RECETAS DE COCINA

PASOS A SEGUIR E INGREDIENTES
Dia Mundial de la Paella: tres recetas típicas valencianas para triunfar con este plato


La paella es uno de los platos más internacionales de la gastronomía española, y por supuestos, de la valenciana. Aquí tienes tres recetas para prepararla:


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La paella es un plato que genera controversia. Son muchos los que defienden una receta única de paella valenciana por antonomasia, pero la verdad es que en la Comunidad Valenciana algunos pueblos incluyen ingredientes que para sus vecinos llegan a parecer una locura. Un ejemplo es Pedreguer (Marina Alta), donde los locales tradicionalmente incluyen berenjena a la receta clásica de la paella de carne o verduras. Sin embargo, a menos de 20 kilómetros de distancia, en el municipio dePego, incluir esta verdura en la paella es algo generalmente impensable.

Pero todo tiene sus límites. Para los valencianos no todo vale a la hora de hacer una paella. Ya seas de Castellón de la Plana, de Valencia capital o de Altea, la idea de incluir guisantes en este plato tradicional seguro que no te atrae lo más mínimo, por no hablar de las salchichas, la morcilla o el huevo.



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Paella valenciana en la versión de Pedreguer (Alimente)


Para celebrar el Día Mundial de la Paella, desde El Confidencial hemos rescatado, con el permiso de los más puristas, la receta de tres versiones típicas de este plato de la zona valenciana: la de carne, la de pescado y la paella mixta.

Modo de elaboración
El proceso de elaboración es básicamente el mismo en los tres tipos de paella recogidos a continuación. Se empieza por el sofreír la carne. Se incluye este ingrediente en la paella junto a aceite de oliva muy caliente y se sofríe. Una vez bien doradas las piezas de carne, se sacan del recipiente y se pasa a sofreir el tomate triturado, el ajo y el perejil (o la cebolla en el caso de la paella de pescado).

Una vez bien dorado se vuelve a añadir la carne a la paella y se añade el arroz para sofreirlo también un poco. Rápidamente se añade el caldo y se añaden las verduras que ya deben estar cocidas y se espera a que este reduzca.


Por último, aquellos que deciden también incluir pimiento rojo o berenjena, deben añadirla cuando la paella esté casi hecha ya que estas verduras se incorporan al plato una vez ya fritas.

Estos serían los ingredientes que se requieren para cada una de estas tres versiones de la paella.

Paella de carne
  • Tomate natural rallado
  • Costillas de cerdo
  • Pollo
  • Alubias blancas de garrofó
  • Garbanzos
  • Judías verdes
  • Arroz
  • Aceite de oliva
  • Ajo
  • Perejil
  • Pimentón
  • Azafrán
  • Romero (opcional)
  • En algunos municipios también se le añade pimiento rojo
Paella de pescado
  • Cebolla
  • Tomate natural rallado
  • Arroz
  • Aceite de oliva
  • Ñora
  • Sepia
  • Gambas
  • Caldo de pescado (para 4 personas lo ideal es utilizar 1 kilo de morralla para elaborarlo)
  • Azafrán
Paella mixta
  • Costillas de cerdo
  • Pollo
  • Mejillones
  • Chirlas
  • Gambas
  • Judías verdes
  • Caldo de pescado
  • Pimentón o ñora (a elegir)
  • Arroz
  • Ajo
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Azafrán
https://www.alimente.elconfidencial.com/recetas/2018-09-20/dia-mundial-paella-tres-recetas_1618831/



 
SÍ A LA TRADICIÓN
Las cinco recetas del pasado que siguen estando buenísimas

Repasamos platos contundentes y deliciosos que si bien son altos en calorías, también lo son en sabor. Y además todos ellos tienen mucha historia detrás

Laura Bolea
Sab, 22 Sep 2018


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Recetas que no entienden de modas. (iStock)



La gastronomía evoluciona con los tiempos y a nadie se le escapa que vivimos en una época en la que la palabra 'avanzar' se queda corta. El mundo vuela y con él vamos nosotros, a mil por hora. La cocina se ha visto envuelta en esa misma espiral de progreso, avance, evolución o cualquier otro concepto 'guay' que se te ocurra. Todos ellos positivos a golpe de oído, pero muchas veces cambiar, crecer y querer siempre aspirar a más se convierten en una obsesión y un quebradero de cabeza.

guisos que preparaba la abuela y qué banquetes se montaban en casa los domingos cada vez que tocaba cocido, por ejemplo. Digo cocido como podría decir sopa de ajos o patatas con bacalao, el caso es que hay comidas que siempre estarán, que se han ganado la categoría de eternas.
Bienvenidas sean las nuevas ideas y recetas tan sugerentes que nos ha dado la cocina moderna, pero qué maravillosos serán siempre aquellos guisos que preparaba la abuela y qué banquetes se montaban en casa los domingos cada vez que tocaba cocido, por ejemplo. Digo cocido como podría decir sopa de ajos o patatas con bacalao, el caso es que hay comidas que siempre estarán, que se han ganado la categoría de eternas.


