escándalos estallan porque un pillo se ha sentido traicionado, engañado o abandonado y se resiste a ser el 'pringao' de la fiesta
Marco Schwartz
@marco_schwartz

El exconcejal del PP en Majadahonda que destapó la Gürtel, José Luis Peñas, junto a su abogado
16 de septiembre de 2020 22:54h
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Cuando pensábamos que España había caído en la irrelevancia, resulta que aparecemos en una lista selecta que, si bien no es todo lo decorosa que quisiéramos, nos recuerda nuestra capacidad para estar entre los primeros cuando nos lo proponemos. La lista se llama '25 escándalos de corrupción que sacuden al mundo', fue elaborada por Transparency Internacional y en ella brilla con luz propia nuestra Gürtel, junto a grandiosos escándalos de sobornos, fraudes y saqueos a las arcas públicas en Ucrania, Chechenia, Guinea, Nigeria o Venezuela.

Durante años, el Partido Popular y sus medios amigos han intentado ceder a los socialistas el honor de haber protagonizado el escándalo de corrupción "más grande de la democracia" e incluso "de la historia". Pero, por lo visto, los de Transparency tienen en más alta consideración la Gürtel que los ERE. Y eso que no se han enterado aún de Kitchen.
El caso Gürtel no salió a la luz por el prurito ético y la valentía de un 'whistleblower' –soplador de silbato, calificativo anglosajón para quien revela irregularidades en administraciones públicas o grandes corporaciones–, como sucedió con Karen Silkwood, que en los años 70 puso al descubierto la falta de seguridad en las plantas nucleares de su compañía. O con el agente Frank Serpico, que desveló una gigantesca trama de corrupción en la Policía de Nueva York. Hay que decir que excesos de virtud como los citados despertaban suspicacias en Montaigne: "La inmoderación, aun hacia el bien, si no me ofende, me asombra", señalaba el pensador francés en su ensayo sobre la Moderación.
En España, los escándalos estallan no porque algún empleado ejemplar descubra un embeleco, o porque salten las alarmas de los órganos de control interno de una organización, sino porque un pillo se ha sentido traicionado, engañado o abandonado y se resiste a ser el 'pringao' de la fiesta. Cuando olisquea que se va a comer en solitario el marrón, saca el último destello de sus fuerzas y lanza a los cuatro vientos el grito bíblico de "muera yo con todos los filisteos". Nuestro referente de 'whistleblower' es Tomasso Buscetta, un mafioso de segunda fila que, viéndose despreciado por los suyos y enfrentado a largos años de prisión, rompió la ley de la Omertà y condujo al mayor operativo que se había desarrollado hasta entonces contra la Cosa Nostra.
El caso Gürtel trascendió porque un gris y corrupto concejal del PP de Majadahonda, José Luis Peñas, peleó con el cabecilla de la trama, Francisco Correa, lo grabó durante meses y entregó las cintas a la Fiscalía. Peñas intentó pasar a la historia como un delator modélico, pero no convenció a los jueces, quienes, sin dejar de reconocer su colaboración en el esclarecimiento de los hechos, lo condenaron a casi cinco años de cárcel. En un audio que se conoció durante el juicio, Peñas decía a un interlocutor lo que pensaba hacer originalmente con las grabaciones a Correa: "Ahora tú sabes lo que nosotros sabemos, lo que no sabes es lo que te hemos grabado, ahora empieza a pensar, y hazme una oferta. Pues así se lo voy a decir, tío". Correa contó que, en un paseo con Peñas, le hizo el siguiente vaticinio: "El día que yo os deje de pagar los 3.500 euros y no pague el dinero de tu hija me harás daño, me denunciarás por cosas que sabes de mí".
