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Llego un poco tarde, pero aquí va mi historia.
Soy una persona super easy-going, de las que se la suda todo y paso bastante de encajar en grupos, porque me agota.
En la universidad conocía una pareja que eran amigos de mi hoy marido, ella le compraba a su novio TODO lo que llevaba el mío, iban de vacaciones a los sitios a los que íbamos y se vestía (como bien dijiste, la versión de chino), como yo. Ella bebía ron con cola, yo gintonic. Se pedía un gintonic. Escuchaba a los Artic Monkeys? También, todo así. Hasta se compró exactamente las mismas gafas que yo. Nunca dije nada, era tan evidente que me daba pena.
Con 21 años me fui de España y empecé una vida, digamos, más 'cosmopolita'.
Con 24 empecé un negocio porque vi una oportunidad en el país en el que estaba, había unas necesidades para la población que no estaban bien cubiertas y con mis 24.000 euros ahorrados me lancé a la piscina y salió bien. Vivo de eso 12 años después. El problema es que esa necesidad era para unas ciudades de millones de habitantes en un país extranjero.
Está mujer, hizo lo mismo en nuestra provincia de 500.000 habitantes, en un pueblo de 150 personas. Y le ha salido fatal.
Me caso; somos bastante independientes, así que decidimos irnos a otro continente, casarnos y alquilar un coche e irnos viajando por ahí un mes y al volver decírselo a la familia. Las fotos están en Pinterest en inspo de trajes de novia de colores.
Quedamos con ellos para contárselo y dice: Ay! Pues Javier y yo habíamos pensado en hacer lo mismo! Y el chico suelta, Mery, cari, no es así.
Se fueron a una provincia colindante casarse los dos, con un vestido no blanco.
Nos volvemos a cambiar de país y vienen a pasar unos días y quedamos con ellos a comer. Tuvimos mucha suerte al encontrar piso y tenemos una casa muy guay, en el centro, techos altos con ventanas por todos lados. Al entrar me dice, ah! Pues tiene demasiada luz, no viviría aquí. WTF!!!
Ahora, la veo en Navidad y tiene un rencor que alucinas. Y al pasar de todo, se encabrona más y más y las situaciones son absurdas, huye como si no hubiese mañana.
Soy una persona super easy-going, de las que se la suda todo y paso bastante de encajar en grupos, porque me agota.
En la universidad conocía una pareja que eran amigos de mi hoy marido, ella le compraba a su novio TODO lo que llevaba el mío, iban de vacaciones a los sitios a los que íbamos y se vestía (como bien dijiste, la versión de chino), como yo. Ella bebía ron con cola, yo gintonic. Se pedía un gintonic. Escuchaba a los Artic Monkeys? También, todo así. Hasta se compró exactamente las mismas gafas que yo. Nunca dije nada, era tan evidente que me daba pena.
Con 21 años me fui de España y empecé una vida, digamos, más 'cosmopolita'.
Con 24 empecé un negocio porque vi una oportunidad en el país en el que estaba, había unas necesidades para la población que no estaban bien cubiertas y con mis 24.000 euros ahorrados me lancé a la piscina y salió bien. Vivo de eso 12 años después. El problema es que esa necesidad era para unas ciudades de millones de habitantes en un país extranjero.
Está mujer, hizo lo mismo en nuestra provincia de 500.000 habitantes, en un pueblo de 150 personas. Y le ha salido fatal.
Me caso; somos bastante independientes, así que decidimos irnos a otro continente, casarnos y alquilar un coche e irnos viajando por ahí un mes y al volver decírselo a la familia. Las fotos están en Pinterest en inspo de trajes de novia de colores.
Quedamos con ellos para contárselo y dice: Ay! Pues Javier y yo habíamos pensado en hacer lo mismo! Y el chico suelta, Mery, cari, no es así.
Se fueron a una provincia colindante casarse los dos, con un vestido no blanco.
Nos volvemos a cambiar de país y vienen a pasar unos días y quedamos con ellos a comer. Tuvimos mucha suerte al encontrar piso y tenemos una casa muy guay, en el centro, techos altos con ventanas por todos lados. Al entrar me dice, ah! Pues tiene demasiada luz, no viviría aquí. WTF!!!
Ahora, la veo en Navidad y tiene un rencor que alucinas. Y al pasar de todo, se encabrona más y más y las situaciones son absurdas, huye como si no hubiese mañana.