Un grupo de mujeres con alzhéimer han recopilado recetas de toda la vida, que se publican con fines solidarios


En el libro 'Recetas para el recuerdo', producido por la marca gallega Pote, se rescatan doce propuestas tradicionales seleccionadas a partir de los testimonios aportados por un grupo de mujeres con alzhéimer. La marca donará toda lo recaudado con la venta del ejemplar (15€) a FAGAL (Federación Alzhéimer Galicia), con motivo del día mundial de esta enfermedad. Además ha organizado una ruta benéfica para este fin de semana -del 21 al 23 de septiembre- donde participarán ocho restaurantes de la capital. Ramsés, La Bien Aparecida, Tripea o Tatel Madridson varios de los espacios que participan. Los importes obtenidos por la venta de estos platos también serán donados.

Sienta bien saber de estas iniciativas, tanto por la parte humana como por la gastronómica, enriquecida por los platillos clásicos que van a dejarse ver por las calles de la ciudad. Y como nos encanta la comida de toda la vida, la de las abuelas, aquí van cinco recetas de otros tiempos que siguen sabiendo a gloria.


Ropa vieja

Es uno de los muchos banquetes de nuestra gastronomía tradicional que destaca por sabroso y nutritivo, aunque sus ingredientes suelan ser los sobrantes del cocidoo del puchero del día anterior, lo que no desmerece para que esté buenísimo. Ya en 1803 se mencionaba en el Diccionario de Lengua Española como "el cocido u olla cocida y frito después en sartén", aunque su origen podría remontarse mucho tiempo atrás.

En el siglo XV, cuando los sefardíes habitaban la península, uno de los platos más populares de su cocina era la adafina, un cocido de garbanzos elaborado con carne de cordero; pudiera ser que aquel guiso fuera el primero que derivó en ropa vieja. La fórmula puede variar dependiendo de la zona geográfica, pero su fondo siempre ha sido el mismo: garbanzos y carne desmenuzada.




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Ropa vieja.



Aparece en el libro 'Recetas para el recuerdo', en concreto es la que propone Mercedes Novas Santiago, quien cuenta cómo se hacía en su casa. Rescataba los productos sobrantes del puchero, dejando los garbanzos bien escurridos por un lado y la carnaza que le sobraba de la olla (cerdo, pollo, gallina…) por otro. En una sartén aparte con cuatro cucharadas de aceite de oliva, preparaba un sofrito de cebolla y ajos bien picaditos y lo dejaba pochar. Mientras se cocinaba, iba desmigando los restos del cocido y los añadía a la sartén. Para terminar, en un vaso de caldo disolvía azafrán y lo incorporaba al conjunto para que cogiese color y aroma, dejándolo unos minutos más al fuego.

El término podría estar relacionado con el aspecto, de hecho hay teorías que afirman que viene del vocablo 'handrajos', palabra que utilizaban los sefardíes para referirse a las sobras de su adafina. En español, andrajos significa "prenda de vestir vieja, rota o sucia".


Morteruelo


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(Wikimedia Commons)


Esta especie de paté con sabor a caza que se hacía -y se hace- en los pueblos deCuenca y Guadalajara principalmente, también se remonta al siglo XV. La primera referencia tiene lugar en el libro de Roberto Nola 'Libre del Coch' (1520), en el que aparece mencionado como "del potaje, dicho morteruelo", donde además el autor ofrece unas pistas sobre su elaboración: asar pan duro, utilizar un queso de Aragón y una pierna de carnero cocida; machacarlo todo junto en el mortero y diluirlo con leche de cabra y almendras. Esa mezcla se cuece unos minutos y el guisado está listo.

Con el tiempo, la fórmula se fue enriqueciendo y hoy en día muchos más ingredientes forman parte del mejunje. Partiendo de la premisa de que la base siempre es la misma, hígado de cerdo cocido y espesado en pan, las proporciones de los demás ingredientes y el tipo de carnes seleccionadas dependerá del cocinillas de turno, pero normalmente lleva liebre o conejo de monte, gallina, perdiz, jamón, panceta, hígado de cerdo, pan y especias a discreción, tales como canela, clavo, pimienta negra, pimentón y sal. Se llama así por la forma de elaborarlo y suele tomarse con tostadas de pan a modo de canapé.


Gallina en pepitoria


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Gallina en pepitoria.


Guiso de gallina con claras influencias de la cocina árabe. Los ingredientes de la salsa dan una pista de ello, con el azafrán y los frutos secos como productos clave. Ya en el siglo XIII aparecen fórmulas en recetarios hispanoárabes que podrían asemejarse a la pepitoria, y en el XVI Cervantes, Góngora y Quevedo la mencionan en sus novelas. Tuvo su punto álgido en el XIX, durante el reinado de Isabel II, ya que era una de sus comidas preferidas. Tan popular fue que el refranero popular se hizo eco de su aceptación con versos como: "Con gallina en pepitoria bien se puede ganar la gloria" o "Los torreznos en sartén, la gallina, en pepitoria".