En el lío de los 'papeles de Bárcenas', el acorralado extesorero del PP advirtió por chat al presidente Rajoy: "Tú sabrás a qué estás jugando, pero yo quedo liberado de todo compromiso contigo y con el partido". En el caso Kitchen, el exsecretario de Estado de Interior Francisco Martínez envió un rencoroso aviso a tres navegantes: "Mi grandísimo error en el ministerio fue ser leal a miserables como Jorge [Fernández Díaz], Rajoy o Cospedal". Si escucháramos todas estas frases en italiano, con música de fondo de Nino Rota, seguro que nos sentiríamos transportados al hermoso pueblo siciliano de Corleone.
Hablemos en serio: el principal problema al que se enfrentan las organizaciones corruptas no es el peso implacable de la ley, como nos hacían creer de niños, sino los 'pringaos'. Por donde menos se piensa, aparece uno a quien no se mimó lo suficiente y decide cantar a voz en cuello la Traviata. Los 'pringaos' disponen hoy de muchos más recursos para rebelarse que los que tuvieron en el pasado: acceden con facilidad a los medios de comunicación, portan bajo la camisa sofisticados equipos de grabación y, pese a las imperfecciones de nuestra democracia, ya no es tan fácil quitárselos de encima.
Ningún 'pringao' estaría hoy dispuesto a emular a Rodrigo Calderón de Aranda, hombre de confianza de Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma, que en el siglo XVII se comió con dignidad todo el marrón de una guerra feroz de poder que tenía como objetivo último al duque por la enorme influencia que este ejercía sobre Felipe III. Acusado de corrupción y de asesinato, Calderón fue ejecutado en la plaza Mayor de Madrid, sin que se tenga noticia de que amenazara con encender el ventilador o de que alguien le dijera "sé fuerte, Rodrigo". Cuentan las crónicas que subió con tal pundonor al cadalso que dio pie al refrán: "Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca". Mientras, el duque de Lerma, acusado entre muchas cosas del mayor pelotazo inmobiliario de la historia de España –el traslado de la corte de Madrid a Valladolid, ida y vuelta–, eludió la acción de la justicia consiguiendo que el Papa lo nombrara cardenal, ya que la curia gozaba entonces de inmunidad.
Hoy en España solo existe un cargo con inmunidad, y está ocupado. De modo que los jerifaltes del PP están explorando otra fórmula para salvar el pellejo: mantener a cualquier precio el control de los tribunales. En un escándalo de resonancias capilares que tiene por protagonistas a 'el Bigotes', 'el Patillas' y 'el Barbas', era inevitable que el pretexto para no renovar del poder judicial fuese 'el Coletas'. Dice Pablo Casado que, mientras ese izquierdista antimonárquico sea vicepresidente, no va a negociar con el Gobierno un asunto tan sensible como la justicia. Pero a nadie engañan: lo que preocupa al PP en estos momentos no es una revolución de los comunistas, sino las consecuencias penales de la rebelión de los 'pringaos'.
 
