- Registrado
- 13 Dic 2007
- Mensajes
- 12.190
- Calificaciones
- 72.492
El artículo me parece muy bueno. Viene a decir que la estabilidad la da el matrimonio y la felicidad se puede encontrar con otra persona que no sea el/la esposo/a.
Eso ocurre muy a menudo y funcionaría bien si cada persona lo aceptase así, para si mismo y para los demás.
El problema es cuando las esposas no aceptan que sus maridos encuentren la felicidad con otra mujer (la amante) y cuando la amante se empeña en convertirse en esposa.
Si cada una aceptase buenamente el papel que le ha tocado, todos serían más felices.
De acuerdo. Aunque incluyo también el caso contrario: maridos que no aceptan que su mujer ha encontrado la felicidad en otra persona. Sea como sea, siempre he dicho lo mismo: querer a alguien implica dejarlo marchar si eso es lo que quiere, y muy poca gente está dispuesta a hacerlo. La gente se agarra a su pareja con uñas y dientes, lo intentan todo para retener al otro, a menudo miran para otro lado pensando que, si tragan y hacen como que no se enteran, el otro o la otra no los dejará. Pero para mí eso no es amor, es dependencia. "Es que quiero a mi mujer". No, lo que tendrías que decir es "quiero a mi mujer conmigo". Si tú quieres a alguien, lo que quieres es ver a esa persona feliz aunque sea lejos de ti. Exactamente igual pasa con los hijos.