Su elaboración requiere de un poquito de mano en los fogones, además de tiempo y paciencia, que lo de 'cocinado en 3 minutos' no era tendencia antiguamente. Hoy sigue gozando de buena salud, aunque es poco frecuente cocinarla en casa. Una buena alternativa es salir a la calle en busca de un restaurante que la borde, que eso le alegra el día a cualquiera. Al ser un plato muy castizo, no es difícil encontrar un sitio en Madrid donde la tengan como especialidad. En La Posada de la Villa (Cava Baja, 9) la hacen con gallina de corral y la salsa la preparan a base de cebolla, ajo, vino blanco, laurel, almendras, nuez moscada y hebras de azafrán. El resultado es un guiso sabroso y una salsa irresistible. Prepare el pan para untar porque la ocasión lo requiere.


Duelos y quebrantos



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(Wikimedia Commons)


"Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos", así nos narraba Cervantes parte del menú que solía comer Don Quijote. Y no lo dijo en cualquier parte de la obra, qué va, lo puso en la primera página, inmediatamente después de los versos más famosos de nuestra literatura. Era de buen comer Alonso Quijano y todos los sábados caía rendido ante una cazuela de huevos revueltos con chorizo y tocino de cerdo. En aquel entonces, ese día estaba prohibido comer carne y aunque la receta se preparaba con los despojos (sesos, manitas, pies, cuello…) de los animales terrestres, eso no violaba el ayuno porque el consumo de las partes menos nobles sí estaba permitido.

A nivel calórico es una bomba, con ingredientes bastante grasientos dando forma al invento, pero está buenísimo. La receta puede variar según la provincia; en Castilla-La Mancha se hace con tocino, jamón y chorizo, además de dos huevos por ración, aunque también puede llevar sesos de cordero. No existe referencia escrita antes de que lo mencionara el escritor, por lo que con un nombre tan interpretable las teorías abundan. En lo que sí coinciden la mayoría es en que hacía alusión al 'quebranto' impuesto por las leyes de no poder comer carne y el posterior 'duelo' tras haber violado levemente la norma.


Magras con tomate


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(Wikimedia Commons)


Es un plato muy típico del norte, en especial de Navarra, donde es tradición que las cuadrillas de San Fermín lo tomen como almuerzo o merienda. También es habitual que salga de las tarteras en el tercer toro de la tarde, siendo el tentempié elegido por la mayor parte de la Monumental de Pamplona. Consiste en lonchas de jamón fritas en aceite con salsa de tomate y picatostes. La salsa es adictiva, así que lo mejor es atacar la receta con barra de pan en mano. Hay quien también la prepara con huevo frito, bienvenido sea.

Fue muy popular en la literatura del XIX, nombrado por Larra bajo el pseudónimo de Fígaro en el 'Cancionero Viejo', por Galdós en 'Torquemada y San Pedro' y por Muroen 'El Practicón'; un must de la época, vaya. La elaboración no es tan sencilla como dan a entender los ingredientes y requiere de maña. Primero se ponen las lonchas de jamón serrano a desalar en leche durante unos 10 minutos, se escurren bien y se fríen en aceite de oliva. Las retiramos y en esa misma sartén sofreímos cebolla y ajo. Troceamos una rebanada de pan y la incorporamos, además de unos tomates troceados, sal y una pizca de azúcar. Lo cocinamos al fuego durante una media hora. Servimos las magras en una cazuela pequeña de barro y las salseamos con el tomate. ¡Listo! El resto es historia.

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Coca de verduras… ¡una receta de la meua terreta!


Realmente hoy no tocaba esta receta, sino el reto mensual de Whole Kitchen pero, entre unas cosas y otras, no me ha dado tiempo a hacerlo y he tenido que ir a algo más rápido y simple. Estoy preparando y dejando listas las entradas navideñas para el diciembre estar libre para estudiar y, claro, ahora se me acumula la faena jajaja pero espero que esta rica coca de verduras de mi tierra compense un poquitín el cambio de receta :).




Este tipo de cocas son típicas de toda la zona levantina, incluso creo que por la zona de Aragón también la suelen comer. Se trata de una masa muy fácil de hacer (nada de esas masas pegajosas que se hacen una con la mano y, si somos novatos, podemos agarrar un trauma y alejarnos de toda receta que dice masa o pan! jaja), nada pegajosa, es más, se siente grasienta. Eso sí, es algo dura y poco elástica, pero se deja trabajar sin problemas. Durante el “levado” o reposo vais a ver que no va a crecer o lo va a hacer poco, es normal. Ese tiempo es más bien para que la masa se “relaje” y sea más fácil estirarla. Si por lo que sea la trabajáis mucho tras el descanso y al estirar la masa ésta se os contrae, no os preocupéis, dejáis que se relaje durante unos minutos y vais a ver como se deja estirar.

Para el relleno podéis usar lo que queráis. Las verduras, si son de temporada, mucho mejor, pero también se suele poner sardinas o una que lleva panceta, chorizo, morcilla (esa hay que hacerla más grande para que quepa todo!). O ponerle imaginación y añadirle lo que queráis. Si os fijáis a la de pimiento le echo también queso, un extra personal poco ortodoxo pero que le da un sabor riquísimo Se pueden usar embutidos también. Eso sí, si usáis encurtidos y similares, se suelen añadir tras el horneado.




250g de harina de fuerza: aunque se puede usar también común
100g de agua templada
80g de aceite de oliva virgen extra suave: no se debe usar mantequilla ni otro aceite ya que es característico usar este aceite. Se puede usar desde variedades con mucho sabor a las de menos. Yo os recomiendo usar las variedades suaves.
7g de sal común
10g de levadura fresca: si es de la liofilizada, usad un tercio. Eso sí, la levadura química, impulsor, gasificante, polvo de hornear… no se pueden usar.