Una mas
 

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Actualidad
La UDEF encuentra otra Caja B del PP

El Ayuntamiento de Roquetas de Mar adjudicó contratos a una empresa constructora que donó, al menos, 7,3 millones de euros al Partido Popular de Almería
Por
José Antonio Gómez
-
21/09/2020




Gabriel Amat junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla

La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional ha redactado un informe en el que pone el foco en una serie de adjudicaciones del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, presidido desde el año 1995 por el líder del PP en Almería, Gabriel Amat, en las que sospecha una correlación con presuntas donaciones de la constructora Hispano Almería al Partido Popular.

Según ha publicado El País, la UDEF ha encontrado sobrecostes superiores al 80%, modificaciones millonarias de los proyectos para favorecer a la constructora y se sospecha de la presunta utilización de información privilegiada a la hora de acudir a los concursos públicos.

En total, se trata de una investigación que señala supuestas irregularidades en 62 obras que ejecutó Hispano Almería, que según la UDEF, queda probada la entrega de 7,3 millones de euros al Partido Popular para conseguir estas licitaciones. Estos contratos sumaron un total de 77,5 millones y fueron adjudicados en el periodo 200-2010. La Policía es clara respecto a uno de los proyectos: «la adjudicación estaba asignada de antemano».

Son muchas las irregularidades detectadas por la UDEF como, por ejemplo, las modificaciones sospechosas aplicadas en alguno de los contratos. En la construcción de una circunvalación concedida en 1998, el monto total del proyecto era de 1,1 millones de euros. 16 meses después, el Ayuntamiento de Amat aprobó un incremento del presupuesto de 900.000 euros. La Policía señala en su informe que Hispano-Almería pagó solo para este proyecto un total de 252.000 euros en comisiones. Un porcentaje de esta cantidad fue a parar a los funcionarios que aprobaron la subida. La modificación del contrato fue aprobada por Amat.

Otros proyectos que sufrieron modificaciones y sobrecostes fueron la construcción de una residencia de mayores (2,7 millones con un incremento posterior, calificado por la UDEF de misterioso, de 454.273 euros). La obra, de la que no consta documentación que justifique el sobrecoste, fue concedido a la empresa Taller de Arquitectura, administrada por los gestores de Hispano-Almería.

La constructora redactaba los pliegos

Según el informe de la UDEF, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar llegó a incluir en los pliegos de los concursos textos que fueron redactados por la propia constructora. Así indican que se llegaron a cruzar faxes en los que se remitía al arquitecto del consistorio roquetero las características técnicas de un proyecto días antes de que se hiciera pública la adjudicación, una obra por la que Hispano-Almería pagó comisiones por valor de 72.000 euros.

 
La Fiscalía abre una investigación penal al Gobierno de Andalucía por presunta prevaricación
Elías Bendodo (PP), mano derecha del presidente, Juanma Moreno, y dos de sus colaboradoras, en el punto de mira de la Fiscalía

JOSÉ MARÍA GARRIDO Miércoles, 23 de septiembre de 2020
 El presidente de la Junta, Juanma Moreno y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo. EP.

El presidente de la Junta, Juanma Moreno y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo. EP.
La Fiscalía Superior de Andalucía ha incoado diligencias de investigación penal por la contratación de 159 empleados públicos que efectuó la Junta de Andalucía el pasado 8 de julio. En el punto de mira judicial se encuentra el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, mano derecha del presidente, Juanma Moreno (PP) y dos de sus colaboradoras. Todos ellos están acusados de cometer un delito de prevaricación -al dictar una resolución injusta a sabiendas-.
Fue la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas (CAMB) la entidad que interpuso una denuncia contra Bendodo; la secretaria general para la Administración Pública de la Junta de Andalucía, Ana María Vielba; y la directora general de Recursos Humanos y Función Pública, Natalia Silva, como "autoridades responsables de las contrataciones de personal para la Junta de Andalucía", así como "contra cuantas personas pudieran derivarse del presente procedimiento".
Ahora, Ana Tárrago, la Fiscal Superior de Andalucía, ha designado al fiscal José Rogelio Muñoz Oya para que lleve a cabo las "actuaciones que estime conveniente" y elabore en próximas fechas "un informe-propuesta" sobre el que basar la decisión a tomar.
Grave denuncia
Según la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas, en la mencionada convocatoria de interinos se incurría en una "discriminación" al excluir de la misma a "mujeres embarazadas o en periodo de lactancia", lo que dicha organización ve como "presuntamente inconstitucional". Igualmente, la coordinadora formulaba su denuncia por "excluir" la referida convocatoria de empleo "a pacientes crónicos como hipertensos o diabéticos, que no estén en situación de invalidez por enfermedad, o a las personas mayores de 60 años".
Pero aún hay más. La convocatoria fue promovida de manera urgente, con un procedimiento de solicitudes canalizado por correo electrónico en un plazo de 24 horas, sin incluir siquiera currículum, lo que podría vulnerar los principios de publicidad, mérito y capacidad que exige la legislación estatal recogida en el Estatuto del Empleado Público.
Para la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas no hay duda: "Esta convocatoria, junto a otras similares que se están produciendo, quizás tratan realmente de formalizar una 'administración paralela' con mecanismos de selección presuntamente fraudulentos y, entre otros objetivos, subyace el deseo de sortear los mecanismos de control e informes previos necesarios de impacto medioambiental o de impacto a la salud que la legislación exige, sobre todo en proyectos urbanísticos, algunos de gran relevancia y que actualmente están en espera de 'acelerar' los trámites".
 
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