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(si no véis el vídeo, la receta está aquí)

En un bol, ponemos todos los ingredientes menos la levadura y un poco del agua. Disolvemos la levadura en esa agua y la agregamos a la mezcla anterior.

Empezaremos removiendo todo con una mano para integrarlo. Una vez formada una masa, vamos a amasar durante unos 5-10 minutos. Es una masa fácil de amasar, que no requiere usar nada de harina extra (podéis ver en el vídeo como es su aspecto).

Dejamos que repose durante unos 45 minutos a 1 hora en un lugar templado. No va a crecer o lo va a hacer muy poco, pero no os preocupéis, es normal. Lo que queremos es que las proteínas de la harina se relajen y sea más fácil formar las cocas.

Precalentamos el horno a 220ºC, calor arriba y abajo (aunque en el momento de meter las cocas, yo quito el calor superior… si no podéis dar calor solamente por bajo).

Pasado ese tiempo amasamos ligeramente (unos segundos) y dividimos la masa en 5 para hacer raciones individuales. También podéis hacer solo una o porciones mucho más pequeñas.

Estiramos la masa dejando una forma más larga que ancha. También hay quien las hace totalmente redonditas. Eso al gusto.

Las pinchamos (o no) y ponemos el relleno por encima. Horneamos durante 10 a 15 minutos en la parte baja del horno hasta que veas que están doradas por bajo.

Sacamos ¡y listo! se pueden tomar tanto recién sacadas del horno, como en templado o en frío. Resultan ideales con cualquier relleno. El mío es el siguiente:

Por un lado, he pochado una berenjena con media cebolla grande o una mediana. La salpimentamos al gusto y le ponemos las especias que queramos.


Por otro, he pochado la cebolla con el pimiento y, cuando estaba a medio hacer, le he puesto el tomate rallado. Rectificamos la acidez con un poco de azúcar, salpimentamos al gusto y ponemos las especias que queramos (a mí en este caso me gusta el orégano).

¡Y ya está! no hace falta ni dejarlo enfriar, se pone tal cual en la coca cruda. Si no lo pusiéramos hecho, al hacerse tan rápido, quedaría crudo y no estaría tan rico.


Por cierto, ¿conocíais esta receta? ¿A que os recuerda mucho a la pizza? Yo he escuchado alguna vez que han hablado de ella en canal 9 que es la precursora de la pizza ya que esta receta es mucho anterior a esa, ¡pero no sé si será verdad! En cualquier caso, ambas están buenísimas jaja


Muchos besos a todos y gracias por comentar. Siempre resulta motivador leer qué pensáis de la receta que traigo ¡gracias! ♥♥♥




http://bocadosdivinos.com/coca-verduras-valenciana/





 
Cuatro recetas de tostas sanas y sabrosas para hacer en casa
Las tostas simplifican la vida en los fogones y además nos brindan la posibilidad de disfrutar de una cena o un almuerzo exprés. Estas son algunas recetas inspiradoras con las que podemos disfrutar



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Sonia Fernández


El picoteo es un rival a batir por muchos y un auténtico placer que otros tantos se resisten a abandonar. Y es que este hábito –así lo advierten los nutricionistas– no solo está reñido con una dieta saludable, sino que también suele ser un acérrimo enemigo de la báscula y, por tanto, de nuestra salud. Pero cuando el apetito hace su aparición estelar, el estómago reclama viandas que lo dejen complacido lo antes posible. Es entonces cuando las prisas y la gula se apodera de nosotros, lo que nos conduce a meter en la boca snacks, aperitivos 'basura' y otros tentempiés con alto contenido energético, rebosantes de grasas y azúcares y, por tanto, poco o nada beneficiosos para nuestra salud.

Sin embargo, hay opciones saludables que permiten calmar el hambre entre horas, sin que ello suponga un menosprecio a nuestra dieta o un despropósito para con nuestra salud. Por ejemplo, las tostas. Estos bocados suelen ser rápidos de hacer, ligeros y saludables, eso sí, siempre y cuando estén elaborados con las propuestas más sanas de la pirámide alimentaria o con una adecuada combinación de alimentos.

Las tostas calman el hambre entre horas, sin que ello suponga un menosprecio a nuestra dieta



Por tanto, sobran los motivos para hacer un hueco a estas elaboraciones en nuestra alimentación, ya sea para distraer el apetito a media mañana, para merendar o para disfrutar de una cena exprés. Estas son algunas ideas de tostas sabrosas, que además simplificarán sobremanera tu vida en los fogones.

De berenjenas, pollo y queso

Esta receta presenta un delicado equilibrio entre salado y dulce, una textura suave y cremosa y un gusto final crujiente. Un elaboración que se erige ideal para saborear en la cena o como almuerzo a media mañana.

Ingredientes

  • 200 gramos de pechuga de pollo
  • 100 gramos de queso brie
  • 1 berenjena
  • Pan de hogaza
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
Elaboración. En primer lugar, nos ocupamos de las berenjenas, pues hay que restarles parte del amargor que caracteriza su sabor. Para cumplir con dicho objetivo, las pelamos, las cortamos en rodajas y las introducimos en un recipiente con agua y sal durante media hora aproximadamente. Mientras, salpimentamos la pechuga de pollo y la hacemos a la plancha. A continuación, sacamos las berenjenas del agua y las freímos en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Después, cortamos el pan en rebanadas y las tostamos. Concluimos montando la tosta: primero el pollo y las berenjenas, luego el queso brie y después unas gotas de aceite de oliva. Un golpe de horno –aconsejable a 150 grados centígrados– conferirá el toque de gracia a este apetecible bocado. Igualmente, esta receta admite de buen grado miel, la cual le dará un dulce contrapunto.

De tomate y queso
Hay combinaciones que siempre resultan ganadoras y un éxito para la mayoría de los paladares. Un buen ejemplo es esta que proponemos de tomate y queso. Sabores naturales e ingredientes clásicos y sencillos conforman esta elaboración que puede distraer nuestro apetito a media mañana o poner el sabor a la merienda.

Ingredientes

  • 1 tomate natural
  • Pan
  • Queso de oveja
  • Aceite de oliva
  • Sal
Elaboración. Con dos sencillos pasos creamos esta tosta ligera y con un toque mediterráneo. Primero organizamos los ingredientes: lavamos y picamos el tomate, cortamos el pan en rebanadas y hacemos lonchas de queso. Para terminar, distribuimos los ingredientes sobre las rebanadas: primero el tomate, luego el queso, después una pizca de sal y, finalmente, un chorro de aceite de oliva. Si queremos consumirla templada y al mismo tiempo darle una textura fundente y crujiente, podemos hornearla unos minutos a 180 grados centígrados.



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(iStock)


De aguacate y salmón
Estamos ante una receta con propiedades que no pasan inadvertidas para nuestra salud, pues rebosa ácidos grasos esenciales, en particular omega 3, proteínas, vitaminas y potasio (el aguacate supera, con 400 mg cada 100 g, al plátano), lo que convierte a esta elaboración en la quintaesencia de las tostas saludables. Una combinación sabrosa y colorida que podemos degustar en el almuerzo, en la merienda o en la cena.

Ingredientes

  • Pan, mejor integral o con cereales
  • Queso cremoso
  • 1 aguacate
  • Varias lonchas de salmón ahumado
  • Sal
  • Pimienta
Elaboración. Para comenzar, tostamos las rebanas de pan. Seguidamente, las untamos con el queso cremoso, colocamos encima las rodajas de aguacate y las sazonamos con sal. Finalmente, ponemos las láminas de salmón y espolvoreamos un poco de pimienta. Quienes quieran innovar y darle un toque africano y un gusto picante, tienen la opción de agregarle, por ejemplo, salsa harissa, con chiles.


De bonito y pimientos asados

La combinación del atún con los pimientos confieren a esta tostada un interesante contraste agridulce y además una jugosidad que recreará un grato recuerdo en el paladar.

Ingredientes

  • Pan de hogaza
  • 4 rodajas de atún
  • 1 pimiento rojo
  • 1 pimiento verde
  • Aceite de oliva y sal


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(iStock)


Elaboración. En primer lugar, asamos los pimientos en el horno con una pizca de sal y chorro de aceite de oliva. Luego hacemos las rodajas de atún a la plancha. Después, tostamos el pan. Concluimos armando la tosta: primero cubrimos las rebanadas con los pimientos asados y, sobre estos, el atún. Unas tiras de cebolla caramelizada le conferirán un retrogusto dulce.

https://www.alimente.elconfidencial...18-09-26/cuatro-recetas-tostas-sanas_1619277/
 
Costillar al horno con salsa barbacoa

POR
LUCÍA DÍAZ MADURGA
-
27 SEPTIEMBRE, 2018




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No hay una receta más típicamente americana que las costillas a la barbacoa y una de las más sencillas para preparar en casa. Lávate las manos y prepara servilletas para disfrutar de este manjar, ¡qué aproveche!



Ingredientes

  • 1/2 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 vaso de ketchup
  • 2 cucharadas de mostaza
  • 3 cucharadas de miel
  • 3 cucharadas de vinagre
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
  • 3 cucharaditas de salsa inglesa
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 costillar de cerdo
Preparación

Corta muy fino el ajo y la cebolla y rehógalo con aceite de oliva. Añade el ketchup y remueve y poco a poco ves incorporando el resto de ingredientes (miel, mostaza, vinagre, salsa inglesa, zumo de limón, sal y pimienta) mientras vas removiendo poco a poco. Retira del fuego y deja enfriar para que coja consistencia.

Salpimenta las costillas y báñalas en la salda dejándolas macerar como mínimo una hora. Precalienta el horno a 180 grados y hornéalo durante 40 minutos dándoles la vuelta a mitad de la cocción.


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No es rusa, pero está riquísima. CLARA PÉREZ VILLALÓN


APERITIVOS
ENSALADILLA DE CABALLA CURADA

¿Te encanta la ensaladilla rusa pero no te vendría mal un poco más de variedad para el aperitivo? Aquí tienes una versión en la que el atún se sustituye por una caballa curada en casa.


CLARA PÉREZ VILLALÓN 26/09/2018

Que la ensaladilla no es un plato ruso es ya algo que creo que no le descubro a nadie. Hay muchas referencias en los recetarios antiguos a esta deliciosa ensalada, que probablemente tuviese su origen en Francia. También ha sido ampliamente conocida como Ensalada Olivier, pues fue el cocinero franco-belga Lucien Olivier el que la popularizó en el clásico restaurante Hermitage de Moscú, un salón dedicado a la cocina francesa para la élite moscovita. Aunque la que Oliver preparaba llevaba carne: lo normal era que intercalase el venado con caviar y alcaparras, además de las patatas cocidas, los huevos duros y colas de cangrejo, ingredientes que hoy en día son más comunes en las que nosotros conocemos como “ensaladillas rusas”.

Ellos aderezaban la mayonesa con diferentes especias y mostazas; probablemente fue con el cambio de nombre -de ensalada rusa a ensaladilla- cuando fue perdiendo todos esos ingredientes fastuosos hasta convertirse en esa mezcla de mayonesa, patata, encurtidos, huevo y atún que es hoy. Hay quien añade guisantes, otros espárragos o pimientos del piquillo, incluso he visto cebolla o cebolleta y, por supuesto, aceitunas y pepinillos. Si nos vamos al Sur, la encontraremos casi sin nada -solo patata-, pero con gambas.

Yo la hago según me apetezca pero tengo algo muy claro: la mayonesa tiene que ser buena, y me gusta de aceite de oliva (del suave para que no cante mucho, nada de girasol). No es que defienda que la mayonesa deba ser así, sino que así es como a mí me gusta. También me gusta la patata machacada pero que se encuentren trozos, la coliflor es sólo un añadido para esta que elaboro con caballa curada y la zanahoria, que me suele aportar un toque dulzón que liga todo. Curar caballa es facilísimo y sirve no sólo para esta preparación sino para muchas otras además de para comerla tal cual, en crudo, con un buen chorrete de aceite de oliva virgen extra. Conozco a algunos que la desayunan sobre tostadas con mantequilla, no digo más.

Dificultad

Bajísima, sobretodo si el pescadero se encarga de limpiar la caballa.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 500 g de patatas
  • 75 g de colifor
  • 3 huevos
  • 1 zanahoria
  • 1 caballa
  • Sal gruesa
Para la mayonesa

  • 1 huevo
  • 150 ml de aceite de oliva suave
  • Unas gotas de zumo de limón
  • Sal
Preparación

  1. Sacar los lomos de la caballa con mucho cuidado -o pedir que lo hagan en la pescadería- y con la ayuda de unas pinzas retirar todas las espinas. Quitar con cuidado la telilla de piel superior (tendremos que buscarla con las uñas).
  2. Mezclamos 80 g de sal gruesa con 500 ml de agua bien fría e introducir los lomos durante 30 minutos. Pasar por abundante agua, secar bien y conservar entre papel de hornear untado en aceite de oliva, siempre en la parte más fría de la nevera.
  3. Para hacer la ensaladilla, cocer las patatas con piel en agua con sal y también las zanahorias, hasta que estén tiernas. Cocer también la coliflor en floretes con cuidado de que no se pase: en unos cinco minutos estará lista. Cuando esté todo cocido, sacar del agua y poner en agua helada para cortar la cocción.
  4. Por otro lado cocemos los huevos diez minutos desde que, metidos en un cazo cubiertos con agua por completo, el agua haya comenzado a hervir. Enfriar en agua helada.
  5. Machacar la patata con la ayuda de un tenedor y picar muy finitas la zanahoria y la coliflor, pasando también el tenedor por encima para machacarlas un poco. Lo mezclamos todo con los huevos duros picados.
  6. Montar la mayonesa con un huevo, añadiendo poco a poco el aceite de oliva suave, la sal y, por último, el zumo de limón: queremos una mayonesa bastante ligera, no muy densa. Mezclar 4/5 partes de la mayonesa con la mezcla de verduras y reservar el resto.
  7. Picar cebollino y filetear los lomos de caballa (limpiándoles antes el aceite). Emplatar una porción de ensaladilla, cubrir con una cucharada abundante de mayonesa y colocar las lonchas de caballa curada por encima. Terminar con un poco de cebollino. Si se quiere, acompañar con una piparra y una corteza (en mi caso de piel de pescado bien seca y posteriormente frita, para que se hinche).

    https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/09/19/receta/1537358929_033076.html
 
Tres cenas ligeras, rápidas de hacer y repletas de sabor

La última comida del día ha de incorporar alimentos fáciles de digerir. Estas son algunas recetas sencillas de hacer, saludables y ricas para dejarte con buen sabor de boca

Sonia Fernández

Lun, 24 Sep 2018


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"De grandes cenas están las sepulturas llenas". Este (acertado) dicho del refranero ya advierte que cenar copiosamente no es un hábito saludable. El motivo es que nuestro organismo funciona de manera diferente durante la noche, pues cuando dormimos es el único momento de la jornada en el que este no necesita energía. Si cenamos en demasía, estamos obligando al aparato digestivo a realizar un sobreesfuerzo para metabolizar los alimentos. En consecuencia, nos sentimos pesados durante más tiempo, dormimos peor, descansamos mal y, obviamente, ganamos peso.
Por tanto, nuestro organismo necesita que se lo pongamos fácil a la hora de la cena, realizando ingestas escuetas, ligeras, exentas de grasas y en las que primen las elaboraciones poco condimentadas y las cocciones sencillas. Y dicho sea de paso, si esta ultima comida del día la hacemos pronto –es decir, unas dos horas antes de ir a la cama–, también se lo ponemos mucho más fácil a nuestra salud. Según algunos expertos y teniendo en cuenta los resultados arrojados por el estudio realizado por la Universidad de Surrey, si cenamos pronto, favorecemos la pérdida de grasa corporal, reducimos el riesgo de padecer obesidad y enfermedades asociadas y, por ende, mejoramos nuestra salud.
En la cena deben primar las elaboraciones poco condimentadas y las cocciones sencillas

Así que es tan saludable adelantar la hora de la cena como que la composición de esta sea ligera e incluya alimentos fáciles de digerir. Sin embargo, el cansancio, el ajetreo y las ocupaciones de la vida diaria nos restan tiempo para ponernos al mando de los fogones, lo que muchas veces nos lleva a saborear cenas monótonas y poco atractivas. Estas son algunas ideas para dar un poco de alegría (y salud) a tus cenas, las cuales te permitirán acabar el día con buen sabor de boca.

Sopa de judías verdes con gambas

Las sopas ayudan a entonar y reconfortar el organismo, por lo que se erigen como una excelente opción para incluir en la cena. Esta propuesta, apta para los amantes de la cuchara, es sana, ligera, nutritiva y sabrosa, pues aúna sabores huertanos y marítimos. Además se puede tomar en versión fría, lo que la hace idónea para refrescar el cuerpo en la época estival, o caliente, perfecta para entibiar el paladar de cara a los fríos del otoño.

Ingredientes

  • 500 gramos de judías verdes
  • 1 cebolla
  • 1 patata
  • 10 gambas
  • Aceite de oliva
  • Sal
Elaboración. En primer lugar, preparamos los ingredientes: lavamos, despuntamos y cortamos las judías, pelamos y cortamos las patatas en cuartos y picamos la cebolla en juliana. A continuación, rehogamos la cebolla en una cazuela con un chorro de aceite de oliva. Después, agregamos las judías, las patatas, una pizca de sal y cubrimos con un litro de agua. Dejamos cocer durante media hora. Transcurrido dicho tiempo, trituramos y decoramos la mezcla con las gambas. Un discreto chorro de aceite de oliva en la superficie dará el toque de gracia a esta sabrosa crema.



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(iStock)


Ensalada templada de pollo con verduras
Las ensaladas son un clásico de las cenas, pues son sanas, ligeras, aportan un buen cóctel de nutrientes y además no roban demasiado tiempo en la cocina. La más socorrida es la mixta hecha a base de lechuga. Pero como nunca está de más innovar, proponemos una versión que incluye pollo, una carne baja en grasas, y verduras, que aportan a esta receta un toque verde y un sabroso gusto de la huerta.

Ingredientes

  • 1 pechuga de pollo
  • 1 bote de champiñones, mejor laminados
  • 1 calabacín
  • 2 hojas de brócoli
  • Salsa de soja
Elaboración. Para crear este combinado solo son necesarios unos sencillos pasos. Primero, colocamos en una fuente de horno el calabacín y el brócoli troceados, y los champiñones. Luego echamos un poco de agua y los dejamos cocinar durante cinco o seis minutos. Mientras, troceamos la pechuga y la hacemos a la plancha. A continuación, la agregamos a los ingredientes de la bandeja del horno, mezclamos y dejamos que se hagan un par de minutos más. Para concluir, regamos la elaboración con un chorro de salsa de soja.



Rollitos de tortilla, pavo y queso

Estamos ante una receta con escaso aporte energético, rebosante de proteínas y vitaminas. Además, constituye una sabrosa manera de reinterpretar la clásica tortilla francesa, pues la inclusión de queso le confiere cremosidad y el pavo, un gusto muy interesante al paladar.

Ingredientes

  • 2 huevos
  • Queso crema
  • 1 loncha de fiambre de pavo
  • Aceite de oliva
  • Pimienta
  • Sal
Elaboración. Empezamos haciendo la tortilla. En este caso, no doblamos la masa por la mitad, sino que la dejamos extendida, como una crepe. A continuación, untamos la base de la masa con el queso cremoso, después colocamos encima la loncha de pechuga de pavo. Para concluir, enrollamos la tortilla hasta que adquiera forma de tubo. Si queremos añadir un toque verde y un ligero gusto picante, tenemos la opción de poner unas hojas de rúcula. Si, por el contrario, perseguimos darle una textura crujiente, podemos optar por otras hojas verdes, como la escarola o la endivia.


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Fogonero, el pescado similar al bacalao en sabor pero más barato

Si no has oído hablar de este alimento que viene del norte, es hora de empezar a prestarle atención, ya que su versatilidad es máxima y sus calorías mínimas


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Fogonero cocinado a la brasa. (Mardenoruega.es)



Los españoles comemos cada vez menos pescado, los datos que ofrece el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación anualmente indican una clara tendencia a la baja desde 2008. Aun así, los 23,7 kilos que consumimos por persona el año pasado siguen manteniendo a España entre los países en los que más pescado se toma del mundo; y este producto sigue siendo uno de los alimentos esenciales de nuestra dieta. Desde la Fundación Dieta Mediterránea aconsejan comerlo como mínimo dos veces por semana.

De las frías aguas del norte de Europa conocemos bien el salmón y el bacalao. Pero en la profundidad de sus mares viven otras especies dignas de atención y una de ellas es el fogonero, que bastantes décadas atrás se comercializaba en España y ahora vuelve a encontrarse con facilidad en nuestras pescaderías. Innovar en la dieta es una fórmula estupenda, según indica la Fundación Española de Nutrición para acercar a los más jóvenes (en general más reacios a consumir pescado) a este producto, así como para alimentarnos de forma más variada, lo que siempre enriquece nuestra salud.

Más económico que el bacalao fresco y con un sabor y unas propiedades nutricionales similares

El fogonero es un pescado blanco (esto es, que tiene un contenido en grasa inferior al 3%) de la familia del bacalao y con unas propiedades similares a las de su ‘hermano mayor', si bien es más económico (su precio en el mercado ronda los seis euros el kilo). Se le reconoce por una línea verde oscura que recorre sus lisos lomos grises y pesa entre uno y dos kilos.

Proteico, rico en vitamina B12 y bajo en grasas

Aporta proteínas de alto valor biológico y es bajo en grasas, no supera las 80 calorías por 100 gramos, por lo que está indicado en dietas de control de peso. Tiene una digestibilidad alta, como ocurre con los pescados blancos, por lo que tras degustarlo la sensación no es de pesadez.

Entre las vitaminas que nos ofrece destacan dos: la B12, que fortalece el sistema nervioso y ayuda a prevenir la anemia; y la vitamina D, imprescindible para la salud ósea, ya que permite que nuestro organismo absorba el calcio. Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Atenas y el Hospital Infantil Agia Sophia, presentado en la reunión de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica, acaba de comprobar que esta vitamina también puede ayudar a perder peso a los niños con sobrepeso y obesidad.


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Mardelnorte.



En cuanto a los minerales presentes en el fogonero, los principales son el selenio y el yodo y ambos son necesarios para la regulación de nuestro metabolismo.

¿Cuáles son las posibilidades culinarias de este pescado? Alimente ha hablado con el cocinero hongkonés Hung Fai, a cargo del restaurante Musume Izakaya, en Bilbao, y embajador de los productos del Mar de Noruega: "El fogonero tiene una textura muy parecida a la del bacalao, cuando se cocina sus lascas también se separan. Hace muchos años se consumía en España y nuestras abuelas han conocido bien este pescado. Quizá cayó un poco en desuso porque se impuso el consumo del bacalao, pero es un pescado a tener muy en cuenta".

Mil y una formas de cocinarlo
Resulta un producto versátil, porque su sabor es suave, con lo que puede combinarse con muchos ingredientes que le aporten potencia. Como señala Hung Fai, "soporta muy bien los marinados, tipo ceviches o escabeches, eso le va perfecto; también se pueden hacer arroces con él... Pero las mejores formas de cocinarlo es en guisos y al horno. Con esas dos fórmulas queda espectacular".



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Mardelnorte.


Si optamos por los filetes, podemos cocinarlos también tanto a la plancha como a la barbacoa (conservando la piel del pescado, limpia de escamas); si preferimos los dados, van bien junto a la pasta o en brochetas con verduras; ahumado puede añadirse a ensaladas o comer en tostas. Y una idea más es desmenuzar su carne magra y hacer con ella buñuelos o hamburguesas de pescado.

Importante, en el caso de comprarlo fresco en el mercado, la recomendación de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) es congelarlo (de dos a cinco días a -20ºC) para evitar la presencia de anisakis. Hay que hacerlo en todos los casos, pero es especialmente imprescindible, si cabe, si el pescado se va a marinar, a escabechar o a ahumar en frío.

En marmitako, acompañado de un vino blanco o de una cerveza artesana, tendremos una comida exquisita

¿Qué guarnición es la más indicada para el fogonero? Hung Fai lo tiene claro: "Sin duda, la patata; es un clásico que funciona. Ahora que empieza el otoño y se acerca la época de frío en que empiezan a apetecer los platos calentitos, un buen guiso de patata, un buen marmitako de fogonero, va muy bien".

En cuanto a la bebida idónea para acompañarlo, el chef apunta: "Siempre se ha dicho que los pescados y los mariscos van genial con el vino blanco y en este caso desde luego se cumple. Aunque también es cierto que hoy día la bodega española es de un nivel tan alto que nos permite tomar los pescados con vinos tintos. En el caso del fogonero, también lo recomiendo con una cerveza artesanal. Pero a la hora de elegir hay que tener en cuenta no solo el pescado, sino cómo lo cocinamos".

Las posibilidades que ofrece este producto son muy numerosas y nos permite integrarlo con facilidad en las recetas caseras, lo que siempre es un plus.

https://www.alimente.elconfidencial...5/fogonero-bacalao-carbonero-recetas_1622308/





 
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